"La poesía nace del dolor. La alegría es un fin en sí misma".
Jorge Luis Borges
Iván Vásov
HABLA NATAL
A Iván Shishmanov
Te amo, lenguaje búlgaro,
dulce sonido, el más querido entre los sonidos,
ya arpa melodiosa, ya espada
en los brazos del artista maestro.
Te amo, natal idioma,
ya dócil, ya duro como piedra,
diamantino, viva expresión y grito
del pensamiento, del ensueño, del fogoso espíritu,
idioma para el canto y la contienda,
idioma, generosa herramienta,
de tú dulzura estoy ebrio:
¡cómo fluyes, resuenas libremente!
¡Cómo cautiva tú armonía
el oído, oh, habla poderosa, grácil,
en los cantos de nuestras mujeres,
en el alado verso del poeta!
Iván Vásov
SIGLO VEINTE
En la puerta del siglo nos hallamos,
el orbe va a su encuentro con vasos espumosos,
canciones y esperanzas: ¿será por fin el bálsamo?
Quien se alarma tan sólo es el filósofo.
En nuevo siglo entramos, pero no en días nuevos:
penden irresolutos aún siniestros problemas,
gobiernan injusticias y males sempiternos
y caóticas resuenan las cadenas.
El siglo transcurrido triste herencia
transmite al nuevo y así éste la recibe.
Las taras seculares por el remedio esperan...
¡Oh! ¿También el presente lo consigue?
¿U otra vez chirriará el yugo universal,
la sinrazón omnímoda y la espada desnuda?
¡Y cuán sediento nuestro género humano está
de justicia, de paz y de ventura!
P. K. Yávorok
YO SUFRO
Yo sufro. En la abnegación del trabajo
y en la corrosión del sosiego,
en el ardor de la vida,
en el frío de los sueños extraterrenos,
cuando vuelo, cuando caigo,
yo sufro.
Incorpórome, yérgome: sobre mí
se abre un abismo más horrible,
precipitándose en vuelo, impetuosamente,
el alma anhela en claro descansar.
Y siempre adelante, o siempre atrás...
perpetuamente busco...
Y sufro. Desdeño
las alegrías de la vida. Sufro
en claro bien, o en oscuro pecado.
Cuando caigo
yo sufro.
Y busco. En el sufrimiento la vida se extenúa,
Buscar siempre, el sufrimiento puede ser...
Dora Gabe
¡ESPERA, SOL!
¡Espera, sol!
para la noche inexorable:
¡mi día aún no ha concluido!
No he luchado con mi consciencia
para darle derecho al descanso.
Recién he aprendido a dialogar
con árboles y piedras.
No he colmado mi día
con sus sabidurías,
pero me obligas a tenderme
y así te vas tranquila,
solemnemente
sobre los picos alumbrados del Vitosha,
sobre las aldehuelas renovadas por los tintes del
poniente,
¡y con las ilusiones del mañana!
Espera, dame tiempo
de comprender cómo se ha de dormir
en este mundo desapacible
cuando la vigilia es la consciencia
y la consciencia es día...
¡Espera, sol!
Traducción: Pedro de Oráa
Vitosha: (en cirílico: Витоша), es un macizo de montaña en las afueras de Sofía, la capital de Bulgaria.
Elisaveta Bagriana
ELEMENTOS
¿Puedes frenar al viento que baja de lo alto,
irrumpe en las barrancas lanzando nubes tercas,
toma aleros, carretas y techos por asalto
y derriba los niños, por portones, las cercas-
en la ciudad donde nací?
¿Puedes frenar al Bístritsa, inquieto en primavera,
cuando destroza témpanos, ruge bajo los puentes,
rebosa su agua el cauce, amenazante y fiera,
y hurta ganado, hogares, jardines de las gentes-
en la ciudad donde nací?
¿Puedes frenar al vino cuando bulle el fermento
de aliento denso y húmedo, y en toneles gigantes
marcan letras cirílicas tinto y blanco portento
en los sótanos pétreos heredados de antes-
en la ciudad donde nací?
¿Puedes frenarme entonces -libre, indómita, errante-,
hermana de los vientos, las aguas y los vinos,
atraída a lo ilímite, lo infinito y distante,
soñando siempre nuevos y no hollados caminos-
¿cómo podrás frenarme a mí?
TRADUCCIÓN: DAVID CHERICIÁN
.
Caracas, 14 de diciembre de 2011.
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