“Realista o no, un
cuadro expresaba los pensamientos y sentimientos más ocultos del artista” (28).
Lo
bello y lo triste (1964) es una novela del escritor
japonés, Kasunari Kawabata (1899-1972), premio Nobel de Literatura (1968).
La novela se desarrolla entre Tokio y Kioto –en Japón- y
trata sobre un escritor japonés llamado Oki Toshio (50 años) quien desea
pasar el año nuevo escuchando las doce campanadas en los templos de Kioto, lo que
parecía ser una costumbre en Japón. Para
Oki sería su primera experiencia.
Oki, por otra parte, quería ver a una antigua novia (Otoko) con la
que tuvo una intensa relación amorosa hacía
veinticuatro años atrás cuando ella tenía 15/16 años y él 25. Él estaba casado
y tenía un hijo.
El amor de Oki y Otoko fue intenso. Él no la había olvidado a pesar del tiempo transcurrido y, como
veremos más adelante, ella tampoco.
La mujer, Otoko Ueno,
había pasado tres meses en una clínica psiquiátrica posterior a haber parido
una niña, producto de su relación con el escritor. La niña muere al poco tiempo de nacer y entre esa terrible
vivencia y el hecho de que Oki no podía (¿o no quería?) dejar a su mujer y a su
hijo, ella y su madre se habían mudado a Kioto para tratar de que Otoko se
olvidara de Oki.
Oki no había vuelto a ver más nunca a Otoko. Sólo
sabía que se había convertido en una pintora de relativa fama. Al llegar a
Kioto, Oki se puso en contacto con Otoko y se citaron para verse. Oki estaba
algo nervioso y Otoko estaba sorprendida con la llamada. Al momento de la cita,
resulta que no se presenta Otoko si no una joven llamada Sakami Keiko que era
discípula –y amante- de la pintora.
Vale destacar que Oki
había escrito una novela llamada Un chica
de dieciséis donde narra la experiencia amorosa que había vivido con Otoko.
La novela tuvo mucho éxito pero no fue sin consecuencias para Otoko ya que el
personaje de la joven fue asociado con ella y su relación se hizo pública.
Por cierto, la transcripción de la novela la hace Fumiko a petición de Oki ya que ella era mecanógrafa. Ello fue muy doloroso para Fumiko al tener que ir leyendo y escribiendo el amorío (intenso) que tuvo su esposo.
Oki queda otra vez con Otoko y ella llega acompañada
por Keiko y dos geishas. Oki se dio cuenta de que Otoko no quería verlo a
solas. Cuando Oki se dispone a regresar a Tokio, Keiko aparece en el terminal y
le dice que irá a visitarlo y le llevará un par de cuadros de ella.
Más temprano que tarde,
Keiko le dice a Otoko que quiere vengarla. Que quiere que Oki pague por todo lo
que la hizo sufrir. Otoko le dice que no se le ocurra, aunque sin mucha
firmeza. Otoko se hunde en un mar de recuerdos basados en la experiencia con
Oki: su amor, la pérdida de su niña, el dolor de su madre –ya fallecida- por el sufrimiento de Otoko, la
hospitalización en el psiquiátrico, su soledad, el tiempo que iba pasando y el
hecho de que parecía que se quedaría soltera, que no tendría hijos, etc.
Keiko, que era una
joven muy hermosa pero con visos de inestabilidad emocional, está decidida a hacerle daño a Oki. Está
enamorada de Otoko, tiene una relación con ella pero, aunque Otoko parece corresponderle, Keiko percibe el amor, prácticamente indestructible que Otoko
siente por Oki. Tampoco tolera el dolor de Otoko por la muerte de su bebé.
Keiko viaja a Kioto y va a la
casa de Oki, el cual no se encontraba en ese momento, así que quien la atiende es la esposa de
Oki, llamada, Fumiko y le deja un par de cuadros. También conoce al hijo varón
de Oki llamado Taichiro (25) quien era profesor de literatura en una
universidad privada. Taichiro acompaña a Keiko para que regrese a Kioto pero
antes le muestra Kamakura, al sur de Tokio que era donde vivían, específicamente,
Oki y su familia.
En otra ocasión, Keiko
logra ir a un hotel con Oki y cuando están a punto de hacer el amor, ella lo
rechaza y menciona en voz alta el nombre de Otoko lo cual paraliza a Oki. Keiko
le relata todo lo sucedido a Otoko
quien, aunque se muestra celosa y no desea que Keiko haga estas cosas, su
postura es como débil. Hay un momento que Otoko le dice”Lastímame a mí” (20). No obstante, Keiko no piensa en cambiar sus planes.
El último plan de Keiko
es hacer que Taichiro, quien estaba haciendo una investigación sobre un poeta
japonés, llamado Sanetaka (poeta japonés. “Uno de los aristócratas que
mantuvieron con vida el arte y la literatura durante las guerras del siglo XVI.
Parece haber tenido una interesante personalidad y dejó un diario muy
voluminoso” (74)) venga a Kioto.
En un principio, el
joven va a Kioto y parece darse cuenta de que la joven pretende seducirlo.
Taichiro incluso le dice que él recuerda con claridad el sufrimiento de su
madre cuando su padre era amante de Otoko pero a la joven no parece importarle
nada y no cede en su propósito. Pasan el día juntos y le pide a Taichiro que la
lleve a nadar. Antes de salir del hotel donde el joven se había hospedado a
instancias de Keiko, ella le dice que lo llaman por teléfono. Taichiro no
entiende pues nadie sabía que estaba en ese hotel. Resulta que Keiko había
llamado a la madre de Taichiro, Fumiko, y le dice que ellos se van a casar.
Taichiro toma el teléfono y su madre le dice, angustiada, que se aleje de Keiko
de inmediato, que se trata de una mala mujer pero Taichiro no escucha a su
madre.
Keiko le insiste a
Taichiro para que la lleve a nadar al río cercano donde había diversos botes.
La novela queda en que Oki y su esposa van a Kioto a buscar a su hijo y,
simultáneamente, Otoko había ido a buscar a Keiko pues sospechaba que era capaz
de hacerle daño a Taichiro.
Cuando Oki y Fumiko
llegan a Kioto, también lo hace Otoko.
Keiko estaba en un hospital pero bien y Taichiro había desaparecido en el río. Al parecer
había muerto. Fumiko, llena de dolor, le reclama a Otoko la muerte de su hijo, la
cual ve como una terrible venganza.
Este resumen de Lo bello y lo triste deja por fuera una
serie de elementos que, entiendo, tienen que ver con la cultura japonesa y que
creo serían interesantes de conocer para tener un mejor entendimiento de la
misma.
Un ejemplo, ¿en las relaciones extramatrimoniales en Japón -en este caso de los hombres- es común que las esposas y sus hijos sepan de ello e, incluso, tengan trato con las mismas? Ello se ve en Lo bello y lo triste pero más aún en Mil grullas (1952) reseñada en la entrada anterior del blog. Me quedó la duda si eso es algo culturalmente aceptado...
El hecho de que se trate de un autor asiático nos permite darnos cuenta de las diferencias literarias con respecto a autores occidentales, en especial, de elementos culturales distintos, que ofrecerían historias que tienen códigos no comunes a los que el lector no estaría habituado y ello podría dificultar su comprensión.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 22 de febrero
de 2024.
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