“Lo suyo no es
sucumbir al miedo sino razonarlo”
Kenzaburo Oé
Una
cuestión personal (1964) es la primera novela que leo del
segundo premio Nobel de Literatura japonés (1994) Kenzaburo Oé (1935-2023).
La leo en una edición del Círculo de Lectores.
Hallé esta novela en un
librero de viejo y me dije ¿por qué no? No he leído nada de él. Hasta ahora he
leído a dos escritores japoneses Yukio Mishima (1925-1970) y Haruki Murakami
(1949), ambos de gran calidad literaria.
Una
cuestión personal se trata de una novela un tanto triste,
teñida de cierta filosofía pesimista de la vida (pensé mucho en Kafka mientras
la leía), que gira alrededor de un hombre de 27 años, profesor en una academia
preuniverstaria, cuya esposa está en un hospital pues había entrado en trabajo
de parto de quien sería el primer hijo de la pareja. Es la madre de la mujer
embarazada quien la acompaña durante todo el proceso.
El hombre, a quien
apodaban Bird, había pasado por un fuerte episodio de alcoholismo y su mayor
deseo era conocer el continente africano.
Cuando nace el hijo de
Bird lo llaman por teléfono para que acuda con urgencia al hospital ya que su
hijo ha nacido con una “hernia cerebral”. Bird acude al hospital y le plantean
trasladar al bebé a un hospital universitario para saber si lo pueden tratar allí,
no obstante, Bird no deja de pensar si su hijo podrá llevar una vida normal,
incertidumbre ante la cual los médicos no tienen respuesta. Definitivamente se
trata de un caso raro y Bird se pregunta, no sin dolor y tormento, si lo mejor
sería que el bebé muriera.
Durante el tiempo que
va transcurriendo y en el cuál su suegra y Bird deciden no decirle a la esposa
la verdad de lo que está ocurriendo, Bird acude a la casa de una amiga de la
universidad llamada Himiko, cuyo esposo se había suicidado. Himiko recibe a
Bird durante días y conversan sobre la situación del bebé, tienen sexo, se
emborrachan, etc.
A Bird lo vuelven a
llamar del hospital y le dicen que pueden operar al bebé cuando esté un poco
más fuerte, no obstante, Bird decide llevarse a su bebé y ponerlo en manos de
un médico que practicaba abortos clandestinos amigo de Himiko y que el mismo se
deshiciera del bebé. Himiko lo apoya y le dice que después podrán viajar juntos
a África, deseo que tan bien había nacido en Himiko. Sin embargo, Bird
repentinamente se arrepiente y decide buscar al bebé y llevarlo al hospital
para que lo operen a pesar de que ignora la relevancia que tendrá esa decisión
en su vida. Bird le dice a Himiko, quien de alguna manera le recrimina que cambie
de opinión con respecto al bebé, frustrando así la posibilidad de que viajen
juntos a África “–Lo único que deseo es dejar de ser alguien que huye de todas
sus responsabilidades” (202).
El niño se salva y Bird
y su esposa se lo llevan a su casa aunque no queda claro si el bebé se
desarrollará normalmente.
Cuando uno lee esta
novela le cuesta pensar que carezca de una base autobiográfica y,
efectivamente, buscando en Google, uno se encuentra con que Kenzaburo Oé y su
esposa tienen un hijo que nace con problemas al que llamaron Hikari Oé
(Australia, 1963). También podemos leer que, al parecer, cuando el niño nació
los médicos insistieron a los padres que era mejor dejar morir al niño, pero
que los padres se opusieron (en la novela, durante buena parte, ocurre lo
contrario, es decir, es Bird quien piensa que es mejor que el niño muera).
El niño fue operado
pero permaneció con discapacidad visual, retraso en el desarrollo, epilepsia,
coordinación física limitada y con poca capacidad para hablar. A pesar de lo
anterior, Hikari Oé es un compositor de música clásica.
Otra cosa que podemos
deducir de la información de Google es que la experiencia de haber tenido a
Hikari marcó la producción literaria de Kenzaburo Oé.
Escrito y publicado por Libia Kancev.
Caracas, 16 de octubre de 2023
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