martes, 24 de mayo de 2016

Pedro y Juan de Guy de Maupassant

Guy de Maupassant 









“Es cierto que no siempre se es dueño de sí mismo, y que a veces se sufren emociones espontáneas y persistentes contra las que es inútil luchar”.

Guy de Maupassant  (1850-1893) fue un excelente y prolífico escritor de cuentos. También escribió novelas y relatos de viajes aparte de artículos periodísticos.
En estos días me topé con su novela Pedro y Juan (1888) considerada una de las mejores del escritor francés.
Pedro y Juan relata una historia relativamente sencilla: una familia constituía por los padres y sus dos hijos: Pedro, el mayor, médico y Juan, abogado. La novela está ambientada en París. Un día reciben la noticia de que un amigo de la familia Roland, el señor Maréchal había fallecido y que le había dejado toda su herencia  a Juan. Este hecho, aparentemente inexplicable pero muy bien recibido por Juan y sus padres empieza a hacer estragos en Pedro. En conversaciones con algunas personas le hacen ver que posiblemente el fallecido era el verdadero padre de Juan. Ello genera en Pedro todo un drama emocional ante la posibilidad de que su madre le haya sido infiel a su padre. Al final resulta que, efectivamente, el único y verdadero amor de su madre había sido el Sr. Maréchal. Pedro  pasa un tiempo atormentado con la idea hasta que se lo dice a Juan a quien la noticia no le resulta muy sorprendente ante lo “simple” que era el Sr. Roland y la jugosa cantidad de dinero que recibiría y que le permitiría llevar una vida llena de comodidades.
La trama se resuelve de una forma increíblemente simple, Juan hace diligencias para que su hermano mayor se embarque como médico en un transatlántico, el Lorraine (Pedro accede) como forma de alejarlo de la casa y que así Pedro no siguiera lastimando a su madre por su infidelidad.
La novela me sorprendió pues, al haber leído muchos cuentos de Maupassant y, de alguna manera, estar acostumbrada a la excelencia de los mismos, pienso que me esperaba una novela más “desarrollada” y de mayor profundidad.
El Sr. Roland quedó como lo que aparentemente era: un hombre simple y bonachón que no era tomado en cuenta para nada; la madre como la víctima de Pedro sin que se diera ningún elemento de reflexión por parte de la misma; Juan, a quien no le importó ser hijo de otro hombre y no del que lo había criado. Para Juan el dinero era primordial. Pienso que el mejor personaje es el de Pedro quien decide marcharse al comprender que no podría vivir bajo el mismo techo de sus padres sabiendo lo que sabía.

No pude evitar el pensamiento de que los escritores tienen sus capacidades. Está claro que el cuento y la novela, aunque son géneros  narrativos, tienen diferencias evidentes. Posiblemente haya pocos escritores que puedan  escribir buenos cuentos y buenas novelas.

Escrito y publicado por Libia Kancev.

Caracas, 24 de mayo de 2016.