domingo, 27 de junio de 2010

la segunda de una trilogía


La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, es el segundo tomo de la trilogía del lamentablemente fallecido escritor sueco Stieg Larsson, quien apenas llegó a ver publicado el primer tomo, acabando de entregar el tercero. La chica que...es continuación de Los hombres que no amaban a las mujeres. El interés que despertó en mí este tomo fue igual o mayor que el primero, no obstante y aunque no podía despegarme de su lectura, pensaba que era excesivamente truculento. Lisbeth Salander, chica antisocial por un trauma que arrastraba desde su infancia, como fue el de sufrir el despego de su padre (un militar ruso adiestrado en espionaje y protegido por el gobierno sueco) y los maltratos continuos que el mismo le aplicaba a la madre (quien comienza a padecer de trastornos mentales a consecuencia de las golpizas del padre), reitera sus excelentes capacidades como investigadora y su amplísimo conocimiento del uso (y mal uso de las computadoras). Ella, después de las peripecias vividas con Mikael Blomkvist durante la investigación de la desaparición de Harriet Vanger, a quien localizan después de 40 años (sus familiares la creían muerta), decide alejarse de Michael de quien se sentía enamorada. Pasa unas vacaciones en una de las islas del Caribe y luego regresa a Suecia. Lisbeth se había aprovechado de sus conocimientos de internet para hacerse con la fortuna del empresario Wennerström. Decide comprar un lujoso apartamento casi anonimamente y vuelve a buscar a Miriam Wu, con la que compartía una relación amorosa y le deja a esta su casa natal. Constata cómo se porta su innombrable administrador Bjurman y, más temprano que tarde se ve inmersa como principal sospechosa en tres asesinatos. Lisbeth se encierra en su apartamento. Se produce un terrible revuelo en los medios de comunicación donde la presentan como una psicópata, como una loca asesina. Durante todo ese tiempo, se niega a entrar en contacto con Mikael quien le escribe por internet diciéndole que él no la considera culpable y que desea ayudarla. Por otra parte, Mikael y su revista Millennium entran en la investigación de los asesinatos, pues uno de ellos se cometió contra un periodista (y su pareja)que trabajaba a destajo para la revista y que estaba por publicar un libro que trataba sobre el tráfico de muchachas en Suecia, procedentes de países de Europa del Este. Al final, Lisbeth logra aclarar las cosas y así sabremos que el autor intelectual de los asesinatos es el propio padre de Lisbeth. Ese padre también desea matarla a ella. También nos enteramos que, hacia los doce años, Lisbeth le prendió fuego a su padre (él cual se salvó de milagro) y que ella había sido encerrada en un psiquiátrico por varios años y sometida a serios maltratos...La policía sueca, encargada de resolver el caso, queda mal parada, siendo Lisbeth y Mikael los que dan los pasos decisivos. En fin, ahora iré por el tercero a ver en qué termina esta historia.

27-6-2010.

jueves, 24 de junio de 2010

Descubrimiento

A A. de P.

Como en muchos casos en los que he sabido de novelas y de escritores, "conocer" a Cees Nooteboom fue una casualidad. Definitivamente una feliz casualidad. El escenario, los libreros ubicados debajo del elevado de la avenida Vollmer. Ojeaba de un lado a otro. Tomo un libro del escritor sudafricano Coetzee, premio Nobel de Literatura 2003, cuyas novelas me han resultado muy enriquecedoras. Esta vez se trataba de una recopilación de crónicas. Debajo del libro de Coetzee estaba El desvío a Santiago cuyo autor era un tal Nooteboom. En su tapa posterior, había varias opiniones sobre el mismo. ¡Otra casualidad! Una de Coetzee alabando el libro de Nooteboom y así fue que adquirí El desvio a Santiago, el cual leí y me permitió "viajar" por España (lugar donde se desarrolla) placenteramente conociendo monasterios, obras de arte, historias de España, etc.

El segundo libro de Nooteboom que cae en mis manos y leo, fue consecuencia directa de la lectura del primero. El día de todas las almas (1.998). Muchas cosas pueden decirse y escribirse sobre ésta novela pero, en última instancia, su sustento es la melancolía, la atracción por el ambiente cotidiano que, por eso mismo, por ser cotidiano, se pasa por alto con harta frecuencia; el fijarse en los seres humanos considerando que hay tanto que ver en ellos que no hay mucho tiempo para hablar (por muy paradójico que suene). Mucho de eso hace Arthur Daane, fotógrafo y cámara a destajo. Daane viaja a Berlín donde tiene auténticos amigos, sin obviar a su amiga Erna, quien había sido gran amiga de su esposa Roelfje, fallecida junto con su hijo Thomas en un accidente de aviación. Mientras viaja por Berlín, Daane no puede dejar de pensar en los efectos del nazismo y los horrores cometidos contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. No puede dejar de pensar en esa especie de culpa eterna que ve plasmada en el rostro de cada alemán que observa. Daane presencia la caída del Muro de Berlín.
Daane, es un hombre callado, no obstante, mantiene (y muchas veces sólo escucha) conversaciones altamente filosóficas con un amigo pintor, otro filósofo, otra científica. Al final de la novela, conoce a una joven que se halla en Berlín siguiendo un curso de filosófia y haciendo un estudio sobre la reina Urraca (reina de Castilla y León. 1080-1.126). Ella resulta ser de una extraña singularidad. Es la que toma la iniciativa en los pocos encuentros sexuales que tienen pero, al igual que Arthur ella no es muy dada a hablar. Elik Orange (la joven) padeció un trauma infantil, presumimos que se trata de una violación por parte de un hombre que mantenía relaciones con su madre alcohólica. Quien la cría es su abuela. Elik se marcha de Berlín hacia España en un momento en el que Arthur acepta un trabajo temporal fuera de Alemania. Cuando Arthur regresa y se entera de que se ha ido comienza a buscarla hasta enterarse de que Elik se ha ido a España. Él decide ir a buscarla. En España, en un intento de robo, lo agreden salvajemente, Elik se entera por la prensa y lo visita en el hospital, al igual que sus amigos alemanes, pero él se encontraba muy mal y apenas se entera de que ella estuvo allí. Después de su recuperación comienza nuevamente a buscarla...por todo esto, afirmo que El día de todas las almas es una novela de amor y, sin temor a equivocarme diría que es una de las mejores que he leído.
Por cierto, en la página 342 de la edición de bolsillo que leí se halla la explicación de lo que es El día de todas las almas.

Cees Noteboom nació en Holanda el 31 de julio de 1.933. Tiene una buena producción literaria (novelas, poemas) y una, aún más extensa obra periodística. Ha sido muy galardonado. El crítico alemán Marcel Reich Ranicki llegó a expresar "¡que suerte la
de los holandeses de tener un escritor así!"

24 de junio de 2010.