miércoles, 23 de febrero de 2011
Dos libros de Doris Lessing y un alerta
Aunque la finalidad de este blog pretende ser netamente literaria (sólo una humilde pretensión) y que esté a disposición de las personas que deseen leerlo, quiero aprovechar la ocasión y la situación para hacerles llegar un alerta: mi página de Facebook fue hackeada con fines inconfesables. Lo cierto es que no puedo acceder a esa página. Así que dos cosas: revisen la privacidad de su Facebook y, por otra, no intenten comunicarse conmigo por esa vía. Saludos.
La entrevista realizada a Doris Lessing, escritora inglesa, a raíz de que le fuera concedido el Nobel de Literatura 2007, nos presenta a una mujer jocosa, en la que seguro predomina el buen humor. Dijo, entre otras cosas y, exhibiendo cierta actitud infantil que, "...me encanta ganar premios".
La escritora ya tiene más de 90 años y no se halló en condiciones físicas adecuadas para recibir personalmente el premio del cual había sido eterna postulada.
Decidí leer algo de Doris Lessing. Recuerdo que fue en la ya extinta librería del Ateneo de Caracas, donde me topé con varios de sus títulos. Cautelosa, tanto por mi desconocimiento de la autora como por mi disponibilidad económica, opté por el libro más barato. Sí, creo que también el título llamó mi atención. El quinto hijo, publicado en 1.988.
Leo El quinto hijo en unas cuantas horas. Ello podría hacer pensar que fue suficientemente atractivo para mí lo que impidió que lo soltara hasta terminar pero creo que no fue así. La escritura de Lessing me impresiona sencilla, poco elaborada, directa, casi podría afirmar que se trata de literatura "poco literaria". El quinto hijo cuenta la historia de una pareja que se conoce y se enamora a primera vista. Deciden casarse, tener muchos hijos y ser felices. Asumen ésto último como un mandato, un porque sí; van a ser felices como sí eso dependiera exclusivamente de ellos. Compran una vieja y gran casa en las afueras de Londres como nido que acunara su felicidad y a los numerosos hijos que se proponían tener. La posición de Harriet y David no se corresponde con lo considerado lógico y adecuado por la sociedad inglesa de los años en que se desarrolla esta historia en relación a tener pocos hijos. Así, tienen casi en fila sus primeros cuatro hijos. El quinto embarazo se presenta para Harriet como absolutamente diferente a los anteriores. Tiene un embarazo doloroso, se siente invadida por una especie de monstruo que quiere destruirla, que literalmente la golpea, tanto así que llega a tomar sedantes que calmen al bebé. Harriet le plantea a su médico lo que le está ocurriendo y éste no le presta mayor atención, argumentando que ella está agotada por tantos embarazos seguidos, lo cual era opinión compartida por sus familiares cercanos. A los ocho meses, Harriet da a luz a un niño de casi cinco kilos, aparentemente sano. Sin embargo, desde que lo vio, ella supo que se trataba de un niño extraño. Así, desde pequeño el niño mostró una conducta agresiva, intolerable, un apetito desbordado y una fuerza física inusitada para su edad. Fue tanto que, David y los padres de éste le plantearon a Harriet la necesidad de recluir a Ben en una institución especializada. Era cierto que Harriet sentía que ven la estaba "matando" y accedió horrorizada aunque ni por un segundo dejaba de pensar en él. Ben es recluído en una institución y en poco tiempo se recuperó la tranquilidad familiar. No obstante, al poco tiempo Harriet decidió ir a verlo. Se encontró con que Ben estaba en una especie de depósito para niños anormales en donde lo tenían permanentemente sedado. Harriet sacó a Ben de allí y lo trajo de vuelta a casa. Su esposo y sus otros cuatro hijos rechazaron tanto tácita como explícitamente el regreso de Ben. La decisión de Harriet determinó un cambio en la vida familiar llevándola a su desintegración en mayor o menor grado. Harriet dedicaba gran parte de su tiempo a Ben. Sentía que era su deber a pesar de las consecuencias que eso trajera para ella misma, su relación conyugal y para el resto de sus hijos.
Paulatinamente sus otros hijos se fueron alejando de la casa. No querían estar cerca de Ben. hasta que quedaron en la misma, Harriet, David, Paul y Ben. Paul y Ben se detestaban. Paul era el hijo inmediatamente anterior a Ben y ello hizo que no recibiera mayores cuidados maternos, así que fue creciendo con muchas carencias emocionales y percibía que Ben era responsable de eso, además, Ben era bastante agresivo y, en varias ocasiones estuvo a punto de hacerle daño grave a Paul.
Queda claro en la novela que para la época en que se desarrolla no habían mayores avances médicos en el diagnóstico y tratamiento de lo que padecía Ben. Por ello, Harriet actuaba con él según le dictaba su pulsión materna sin que por ello dejara de notar las graves incapacidades que Ben padecía. Al final Ben se va de la casa y ella sigue su vida con David, llegando a pensar que Ben les había llegado como un castigo por el hecho de que tanto ella como David se habían planteado ser felices como por decreto. Como si Ben fuese la prueba biológica de que la felicidad o la infelicidad de los seres humanos no depende de estos o que, al menos depende de distintos elementos, algunos de ellos imponderables.
Harriet nunca pareció ser comprendida por la decisión que había tomado con Ben, ni siquiera por David. Se sentía tratada como una delincuente, adjetivo que verbaliza reiteradamente.
De pronto pienso que la novela tiene más puntos de análisis de los que primero intuí. Lo que afecta a una familia tener un hijo "diferente". La falta de diagnostico y tratamiento adecuado y de instituciones aptas para atenderlos sin que su condición humana sea soslayada. La afectación de la madre y el apoyo que ella amerita ante situación tan dolorosa.
Después de terminar de leer El quinto hijo, me arriesgué con otra novela de Lessing que, entiendo, es continuación de la misma. Por cierto, en la escueta biografía de la escritora que aparece en Ben y el mundo, se la presenta como feminista. Me gustaría, a través de su lectura precisar lo que significa ser feminista, es decir, si es posible percibir en su lectura, rasgos del tal adjetivo.
En Ben y el mundo, Ben es un adolescente, aunque aparentara tener muchos años más, aparece en Brasil, viviendo en la calle como un indigente. Una anciana que vivía sola le da cobijo en su casa. Lo trata cariñosamente, dándole comida, ropa e incluso llegaba a bañarlo. Le plantea a Ben que debe obtener la certificación de desempleado para ser objeto del subsidio que el gobierno daba a los mismos pero, Ben desconoce sus datos personales a pesar de que Harriet se los había dado escritos en una tarjeta que él había roto. Ben va a la casa materna pero no se atreve a entrar. Regresa donde la anciana pero, al poco tiempo ésta se enferma, fallece y Ben queda otra vez desamparado. Conoce a una joven de la que se enamora, si es ese el término que podemos emplear. Mantienen relaciones sexuales que aunque muy rudas por parte de Ben son del agrado de la muchacha. Luego, Ben se ve envuelto en un lío de drogas pues fue utilizado como una especie de "mula" cosas que él ignoraba. Así, viajó a París sin ser descubierto, llegando a tener contacto con personas que de alguna u otra manera le tomaron aprecio. El grado de introspección que Ben llegó a tener era muy bajo. Apenas llegaba a tener instantes donde se daba cuenta que era muy distinto a los demás, aunque se interrogaba el por qué. Después de algunas historias donde se ve envuelto, Ben es descubierto por un mediocre director de cine. Regresan a Brasil con la idea de hacer una película pero Ben es visto por unos científicos que consideran su caso muy interesante y lo atrapan y lo enjaulan. Es salvado por la amante del director de cine y un joven latinoamericano que trabajaba en el laboratorio, llevándolo a un lugar seguro en Uruguay. En una ocasión, el joven le dice que ha visto personas como él y Ben se empeña en conocerlas y quedarse con quienes considera, entonces, su verdadera familia. Se trataba de unas imágenes que el joven había visto dibujadas en unas rocas en un cerro de Uruguay. El joven trató de explicarle que esas personas habían existido hacia muchísimos años. Lo llevan a ver las imágenes y si bien se siente identificado con ellas, se da cuenta, se percata de que no existen y de que él definitivamente está sólo. Ben se suicida. Acaba la historia.
Cuando afirmo que la escritura de Lessing es sencilla, "poco literaria", no lo hago en un sentido despectivo pues, resulta muy palmario que los temas que trata en las dos novelas antes mencionadas son importantes: el nacimiento de un hijo "diferente" a los otros. La falta de preparación tanto familiar como institucional que pueda prestar respaldo al mismo sujeto "distinto", a los padres y hermanos. Resulto obvio que el buen trato y el cariño son esenciales. El otro aspecto relevante es el de la soledad, el de la imposibilidad para sentirse perteneciente a un grupo que, al final lleva a Ben al suicidio.
Caracas, febrero de 2011.
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