jueves, 7 de marzo de 2013

LA POESÍA DE PABLO ROJAS GUARDIA




“La poesía no es refugio en absoluto, es intemperie”
Armando Rojas Guardia

Pablo Rojas Guardia nació en Caracas en 1909. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en nuestra capital, luego ingresó a la Universidad Central de Venezuela para estudiar Ciencias Políticas, carrera que finalmente no concluye en vista de que fue opositor de la dictadura de Juan Vicente Gómez estando preso en 1928 y en 1933.

Ya en  1926 inicia su carrera literaria publicando en diversas revistas de la época, tales como El Heraldo, Élite; El Pueblo y otras.

Sabemos que para marzo de 1936 ejercía de secretario de la Asociación de Escritores de Venezuela (Paiva 7), de la cual también fue miembro fundador en 1935.

En el año de 1937 fue enviado a México como Agregado Comercial y, allí prepara la publicación de varios de sus poemarios. A su regreso al país se dedica al periodismo y pasa a ocupar, primero la Sub dirección y luego la Dirección de la Oficina Nacional de Prensa. Posteriormente se reincorpora al servicio exterior de nuestro país en Madeira, Martinica, Guadalupe, Haití, Checoslovaquia y Nicaragua (Segnini 41).

Rojas Guardia fue profesor de literatura de la Universidad Católica “Andrés Bello” (UCAB) y ejerció, además de la poesía, la crítica y el ensayo (Miranda 249).

Rojas Guardia está considerado como uno de los miembros de nuestra vanguardia poética. Formó parte de la llamada generación del 28, aunque Picón Salas lo ubica en la generación del 30 (ctd en Gutiérrez 523) y del grupo Viernes, creado en 1936: “Viernes [es] el iniciador de la modernidad en la literatura de nuestro país, especialmente en lo que respecta a la poesía” (ctd. en Martínez 39).

Se ha dicho que “Los poetas de esta agrupación son fuertemente influidos  por los movimientos surrealistas francés y latinoamericano.  Junto a esto, se inscribe el impacto de García Lorca por España y de Pablo Neruda, por Latinoamérica” (ctd en Martínez 40), aún así: “…tampoco fue un grupo homogéneo desde el punto de vista de las tendencias que se desarrollaron en su seno.  Aunque trató de fijar un sentido y un destino [a] la expresión." (ctd en Martínez 40).

También se ha mencionado la influencia del creacionismo de V. Huidobro (1893-1948) y de toda manifestación de nueva poesía (Guevara y Galindo  4).

Rojas Guardia fue quien redactó el Manifiesto de Viernes, publicado en el primer número de la revista en mayo de 1939. En el mismo se expresa la falta de limitaciones del grupo, la coincidencia de dos generaciones y la aceptación de todas las formas:  
Viernes es un grupo sin limitaciones. Y  ésta —Viernes— una revista que
expone poesía y que se expone. Aquí se encuentran y reencuentran las excelencias de dos generaciones. Porque  cuando  otros   países insisten todavía en plantear el  pleito de  las generaciones,  nosotros, que tenemos prisa  en salir  del atolladero, resolvemos el  problema así:  de  una  peña  —Viernes—  cordial,  pero intrascendente,  hicimos  un  grupo  —Viernes— interventor  de la cultura. Que se  identifica con la  ro-sa-de-los-vientos.  Todas  las direcciones. Todos  los  vuelos. Todas las formas (ctd. en Carrillo 39).

Cabe destacar que, el grupo Viernes tuvo sus detractores, entre ellos, Don Mariano Picón Salas (1901-1965):  
La antipatía de Picón Salas hacia Viernes se manifiesta con frecuencia. Lo menos que hace es despachar a sus miembros en unas cuantas líneas, refiriéndose a ´su contradictoria batalla estética. Contradictoria porque, aparte del desdén por la vieja riña clásica, son entre sí muy diferentes´; o englobarlos en el ´enorme rio sucio´ -mezclado y poderoso- de la influencia de Neruda: ´Y está pesando -acaso contra la voluntad de ellos mismos- en esta densa materia de sueños entrecruzados, de sexualidad confusa, de húmedo naufragio de alguno de nuestros poetas´, cuya salida ´a un sitio limpio´ anuncia y saluda (Medina, XIII 136).

En 1945, nuestro poeta recibió el Premio Municipal de Poesía por Trópico lacerado y en 1960, el Premio Municipal de Prosa.  Pablo Rojas Guardia falleció en Caracas en 1978.

 Influencias: según Paz C. toda la generación del 28 estuvo influida por Ortega y Gasset y Bergson ( 1859 1941), filósofo francés, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1927: el espiritualismo y el vitalismo son la base de su filosofía.

Su obra literaria incluye:

Poemas sonámbulos (1931)
Desnuda intimidad (1934-35) 1937
Acero, signo (Poemas murales) (1937)
Clamor de que me vean (1937)
Trópico Lacerado (1938-1945)
La voz inacabada (1960)
Enigma de la luz tropical (1963)
El rostro de la patria y otros márgenes, atisbos y evocaciones (crónicas, 1968)
Algo del mar y del pan caliente (1968)
La realidad mágica. Ensayos de aproximación literaria. Crítica (1969)
Espejos de Noviembre para sueños de Abril (1970)
Diálogos sobre poesía y literatura. Crítica (1974)

                                                                                                                                             El primer poema contenido en Poemas sonámbulos (1931), título éste que Fernando Paz Castillo (1893-1981) equipara con el de “fuga de la realidad”  (Paz Castillo, El Universal)  está precedido por un epígrafe que entendemos es del mismo autor. El yo poético parece ofrecernos el sentimiento guía  que prevalecerá en los poemas allí contenidos. Menciona a la Angustia como el sentimiento que acompaña el amanecer  por lo cual se explica que todas las palabras que componen y rodean a los sueños estén teñidas de esa misma angustia. Angustia que, en el concepto freudiano, implica un miedo, un desasosiego cuyo origen resulta inaprehensible. El poema “dice” así:
Amanecimos sobre la palabra ANGUSTIA.
Por eso las otras palabras,
Las que alrededorizan los sueños,
Tienen un temblor lelo en los labios.

AHORA

Las palabras que no se han dicho
se estuvieron haciendo verso.
Verso de ayer, y de hoy, y de siempre.
Sonidos equidistantes del cerebro y del corazón:

Pajarera americana de sangre y de sueño,
la garganta,
doblada de español y de indio,
o de negro y alemán.

Y así es la voz sonámbula:
Agazapada en los espejos
que tienen el eco de los gestos incumplidos;

rebelde –a la inversa-
va del grito a la pupila caída
que ya todo lo aprueba;
estirada, incógnita, encinta de albas,
-otra vez- sobre los campos yermos;

tierna,
en el desfiladero de las voces fraternas.


Ineludible comentar “AHORA” (49). Se refiere a las palabras no dichas que devienen en versos (palabras, frases pensadas que se van trabajando) en todos los tiempos, con lo cual el poeta toma en cuenta los poemas “viejos”, los presentes y los que serán escritos, (también puede pensarse como un reconocimiento a los poemas escritos en todas las épocas) todos ellos, cimentados en la distancia que separa el cerebro del corazón, es decir, el poema como una construcción donde participa tanto lo cerebral como lo espiritual del poeta:
“Las palabras que no se han dicho
se estuvieron haciendo verso.
Verso de ayer, y de hoy, y de siempre.
Sonidos equidistantes del cerebro y del corazón:”

Luego, resalta el vigor del verso americano y su expresión en razas diversas y se  equipara las palabras poéticas con la “voz sonámbula”, la emitida bajo una fase del sueño sin conciencia, con todo lo que ello puede significar.

Hay que señalar que, lo que hemos considerado como un epígrafe precediendo al poema “AHORA”, aparece en una edición similar a la que poseemos, Poesías (1962), de manera distinta pues el “epígrafe” es presentado como un poema liminar, antecedido por varios, ahora sí epígrafes, de Antonio Machado, tal como lo señala Paz Castillo en el prólogo (40) y otros autores.  Posteriormente, en el poemario La Voz Inacabada (Poesía hasta 1969), el poema señalado aparece en página separada sin epígrafes.
Otros poemas que queremos resaltar son dos que ilustran la expresión de lo uno como un todo, se trata de “La Carreta” (50) y “Ha Llovido” (52).

La Carreta

No hay una línea en el paisaje
que se muestre potente para la emoción

Las curvas de los cerros
se esfuman
en un azul de cartulina,
y el verde fuerte del plantío
es ya futuro de labor,

mientras la chimenea del trapiche
está botando ensueños
para que jueguen las nubes
con el viento.

Súbito, el ladrido de un perro
trazó el poema del atardecer:
La Carreta que no era el Todo en el paisaje
ahora está allá sola en el camino.

Oíd,
cómo sus ruedas van rimando un poema
que se alarga en un canto de pueblo
hasta la boca del carretero.
Copla del pueblo venezolano.

Y ahora todo es bello.
¡Las ruedas cantan el poema
del paisaje venezolano!.

HA LLOVIDO

Ha llovido en la tarde.

Unas tras otras, las gotas
suicidaron su pureza en el patio.

Ahora, una sola aferrada a la reja
luce su equilibrio blanco.
¡Qué destino tan grande,
nos sostiene la Tarde!

Y se ha rogado con todas las fuerzas
que no haga viento.
¡Pobre la tarde blanca
se va a romper!



En el primero, la confluencia de un paisaje triste con un sonido que impulsa el nacimiento de un poema (“Súbito, el ladrido de un perro, trazó el poema del atardecer”). Sonido que junto a lo transformado en todo (la Carreta) despliega definitivamente el poema “Oíd, como sus ruedas van rimando un poema”.  Se escribe, entonces,  lo bello en honor al paisaje venezolano. 
En el segundo, también podemos observar, esa expresión del uno por el todo. Después de la lluvia, la imagen de una gota de agua (“una sola aferrada a la reja”) de la cual pende el destino y la posibilidad de su destrucción: “Y se ha rogado con todas las fuerzas/ que no haga viento./¡Pobre la tarde blanca/
se va a romper!”

Una de las palabras más utilizadas en la poética de Rojas Guardia es sueño y derivadas. En Elegía a un sueño (54), se alude al sueño fracasado que “Ya no sabe alegrarse/ni batir records/ de mis soledades” siendo este último sentimiento parte del universo temático de la poesía de Rojas Guardia.
Dentro de los poemas más comentados por la crítica en Venezuela y que a nuestro entender denotan la modernidad de Rojas Guardia están “GRETA GARBO” (70) y “JANET GAYNOR” (72). En el primero se hace referencia a la belleza de esta famosa y misteriosa actriz de cine sueca (1905-1990), en especial a sus ojos “El agua pintada en tus ojos, Greta, /es un sueño dormido./ Blanco. Gris. Blanco”

También a su difícil infancia “Tu adolescencia hecha de soledades/alrededor de una lámpara/cuando…”
y a su impacto en la pantalla grande. Por otro lado, al hecho de ser fuente de inspiración para las cuestiones del amor.  “JANET GAYNOR” (72) es un poema que alude a la belleza y ternura de esta reconocida actriz estadounidense (1906-1984) y a los peligros que puede representar para ella el mundo del cine:
“Janet tenue, Janet linda, Janet lírica./ Corazón de pan, y de miel, y de ensueño//.Te perderás en Hollywood. Te robarán los técnicos./ Convertirán tu corazón de muchacha linda/que trabaja y que sueña/ en corazón de dollar;”

El poema “VIAJE” (68), refleja la emoción por la existencia de la radio (que llegó a Venezuela en 1926) y la aparición del deseo de viajar que ella incita:
“Las torres de radio
 emocionan la tarde.

 Hay un turbio anhelo de partir
 -timonel de la onda-…

 Deseos infatigables de violar caminos
 en las tierras extrañas…”

A decir de Paz Castillo, en el poemario Trópico lacerado (1945), se encuentra, posiblemente, la mejor poesía de Rojas Guardia (Paz Castillo, Poesías  41). A su vez, Paz C. lo define como un poeta romántico y agrega otras características como que la poesía de Rojas “…no es una poesía llana… [a veces] se muestra afectada y en veces de una clara sencillez, “ (Paz Castillo 28).
Otros lo han considerado como un poeta surrealista “Pablo Rojas Guardia llevaba, aún más allá, las corrientes de exploración del ser y ese lirismo hermético que a Anderson Imbert le ha parecido algo surrealista” (Baeza) e incluso ha sido catalogado como unos “de los más notables surrealistas hispanoamericanos…con sus Poemas sonámbulos” (Pedraza, 647)

Tomemos de Trópico lacerado, el poema “Duda” (118), cuya primera estrofa, es una especie de renovación de la fe en la vida, de la fe en Dios a pesar de las adversidades:
“y acepto el destino del hombre caído en las trincheras.
Mi corazón es un continente de fe y pienso en un Dios hermoso”

Mientras que en las siguientes dos estrofas, se nos muestra la rebeldía que se genera ante la visión de una niña hermosa pero coja. El yo poético protesta y quiere ser cojo como única manera de entender por qué esa niña coja también ama a Dios, a un Dios al que trata de “tú”, lo que, según afirma Paz Castillo, es típico de las personas religiosas cuando se refieren a Dios en sus más fervorosas oraciones (Paz Castillo, 40).

“Solamente así pudiera entender
Por qué te ama -¡Dios mío!- la niña coja”

En otro poema llamado “Variaciones sobre la muerte” (122)  el poeta se refiere a la inexistencia de la Muerte y nos adelanta, en paradoja, que es su anuncio, el conocimiento de su  inevitabilidad  “lo que nos hiere”, exhibiendo así su imagen. Luego, en un tono conversacional con la Muerte la interroga en cómo liberar esa imagen y qué puede ofrecer a cambio “a la vida de más allá de la Muerte” y continúa la paradoja al plantear la Muerte como “futuro perfecto…” pero el problema es el recordar que no vamos a morir pues “Es la muerte un despertar”  Después, parece equiparar a la Vida y a la Muerte: “Campana y sueños la Vida/Campana y sueños la Muerte”.

El último poema de las Poesías de Rojas Guardia (Trópico lacerado) se titula NADA (148): se trata de un poema profundamente triste cuyo título borra cualquier opción. Sueños estremecidos por un mundo de palomas o de “espumas del alma” o soplo de plumas inspiradas por el anhelo del poeta. También podría referirse a una intranquilidad vespertina cuyo origen desconoce. Se trata de un yo poético triste que utiliza dos palabras contrapuestas  para expresar  ese sentimiento  que implica un goce desde el punto de vista lacaniano “dicha helada” significaría un estar bien en el mal, a su vez, no logra hallar alivio en sí mismo “…que no acierta/a encontrar en el alma su aposento // Es una idea joven que está muerta”  Este último verso retoma un tema frecuente en la poesía en general y en nuestro autor en particular, la muerte.

NADA

A Aquiles Nazoa

Un mundo estremecido de palomas
Cruza siempre la tarde de mis sueños.
No sé si vuelan las espumas del alma.
O si son plumas que aventó mi anhelo.

Es invierno en volandas me aseguro.
Es una dicha helada que no acierta
a encontrar en el alma su aposento…

Es una idea joven que está muerta.


En Acero, Signo (Poemas murales) se hallan contenidos una serie de poemas que podríamos catalogar de enigmáticos, en donde la tristeza, la nostalgia son los sentimientos predominantes. Se distingue el poema “ARQUETIPO” (77-8), especie de canto a un compañero al que se quiere, se admira. El mismo título se refiere a un modelo ideal. Todo en ese “compañero” parece estar rodeado de algo mágico, sus ojos: “El compañero tenía los ojos claros en los días grises./Vitrales atiborrados de pájaros, frutos, flores, panes,…/ojos detergentes como aires de cumbres, acogedores como un puerto…//  Mirarlos, ya lo he dicho, es mirar vitrales. Anunciaciones./ También sus manos: “El compañero tenía las manos fuertes en las horas de duda.// También la palabra: “El compañero tenía la palabra prístina. Y cantarina./ El compañero de “ARQUETIPO” era un hombre transparente, al que se le podía detectar el sueño “por el cristal del habla”, sueños de querencia hacia el Hombre. Tan potente era este compañero que: “su vida encendía hasta el sueño más torvo/ y continúa con una alusión emocionada sobre la espalda del compañero: “y su espalda  -¡oh qué ancha su espalda!- manaba bravuras./  El poema concluye con la afirmación: “El compañero era un varón sobre la Tierra”. Este poema también podría interpretarse como de carácter homoerótico.

Dos poemas más de Acero, Signo (poemas murales)

ENTRE HOMBRES QUE HABLAN A LAS ESTRELLAS (87-8): resalta aquí, el mundo del mar, de la arena marina, de los barcos y de los hombres del mar que “son almas simples...”// que son los “que escuchan las estrellas y las ondas”.  El poeta ha venido “para decirles…palabras benditas.” Palabras aprendidas en “ciudades vertiginosas./Son benditas mis palabras/porque nacieron, puliéndose,/ entre otras palabras condenadas, / entre otras palabras astutas.”  Se expresa en este poema la diferencia entre los hombres del mar y los otros hombres: “para los hombres del mar los otros hombres tenemos rostro en sombra…/ellos nos miran, con la angustia de estar en un mar insondable”. Añade el poeta que las palabras que traía para los hombres del mar se fueron como diluyendo: “Las palabras benditas se adelgazaron/como las olas crepusculares sobre la arena./Y dejaron como las olas crepusculares de la arena,/una mansa huella de alientos sobre un espejo./ “ Al final todo quedó en silencio pues “ –En el mar sólo es romántico un nombre en la arena- “ pero el hombre que diría las palabras quedó inmerso en la cosmogonía del hombre del mar.

EL MUNDO VA EN VAIVEN EN ALTA MAR ARISCA O EL MUNDO VA EN VAIVÉN SOBRE LA MAR SALADA (89-90): en este poema, para el poeta “Nada es, porque nada me llega en soledad”. Todos los recuerdos llegan juntos y si bien lo que les confiere unidad es la ternura, alteran al poeta.  Sus deseos son: “No tener visiones. No tener recuerdos./ “ La evocación de la infancia resalta como la posibilidad de tener “…el mundo entre las manos”. Se deslizan y confunden una multiplicidad de recuerdos “Y nada es goce sensorial porque hay recuerdos como garras/”,  así: “Sentimientos llevan el mundo en vaivén, en alta mar arisca”. El poeta desea que sus recuerdos lleguen solos para poder disfrutarlos, para que le den aliento “cuando se les mira a cada uno su ternura”.

En el prólogo del poemario anterior, escrito por el mismo Rojas Guardia, este realiza una confesión: “En el año de 1932 mi poesía -la manera como yo miro y descubro el mundo con los ojos de mi inconsciente- sufrió un colapso… [en el cual] mis sentidos tuvieron oportunidad de hiperestesiarse”  (75), es decir, su capacidad de percepción sensorial se agudizó. No obstante, el poeta nos relata la grave dificultad material que tenía para escribir al no tener a su disposición un lápiz, lo que “hubiera mantenido en equilibrio perfecto las partes que balancean la vida del poeta –su expresión- consciencia e inconsciencia, superficie y profundidad”. Por otra parte, Rojas Guardia patentiza sentir desesperación y una tristeza profunda lo que, explica, motivó que no escribiera durante los años subsiguientes (75-6)

En el poemario Espejos de Noviembre para Sueños de Abril (1970) del que Liscano afirma que el poeta  muestra el “tono recogido, interiorizado, recatado” (213),  hallamos el siguiente poema, bajo el nombre precedente de NOVIEMBRE:

es participar de la alegría de un falo
taladrando
buscando
persiguiendo
en la alta noche
la meta del Amor
-la libertad en lo eterno
lo eterno en lo fugaz-
olvidando tiempo y espacio
en el cuarto vecino. (Rojas Guardia,  Espejos de Noviembre…27)

Este poema tiene como tema el amor y las posibilidades que el mismo daría en relación  a la libertad y la eternidad “-la libertad en lo eterno/ lo eterno en lo fugaz-“ Presumimos que se trata de un amor homoerótico que quiere dejar atrás la censura. Lo pensamos de esta forma, no muy seguras, pues, creemos que no es la manera como un hombre heterosexual le escribiría un poema de amor a una mujer.

La poesía de Pablo Rojas Guardia tiene, a nuestro entender, una excelente calidad. Todo un descubrimiento. Me atrevería a decir que entre los integrantes del grupo Viernes es el que muestra una mayor calidad literaria. 


Textos citados

Baeza  F., Alberto. “Un poeta viajero, Gerbasi”. El Universal. Web. 15 jun. 1981. 9 Feb. 2013. http://www.vicentegerbasi.net/recortes/1981/un%20poeta%20viajero%2015-6-1981_jpg.pdf.

Carrillo, Carmen Virginia. Figuras del siglo XX en la Literatura Venezolana. Web. 11 Feb. 2013. http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/15633/1/sigloxx.pdf.

Gutiérrez P., Arturo. “DE ATARDECERES, DESORIENTADOS, ANGUSTIAS Y HASTA UN VIERNES: LA POESÍA DE ENTREGUERRAS”. Universidad Simón Bolívar.

Liscano, Juan. Panorama de la Literatura venezolana actual. Publicaciones españolas, S. A. Caracas, 1973.

Martínez, William. “El impacto de “Viernes” en la poesía venezolana”.  Ogigia. Revista Electrónica de estudios hispánicos. Web. Jul 2007.  9 feb. 2013. http://www.ogigia.es/OGIGIA2_files/OGIGIA2_MARTINEZ.pdf

Medina, José Ramón. CONTRIBUCION A UNA HISTORIA DE LA POESIA VENEZOLANA.
Pedraza, Felipe B. y Rodríguez Cáceres, Milagros. Historia Esencial de la Literatura Española e Hispanoamericana. Web. 2000. 18 Feb. 2013. http://books.google.co.ve/books?id=DePGa0WbM90C&pg=PA647&lpg=PA647&dq=Poemas+de+Pablo+Rojas+Guardia&source=bl&ots=Du5LWSAe8B&sig=wNtJBVkhZ2LKL0F2y8xevB1kpPw&hl=es&sa=X&ei=NsYiUdifCYac9gSDxoDQDg&ved=0CFwQ6AEwCDge#v=onepage&q=Poemas%20de%20Pablo%20Rojas%20Guardia&f=false

Paiva Palacios, Carmelo. “Don Rómulo Gallegos en el Gabinete de 1936”. Universidad del Zulia. Web. 1985. 24 Feb. 2013. http://www.carmelopaiva.com/don-romulo-gallegos-en-el-gabinete-1936.pdf

Paz Castillo, Fernando. El Universal. 1932.

Rojas Guardia, Pablo. Espejos de Noviembre para sueños de Abril. Editorial Arte. Caracas, 1970.

Rojas Guardia, Pablo. La Voz Inacabada (Poesía hasta 1969). Caracas, Venezuela, 1969.

Rojas Guardia, Pablo. Poesías. Biblioteca Popular Venezolana, Caracas. 1962 (7-46).

Segnini, Yolanda. Los Caballeros Del Postgomecismo (96-7). Web. 1990. 9 feb. 2013. http://books.google.co.ve/books?id=RXC9fQZGD78C&pg=PA96&lpg=PA96&dq=%C3%9Altimos+Poemas+de+Pablo+Rojas+Guardia&source=bl&ots=i8-WrSk6NY&sig=UkElyrssdKMZsdhHTH2NtBGYKtk&hl=es&sa=X&ei=rSYYUZmHFI7y9gSrvoFw&ved=0CEoQ6AEwBTgK#v=onepage&q=%C3%9Altimos%20Poemas%20de%20Pablo%20Rojas%20Guardia&f=false


Por Libia Kancev.


Caracas, 7 de marzo de 2013. 


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