A mi padre Stefan Kancev Yordanova.
La escogencia de un libro o de un autor específico para leer, está influenciada por muchos factores. Desde un recuerdo, un comentario, la recomendación precisa, el azar, una portada, un título atrayente, el costo del mismo y hasta el estado emocional del sujeto lector. Por ejemplo, hace unos 8 ó 9 años, recuerdo haber visto en una agenda literaria que me fue obsequiada -por mi primera y querida sobrina Cary-los nombres y caricaturas de los premios Nobel de Literatura hasta el año 2002. En una rápida revisión y mientras agradecía tal regalo, me fijé en la caricatura de un hombre ya anciano, con abundante cabello, de bigotes, con gruesos lentes de carey, ojos pequeños y de dura mirada. Al leer la información que se mostraba sobre él, leí: Elías Canetti, nacido en Bulgaria, premio Nobel 1.981. Ignoraba que algún búlgaro lo hubiese ganado. De inmediato evoqué a mi padre que nació en Stara Zagora, Bulgaria, país en el cual vivió buena parte de su juventud. Bulgaria por lo tanto forma parte de mí aunque hasta la fecha nunca haya pisado suelo búlgaro.
Así, comencé a buscar información sobre Canetti: nació en Rustschuk (hoy en día Ruse) Bulgaria, el 25 de julio de 1.905 y falleció en Zúrich, el 14 de agosto de 1.994. Una única novela, titulada Auto de fe (1.936). Masa y Poder que escribió entre 1.938 y 1.960, considerada su obra cumbre, en donde la muerte, el poder, las emociones de la masa y del individuo, lo que el hombre es con otros y lo qué es sólo, constituyen temas fundamentales. Además Canetti escribió una serie de libros autobiográficos e innumerables cartas, ensayos y obras de teatro, muchas de ellas aún inéditas. Destaca igualmente El otro proceso de Kafka (Cartas a Felice), cuya exposición analítica es considerada insuperable por diversos críticos. Es conocido que Canetti dejó establecido que gran parte de su obra únicamente podía publicarse después del año 2.024. ¿Celoso de su obra?, ¿por qué tal disposición?.
Decidí empezar por su autobiografía. Sucesivamente leí y disfruté, La lengua salvada, La antorcha al oído y Juegos de ojos.. Canetti narra en ellos desde su infancia, su primer idioma (el ladino) producto de sus antepasados sefardíes (y, por supuesto, el búlgaro), los gustos literarios de sus padres que conversaban sus asuntos privados en alemán. Al aparecer, ello fue determinante para que Canetti aprendiera dicho idioma e incluso lo adoptara como su idioma literario. La familia Canetti emigra, teniendo Elías 6 años, a Inglaterra donde intespectivamente fallece su padre, quedando la madre viuda con tres hijos. Esta muerte dejó profundas huellas en su vida, en buena medida porque el niño asume la postura del padre ante la madre, actitud que la madre valida. Desde niño Canetti exhibe un carácter introvertido y gran afición por los libros, la lectura y por el saber en general, afición muy estimulada por su madre. Luego, la familia se traslada a Viena. Canetti estudia química, profesión que nunca ejerce.
Durante su juventud, el mundo intelectual vienés y alemán marcan su vida. Podríamos afirmar que todas sus relaciones estaban definidas por lo intelectual. Conoce y trata a figuras descollantes de la época como a: Karl Kraus que había fundado la revista La Antoncha (Canetti siente verdadera pasión por la inteligencia y por lo que pudiéramos llamar el poder de sugestión intelectual de Kraus); Robert Musil, Thomas Mann, Hermann Broch, a Kafka, a la hija de Mahler y muchos otros. No obstante, la amistad, ese sentimiento que algunos consideran superior al amor, siempre estaba en segundo plano. En un segundo plano en relación al conocimiento o a cualquiera experiencia artística, especialmente la literatura. Resulta notorio que la referencia a alguna experiencia amorosa en estos tres libros es practicamente nula. Es cierto que relata el encuentro con la mujer que fue su primera esposa, Veza. También tuvo varias amantes y al morir Veza, a la cual dedica todos sus libros (al menos todos los que he leído), se casa otra vez y tiene una hija. Sin embargo, la esfera íntima de su vida luce muy relegada.
Debo decir que la escritura de Canetti expuesta en estos libros me resulta atractiva, rigurosa. En especial ese amor al saber. Lo anterior no es óbice para dejar de percibir una personalidad huraña, solitaria, egocéntrica y hasta, por momentos, muy despótica.
Leo Auto de fe. En el prólogo, el mismo Canetti acota: "...mis amigos dicen que mi libro es insoportable." y, es cierto -pienso yo. En muchos instantes, se hace cuesta arriba tolerar la historia de Peter Kien, un erudito consagrado y experto en filosofía china. Kien vivía sólo y, literalmente padecía de misantropía. Toda, absolutamente toda su vida giraba alrededor de los libros, de la ciencia, de la escritura de ensayos que eran muy reconocidos. Kien poseía una biblioteca con 25 mil ejemplares a los que rendía una especie de culto irracional: no toleraba el polvo, no toleraba que alguno se cayera al piso. Cero relación familiar y con sus vecinos. Misógino, sí, más aún, cuando la mujer con que se topara careciera de formación intelectual. Para Kien la mujer no era nadie.
Al final de la novela, Kien muere en el incendio de su biblioteca que él mismo provocó. Está claro que su salud mental dejaba mucho que desear.
La lectura de Auto de fe, me ha llevado a reflexionar sobre lo que podríamos llamar, la irracionalidad de la actividad que anula la relación del sujeto con el mundo exterior y hasta consigo mismo en la medida que los sentimientos de relación inherentes a todo ser humano resultan soslayados por la idolatría al saber por el saber que llegan hasta el rechazo, hasta la consideración inconsciente de la inexistencia del Otro.
Me surge otra interrogante: ¿hasta qué punto podríamos hacer un paralelismo entre el autor y su obra?. Canetti tenía mucho de Peter Kien. Sus libros autobiográficos así lo confirman, además de su vida ermitaña que se intensificó después de haber recibido el Nobel. Canetti fue un crítico feroz, sobre todo cuando sus escritos no recibían la atención y el interés que él esperaba. La mayoría de sus relaciones extramatrimoniales terminaron en un odio feroz por la amante de turno.
Para darnos una idea del amor y de la dedicación intelectual de Canetti, cito el siguiente pensamiento suyo: "Ser mejor sólo quiere decir: llegar a conocer mejor. Sin embargo, debe de ser un conocimiento que no nos dé tregua, que nos acose siempre. Es mortal un conocimiento que nos vaya aplacando."
Te felicito, creo que eres toda una critica literaria
ResponderEliminarGracias por tú opinión. Reseño lo que leo y me parezca digno de hacerlo...Saludos, L.
ResponderEliminarDefinitivamente hermana considero que tu eres muy culta, humilde de una intelingencia única ....Carolina
ResponderEliminarGracias Carolina. Es un placer para mí leer y escribir. Besos.
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