jueves, 29 de junio de 2023

El peso de la noche

                       
                                                                                                          Jorge Edwards


El peso de la noche (1965) es una novela corta del escritor Jorge Edwards Valdés (Santiago de Chile, 1931- Madrid, 2023), editada por Editorial Bruguera.

Hace tiempo conocía de este autor chileno que ganó el Premio Nacional de Literatura de Chile en 1994 y el Premio Cervantes en 1999, no obstante, sólo había leído de él El inútil de la familia (2004) y  El origen del mundo (1996), reseñada en este blog.

El peso de la noche se trata de una novela como trasquilada, es decir, como cortada, aunque las dos historias narradas  tienen como personajes principales a dos miembros de una misma familia.

En los inicios habla de la vida de un adolescente llamado Francisco, hijo único de una familia acomodada y conservadora. Sus padres son Don Eleuterio y Doña Inés. Francisco estudiaba en un colegio católico pero se halla en esa etapa del despertar de su sexualidad que se debate entre la enseñanza católica que recibe y el descubrimiento de los libros del gran escritor español Miguel de Unamuno (1864-1936) que lo hacen dudar de la enseñanza religiosa que recibe, pues “Para Unamuno, la idea de que Dios premie o castigue las acciones humanas es una ingenuidad ” (13), incluso, hasta se decide a ir a un burdel y mantiene durante un tiempo relaciones íntimas con una prostituta llamada Irene que le toma cariño.

En esta primera historia aparece la señora Cristina, abuela paterna de Francisco y matriarca de la familia. Doña Cristina cae gravemente enferma pero aún así sigue ejerciendo un gran poder sobre la misma.  

En este relato se muestra a un Francisco que aunque quiere a su abuela tiene una especie de temor a relacionarse mucho con ella quizás por el tema de la muerte.

Cuando digo que se trata de una novela trasquilada, lo digo porque sin previo aviso, se da paso a la historia de vida de Joaquín, hijo de la señora Cristina. Joaquín vivía solo, estudiaba derecho pero no mostraba mayor interés ni por estudiar ni trabajar. Joaquín consigue empleo en una oficina (por influencias de un hermano) pero siente que ese no es su ambiente, por otra parte, era dado a la bebida, al juego de caballos y a apostar a la Bolsa. Joaquín vivía sólo y siempre estaba falto de dinero. Se enamora de una mujer casada llamada María Inés y durante un tiempo mantienen relaciones ya que el esposo de la mujer trabajaba fuera de Santiago de Chile pero, cuando el hombre es destinado a la capital, María Inés termina su relación con Joaquín quien siempre pensó que ella se divorciaría para casarse con él.  Al final, Joaquín es despedido del trabajo, tiene pérdidas en sus apuestas y su madre, la señora Cristina, fallece lo que implicaba que él, al igual que sus hermanos, iba a heredar. Parece que para Joaquín, la muerte de su madre implica un ser y estar mejor (solo lamenta que su madre no esté viva para verlo).

Vale decir que Doña Cristina había dejado dispuesto quién administraría la parte de la herencia que le correspondería a Joaquín pues temía que la despilfarrara y él terminara viviendo de la caridad.  

El peso de la noche plasma la esencia de una familia chilena, adinerada, católica, en extremo conservadora, que quiere guiar la vida de sus miembros y que resulta poco tolerante a los “desvíos” de algunos de ellos.

Podemos decir que El peso de la noche es una novela que exhibe el mundo psicológico de los personajes protagonistas de una manera muy notable.

Quiero mencionar que el estilo literario de Edwards me recuerda mucho al del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909- Madrid, 1994) y también al del chileno José Donoso (1924-1996). Por cierto, Edwards, Onetti y Donoso, estuvieron ligados en mayor o menor grado al llamado boom latinoamericano. Sin duda, tres importantes escritores latinoamericanos del siglo XX/XXI.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 29 de junio de 2023

martes, 27 de junio de 2023

Hallazgos

 A María Victoria, Sergio Manuel y Mariana Isabel

Wassily Kandinsky (Composición VII, 1913)

“Ah, que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu definición mejor” J.L.L.

Estimado amigo: “te escribo largo porque no tengo tiempo de escribirte corto” C.M.             

                  I

LO PROMETIDO

 

Recién detallo una contradicción

como los extremos, los polos opuestos

puntos cardinales, cielo y tierra

me detengo

entre lo racional y lo espiritual

siento que mente, espíritu y ser

son golpeados por uno y otro punto

Es entonces cuando digo

¿Podrá un materialista dejar de sentir?

¿El hombre espiritual por ello no es hombre orgánico

                                                                               pensante?

Vaya al viento un par de frases

el sentimiento se lo ubica en el corazón

el razonamiento se lo ubica en la mente

Qué inconsistencia, me quedo con mi mente,

Mi espíritu, mi análisis y mi forma de sentir.

 

II

A PROPÓSITO DE LOS VACÍOS

 

Hay que tener calma

cuerpo y alma solos, no resuelven

podemos desesperarnos ante una

auténtica viruela de vacíos.

Lo primero es que estemos alertas

dispuestos a que puedan cubrirlos

que no nos encuentre con ojos cerrados

que se puedan transitar nuestros

conductos, acueductos y aureolas de

                                            protección

estar dispuestos a dejar caer y subir

                                                  telones

es colocarse en expectativa

es aceptar que un relleno creará otros

                                                  vacíos

es luchar porque el alimento

que nutre los vacíos sea constante.

 

 

III

A PROPÓSITO DE LA SOLEDAD

 

No soy solitario

Esto puede ser muy serio

y hasta tergiversado

Asumo la soledad como parte de la existencia

Pero pienso, tengo mi soledad

para compartirla, para mezclarla con otra (s)

para acompañar a la mía con esas(s) otra(s)

Si logro esto, el futuro es impredecible

 

unirlas será provocar un

caudal que con paso seguro

pero amplio, abierto

pueda crear el dúo de amistad

                                      y amor.

 

IV

En desacuerdo

 

Soledad y ser uno mismo

No siempre van juntos

Octavio Paz dice y yo suscribo:

“Para que pueda ser he de ser otro

salir de mí, buscarme entre los otros

los otros que no son si yo no existo

los otros que me dan plena existencia”

 

V

POSDATA

 

Me cuesta ser intruso

prefiero una introducción sencilla

pero es la tentación de los últimos días

Es la esperanza que vacíos y soledad

puedan unir por encima de apartar

Yo me inscribo en la carrera,

para ser otro

para lograr el dúo.

 

VI

ANEXO (casi textual de Benedetti)

 

Táctica y Estrategia

Mi táctica será mirarte

aprender cómo eres

quererte como seas

 

Mi táctica será hablarte y escucharte

construir con palabras puentes indestructibles

Mi táctica será quedarme en tú recuerdo

no sé cómo ni sé con qué pretexto

pero quedarme en ti

 

Mi táctica será ser franco

y saber que tú serás franca

y que no nos venderemos

simulacros

para que no haya telón ni

                            abismos

Mi estrategia, en cambio

será más profunda y más simple

Mi estrategia es que un día cualquiera

no sé cómo, por qué, ni sé con qué pretexto

por fin

                                                   me necesites

 

·         en momentos largos y,

ratos cortos

 

 

Estos textos fueron escritos el 24 de febrero de 1985 por Julio Manuel Fermín Salazar (Caracas, 1961).



Publicado por Libia Kancev

Caracas, 27 de junio de 2023

lunes, 26 de junio de 2023

Personas decentes

A Amneris Tovar por facilitarme ésta y otras novelas que, sin su gentileza, tal vez no hubiera podido leer...


Leonardo Padura

Personas decentes (2022) es la más reciente novela del escritor cubano Leonardo Padura (1955), publicada por Tusquets Editores.

Esta novela, de 439 páginas, nos trae nuevamente al personaje de Mario Conde (creado por Padura) pero ya como ex policía y frisando los 62 años. Conde, quien a la sazón se dedicaba a la compra y venta de libros, seguía viviendo en el mismo círculo familiar de novelas anteriores, conformado por Tamara (su pareja), Carlos (El Flaco), Josefina y muchos otros.

Conde consigue un empleo como vigilante privado en un sitio nocturno (La Dulce Vida) regentado por su buen amigo Yoyi el Palomo lo que le permitía un salario incomparable con el que ganaba cuando era policía.

Padura nos narra, en forma paralela, dos historias ambientadas en Cuba pero en periodos históricos distintos: una en el año 1909/1910 y otra en el año 2016 cuando el ex presidente norteamericano Barack Obama (1961) visitó la isla, siendo el primer presidente norteamericano en hacerlo después de 88 años sin que ningún otro lo hubiera hecho.

En la primera historia, el joven policía Arturo Saborit es destacado para trabajar en La Habana, en especial en el barrio San Isidro (donde se movía el más grande centro de prostitución de Cuba) y conoce a Alberto Yarini, joven proveniente de una familia adinerada, prácticamente dueño de la prostitución en La Habana y que tenía aspiraciones presidenciales. Yarini, tal y como lo describe Saborit era un hombre que irradiaba un influyo arrollador en muchas personas. El joven había incursionado en la política y daba unos discursos donde exponía sus deseos de una especie de refundación de la isla después de su liberación como colonia del yugo español y a pesar del poder que seguían teniendo los americanos sobre Cuba. Yarini tenía miles de seguidores.

Después del encuentro entre Saborit y Yarini que en poco tiempo parece haberlos llevado a una auténtica amistad, se suceden dos asesinatos (con 1 mes de diferencia) en jóvenes prostitutas: una, Margarita Alcántara (joven española emigrada a la isla) cuyo cuerpo fue descuartizado y otro el de la joven Josefina Gómez, muerta de manera similar. Es Saborit quien, exhibiendo un gran olfato policial, resuelve ambos casos. El primero fue cometido por el Dr. Anastasio Bencomo quien había embarazado a Margarita y le había prometido sacarla del mundo de la prostitución y el otro fue cometido por el corrupto capitán de policía Ezequiel Fonseca quien era el chulo de la muchacha y la mata imitando el primer crimen  con el fin de confundir las investigaciones policiales. Ambos terminaron fusilados en los fosos de la fortaleza de La Cabaña.

Como dijimos antes, la relación entre Yarini y Saborit se había fortalecido. Alberto lo invitaba con frecuencia y Saborit lo acompañaba en el recorrido que realizaba rutinariamente por sus burdeles aunque por ello Saborit no dejaba de preguntarse, en su fuero interno, que qué quería realmente Yarini de él.

En este mundo de la prostitución no sólo participaban los cubanos (Yarini) sino también estaban los franceses al mando de Louis Lotot y otros extranjeros. Los franceses trajeron de Francia a una joven llamada Bertha Fontaine a trabajar con ellos y, al parecer, Yarini se enamora de ella y se la lleva a su casa, cosa que los franceses no le perdonan. Al final, Lotot le tiende una trampa a Yarini y lo hiere gravemente, mientras que Lotot y su concubina Janine Fontaine (hermana de Bertha) reciben un tiro de gracia por parte de Saborit.

En un acto elocuente de demostración de amistad, Yarini, moribundo, deja constancia de que él era el único responsable de la muerte de Lotot y de su mujer librando a Saborit de sospechas y problemas posteriores.

Después de la muerte de Yarini, Saborit se retira de la policía y le pide matrimonio a una prostituta de la que se había enamorado y viven muchos años juntos y felizmente casados.

La segunda historia, ambientada en 2016, empieza con la solicitud que le hace el teniente coronel Manuel Palacios, antiguo compañero y amigo de Conde, para que lo ayude en la resolución del asesinato de un antiguo censor del régimen en el área de la cultura llamado Reynaldo Quevedo conocido como el Abominable y al que le habían cortado el pene y tres dedos de una mano.

Para el momento del asesinato de Quevedo, La Habana se hallaba muy agitada ante la visita de Obama y los cuerpos policiales se hallaban exigidos al máximo.

Así, entre el trabajo de Conde como vigilante nocturno y la ayuda que le presta a Palacios, aparte de la relación que mantiene con sus amigos de siempre, Padura nos narra una trama que incluye el encuentro del cadáver enterrado de Marcel Robaina, ex yerno de Quevedo, y al que también le habían cortado el pene. Ambos hombres se habían beneficiado de las actividades de Quevedo años atrás, las que incluían el robo de obras de arte, en especial de pinturas de renombrados pintores cubanos que ahora vendían a clientes fuera de Cuba y les permitía tener una vida cómoda.

Entre los pintores que, al parecer, sufrieron persecución por parte del régimen cubano se mencionan a: Servando Cabrera Moreno (1923-1981), Raúl Martínez (1927- 1995), Raúl Milián (1914-1984), Secundino Bermúdez y Delgado (1914-2008), conocido como Cundo Bermúdez.

Vale destacar que Padura menciona en Personas decentes a escritores de la talla de José Lezama Lima (1910-1976) y a Virgilio Piñera (1912-1979) como víctimas del régimen.

Padura pone en evidencia, una vez más, las grandes dotes que todavía tiene Mario Conde como policía y así nos pasea por una serie de hechos pasados y recientes que involucran el nombre y algunos objetos del  mismísimo Emperador Napoleón Bonaparte (Córcega, 1769- Isla Santa Elena, 1821).

Finalmente, el caso de estos asesinatos se resuelve con la detención de José José Pérez Pérez historiador, quien se había casado en secreto con una joven poeta llamada Natalia Poblet. Natalia no logró resistir el maltrato, el daño que le habían hecho por órdenes de Quevedo y se suicida. Ambos habían sido víctimas de Quevedo. Cuarenta años después del suicidio de Natalia, José Pérez (quien aparentemente había seguido con su vida) comete los asesinatos (Quevedo y Robaina) que considera un acto de justicia más que de venganza.

Aparte de la trama policial de ambas historias, Padura nos pasea por lo que era La Habana en 1909/1910 que, aunque no exenta de males, parecía que podía llegar a convertirse en la Niza de América como pensaba Alberto Yarini. También lo hace con lo que es La Habana en 2016 ensalzada con su conocimiento de Cuba, con una Cuba supuestamente revolucionaria y orientada en la consecución del “Hombre Nuevo”. Una Cuba llena de limitaciones, de escasez, de corrupción, prostitución, narcotráfico, expropiaciones, de familias separadas por el ansia de escapar a mejores destinos, gente beneficiada con el ejercicio del poder en lo que se supone una ideología basada en el bienestar del pueblo, en la igualdad.

Por momentos y para mí, como venezolana, leer a Padura se hace muy preocupante. Hay muchas narraciones que presentan analogías con lo que sucede en Venezuela y uno piensa ¿cómo escapar de ese destino? Y no lo pienso solo a nivel individual sino también a nivel colectivo.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 26 de junio de 2023

 

 

 

miércoles, 14 de junio de 2023

Tomás Nevinson

Portada Tomas Nevinson




“la literatura permite ver a la gente de veras, aunque sea gente que no existe o que con suerte existirá para siempre, por eso nunca perderá su prestigio del todo”

Javier Marías

Acabo de terminar de leer la novela Tomás Nevinson (2021) del recientemente fallecido escritor español Javier Marías (1951-2022).  Se supone que esta novela es continuación de Berta Isla (2017) y, de alguna manera, lo es, pero para algunos puede leerse sin haber leído Berta Isla, no obstante, para los que leímos ésta, es difícil no pensar que Marías hace una especie de recuento de lo que sucede en la primera y, en ese sentido, se hace inicialmente un poco tediosa pero, para ser sinceros, Marías se detiene en una serie de temas abordados un tanto filosóficamente, como el del trato hacia las mujeres (cortés y delicado) que le enseñaron desde su infancia, la muerte, el acto de matar, el de la postura ante los hechos negativos que causamos a otros o los que nos causan a nosotros, etc., y así podemos darnos cuenta, una vez más, de la gran calidad de narrador que era Marías.

Tomás Nevinson había regresado a Madrid en 1994 cuando Berta y sus dos hijos Elisa y Guillermo ya lo creían cenizas. Recordemos que cuando apenas tenía 21 años y era estudiante en Oxford lo captaron, bajo engaño, para trabajar en el Servicio Secreto de Reino Unido en el cual permaneció por 25 años. En apenas un instante su vida cambió y no sería sin consecuencias. Su relación como pareja de Berta ya no sería la misma al igual que la relación con sus hijos que no podían más que considerarlo como un familiar lejano.

Nevinson reinicia su vida volviendo a trabajar en la Embajada inglesa en Madrid y se instala a vivir cerca de la casa de Berta y sus hijos.

Cuando Nevinson creía que su accionar como espía ya había terminado, recibe una llamada de quien había sido su antiguo jefe, Tupra, quien le pide que se vean en Madrid y le adelanta que quiere pedirle un favor para un amigo que allí vive y que está en camino de ejercer un alto puesto en España. El amigo se llamaba Jorge Machimbarrena.

Tupra y Nevinson se encuentran y después de conversar un buen rato, Tupra le cuenta el favor que necesita de él. Se trata de que localice a una mujer llamada Magdalena Orúe O’Dea de la que tenían información que formaba parte de la organización terrorista nacionalista vasca llamada Euskadi Ta Askatasuna ((ETA), frase traducida como Patria Vasca y Libertad o del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y que había sido artífice de unos atentados ocurridos en 1987 en Zaragoza y Barcelona y que habían dejado muertos y muchas víctimas de mutilaciones. Tupra quiere que Nevinson vea las fotos de tres mujeres y que las investigue a las tres y hallar a la que estuvo involucrada en esos terribles actos de terrorismo. Una de ellas sería la terrorista y él debía descubrirla y hallar pruebas para que fuese llevada ante la justicia (y, en última instancia, matarla. De esto último se entera mucho después).

Pero Nevinson ya no es un joven de 21 años, sabe que puede declinar la petición que le hace Tupra y, en todo caso, no está dispuesto a participar en lo que le pide Tupra sin ser absolutamente consciente de la situación y no sin antes recriminarle con intensidad a Tupra el engaño del que había sido víctima 25 años atrás. Así, Tupra debe emplearse a fondo para convencerlo.

Habiendo Nevinson ya aceptado, se entera que una joven compañera de trabajo en la Embajada, con la que tenía relaciones sexuales ocasionales, llamada Patricia Pérez Nuix  también forma parte de los Servicios Secretos y es ella la encargada de darle algunos datos sobre su misión y de decirle que, si no consigue pruebas que permitan que la mujer que buscan sea llevada ante los tribunales, él debería eliminarla, para lo cual Nevinson no está preparado. Matar a una mujer no era algo pensable y ello influyó en el desenlace de la novela.

Así Nevinson le comunica a Bertha que debe ausentarse por un tiempo no preciso y ella sabe que él definitivamente no puede alejarse del mundo del espionaje. Tomás se instala en una ciudad del noroeste a la que llama Ruán con el nombre encubierto de Miguel Centurión y bajo la figura de un profesor de inglés en un colegio cercano de donde vive, justo frente a la vivienda de una de las tres mujeres llamada Inés Marzán (38). Inés destacaba por su gran altura y la dimensión de las partes de su cuerpo. Era divorciada y  tenía una hija cuyo ex exposo no se la dejaba ver. Inés también era dueña de un restaurante llamado La Demanda. Es con Inés que Tomás (Miguel) logra intimar. En la casa de las otras dos mujeres, el Servicio Secreto había instalado micrófonos, al parecer en sitios inadecuados que poco le permitían a Miguel enterarse mayormente de las cosas que ocurrían en esas casas.

Las otras dos mujeres eran, Celia Bayo (41/42), esposa de un concejal del pueblo. Era profesora de geografía e historia y tenían dos hijos. La otra era María Viana (40/41), casada con un empresario acaudalado y madre de un par de mellizos, llamados Nicolás y Alejandra. El esposo de María no la trataba nada bien.

Nevinson había pasado 5 o 6 meses en Ruán y realmente no era mucho lo que había logrado averiguar de las mujeres, aunque la que más podía ser Magdalena era Inés y, en segundo lugar, María. Tomás recibía llamadas de Patricia quien lo presionaba para que cumpliera con su trabajo hasta que un día lo llama Tupra y le pide ir a Londres para reunirse con él. Tupra le da un par de semanas de plazo para que diga quién es Magdalena y agrega que si no matarían a las tres. La sola posibilidad de que esto ocurra  escandaliza a Nevinson. Por otra parte, en su vida como espía había matado a dos hombres por estricta necesidad pero no se imaginaba matando a una mujer (como decíamos antes) ni mucho menos a tres.

De regreso de Londres, Nevinson pasa por Madrid para ver a Bertha (los hijos estaban fuera) y pasan un rato agradable aunque Berta lo nota ansioso y angustiado. Nevinson piensa, por vez primera, en volver a ser quien era desde adolescente, como novio de Berta y retomar su vida junto a ella y sus hijos.

Nevinson regresa a Ruán y no es mucho más lo que logra averiguar sobre las tres mujeres pero, en la conversación con Tupra éste le dice que seguramente se trata de Inés. Tomás piensa y repiensa y decide lo que para él siempre fue algo impensable, matar a una mujer. Así, logra citarse con Inés para pasar una noche de copas y sexo. Él coloca un sedante fuerte en la bebida de ella y entre ese efecto y lo cansada que ella estaba pues se hallaban en temporada alta y tenía muchísimo trabajo en su restaurante, la sumerge en la ducha con la finalidad de que se ahogue pero, Nevinson no puede y después de unos minutos decide sacarla, la lleva a su cama, la seca y la deja dormida.

Al día siguiente, Inés lo llama para preguntarle qué había pasado pues no recordaba nada y él le explica que ella se había quedado dormida.  

Así que las cosas quedaron allí a pesar de la molestia de Tupra y de Patricia Pérez Nuix.

Nevinson regresa a Madrid enterándose poco después que Inés había vendido su casa y su local en Ruán y que no se sabía nada de su paradero. Nevinson, aunque satisfecho con la decisión que había tomado con respecto a Inés, decisión muy coherente con su auténtico ser,  no puede evitar estar atento a cualquier acto terrorista, en especial, los llevados a cabo por ETA y/o por el IRA. Tiempo después hubo otro atentado y luego las cosas se fueron apaciguando.

Tomás Nevinson, otra buena novela de Javier Marías.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 14 de junio de 2023.