miércoles, 27 de marzo de 2013

NUBE





Te veo hoy, te vi ayer.
Pregunto, cómo estás,
dices –con sorpresa-
cada día mejor, y agregas tímidamente,
                 [desde que te conocí.

Mi corazón se estremece como ola que golpea roca.

Tomamos un té, saboreamos un tres leches.
Nos preguntamos por nuestras vidas, por lo cotidiano.

La poesía surge como azar esperado. Te escucho.
                                  [Me escuchas. 

Pedimos de nuestras propias cosechas
y, relucientes, surgen poemas de amor escritos la noche anterior,
bajo el insomnio que da la felicidad,
que te hace reír sin objeto,
que te hace andar en las nubes.

Mi corazón está estremecido como ola que golpea roca.




Libia Kancev D.

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