viernes, 29 de abril de 2011

Entrevista a Dylan Thomas











Dylan Thomas nació en Swansea, (Gales) el 27 de octubre de 1.914 y falleció en Nueva York el 9 de noviembre de 1.953. Poeta, escritor de cuentos y dramaturgo. Éste autor es uno de los primeros que me hizo interesarme por la lectura de poemas. Los suyos me transmiten una fuerza particular difícil de describir. A continuación, les presento una entrevista imaginaria con Thomas, donde habla sobre su amor por las palabras y sobre el significado que para él tuvo la poesía.



Sr. Thomas, ¿cómo y cuándo comenzó a escribir poesía?

Inicialmente quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocí fueron los de las rimas de las canciones infantiles y antes de que pudiese leerlas, llegué a amar en ellas, simplemente, a las palabras en sí mismas.
Lo que ellas simbolizaban era algo de importancia muy secundaria para mí. Lo que me importaba era sus sonidos y esas palabras eran para mí notas de campanas, sonidos de instrumentos musicales, ruidos del viento, del mar y de la lluvia, traqueteo del carro del lechero, golpeteo de cascos sobre adoquines, caricia de dedos de ramas sobre el vidrio de la ventana, lo mismo que para alguien sordo de nacimiento podría ser el encuentro milagroso de la audición. También me interesaban los colores que las palabras proyectaban en mis ojos. Sé que esto puede sonar muy romántico pero así fue.

Reitero que me enamoré -es la única expresión que puedo concebir inmediatamente y todavía estoy a merced de las palabras, aunque ahora, al conocer bastante bien parte de su comportamiento, creo poder incidir sobre ellas levemente y hasta he aprendido a golpearlas de vez en cuando, cosa que parece gustarles.

Cuando aprendí a leer las rimas de las canciones infantiles y luego a leer otros versos supe que había descubierto la cosa más importante para mí. Estaban aparentemente desprovistas de vida, hechas sólo de negro y blanco pero de ellas, de su propio ser, emanaban el amor y el terror y la piedad y el dolor y el asombro y todas las demás abstracciones vagas que hacen a nuestras vidas efímeras, peligrosas , grandes y soportables.

Por otra parte, me gustaba sus formas, sus tonos, sus tamaños y sus ruidos, como ya dije. Mi amor por las palabras aumentó en el momento en que supe que debía vivir con ellas y en ellas para siempre. Supe, de hecho, que debía ser un escritor de palabras y nada más. Mi libertad primera y mayor fue la de poder leer todo y cualquier cosa que quisiera.

Empecé imitando cualquier cosa que estuviera leyendo en el momento. Aprendí que los trucos malos vienen fáciles y que los buenos, los que ayudan a decir lo que uno cree que es lo que quiere decir, de la manera más significativa, más conmovedora, eso... todavía lo estoy aprendiendo.

¿Cuáles fueron los autores que más influyeron en su escritura?

Permítame reafirmarle que las cosas que me hicieron amar el lenguaje por sobre todo y trabajar en y para él fueron los cuentos infantiles, las leyendas locales, las baladas escocesas, algunas líneas de los himnos, los relatos bíblicos más famosos y sus ritmos, los cantos de inocencia de Blake y la bastante incomprensible majestuosidad y tontería mágica de Shakespeare, oída, leída y casi asesinada en las primeras lecturas escolares.

Sr. Thomas, se ha dicho que Joyce, la Biblia y Freud fueron influencias dominantes en usted. ¿Qué hay de cierto en ello?

No puedo decir que he sido influenciado por Joyce, a quien admiré enormemente y cuyo Ulyses (1.922) y cuentos he leído mucho. Creo que ésto de Joyce surgió porque alguien alguna vez comparó la semejanza del título de mi libro de relatos Retrato del artista cachorro (1.940)con el título de Joyce, Retrato del artista adolescente (1.916). Como sabrá, el nombre dado a innumerables retratos por los pintores, es "retrato del artista adolescente" -un título perfectamente honesto. Joyce usó el título "retrato" por primera vez en una obra literaria. Yo hice un poco de juego perruno con el título Retrato pero no tenía ninguna intención de hacer una posible referencia a Joyce. Lo que no puedo negar es que la gestación de algunos de mis cuentos del Retrato de un artista cachorro podría deberle algo a los cuentos de Joyce publicados en Dublineses (1.914). Esta era una obra primera en el mundo del cuento corto y desde entonces ningún buen escritor de cuentos puede no haber sido favorecido, por poco que sea y, en alguna medida, por ellos. Con respecto a la Biblia, debo acotar que leí los grandes relatos de Noé, Jonás, Lot, Moisés, Jacob, David, Salomón y mil y uno más, naturalmente los había conocido desde mi juventud; sus grandes ritmos habían rodado sobre mí desde los púlpitos galeses y leí por mi propia cuenta desde Job hasta Eclesiastés; y el relato del Nuevo Testamento es parte de mi vida pero, pienso que nunca me hice eco de su lenguaje, al menos conscientemente y soy, en realidad, tan ignorante de ella como los cristianos mejor educados. Así que no creo que la Biblia haya tenido influencia particular en la escritura de mis poemas y relatos. Y, con respecto al Dr. Freud pienso que no incidió en mi obra. Mi único contacto con las teorías y descubrimientos de Freud ha sido a través de la obra de novelistas estimulados por sus historias clínicas, de artículos de divulgadores científicos que, supongo han vulgarizado su obra más allá de todo reconocimiento y de algunos poetas como W.H. Auden que han tratado de usar la fraseología y la teoría psicoanalítica en algunos de sus poemas. Sólo he leído de Freud, La Interpretación de los sueños y no creo que me haya influenciado. Insisto, ningún escritor honesto, hoy día puede evitar, en algún instante, la incidencia de Freud a través de su trabajo pionero sobre el inconsciente pero más bien por la influencia de esos descubrimientos en la obra científica, filosófica y artística de sus contemporáneos y no, en todo caso, a través de los propios escritos de Freud.

¿Utiliza deliberadamente trucos de rimas, ritmo y formación de palabras en la construcción de sus poemas?

Sí, indudablemente. Soy un artesano esmerado, concienzudo, comprometido y despistado en relación con las palabras, por muy desgraciado que, con frecuencia, aparente ser el resultado, y cualquiera sean los malos usos a los que pueda aplicar mi parafernalia técnica. Utilizo todo y cualquier cosa para hacer que mis poemas actúen y se muevan en la dirección que quiero.

¿Se considera usted un poeta surrealista?

¡Para nada! Pienso que una de las artes del poeta es hacer comprensible y articular lo que pueda emerger de las fuentes subconscientes (surrealismo). Uno de los usos más importantes del intelecto es seleccionar de la masa amorfa de las imágenes subconscientes, aquellas que mejor logren su propósito imaginativo que es escribir el mejor poema que se pueda.
A mí no me importa de dónde salen las imágenes de mis poemas. Que salgan si usted quiere, del mar más hondo del escondido yo, pero antes de que lleguen al papel deberán atravesar todos los procesos racionales del intelecto.

Sr. Thomas, ¿cómo definiría a la poesía?

Es todo lo que me hace reír o llorar o bostezar, lo que hace que las uñas de mis pies titilen, lo que hace que yo quiera hacer esto o aquello o nada. Todo lo que importa sobre la poesía es el goce que uno obtiene de ella, sin importar lo trágica que pueda ser. Lo esencial es el eterno movimiento que hay detrás de ella, la vasta corriente subterránea del sufrimiento humano, la locura, la pretensión, la exaltación o la ignorancia, por muy poco elevada que sea la intención del poema. Ahora bien, la mejor artesanía empleada en la construcción del poema siempre deja huecos y simas en él, de manera que aquello que no está en el poema pueda arrastrarse, gatear, relampaguear o tronar. El goce y la función de la poesía es y fue la celebración del hombre, que es también la celebración de Dios.


De los suspiros algo nace...

De los suspiros algo nace
que no es la pena, porque la he abatido
antes de la agonía; el espíritu crece
olvida y llora:
algo nace, se prueba y sabe bueno,
todo no podía ser desilusión:
tiene que haber, Dios sea loado, una certeza,
si no de bien amar, al menos de no amar
y esto es verdadero luego de la derrota permanente.

D.T.


Caracas, 29 de abril de 2011.

miércoles, 20 de abril de 2011

¡Quiero ser un Guardián entre el centeno!















Esta novela es recomendada a cualquiera que haya criado a un hijo como fuente de asombro, deleite y preocupación. Allí se plantea la lucha muy injusta entre la bondad de la juventud y la corrupción de los mayores, un mensaje que sólo se intensificó con la inminente brecha generacional.
El Universal, 28-1-2010



El Guardián entre el centeno (1.951), novela del muy singular escritor norteamericano, ya fallecido, Jerome David Salinger (1.919-2010). La misma narra en varios días, una serie de experiencias y recuerdos en la vida de un joven de 17 años llamado Holden Caulfield, quien acababa de ser expulsado de un colegio en Agerstown, Pensilvania, no siendo su primera vez. El motivo de su expulsión tenía que ver con problemas de rendimiento. Una de las pocas materias que Holden pasó fue literatura.

La novela consta de 26 capítulos, 274 páginas y tiene un carácter circular en la medida que el inicio se conecta estrechamente con el final.

Holden es un joven disconforme con las circunstancias de la vida pero, en esencia es un buen muchacho, respetuoso, sincero y podríamos afirmar que ingenuo. Todo ello ante mis ojos miopes lo hace excelente. Estoy de su lado.
Casi al final de El Guardián entre el centeno, Holden, quien planeaba irse de su casa y vivir en una cabaña. Dice: " A todos los que vinieran a visitarme les pondría una condición. No hacer nada que no fuera sincero. Si no, tendrían que irse a otra parte."

Holden es el segundo hijo de cuatro hermanos. El primero llamado D.B. quien era escritor; el tercero se llamaba Allie, a quien Holden consideró un hermano excelente. Allie era dos años menor que Holden y había muerto de leucemia. Y está Phoebe, su hermana menor, inteligente y lista. Holden, literalmente la adoraba y están los padres.

La novela se inicia bajo una situación en la que Holden parece estar hospitalizado (¿por algo emocional?) y comienza a narrar su expulsión del colegio y decide irse antes de la fecha señalada sin avisar a sus padres. Se va a Nueva York, donde vive pero quiere pasar unos días sólo. Durante el relato de variadas situaciones que le habían ocurrido, Holden se va autodefiníendo como:

1.- un mentiroso fantástico: en realidad, nada grave.

2.- dice que es un buen lector. Deja claro que no le gusta el cine pues le parece falso y tolera mejor el teatro.

3.- que es muy nervioso.

4.- que es muy cobarde.

5.- que era virgen. Holden habla de dos muchachas que había conocido años atrás: Sally Hayes y Jane Gallaher. Sus sentimientos hacia ellas son sinceros pero inestables.

6.- que se siente muy deprimido y triste. Frase reiterativa. Creo que es indudable que Holden se hallaba deprimido. También piensa en la muerte, bajo una concepción muy infantil, lo que no lo desmerita para nada. Holden era un adolescente.

7.- que es un manirroto horrible. Sí, Holden le daba poca importancia al dinero. Narra una escena en la que conoce a un par de monjas que le caen fantástico, les da diez dólares como un acto de caridad. Ellas no quieren aceptarlo y lo hacen bajo la insistencia de él.

Holden tenía sus propias opiniones sobre temas como la religión, que no dejan de ser interesantes. Posterior a haber intentado estar con una joven prostituta, con la que no tiene nada pues argumenta que se le quitó el deseo, comenta: "Tenía ganas de rezar o algo así, pero no pude hacerlo. Nunca puedo rezar cuando quiero. En primer lugar porque soy un poco ateo. Jesucristo me cae bien, pero con el resto de la Biblia no puedo. Esos discípulos, por ejemplo. Si quieren que les diga la verdad no les tengo ninguna simpatía. Cuando Jesucristo murió no se portaron tal mal, pero lo que es mientras estuvo vivo le ayudaron como un tiro en la cabeza. Siempre le dejaban más sólo que la una. Creo que son los que menos trago de toda la Biblia". Holden tenía un compañero con quien conversaba sobre el tema y comenta que el compañero le decía: "...que si no me gustaban es que tampoco me gustaba Jesucristo. Decía que como Él los había elegido tenían que caerme bien por la fuerza..."

La incredulidad de Holden antes tantas cosas que le rodean, lo llevan a eso que llamamos depresión. Una vez, hablando con Sally, Holden le pregunta: "¿Te has hartado alguna vez de todo?...¿has pensado alguna vez que al menos que hicieras algo enseguida el mundo se te venía encima?. ¿Te gusta el colegio?. Sallí responde que es un aburrimiento mortal y Holden insiste: " -Lo que quiero decir es si lo odias de verdad...Pero no es sólo el colegio. Es todo. Odio vivir en Nueva York, odio los taxis y los autobuses de Madison Avenue, con esos conductores que siempre te están gritando que te bajes por la puerta de atrás...los coches, por ejemplo...La gente se vuelve loca por ellos. Se mueren si les hacen un arañazo en la carrocería... No han acabado de comprarse uno y ya están pensando en cambiarlo por otro nuevo...Preferiría tener un caballo. Al menos un caballo es más humano." Acoto que, en realidad, Holden no odia a nadie.

Holden también detestaba el Ejército y la guerra. Su hermano D.B. estuvo en la Segunda Guerra Mundial. Holden afirma: "Les juro que si hay otra guerra, prefiero que me saquen a un patio y me pongan frente a un pelotón de ejecución. No protestaría nada". Más adelante expresa algo que me parece paradójico aunque tal vez no lo sea: "...me alegro muchísimo de que hayan inventado la bomba atómica. Si hay otra guerra me sentaré justo encima de ella. Me presentaré voluntario, se lo juro."

Por cierto, en este tema de la guerra Holden hace una crítica a la novela Adiós a las armas,(1.929) de Hemingway, que su hermano D.B. define como buenísima. Holden dice que le parece contradictorio que a alguien pueda gustarle Adiós a las armas y El gran Gatby (1925) de Scott Fitzgerald. A Holden le encanta esta última y menciona que le gusta Ring Lardner (periodista deportivo y escritor satírico norteamericano).

Hacia el final de la novela, Holden va a visitar a un antiguo y estimado profesor de nombre Antolini. Holden lo había llamado previamente. La noche anterior se había emborrachado, tenía un fuerte dolor de cabeza y tenía enormes ganas de dormir. Cuando llegó, el profesor Antolini estaba bebiendo y fumando (Holden dice que fumaba como un energúmeno). Holden le comenta sobre su expulsión del colegio y el profesor se pone a sermonearlo y le asevera que él tendrá una caída terrible. Antolini le dice: "Esta caída que te anuncio es de un tipo muy especial, terrible. Es de aquellas en que al que cae no se le permite llegar nunca al fondo. Sigue cayendo y cayendo indefinidamente. Es de la clase de caída que acecha a los hombres que en algún momento de su vida han buscado en su entorno algo que éste no podía proporcionarles, o al menos así lo creyeron ellos. En todo caso dejaron de buscar. De hecho, abandonaron la búsqueda antes de iniciarla siquiera."

Antolini le refiere otras cosas sobre la educación y la poesía pero Holden está muy cansado. El profesor comprende que quiere dormir. Holden se acuesta en el sofá y se queda dormido. Al poco tiempo siente que alguien acaricia su cabeza, se despierta y ve que es el profesor. Holden se levanta bruscamente, se viste y se va. Sale de la casa del profesor pensando que se trata de un pervertido. Este capítulo inicialmente me causó cierta confusión pues pensé que Holden mal interpretaba pero una relectura me hace pensar que efectivamente el profesor trataba de seducirlo. Mucho me gustaría la opinión de quienes leyeron la novela.

La persona a la que Holden definitivamente más quería era a su hermana Phoebe. De hecho Holden intenta verla en varias ocasiones y va hasta la casa con la suerte para él de que sus padres no están. Él le había comprado en Broadway un disco que a su hermana le gustaba mucho titulado Little Shirley Beans. Le fue difícil conseguirlo y luego se le cayó y se le rompió. Aún así, ella le pidió que le diera los pedazos, que los guardaría. Es a Phoebe a quien Holden le cuenta sobre la expulsión del colegio. Ella se enfada y le dice que sus padres lo van a matar. Él le dice que no se preocupe, que se irá a vivir a otra parte y ella le da el dinero que tiene ahorrado para Navidad. Una conversación que se desarrolla entre los hermanos muestra la preocupación de Phoebe por Holden y su clara inteligencia y sensibilidad. Phoebe le dice que a él nunca le gusta nada. Holden sorprendido responde: " -Hay cosas que me gustan. Claro que sí. No digas eso. ¿Por qué lo dices?. Ella insiste que es cierto y él agrega entonces: "Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están sólos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él...Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura."

Es Phoebe quien evita que Holden se vaya de casa pues insiste que si él se va ella se va con él. Entendemos que, finalmente Holden es recluído en un hospital y es desde allí que narra toda esta historia. En las últimas tres líneas escribe: "No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo". Pienso que es una frase crucial ya que aunque Holden es un palmario desadaptado expresa aquí su profunda necesidad de las personas. Su deseo de no contar para no necesitar, para no echar de menos a nadie.

Para terminar, quiero mencionar que Salinger adaptó un fragmento de un poema del poeta escocés Robert Burns (1.759-1.796) que le dio el título más conocido a ésta extraordinaria novela. Aquí el poema de Burns:


A través del centeno, pobre chica,
a través del centeno
arrastraba las enaguas
a través del centeno

Si dos personas se encuentran
a través del centeno,
si dos personas se besan
¿Tiene alguien que llorar?

Si dos personas se encuentran
a través de la cañada;
si dos personas se besan
¿Tiene el mundo que saberlo?

Jenny es una pobre chica empapada;
Jenny casi nunca está seca;
Arrastraba las enaguas,
a través del centeno.



Caracas, 20 de abril de 2011.

viernes, 15 de abril de 2011

Papá Goriot





"A partir de ahora los ojos de los hombres se volverán a mirar los rostros, no de aquellos que han gobernado, sino de aquellos que han pensado"
Víctor Hugo.

"Donde hay más sensibilidad, allí es más fuerte el martirio"
Leonardo Da Vinci.


Papá Goriot
reposaba desde hacía como tres años en una de mis bibliotecas. Hace como dos, un amigo que estaba de visita me dijo ¿Y qué te pareció Papá Goriot?. Le respondí que todavía no la había leído. Agregó: ¡pues es excelente!

Hace como una semana, comencé a leerla y realmente me impresionó su calidad.

Papá Goriot expone a la sociedad francesa(específicamente parisiense) de la llamada época de la Restauración Francesa que vino posterior a la caída de Bonaparte en 1814.

Aparte de la vida burguesa y la no burguesa, representada por los pensionistas de la llamada Casa Vauquer, situada en la calle Nueva de Santa Genoveva, entre el Barrio Latino y el de Saint-Marceau, regentada por la viuda Vauquer, Balzac presenta la historia de un anciano de origen humilde llamado Jean Joaquim Goriot que trabajaba en la fabricación de fideos y pastas en general, quien había logrado amasar una buena fortuna. Este hombre quedó viudo -tras 7 años de matrimonio- con dos hijas a las que se dedicó en cuerpo y alma. Ambas, que no se llevaban nada bien, en especial por razones sociales, se supone que se casaron con hombres ricos y prestigiosos. Las hijas Anastasie y Delphine, después de casadas, empezaron a tener una actitud esquiva y desagradecida hacia su padre quien, a pesar de ello seguía consintiéndolas y sacándolas de apuros económicos. Tal es así, que el viejo Goriot termina viviendo en la pensión Vauquer donde, por cierto, era objeto de burlas. Los yernos de Goriot, el Conde de Restaud y el banquero Barón de Nucingen respectivamente, pronto también empezaron a rechazar la presencia de Goriot en sus casas. Al parecer, las infidelidades matrimoniales estaban a la orden del día, cosa que no importaba mantener en secreto, ni de parte del hombre ni de la mujer. Por ejemplo, Anastasie tenía a su amante, el señor de Trailles (su esposo lo sabía y lo toleraba) y Delphine tenía a un tal señor De Marsay.

Dentro de los pensionistas destacan Eugène de Rastignac, joven de provincia quien había venido a París para estudiar Derecho. Su familia hacía un gran esfuerzo por mantenerlo, cosa que el joven consideraba, no obstante, empezó a sentir un gran deseo de conocer, penetrar y pertenecer a esa exquisita sociedad. También vivían en la pensión, el señor Vautrin ( cuyo verdadero nombre era Jacques Collin, alias el Engañamuertes y que resultó ser un famoso ladrón). El señor Vautrin intentó comprometer, por todos los medios a su alcance, a Eugène, para que le aceptara dinero en calidad de prestamista pero Eugène siempre se opuso con mucho honor; el joven estudiante de medicina Bianchon, la señorita Michonneau, la señorita Victorine (joven rechazada por su padre y hermano) y su mentora, la señora Couture, un pintor, el señor Pioret, la cocinera llamada Sylvie, el cochero Christophe, el gato Mistigris y la viuda Vauquer.

Eugène era primo lejano de una rica vizcondesa llamada Clara de Beauséant. Ella lo recibió bien y le prometió ayudarlo en su deseo de pertenecer a la crema de la sociedad en la que ella y su esposo tenían un alto lugar. La Sra. de Beauséant estaba auténticamente enamorada de un portugués de apellido Ajuda, quien al parecer también la quería pero él estaba prometido en matrimonio con una joven. Todo París parecía estar enterado de ello menos la Sra. de Beauséant.

Eugène conoce a la primera hija de Goriot y se siente atraído pero ella no le presta atención. Luego conoce a Delphine de la cual si se supone enamorado, siendo correspondido por ella (el Sr De Marsay la ha dejado). Delphine se haya obsesionada con ser presentada a la sociedad, a la que no había tenido acceso y, a través de Eugène logra ser invitada a la fiesta de la Sra. Beauséant. En base a estas relaciones, Eugène empieza a tener una mayor relación con Papá Goriot y se percata que es un buen hombre que ha hecho todo en la vida por las hijas. Goriot también le toma aprecio y más cuando se da cuenta que su hija Delphine lo ama. El viejo Goriot llega hasta adquirir un apartamento para que viva Eugène con su hija pues sabía de su matrimonio infeliz con el barón de Nucingen. Eugène no quería aceptar el apartamento pues no le parecía justo con Papá Goriot quien al final le plantea que se trata de un préstamo. Pocos días después y tras una discusión entre Anastasie y Delphine delante del padre, éste empieza a sentirse mal. Eugène se encuentra con Delphine, le dice que su padre está muriendo pero ella no quiere perderse la fiesta por nada y obliga a Eugène a ir. Además el compromiso del amante de la Sra. Beausént ya se había hecho oficial y Eugène quería estar cerca de ella en esos momentos. La Sra. Beauséant da muestras de serenidad y al final se despide de Eugène pues decide marcharse de París para no volver más y recluirse en un convento en Normandía.

Después de la fiesta de la Sra. Beauséant, Papá Goriot se agrava y durante su agonía relata todo lo que ha querido a sus hijas, el vil desprecio del que ha sido objeto por parte de ellas, las maldice, las bendice. Habla de lo que significa ser padre, de los errores, etc. Eugène y Bianchon lo cuidan. Goriot pide desesperadamente ver a sus hijas pero éstas no van. Eugène habla con Delphine pero ella le dice que está enferma. Sólo lo hace Anastasie cuando su padre ya ha pérdido el sentido. Ninguna asiste al entierro y es Eugène y Bianchon quienes se encargan del mismo. Eugène hace una reflexión sobre esa sociedad a la que anhelaba pertenecer y después del entierro de Papá Goriot se dispone a ir a casa de Delphine. Todo hace suponer que no caerá en sus redes, que ha aprendido de la farsa de esa sociedad.

Honoré de Balzac, nació en Tours, el 20 de mayo de 1.799 y falleció en París el 18 de agosto de 1.850. Está considerado como el más importante escritor francés del la primera mitad del siglo XIX y el principal representante de la llamada novela realista.

En el antes llamado (ignoro si todavía se llama así) Ateneo de Caracas, hay un espacio denominado espacio Balzac, donde se encontraba una escultura de Balzac, de su creador Auguste Rodin. Ya la estatua no está. ¿Quién sabrá?.

Caracas, 15 de abril de 2011.

domingo, 3 de abril de 2011

INCLINANDO LA BALANZA HACIA EL BIEN



Señor, dame un corazón de niño y un gran coraje de vivir como adulto
Santa Catalina de Siena


A mi hija Mariana, con todo mi amor


Mi amiga Rosaura es una mujer ya cercana a la cincuentena. Es dinámica y multi funcional o, eso que llamamos todo terreno. Es cirujano general y lo que más le gusta operar son los pacientes de emergencia. Desde hace ya mas de tres años se haya separada de su esposo y vive con sus 3 hijos, los cuales tienen edades bastante disímiles, lo que hace que Rosaura intente mantenerse en continuo conocimiento de los intereses de una niña de 7 años, un varón de 14 y una ya mujer de 20 años.

La menor de sus hijos, que ya está finalizando el segundo grado, es una niña de clara inteligencia, teñida de cierta irreverencia, que no duda en preguntar y repreguntar cuando de saber algo que le interese se trate, tanto así que muchas veces Rosaura se siente que está siendo interrogada en la propia CICPC.

Rebeca es una niña muy desarrollada para su edad. Su piel es de un hermoso color canela, cabellos largos y rizados, ojos negros y es digna poseedora de una linda boca. Rosaura recuerda que desde que la vio, por vez primera, la belleza de su boca llamó poderosamente su atención.

Rebeca también es muy coqueta, sin embargo, lleva muy bien la falta de sus cuatro incisivos superiores que practicamente mudó de un sopetón (por supuesto, con la visita cuádruple del Ratón Pérez para dejarle el dinero respectivo por cada diente). Por cierto, cuando Rosaura le mencionó al Ratón Pérez, tuvo que responder a Rebeca un sin fin de interrogantes, entre ellas: ¿para qué quería el Ratón Pérez tantos dientes?. A Rosaura sólo se le ocurrió decirle que el Ratón Pérez estaba enamorado de una ratoncita muy pretenciosa que le exigía, como condición para casarse con él, un larguísimo collar formado por todos los dientes de los niños que mudaran en el mundo; la otra pregunta, fácilmente predecible, pero que Rosaura no previó al inventar la primera respuesta: mamá -pero si el Ratón Pérez tiene que ir buscando por todas las casas donde haya niños que estén mudando sus dientes, ¿cuándo se irá a casar con la ratoncita? Rebeca no pierde tiempo para agregar que esa ratoncita es una avara y una aprovechada y que, seguramente, no quiere de verdad al pobre Ratón Pérez.

En el día de hoy, que se inició para Rosaura a las 4 am. y, después de haber preparado el desayuno, el almuerzo que Rebeca se lleva para la escuela, de dejar a Manuel y a Rebeca en el colegio y a Victoria en la universidad, ir a su trabajo, ver a 20 pacientes, operar a uno de ellos, regresar a su casa, terminar de preparar el almuerzo para Manuel y Victoria (almorzar juntos), Rosaura decide tomar un descanso antes de buscar a Rebeca quien hoy tiene clase de natación. Ya eran como las 2 y 40 pm.

Rosaura es amante de la lectura. Se acuesta y toma de su mesa de noche una de las tres novelas que lee. Se trata de Papá Goriot de Honoré de Balzac. Lee cerca de diez páginas y, de pronto, el sueño la va venciendo. Cierra a Balzac, pone la alarma de su teléfono a las 4 y 25 pm y duerme. Rosaura ignora cuanto tiempo ha transcurrido pues, de súbito, es despertada por el sonido insensible de la alarma. Rosaura no quiere oírla (piensa que no ha descansado nada) pero, sabe que debe ir a buscar a su hija.

Rosaura llega al colegio pasadas las 5 pm. La tradicional y aberrante cola caraqueña no la ha perdonado. Rebeca luce contenta y desde que se monta en el carro comienza a narrarle su día. Ella la escucha con la atención que puede tomando en cuenta que está manejando. Cuando Rosaura está a punto de tomar el Paseo Colón, milagrosamente siempre libre de tráfico en sentido hacia el centro, Rebeca, cuyo colegio pertenece a la orden de los luteranos, le dice con un tono de voz distinto al que tenía hasta ese instante: -mami, yo creía que cuando a alguien le disparan Dios lo protegía para que no muriera.

La voz de Rebeca está pincelada de tristeza, de desazón. Rosaura la mira por segundos. A ver, ¿por qué dices eso? -pregunta Rosaura. Es que yo sé que si a una persona le disparan se muere y yo pensaba que Dios no permitía que eso pasara... Rosaura no sabe qué decir. Pero intuye que debe darle una adecuada respuesta a su hija, que su creencia católica, la que ella le enseña aunque muy afincada en la realidad, puede ponerse en entre dicho y se dice: ¡piensa! Rosaura, ¡piensa!
A Rosaura le viene a la cabeza mencionar que no siempre que una persona recibe un tiro, muere...Rebeca, quien continúa con el rostro compungido, la interrumpe: - ¿¡Dios no está pendiente para que no nos pase nada malo!?.

Rosaura no quiere decir nada que complique las cosas y agrega: lo que ocurre es que Dios representa al Bien pero, lamentablemente, existe el Mal, que lo representa el Diablo. Que Dios hace un esfuerzo por protegernos a todos pero que cada uno, cada quien debe colaborar para intentar evitar que le sucedan cosas malas y que entre el poder de Dios y el esfuerzo de uno, se suman poderes (Rosaura aprovecha el uso de los verbos sumar y multiplicar que ya son del dominio de Rebeca) para evitar, lo más posible, lo malo. Es decir, se suman las fuerzas buenas por un lado y las malas por otro y buscamos que ganen las buenas.

Rosaura mira de reojo a Rebeca. Ve que su rostro se ha relajado y se queda callada. Rebeca agrega: -¿cómo una balanza donde gana el bien?. Sí hija, responde Rosaura, ¡es como una balanza y tenemos que esforzarnos por inclinarla hacia el bien!.

Caracas, 4 de abril de 2011.

viernes, 1 de abril de 2011

A MI MADRE (IN MEMORIAM)



"Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas" San Agustín.


No tengo que preguntarme dónde estarás
sé que es en el Paraíso

Por qué recordarte si nunca te he olvidado

Viniste desde el mar a este país sui géneris
supiste de tú sino por medios santos

Humildad pueblerina
Voluntad y Fe inquebrantable
la claridad de tú misión
no requirió ser escrita en papel
impresa en tú corazón con tinta indeleble estaba

criar a tus hijos

cuando hablabas de valores
te apresurabas ha mostrárnoslos en la práctica
no dejabas resquicio para la duda

Querida Madre

aquí continuamos, sembrando semillas
seguir tú camino no siempre ha resultado tarea fácil
pero, día a día, perseveramos en ello
en no dejar de mirar tú luz,
la que nos guía.

Caracas, 1 de abril de 2011.