Hay
algo innatural en amar sin esperar que el amor sea retribuido (60).
¿Es
el amor un estado de la mente, un estado del ser, un fenómeno, una moda que va
quedando relegada, mientras la observamos, en el pasado, en los remotos reinos
de la historia? (65)
El polaco (2022) es la más reciente novela del escritor sudafricano J. M. Coetzee (1940) quien, en 2006, se nacionalizó australiano residiendo en Adelaida (Australia).
Coetzee ganó el Premio
Nobel de Literatura 2003.
Se trata de una novela
corta conformada por seis capítulos que vienen numerados, como si fuese un
texto súper estructurado.
He leído unas cuantas
novelas de Coetzee y las palabras que emplearía para definir su literatura
incluyen: inteligencia, sobriedad, sensibilidad, profundidad.
El
polaco narra la historia del pianista polaco Witold
Walczykiewicz quien ronda los setenta años y una mujer española, Beatriz, de
cuarenta y tantos años (casada y con dos hijos) que se dedicaba a obras
benéficas y formaba parte de un grupo que organizaba conciertos de música
clásica en Barcelona (España).
El pianista polaco es
invitado para que ofrezca un concierto de piezas del gran pianista polaco
Frédéric Chopin (1810- París, 1849). Circunstancialmente
le toca a Beatriz servirle de anfitriona.
Vale destacar que,
Witold Walczykiewicz “es un pianista conocido como intérprete de Chopin, pero
un intérprete controvertido: su Chopin no es nada romántico sino, por el
contrario, austero, un Chopin heredero de Bach. En este sentido, es una rareza
en el ambiente de los conciertos,…” (8)
El pianista es
sensible, pero también algo seco. El inglés que emplea es bastante formal y lo
hace lucir poco comunicativo. El pianista se enamora de Beatriz. Un amor que
parece asemejarse al de Dante Alighieri (Italia, 1265- 1321) y su Beatrice.
Witold, después de
haberse marchado de Barcelona, le escribe a Beatriz y le propone que deje a su
esposo y que se vaya con él de vacaciones a Brasil.
Beatriz no parece
sentirse atraída por el polaco. También tiene claro que no dejará a su esposo y
a sus hijos pero algo le atrae de Witold, siente curiosidad, se siente
halagada.
El polaco le dice a
Beatriz “Solo puedo decir que desde que te conocí mi memoria está llena de ti,
de la imagen de ti. Viajo desde una ciudad a otra ciudad a otra ciudad, ese es
mi trabajo, pero tú estás siempre conmigo. Me proteges. Tengo paz en mi
interior…. Ella le da paz. Ella le da alegría” (28/29).
Beatriz le habla del
polaco a su esposo. Es franca, no le gusta mentir, por otra parte, tienen mucho
tiempo que duermen en cuartos separados. Beatriz le comenta que lo invitará a
pasar unos días con ella en una casa
perteneciente a la familia de su esposo. Allí ella y el polaco intiman varias
noches hasta que Beatriz le dice que ya no más.
El polaco se
regresa a Polonia y no vuelve a ver a
Beatriz pero le escribe y ella le responde con mucha formalidad.
Un día, Beatriz recibe
una llamada de la hija del polaco quien le informa que su padre ha fallecido y
que había dejado un paquete para ella en su casa en Varsovia.
A pesar de que Beatriz
se siente incómoda por la situación, decide viajar a Varsovia y conoce el
apartamento donde vivía Witold. Se sorprende porque se trataba de un sitio algo
precario. Encuentra el paquete. Se trataba de ochenta y cuatro poemas que
Witold había escrito sobre ella, sobre el escaso tiempo compartido, sobre su amor
por ella, sobre su soledad.
Beatriz, curiosa, manda
a traducir los poemas y ella escribe dos cartas hablándole de su impresión
sobre los mismos. Pareciera que Beatriz está distante ante la situación pero,
por otra parte, parece que no. Que algo la había unido a Witold.
En fin, El polaco nos habla de la vejez, del
amor, de la soledad, de la lucha por el amor, de lo que pueda sembrar, de la
valentía, del lenguaje, de lo que transmite o no un lenguaje traducido.
El
polaco me hizo recordar la anterior novela de Coetzee que
leí (reseñada en este blog) titulada Diario
de un mal año (2007) que también tiene como protagonistas a un anciano
escritor y a una mujer joven que vivía en pareja con un hombre casado.
Ambas, excelentes.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 16 de mayo de 2025.
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