domingo, 29 de octubre de 2023

Trilogía: novela de Jon Fosse




Trilogía (2018), novela del más reciente premio Nobel de Literatura, el escritor noruego Jon Fosse (1959) y publicada por la Editorial De Conatus. Está formada por 3 capítulos. El primero titulado Vigilia (que tiene dos partes) y narra la vida de dos jóvenes, Alida y Asle que se enamoran y ella, al poco tiempo, queda embarazada. Ambos vivían en Dylgia, que suponemos un pueblo costero de Noruega.

Alida era hija de Herdis quien literalmente no quería a su hija y menos después de que se entera que está embarazada. El padre, llamado Aslak,  abandonó a Herdis desde que Alida tenía 3 años y su hermana Oline 5 años. Lo único que Alida recordaba del padre era que este cantaba.

Asle era huérfano de su padre Sigvald que había muerto en un accidente en el mar y que fue músico, tocaba el violín y había enseñado a tocar a su hijo o, más bien, el hijo había aprendido viendo tocar a su padre. La madre de Asle, Silja, había muerto recientemente.

Así, Alida y Asle, se quedan a vivir en una caseta en la que había vivido Asle con su madre, sin embargo, luego llega un joven que era hijo del dueño de la caseta y les pide que la desocupen. Ello hace que Alida y Asle busquen donde vivir y pasan una noche en la casa de Herdis. Alida le roba comida y dinero a su madre y Asle mata a su suegra sin que Alida se de cuenta. Asle consigue una barca y lo hace matando al joven de la caseta que era su dueño.

Asle y Alida se dirigen al pueblo de Bjorgvin. Estaban muy agotados y aunque llaman a muchas puertas para intentar alquilar una habitación, nadie les da cobijo. Para ese momento, Alida estaba cerca de parir. Hacía frío y llovía y se ubican bajo un tejado y Alida se queda dormida.  Asle ve a un viejo que se les acerca y el viejo le dice que no pueden estar allí, a la intemperie  y que en unas casas más arriba seguro podrían alquilar una habitación. Los jóvenes se trasladan al sitio indicado por el viejo que resultó ser la casa de la partera del pueblo. La casa era muy agradable pero la mujer los echa sin piedad e intuimos que Asle la mata también. Se quedan en la casa y allí nace el niño a quien llaman Sigvald como su abuelo paterno.

Para poder sobrevivir, Asle vende su violín y, más temprano que tarde, Asle le dice a Alida que tienen que irse de ahí, que la casa no es de ellos. Ella piensa que pueden quedarse pero él le dice que deben irse y lo hacen a una zona llamada Vik.

La segunda parte de Trilogía se llama Los sueños de Olav: Asle se cambia el nombre por el de Olav y ahora Alida se llama Asta. Asle (Olav) decide ir a Bjorgvin para comprar unos anillos que los hagan pasar a él y a Alida como una pareja casada. Ella no quiere que vaya pues presiente que no lo volverá a ver pero él insiste que será un viaje rápido.

Asle (Olav) se encuentra en Bjorgvin con el viejo que meses atrás le había dicho dónde podían encontrar alojamiento. El viejo lo reconoce pero Asle le dice que se llama Olav. Asle entra a la taberna del pueblo donde se vuelve a encontrar al viejo quien le dice que sabe quién es él, que sabe de un joven muerto en Dylgia al igual que la partera del pueblo e intenta chantajearlo, pero Asle está concentrado en el hecho de que fue a Bjorgvin para comprar unos anillos. Conoce en la taberna a un pescador llamado Asgaut quien acababa de comprar una hermosa pulsera de oro para su prometida y, de inmediato, Asle dice que le comprará una igual a Alida y el pescador lo acompaña a comprarla. Asle se vuelve a topar con el viejo en la taberna adonde había regresado ya que Asgaut le dice que se tomen otra cerveza para celebrar la compra de la pulsera. El viejo denuncia a Asle y lo encarcelan. El viejo resultó ser el verdugo del pueblo y Asle muere ahorcado. Antes de eso, una joven del pueblo intenta seducir a Asle, cosa a la que éste se resiste y la joven le roba la pulsera casi antes de ser detenido y apresado.

La tercera parte se llama Desaliento: aquí se narra la historia de Alida que más nunca ve a Asle. Alida no tiene con qué sostener a su hijo Sigvald y decide ir hasta Bjorgvin pensando que puede hallar a Asle.

Alida se topa en Bjorgvin con un hombre varios años mayor que ella y que había conocido hacía tiempo llamado Asleik. El hombre sabe quién es ella y le cuenta que llegó a presenciar la muerte de Asle. El hombre que era pescador y tenía casa más allá de Dylcia, la ve en ese estado de indigencia y le ofrece llevarla a comer y después le propone que se vaya con él y que trabaje en su casa. Se encontraba solo ya que su madre había muerto recientemente. Antes de que Alida acepte la propuesta de Asleik, encuentra en la arena la pulsera que Asle le había comprado, lo que, por supuesto, ella ignoraba y dice que nunca se la quitará, que es muy hermosa.

Alida pasa a ser la pareja de Asleik no sin antes pensar y “hablar” con Asle sobre lo que debía hacer y ella siente que él le responde, que le dice que está bien, que se vaya a vivir con Asleik. 

Alida y Asleik  tienen 2 hijas, la mayor llamada Ales quien ya era viuda y había tenido siete hijos. Es decir, la historia da un gran salto hacia delante. Ales ya está vieja y está sola en su casa. Afirma estar viendo a su madre Alida quien había muerto muchísimos años atrás (ahogándose en el mar). Ales recuerda a su hermanastro Sigvald quien también se había hecho músico y que había tenido una hija bastarda y que esa hija tuvo un hijo que al parecer se llamaba Jon. En este punto, pareciera que Fosse está contando la historia de sus antepasados: Asle y Alida fueron sus bisabuelos, Sigvald, su abuelo y la hija de éste su madre.

Al final, Ales tiene la visión de que su madre Alida la toma de la mano y caminan adentrándose en el mar. Y pensamos que Ales muere.

Fosse mezcla de gran forma, el pasado y el presente de una historia que une a varias generaciones de una familia.

En la notificación que la Academia Sueca hace del premio Nobel de Literatura de este año, afirma que se lo otorgan a Jon Fosse por dar “voz a lo indecible” y eso está muy claro no sólo en Trilogía si no en Mañana y tarde (2000), siendo esta última lo primero que leí de él.

Fosse da voz a lo indecible cuando, sin escribirlo, nos muestra el amor entre Asle y Alida. También, sin escribirlo, nos hace ver que Asle es un asesino que quitó del medio y sin aspavientos, a las personas que podían representar algún inconveniente para que él y Alida estuvieran juntos. Nos dice que Alida no parece ni siquiera pensar en la posibilidad de cuestionar a Asle. Sin decírnoslo, nos hace “ver” cómo el pasado influye en el presente.

La naturaleza, como personaje, está presente: el mar, el cielo, las barcas, los peñascos, los pueblos costeros y, aunque uno pensara que podía hacer calor, yo sentí frío durante toda la lectura de Trilogía tal vez pensando en la ubicación geográfica de Noruega en el norte de Europa.

Hay una palabra que aparece con frecuencia en Trilogía que es fiordo. Según la RAE, un fiordo es un golfo estrecho y profundo, entre montañas de laderas abruptas, formado por los glaciares durante el período cuaternario. El país con más fiordos en el mundo es Noruega.






Fiordo noruego





Decía hace unos días que Fosse tiene una gran fuerza narrativa. Aparte de narrador y poeta, es fundamentalmente dramaturgo y eso se nota en esta novela narrada, de alguna forma, como si fuese un guión de teatro pero sin el uso de guiones, por ejemplo.

He escuchado a varias personas decir (dentro de las que me incluyo), que no conocían a Fosse, que es un escritor completamente desconocido pero, al parecer, sí es una figura importante en los círculos literarios y culturales noruegos. En cualquier caso, pienso que ese desconocimiento de la obra de este autor, es algo que los amantes de la literatura deberíamos corregir a la brevedad posible.

Ha sido un placer leer estos textos de Jon Fosse.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev Desir

Caracas, 29 de octubre de 2023.

 

 

 


jueves, 19 de octubre de 2023

El Desertor



Abdulrazak Gurnah 


“… y estar muy convencido de algo es el primer paso hacia el sectarismo” (352).

“… ahora que lo sabía, lo terrible que debía ser amar y sentirse rechazado, sentir el anhelo insatisfecho de acariciar al ser amado” (298).

 

La novela El desertor (2005) del escritor tanzano Abdulrazak Gurnah (1948), ganador del premio Nobel de Literatura 2021, resulta ser de alta factura.

Leo esta novela en una edición digital (2023) de Penguin Random House Grupo Editorial.

Me ha parecido una novela muy bien escrita, repleta de autenticidad y al terminar, me ha invadido una especie de gozo, algo así como que conocía un poco más del mundo y que, en ese sentido, podía entenderlo mejor (¿y entenderme mejor?)  Pensé en el poder que la literatura podía tener sobre los lectores y recordé a autores como Javier Cercas e Irene Vallejo, ambos españoles, que han planteado que la “literatura sirve para salvar vidas”. Escribiéndolo así puede sonar muy retórico pero creo que es cierto.  Ojalá que, más temprano que tarde, pueda hallar las palabras adecuadas para explicar cómo es eso que la literatura puede salvar vidas.

En El desertor, el narrador, que se me antoja es el mismo Gurnah nos cuenta la historia de su familia nuclear formada por su padre, su madre (ambos maestros), sus hermanos Farida, Amín y él mismo que se llama Rashid , que se desarrolla en lo que a posteriori vendría a ser la República de Tanzania. Pero antes de ello, eran una colonia inglesa.

Los padres eran personas inteligentes y abnegadas y siempre tuvieron muy claro lo importante que era que sus hijos estudiaran. Farida, la mayor de los hijos, sólo estudió hasta la secundaria a pesar de que tanto ella como sus padres hicieron lo posible porque continuara. Así, un día, Farida se topó con el oficio de costurera en el cual le fue muy bien. La relación que tuvo, casi a la distancia con un joven llamado Abbas (con el que después contrajo matrimonio) le hizo descubrir que también podía escribir poemas que incluso llegó a publicar.

Amín estudió para maestro y sufre la vivencia de un amor truncado por el qué dirán con una mujer llamada Jamila. Jamila era mayor que Amín, divorciada y alrededor de la cual se entretejían rumores sobre amantes. Sin embargo, ella y Amín se enamoran locamente y viven su romance a escondidas, el cual, al ser descubierto, causa un escándalo y Amín es obligado a dejarla.

Rashid logra obtener una beca para estudiar en Inglaterra donde logra doctorarse y obtener una plaza como profesor universitario.

La novela inicia a finales del siglo XIX cuando Tanzania era colonia inglesa y luego, en buena medida, en la época previa a la obtención de la independencia de los tanzanos de los ingleses en la década de los sesenta. La vida de los tanzanos, como colonia, queda duramente reflejada en El desertor. Por otra parte, la novela expone la experiencia amorosa entre un europeo (a los que llamaban mzungu) y una nativa, la cual termina en el abandono por parte del europeo.

Gurnah inicia la novela hablando de varios personajes que existieron a finales del siglo XIX como escribí anteriormente. Hassanali, Frederick, Rehana, Pearce. Hassalani: era un hombre bueno, era tendero y estaba casado con una joven llamada Malika y era hermano de Rehana, la cual se había casado con Azad, oriundo de la India quien después la abandonó. Frederick era inglés y tenía un alto cargo como representante del Imperio. Pearce también era inglés, el cual, durante una expedición fue robado y abandonado a su suerte y es encontrado por Hassanali quien lo lleva a su casa y lo atiende. Es allí donde Pearce y  Rehana  se conocen y se enamoran. Se hacen amantes y se van a vivir a Mombasa y, con el tiempo Pearce regresa a Inglaterra, dejando a Rehana embarazada. Ella más nunca vuelve a saber de él aunque Pearce deja por un tiempo pago el alquiler de la vivienda donde vivían e incluso dinero en una cuenta bancaria que ella nunca utiliza por desconocer cómo se hacía.

Podríamos decir, que los cuatro personajes anteriores constituyen como el punto de partida de la novela y luego Gurnah nos lleva a una época más actual, preindependentista  donde la vida del narrador (Rashid) y su familia es el centro hasta que Rashid se va a estudiar a Londres, lo cual, de alguna manera determinó su destino.

Al final, existe toda una concatenación de situaciones que tejen las tramas de esta novela que expone la crueldad del colonialismo y también las vivencias de Rashid desde que llega a Londres y donde prácticamente se queda viviendo la mayor parte de su vida. Dice Raschid “…mi primera lección en Londres fue aprender a convivir con el desprecio” (335).

Por cierto, hoy hablé con mi amiga Amneris (que anda por Madrid) y le comenté lo excelente de El desertor y esta cita de Gurnah acerca de la actitud despreciativa de los ingleses. Amneris me decía que no era que los ingleses fuesen despreciativos sino que, simplemente, te ignoraban y le dije: ¿“bueno, qué más desprecio que alguien te ignore?”

Después de esta digresión, continúo:

Podríamos sacar de El desertor una buena cantidad de citas que exponen lo duro de la experiencia colonialista, la posición de algunos conquistadores y de los conquistados y que nos llevan a reflexión.

(Frederich) “Aquí estamos, en 1899, ¿cómo ves el nuevo siglo? ¿Lo haremos mejor que nuestros decididos predecesores? ¿Acabaremos con los nativos y veremos este lugar convertido en una especie de América o asistiremos a la transformación de estos pobres diablos en súbditos civilizados y diligentes trabajadores? Adelante amigo mío, oigamos tú parecer.

 “- Creo que, con el tiempo, veremos de un modo menos heroico lo que hemos hecho en lugares como éste –aventuró Martin (Pearce)-. Y tendremos una opinión menos favorable de nosotros mismos. Andando el tiempo, llegaremos a avergonzarnos de algunas de nuestras acciones” (136/7).

”- África no es como la India –repuso Burton_. Sin embargo, incluso allí, lo que ha demostrado el Imperio es que las tradiciones autóctonas han quedado desfasadas. Han perdido toda su razón de ser. Lo mejor que pueden hacer los indios es dejar que las reemplacemos y tratar de imitar las nuestras…mientras que aquí no hay nada salvo animales en estado salvaje” (138).

“Esa fue otra de las lecciones que aprendí, junto con la noción de imperialismo. Sólo entonces comprendí que lo que en mi infancia pasaba por conocimiento del mundo se basaba en el arraigado conocimiento de nuestra propia inferioridad, que a su vez justificaba la soberanía europea” (336).

Quiero mencionar que, pensando en la intertextualidad de El desertor, Gurnah menciona a puros autores de habla inglesa, tales como, Oscar Wilde, Melville, Browning, Swinburne, Stevenson y Shelley. Creo que es un punto interesante a debatir. Algo así como que el colonizado reproduce al colonizador. Se trata de un tema que siempre ha llamado mi atención y que dejo pendiente.

Excelente novela de Gurnah.


 

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 19 de octubre de 2023.

 

lunes, 16 de octubre de 2023

Una cuestión personal



“Lo suyo no es sucumbir al miedo sino razonarlo”

Kenzaburo Oé

 

Una cuestión personal (1964) es la primera novela que leo del segundo premio Nobel de Literatura japonés (1994) Kenzaburo Oé (1935-2023).

La leo en una edición del Círculo de Lectores.

Hallé esta novela en un librero de viejo y me dije ¿por qué no? No he leído nada de él. Hasta ahora he leído a dos escritores japoneses Yukio Mishima (1925-1970) y Haruki Murakami (1949), ambos de gran calidad literaria.

Una cuestión personal se trata de una novela un tanto triste, teñida de cierta filosofía pesimista de la vida (pensé mucho en Kafka mientras la leía), que gira alrededor de un hombre de 27 años, profesor en una academia preuniverstaria, cuya esposa está en un hospital pues había entrado en trabajo de parto de quien sería el primer hijo de la pareja. Es la madre de la mujer embarazada quien la acompaña durante todo el proceso.

El hombre, a quien apodaban Bird, había pasado por un fuerte episodio de alcoholismo y su mayor deseo era conocer el continente africano.

Cuando nace el hijo de Bird lo llaman por teléfono para que acuda con urgencia al hospital ya que su hijo ha nacido con una “hernia cerebral”. Bird acude al hospital y le plantean trasladar al bebé a un hospital universitario para saber si lo pueden tratar allí, no obstante, Bird no deja de pensar si su hijo podrá llevar una vida normal, incertidumbre ante la cual los médicos no tienen respuesta. Definitivamente se trata de un caso raro y Bird se pregunta, no sin dolor y tormento, si lo mejor sería que el bebé muriera.

Durante el tiempo que va transcurriendo y en el cuál su suegra y Bird deciden no decirle a la esposa la verdad de lo que está ocurriendo, Bird acude a la casa de una amiga de la universidad llamada Himiko, cuyo esposo se había suicidado. Himiko recibe a Bird durante días y conversan sobre la situación del bebé, tienen sexo, se emborrachan, etc.

A Bird lo vuelven a llamar del hospital y le dicen que pueden operar al bebé cuando esté un poco más fuerte, no obstante, Bird decide llevarse a su bebé y ponerlo en manos de un médico que practicaba abortos clandestinos amigo de Himiko y que el mismo se deshiciera del bebé. Himiko lo apoya y le dice que después podrán viajar juntos a África, deseo que tan bien había nacido en Himiko. Sin embargo, Bird repentinamente se arrepiente y decide buscar al bebé y llevarlo al hospital para que lo operen a pesar de que ignora la relevancia que tendrá esa decisión en su vida. Bird le dice a Himiko, quien de alguna manera le recrimina que cambie de opinión con respecto al bebé, frustrando así la posibilidad de que viajen juntos a África “–Lo único que deseo es dejar de ser alguien que huye de todas sus responsabilidades” (202).

El niño se salva y Bird y su esposa se lo llevan a su casa aunque no queda claro si el bebé se desarrollará normalmente.

Cuando uno lee esta novela le cuesta pensar que carezca de una base autobiográfica y, efectivamente, buscando en Google, uno se encuentra con que Kenzaburo Oé y su esposa tienen un hijo que nace con problemas al que llamaron Hikari Oé (Australia, 1963). También podemos leer que, al parecer, cuando el niño nació los médicos insistieron a los padres que era mejor dejar morir al niño, pero que los padres se opusieron (en la novela, durante buena parte, ocurre lo contrario, es decir, es Bird quien piensa que es mejor que el niño muera).

El niño fue operado pero permaneció con discapacidad visual, retraso en el desarrollo, epilepsia, coordinación física limitada y con poca capacidad para hablar. A pesar de lo anterior, Hikari Oé es un compositor de música clásica.

Otra cosa que podemos deducir de la información de Google es que la experiencia de haber tenido a Hikari marcó la producción literaria de Kenzaburo Oé.

 

 

Escrito y publicado por Libia Kancev.

Caracas, 16 de octubre de 2023