El loco de Dios en el fin del mundo (2025) es la novela más reciente del escritor español Javier Cercas (1962). La leo en versión digital.
Como lo señala el mismo
Cercas al comienzo de la novela, se trata de un encargo literario que le fue
formulado desde El Vaticano dentro del marco de un viaje a Mongolia que
realizaría –en 2023-Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 1936-El Vaticano,
2025) mejor conocido como el papa Francisco quien ejerció el papado desde el 13
de marzo de 2013 hasta el 21 de abril de 2025 fecha en la que fallece a los
ochenta y ocho años de edad.
(¡Qué en paz descanse
el papa Francisco!).
Cercas plantea como
condición para aceptar el encargo, la posibilidad de conversar con el papa Francisco a solas unos
minutos y aunque el papa no parece estar interesado en conversar con él, Cercas
accede a escribir la novela. La experiencia implicaba conocer más de cerca el
funcionamiento de El Vaticano, viajar a Mongolia, etc.
Javier Cercas expone
que su deseo de hablar con el papa es porque quiere hacerle una pregunta dentro
del siguiente contexto: su madre, anciana, viuda y afectada por la enfermedad de
Alzheimer es una ferviente católica y, como tal, cree en la resurrección de la
carne y en la vida eterna. Desde que quedó viuda, su madre – profundamente
enamorada de su esposo- está segura de que lo verá en el Cielo cuando ella
muera.
Cercas, ateo y
anticlerical a pie juntillas quiere preguntarle a Francisco y llevarle la contestación
a su madre. Cercas quiere la respuesta del Vicario de Cristo porque la suya ya
la intuimos.
La novela es una
especie de biografía, mezclada con crónica, ensayo, filosofía donde Cercas nos
habla de la vida del papa desde su juventud, su sacerdocio (que se inició pocos
meses antes de que cumpliera treinta y tres años), la especie de aislamiento al
que es sometido por dos años en la provincia de Córdoba ante su conducta un
tanto rebelde y con visos de autoritarismo (del que luego nos enteramos que
significó una intensa lucha interior por ser, en esencia, un seguidor patente de
Jesús); luego su ascenso dentro de la jerarquía eclesiástica hasta llegar a ser
elegido papa, cargo al que, hasta donde sabemos, nunca había aspirado y que
aceptó aclarando “Aunque soy un gran pecador” (37).
Previo a la escritura
de El
loco de Dios en el fin del mundo y antes del viaje a Mongolia, Cercas, en
un proceso de recopilación de información, conoce a varias personas cercanas y
no tan cercanas (al papa) que le permiten ir teniendo una idea de quién es, en
realidad, Francisco. Con todas y cada una de esas personas mantiene diálogos
muy interesantes acerca del pensamiento del papa sobre temas diversos: la
apertura de la Iglesia Católica (para católicos y no católicos), desde las iglesias
centrales hacia las iglesias periféricas.
Vale destacar que “el concepto de periferia
es capital en el pensamiento de Francisco…En un “discurso pronunciado…cuatro
días antes de que lo eligieran papa, Francisco afirmó que la Iglesia está
llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las
geográficas sino también las
existenciales: las del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la
ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.
A esas dos periferias, la geográfica –los centros alejados de la metrópoli- y
la religiosa –los lugares donde Dios es un Dios ausente…, Francisco añadiría
aún una tercera: la periferia social, el lugar de los desheredados de la tierra. Esa triple periferia es el
núcleo de la Iglesia de Francisco” (15).
Otros tópicos incluyen:
la labor esencial de los misioneros; el clericalismo, concepto donde puede
estar la “razón” esencial para el abuso sexual por parte de sacerdotes (considerándose
o considerados) en una situación de poder con respecto a los fieles, en ese
sentido, el papa seria anticlerical, es decir, Francisco no estaba de acuerdo
con que los sacerdotes se consideraran superiores a los fieles si no que debían
integrarse con éstos; el tema de la resurrección de la carne y la vida eterna,
-central en el cristianismo; sobre el celibato; sobre el tema de la comunión en
personas divorciadas; aspectos políticos, entre ellos, el deseo del papa de
acercarse a China y a Rusia; el tema del capitalismo, del comunismo, etc.
Otro aspecto
interesante que toca Cercas tiene que ver con la postura de los medios de
comunicación a la hora de publicar noticias sobre el papa, destacando más lo político
que lo espiritual, incluso cuando se trata de discursos neta y profundamente
espirituales.
Cabe destacar el
concepto de sínodo. “Un sínodo es una asamblea de cristianos, habitualmente
obispos, que se reúnen cuando tienen necesidad de reflexionar sobre un problema
determinado de la vida de la Iglesia, o de la doctrina…es un tiempo de escucha
recíproco, de discusión, de plegaria y de discernimiento en común para
encontrar una solución común” (440). Los sínodos no son algo nuevo y sirven
para que el papa tome decisiones.
Vale mencionar que
durante el vuelo de ida a Mongolia en el avión papal, el papa accede a hablar
con Cercas, quien aprovecha para hacer la pregunta que quería hacer. También
para grabar un pequeño video que incluye la bendición del papa para la madre de
Cercas.
La respuesta del papa a
la pregunta de si su madre verá a su padre en el Cielo es “con total
seguridad”.
Al final, Cercas
plantea que Francisco es un hombre común, un creyente en el amor y la verdad de
Dios pero que ese ser creyente y esa verdad de Dios debe patentizarse en los
hechos, principalmente en la atención a los más humildes y necesitados.
Casi acabando de
terminar de escribir El loco de Dios en
el fin del mundo, muere la madre de Cercas. Él escribió a algunas de las
personas que conoció en El Vaticano y les hace saber que su madre había
fallecido. El papa Francisco lo llamó para darle el pésame.
El
loco de Dios en el fin del mundo, aparte de lo
planteado en él, como tal, pone en evidencia, una vez más, el excelente (e
inteligente) narrador que es Javier Cercas. También, lo estupendo que le
funciona ese estilo de partir de un hecho central, en este caso la pregunta que
le quiere hacer a Francisco, y de allí ir desgranando múltiples aristas, como una
especie de juego del sebucán (en Venezuela) donde se tejen y se entretejen
cintas de colores, obteniendo una literatura de gran calibre.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 6 de mayo de
2025.
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