lunes, 4 de julio de 2011

EL PAÍS DE LOS CIEGOS


"La ciencia ficción no es más que la búsqueda de respuestas a las preguntas perennes: ¿por qué?, ¿dónde?, ¿cómo?. A pesar de su nombre, es la menos precisa de todas las literaturas. Su destino es errar de una pregunta a otra y a veces, dar con la respuesta. Para acercarse a ella se requiere la certeza de que un poema oscuro dice mucho más que un discurso claro."
R.R.












El pequeño libro que tengo ahora en mis manos es del año 1.942 y fue editado por la Biblioteca de Bolsillo. Aunque lo he tratado con sumo cuidado, se le han despegado algunas hojas y ya veré cómo lo arreglo. Se titula, El País de los Ciegos y fue escrito por H.G. Wells, el conocido escritor inglés quien, en conjunto con Julio Verne, está considerado como precursor de la literatura de ciencia ficción.

En verdad, no me considero aficionada a este tipo de literatura pero los relatos de Wells no me han dejado indiferente. El libro contiene cinco relatos. A saber:

El País de los Ciegos: narra una historia acaecida hace ya más de 400 años, en Ecuador. Un pueblo indígena peruano, huyendo de la colonización española, migra hacia un valle, el cual y producto de una erupción volcánica, queda aislado. Dicho pueblo continuó su vida allí, bastante apacible, por cierto, no obstante un serio problema había comenzado ha afectarlos, como era el de la ceguera. Llegó un momento que los niños nacían ciegos. Poco antes de la erupción, uno de los habitantes había salido intentando buscar ayuda para su pueblo pero ya no pudo regresar muriendo al poco tiempo. Muchos años después de esto, un grupo de excursionistas ingleses que andaban por la zona, se plantearon escalar el Parascotopetl, contratando los servicios de un nativo de apellido Nuñez. Iniciaron el viaje y accidentalmente Nuñez tuvo una caída. Lo buscaron intensamente pero no lo hallaron dándolo por muerto. Los ingleses abortaron el ascenso y regresaron a su tierra natal. Pero Nuñez no había muerto sino que milagrosamente se había salvado. Después de recuperarse de la caída y buscando alimento se topó con el país de los ciegos. En un principio se sintió como rey tuerto en el país de los ciegos. Sin embargo, no había contado con el extremo desarrollo del sentido del oído y el olfato que los pobladores del país habían alcanzado. Pensó que podía dominarlos y, para su sorpresa, se equivocó. Se enamoró de una joven pero le pusieron como condición que debía someterse a una operación para que sus ojos fuesen extraídos. Nuñez, aunque amaba a la muchacha, decide huir y regresar a su tierra.

La puerta en el muro: trata la historia de un exitoso hombre llamado Lionel Wallace. De niño, hacia los 5 ó 6 años, Lionel, escapándose de la vigilancia de su cuidadora decide salir a caminar (Lionel era huérfano de madre y su padre era un hombre muy ocupado) Al poco, se topa con un muro blanco y una puerta verde que, estaba seguro, nunca antes había visto. Decide empujar la puerta que, sin mayor esfuerzo se abrió. Lionel conoce así un mundo maravilloso donde experimenta una felicidad nunca antes sentida. Pasa un buen rato allí. Al final una mujer lo llama y le enseña un libro donde ve situaciones de su vida pasada y cuando quiere ver el futuro la mujer cierra el libro y Lionel aparece súbitamente en la calle. Así, Lionel siguió creciendo. Era un estudiante excelente. Nunca olvidó la experiencia y en varias ocasiones, tanto de niño como de adulto, intentó encontrar el muro y la puerta, empezando a sentir una especie de obsesión. Se dio la circunstancia que muchas veces no encontraba ni el muro ni la puerta o, cuando lo hacía resulta que estaba sujeto a compromisos convencionales que no podía posponer. A medida que el tiempo transcurría, la obsesión de Lionel aumentaba. Le narró esta historia a uno de sus mejores amigos. Casi un mes después fue hallado muerto en extrañas circunstancias que parecen corresponder a un intento por pasar por la puerta de un muro pero se trataba de una zona en construcción donde habían cavado un zanja profunda y Lionel cayó en ella, muriendo.

El huevo de cristal: esta historia trata sobre una viejísima tienda de anticuarios donde estaba expuesto a la venta un huevo de cristal. Un par de hombres, después de haberlo visto a través de la vitrina entraron a la tienda para comprarlo pero, por razones no muy claras, inicialmente, el dueño puso un precio exorbitante. En ese instante, salió su esposa y mucho se molestó porque no comprendía por qué su esposo hacía eso y se lo reclamó, sin embargo, el dueño no cambió de parecer. Todo ello le trajo serios inconvenientes con su mujer, su hija y su yerno. Además las condiciones económicas en que vivían eran muy estrechas. El dueño, para quien la pieza representaba una especie de misterio pues en una ocasión la había visto refulgir, se reclamó a si mismo no haberlo quitado de la vidriera. Así lo hizo y para mayor seguridad fue con un amigo investigador para que se la guardara, refiriéndole, a su vez lo que había visto. El investigador tomó interés y junto con el dueño empezaron a anotar las cosas que, especialmente el dueño venía. Al parecer se trataba que lo que veían era la vida en el planeta Marte y que los extraños habitantes de allí también nos observaban. Un día el dueño decidió llevarse el huevo a su casa para observarlo con más detalle y lo encontraron muerto. Cuando el investigador fue a visitarlo, 15 días después de la última vez que lo había visto, se enteró de que el dueño había muerto de un infarto y la familia había vendido el huevo a otro anticuario. El investigador hizo lo posible por hallar el huevo pero ya había sido vendido a un par de hombres y el anticuario no tenía mayores datos de ellos. Este cuento, guardando las distancias, me hizo recordar el Aleph de Borges aunque la significación fuese distinta. En el cuento de Borges, el aleph permitía la visión del mundo desde un sólo punto. En el huevo de cristal se veía la vida en Marte y se presuponía que ellos nos veían a nosotros.

El reino de las hormigas: trata la historia de un capitán de un cañonero, el Benjamín Constant, que había sido enviado hacia suramérica, teniendo que viajar por el río Batemo para exterminar a unas hormigas que habían causado grandes estragos a todo un pueblo indígena. El capitán estaba muy molesto pues le parecía que era una misión que no le correspondía a él. En el barco lo acompañaba, además de la tripulación un inglés. Emprendieron el viaje río abajo. Durante todo el trayecto el capitán iba quejándose de la misión que catalogaba de ridícula. Lo cierto es, que poco antes de llegar al pueblo encontraron una barca con dos hombres que, a la distancia, se veían muy negros. Los llamaron pero éstos no respondieron. Así el comandante envió al segundo al mando -Da Cunha- a que fuera a averiguar. Éste fue y al llegar a la pequeña lancha se dio cuenta que los hombres estaban muertos y que lo que les daba el color negro era miles y millones de hormigas. Desde el barco, el inglés observaba con unos binoculares y pudo darse cuenta de que no se trataba de hormigas comunes y corrientes, sino que eran de mucho mayor tamaño que las habituales y que exhibían una organización ejemplar. El capitán obligó a Da Cunha a que subiera a la lancha. Da Cunha no quería pero cumplió las órdenes que le daban. Al subir fue picado por las hormigas y aunque se tiró al agua para tratar de librarse de ellas a las pocas horas y bajo terribles sufrimientos murió. Al final, el barco llegó al pueblo de destino. El pueblo lucía abandonado, no obstante, pudieron observar a la distancia restos de osamentas cubiertas por hormigas así como las humildes viviendas destruidas. El capitán no tuvo el coraje para desembarcar ni mucho menos ordenárselo a sus subalternos. Optó por bombardear al pueblo y siguieron su camino.

Un sueño de Armagedón: este relato cuenta la narración que un hombre -de aspecto severamente enfermo y entristecido- hace a otro mientras se hallaban en un tren con destino a Londres. El receptor inmediato, se había dispuesto a continuar con la lectura de un libro titulado Los estados del sueño de un autor llamado Forthnum-Roscoe pero el otro, llamado Cooper que se desempañaba como procurador empezó a hablarle. Cooper le dice que durante varios días había tenido un sueño que continuaba donde había quedado el día anterior. Tal había sido la magnitud del sueño (en la que estaba en un tiempo futuro) que le parecía irreal cuanto veía en ese momento. En el sueño, éste hombre se llamaba Hedon. Gozaba de un gran poder y grandes riquezas pero que, por el amor de una joven mujer había abandonado el cargo que tenía como conductor de los pueblos del Norte para vivir su amor con la mujer quien también lo amaba apasionadamente. Lo cierto es que un día llega un mensajero y le informa que su sucesor en el cargo estaba a punto de declarar la guerra varios pueblos vecinos y las consecuencias catastróficas que ello produciría. Hedon, sin ninguna duda, le dijo que él ya no podía ocuparse de eso, que se hallaba retirado, que había hecho una elección. La joven lo instó a que cumpliera con su deber pero Hedon se mostró firme. Estas escenas se desarrollan en Capri (Italia) lugar donde Cooper jamás había estado. Lo cierto es que se desencadena una guerra brutal y Hedon se da cuenta que ya es tarde para cambiar de idea. Él y su amante deben huir y al final ella es alcanzada por una bala y muere. A las pocas horas fallece él producto de una herida de espada. Cooper le cuenta al caballero del tren que no había sentido ni el filo de la espada y que apenas tuvo tiempo para acercarse al cuerpo de su amada. Por ello Cooper le había dicho al caballero que estaba muerto: "Porque estoy muerto...Deshecho, sí; muerto, y muerto también cuanto de mi tomó la obstinada pesadilla."

Herbert George Wells: Inglaterra, 21/9/1.866 -13/8/1.946 

Caracas, 4 de julio de 2011.

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