José Lezama Lima |
El pabellón del vacío
Voy con el tornillo
preguntando en la pared,
un sonido sin color
un color tapado con un manto.
Pero vacilo y momentáneamente
ciego, apenas puedo sentirme.
De pronto, recuerdo,
con las uñas voy abriendo
el tokonoma(1) en la pared.
Necesito un pequeño vacío,
allí me voy reduciendo
para reaparecer de nuevo,
palparme y poner la frente en su lugar.
Un pequeño vacío en la pared....
(1) tokonoma: vacío que el poeta llena con su obra.
El próximo 8 de agosto se cumplirán treinta y seis años del fallecimiento del extraordinario escritor cubano José María Fernando Lezama y Lima, más conocido como José Lezama Lima. Recordemos que nació el 19 de diciembre de 1910 en La Habana. Era hijo de José María Lezama y Rodda y de Rosa de Lima María Lima y Rosado.
El escritor tuvo dos hermanas Rosa María Eloísa
Lezama y Lima, y Eloísa del Carmen Lezama y Lima.
En honor a Lezama Lima queremos hacer un resumen de su novela Oppiano Licario (1977), publicando hoy el primer capítulo y, en la medida de lo posible, algunos análisis de la misma.
Oppiano Licario
(1977) es la novela de José Lezama Lima publicada póstumamente y, como sabemos,
inacabada. Se trata de la continuación de Paradiso
(1966) ya que en ella se extiende el relato de la vida de personajes esenciales
de la misma. Su carácter inacabado se hace evidente pues al final no sabemos
qué ocurre con Cemí, con Fronesis, con Foción (a quien vemos viviendo en París
con su hijo Focioncillo) y con la tarea que ellos supuestamente tenían y que
les había sido encomendada por el erudito Licario.
Oppiano Licario
es una novela con un carácter un tanto fragmentario pero, a mi entender más
fluida que Paradiso. Ello sólo tal
vez sea así pues Paradiso nos ubica
en una serie de escenas previas.
Otro punto inconcluso es el de la reconstrucción de Súmula, nunca infusa, de excepciones morfológicas, el texto de Oppiano que se pierde, quedando sólo un poema que en Oppiano… está vacío y que Fronesis debe reconstruir.
En
cualquier caso, Oppiano… es un texto
excelente que invita a múltiples interpretaciones, tanto del texto en sí como
de la vida de su autor.
CAPÍTULO I
Se
narra la historia de Clara y José Ramiro. Éste estaba alzado contra el gobierno
y no estaba en su casa. Tenían dos hijos, José Ramiro (18 años) y Palmiro (12
años). Un día entraron unos hombres a la casa, ambos hijos huyeron, no obstante, matan a José Ramiro y Palmiro logró salvarse. Al poco tiempo llegó José
Ramiro, el padre. Supo de la muerte de su hijo y encuentra a Palmiro. Entre la
casa de José Ramiro y del Dr. Fronesis (padre de Ricardo Fronesis. Ambos personajes de Paradiso) vivía el secretario de este último,
el cual tenía una hija llamada Delfina que, al parecer, tenía relaciones con
los hermanos y con Ricardo Fronesis. Es
Delfina quien, meses después de la
muerte de José Ramiro, encuentra sus restos, sus cenizas “Las cenizas
fueron llevadas a la sala de la casa del padre de José Ramiro…Las cenizas
fueron rodeadas de candelas, la casa con todas las puertas abiertas rendía sus
rodillas en homenaje tierno” (140)
Así
fue velado y sepultado. A la larga Delfina y Palmiro se casan.
Repentinamente
y sin solución de continuidad, Lezama empieza a hablarnos sobre la vida de
Fronesis en Francia, país al que se había trasladado. Se relaciona con el
pintor Luis Champollion “…a quien había conocido por Cemí alguna tarde
habanera”.
“Champollion
era lento, asimilador con algo de andrógino primordial” (146), lo que significa
que era homosexual. Vivía con una joven 15 años menor que él llamada Margaret
Mc Learn (se habían conocido en La Habana). La joven entraba en unas profundas
crisis de sueño cuando bebía cerveza. En su conversación con Fronesis,
Champollion le dice que Margaret piensa que “…el artista es como un deux absconditus que sale de su guarida, da sus plumerazos y
vuelve a esconderse” (152)
Súbitamente,
Lezama nos regresa a la vida de Delfina y Palmiro. Resulta que Palmiro siente
una atracción obsesiva por Fronesis hasta tal punto que se convierte en odio,
incluso, intentó matarlo a cuchilladas. Fronesis se salvó pues la noche que
ocurrió ese hecho él había salido y dejado sus almohadas cubiertas por la
sábana como engaño inocente hacia sus padres ya que la relación con estos era
muy abierta. Después, Palmiro, quien creía haber asesinado a Ricardo,
salió huyendo de la casa de los Fronesis. A la mañana siguiente vio a Fronesis
y creyó que no era más que el fantasma de éste. Posterior a esto, Palmiro se
tornó taciturno, hablaba poco, trabajaba mucho y más nunca volvió a tener
relaciones con Delfina: “El cuerpo de su mujer se le había convertido en una
piedra, piedra que era la negación de la petra
genitrix (madre de la roca), la
piedra expelida por la oscuridad y la blandura de la vulva subterránea” (162)
De
seguido, nos hallamos con Fronesis y Champollion. Este le pregunta por sus
conocimientos sobre Henryi Rousseau (1844-1910), mejor conocido como El
Aduanero. Rousseau estuvo (y está) considerado como un pintor muy original,
admirable e innovador por su marcado estilo de lo que hoy en día se llama
pintura naif. Ya, en Paradiso, Lezama
menciona a Rousseau. Posiblemente haya sido su pintor más admirado.
Champollion piensa acerca de la pintura de El Aduanero que: “Ni la tristeza, ni el cansancio del conocer aparecen nunca en su pintura ni en su persona, conoce a la sombra del árbol de la vida” (164-5) y le pregunta a Fronesis qué piensa sobre esa manera del conocimiento en El Aduanero. Fronesis le responde así: “El arte de El Aduanero…brota del surtidor inmóvil de un encantamiento”. Al parecer, Rousseau tocaba la flauta. Agrega que cuando se burlaban de él, el pintor “…no hace esfuerzos por parecer grave y agresivo, sino por el contrario, cree ver en esos guiños la apreciación de su fuerza y el anticipo ingenuo de la corona y el panteón de la inmortalidad…” (166)
Parece
que Rousseau fue muy admirado por Apollinaire (El Aduanero lo pinta en La musa y el poeta).
Fronesis relata un supuesto encuentro entre Picasso y Rousseau. Éste define al primero como un pintor a la manera egipcia y a sí mismo como moderno. Fronesis también cita a otros pintores para compararlos con El Aduanero, tales como Jean Fouquet (1420-1481. Uno de los grandes pintores del Renacimiento inicial y renovador de la pintura francesa del siglo XV); a los hermanos Herman, Paul y Johan Limbourg (1385-1416. Famosos pintores holandeses, miniaturistas) con su cuadro Febrero el cual describe.
Fronesis relata un supuesto encuentro entre Picasso y Rousseau. Éste define al primero como un pintor a la manera egipcia y a sí mismo como moderno. Fronesis también cita a otros pintores para compararlos con El Aduanero, tales como Jean Fouquet (1420-1481. Uno de los grandes pintores del Renacimiento inicial y renovador de la pintura francesa del siglo XV); a los hermanos Herman, Paul y Johan Limbourg (1385-1416. Famosos pintores holandeses, miniaturistas) con su cuadro Febrero el cual describe.
También
a Pieter Brueghel, el Viejo (1525-1569. Pintor y grabador brabanzón).
Los
cuadros de H. Rousseau que aparecen a continuación son a los que hace
referencia explícita Fronesis.
Jugadores de balón (1908) |
El paseo
De este cuadro, Fronesis hace la siguiente descripción “…su
esposa avanza como una gran dama, un poco extrañada por haberse quedado
abandonada en el bosque. Sin estar él en el lienzo (El Aduanero), parece que
sigue y cuida aquella extremada soledad, acompañada por la delicadeza de los
árboles. Parece que en aquel silencio la dama oyese una voz: la del nocturno
guardián de los barrios parisinos. Guardián invisible de su dama perdida en el
bosque” (179)
El paseo |
La gitana dormida |
El sueño de Yadewigha |
Posterior
a esta conversación, Fronesis se marchó. Champollion le advirtió que tuviese
cuidado con Galeb, que se trataba de una persona peligrosa: “Foción es
un niño gateando en su estera comparado con él. Éste árabe es peligrosísimo…” (180). A Galeb le había llamado mucho la atención
Fronesis. Champollion le había contado la historia de su vida. Y Fronesis se
había enterado de la de Galeb. Éste empezó a buscarlo pero tratando de aparentar que era casual. Así, un día lo buscó pero acompañado de un amigo Mahomed Len
Baid que era el jefe estudiantil de la rebelión contra Tupek del Este, cuyo
sultán era el padre de Cidi. Cidi quería que su padre fuese destronado y que regresara a Francia para que viviera con él y su madre. Aquí se resalta la carencia de padre que tuvo Galeb pues aunque era un adulto, deseaba que su padre volviera.
En
realidad, Cidi y Mahomed no eran amigos. Mahomed tenía razones para desconfiar
de él pero en algún momento Cidi lo había ayudado cuando era perseguido. Cuando
Cidi presentó a Fronesis y a Mahomed, en un pequeño restaurante donde Fronesis
acostumbraba a ir, hubo una empatía entre ellos. Al poco tiempo, hubo un
atentado con bomba en el lugar y Cidi y Mahomed desaparecieron. Se sabían
buscados por sus actividades políticas.
Este
capítulo finaliza con una descripción del cuadro Octroi de Plaisance, no
obstante, la misma no concuerda con la foto que he hallado del cuadro.
Textos citados
- Lezama Lima, José. Oppiano Licario. Madrid. Cátedra, Letras Hispánicas.1977.
- Lezama Lima, José. "El Pabellón del vacío", Muerte de Narciso.México. Biblioteca Era. 1988. 147.
Caracas, 4 de agosto de 2012.
No sólo es este libro inacabado una obra hermosa y propia de un erudito, pues combina la escritura elegante y bien lograda con semiótica del arte; a todas luces se ve que lo disfrutaba sobremanera. Gracias por la reseña y análisis. Bastante bueno el texto.
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