viernes, 28 de febrero de 2020

La hija de la española




     







“La Venezuela que yo echo de menos ya no existe”




Antes de leer La hija de la española (2019) me negué a conocer cualquier crítica sobre la misma, no quería tener ninguna influencia previa al respecto.

La autora de esta novela es la periodista venezolana, Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982).

Cuando Anneris Tovar me prestó La hija de la española, que trajo de España, me dijo: “se lee rapidito” lo cual resultó cierto y creo que el motivo de ello es que la mayoría de los hechos narrados me son absolutamente conocidos, muchos de los cuales viví en persona, de otros me enteré a través de las redes sociales y hay otros que no pongo en duda por lo que ha sido lo que una vez fue llamada la “revolución bonita”. El calificativo de “bonita” se puede sustituir, sin dificultad, por el de macabra… Estoy segura que muchos habitantes del país pueden decir lo mismo que yo.

La hija de la española relata diversos hechos que han ocurrido en Venezuela en los últimos años como consecuencia de la llegada al poder del ya fallecido Hugo Chávez, al que, por cierto, Sainz Borgo no llega a mencionar en ningún momento, cosa que no es necesaria para los que vivimos en Venezuela pero sí podría serlo para alguien que no tuviera mayor conocimiento de la situación política, social, económica y cultural que se vive en nuestro país.

La hija de la española narra los hechos que se sucedieron en Venezuela, en especial en el año 2017, cuando se daban protestas casi a diario en contra del gobierno, usualmente protagonizadas por jóvenes y por la policía o los militares, en especial, la Guardia Nacional, con un saldo nada despreciable de heridos y muertos. También la vivencia de los jóvenes que eran detenidos en la llamada La Tumba ubicada en Plaza Venezuela.

Por otra parte, la cruel realidad de los llamados colectivos, constituidos por civiles armados (que usualmente se desplazan en motos) dedicados a intimidar y atemorizar a la población civil que pretendiera mostrar su inconformidad con el gobierno y cuyo control, en muchos momentos, parecía írsele de las manos al propio gobierno.

La autora también señala, aparte de la gran dificultad para conseguir alimentos, las colas y otros, la corrupción generada a través de la distribución de alimentos subsidiados por el gobierno (las llamadas cajas CLAP) que han fungido como un claro  mecanismo de control social. Otro tema central es el de las amenazas (muchas llevadas a la realidad) de la invasión de la propiedad privada. De hecho, a Adelaida Falcón, la protagonista de la novela,  cuya madre había muerto recientemente y con quien tenía una relación muy estrecha, le invadieron su apartamento, sin tener la mínima opción de exigir su devolución. Este hecho (la invasión) hace que se traslade al apartamento de una vecina para buscar ayuda, consuelo, etc., resultando que la halla muerta en la sala. A esta mujer le decían “la hija de la española” porque realmente era hija de una española que había emigrado a Venezuela por los años cincuenta y que ya había muerto. Adelaida decide tomar la identidad de “la hija de la española” y termina yéndose a Madrid.

Hay algo que tiene La hija de la española que no podemos dejar de mencionar  y es que no parece contener ninguna esperanza para los que nos quedamos y eso es duro, muy duro. Así lo siento.

La hija de la española es, sin duda, una novela bien escrita que narra, bajo el escudo de la ficción, una realidad reciente de nuestro país que nos ha marcado. La hija de la española es el testimonio escrito de esa realidad.



Escrito y publicado por Libia Kancev.