jueves, 19 de octubre de 2023

El Desertor



Abdulrazak Gurnah 


“… y estar muy convencido de algo es el primer paso hacia el sectarismo” (352).

“… ahora que lo sabía, lo terrible que debía ser amar y sentirse rechazado, sentir el anhelo insatisfecho de acariciar al ser amado” (298).

 

La novela El desertor (2005) del escritor tanzano Abdulrazak Gurnah (1948), ganador del premio Nobel de Literatura 2021, resulta ser de alta factura.

Leo esta novela en una edición digital (2023) de Penguin Random House Grupo Editorial.

Me ha parecido una novela muy bien escrita, repleta de autenticidad y al terminar, me ha invadido una especie de gozo, algo así como que conocía un poco más del mundo y que, en ese sentido, podía entenderlo mejor (¿y entenderme mejor?)  Pensé en el poder que la literatura podía tener sobre los lectores y recordé a autores como Javier Cercas e Irene Vallejo, ambos españoles, que han planteado que la “literatura sirve para salvar vidas”. Escribiéndolo así puede sonar muy retórico pero creo que es cierto.  Ojalá que, más temprano que tarde, pueda hallar las palabras adecuadas para explicar cómo es eso que la literatura puede salvar vidas.

En El desertor, el narrador, que se me antoja es el mismo Gurnah nos cuenta la historia de su familia nuclear formada por su padre, su madre (ambos maestros), sus hermanos Farida, Amín y él mismo que se llama Rashid , que se desarrolla en lo que a posteriori vendría a ser la República de Tanzania. Pero antes de ello, eran una colonia inglesa.

Los padres eran personas inteligentes y abnegadas y siempre tuvieron muy claro lo importante que era que sus hijos estudiaran. Farida, la mayor de los hijos, sólo estudió hasta la secundaria a pesar de que tanto ella como sus padres hicieron lo posible porque continuara. Así, un día, Farida se topó con el oficio de costurera en el cual le fue muy bien. La relación que tuvo, casi a la distancia con un joven llamado Abbas (con el que después contrajo matrimonio) le hizo descubrir que también podía escribir poemas que incluso llegó a publicar.

Amín estudió para maestro y sufre la vivencia de un amor truncado por el qué dirán con una mujer llamada Jamila. Jamila era mayor que Amín, divorciada y alrededor de la cual se entretejían rumores sobre amantes. Sin embargo, ella y Amín se enamoran locamente y viven su romance a escondidas, el cual, al ser descubierto, causa un escándalo y Amín es obligado a dejarla.

Rashid logra obtener una beca para estudiar en Inglaterra donde logra doctorarse y obtener una plaza como profesor universitario.

La novela inicia a finales del siglo XIX cuando Tanzania era colonia inglesa y luego, en buena medida, en la época previa a la obtención de la independencia de los tanzanos de los ingleses en la década de los sesenta. La vida de los tanzanos, como colonia, queda duramente reflejada en El desertor. Por otra parte, la novela expone la experiencia amorosa entre un europeo (a los que llamaban mzungu) y una nativa, la cual termina en el abandono por parte del europeo.

Gurnah inicia la novela hablando de varios personajes que existieron a finales del siglo XIX como escribí anteriormente. Hassanali, Frederick, Rehana, Pearce. Hassalani: era un hombre bueno, era tendero y estaba casado con una joven llamada Malika y era hermano de Rehana, la cual se había casado con Azad, oriundo de la India quien después la abandonó. Frederick era inglés y tenía un alto cargo como representante del Imperio. Pearce también era inglés, el cual, durante una expedición fue robado y abandonado a su suerte y es encontrado por Hassanali quien lo lleva a su casa y lo atiende. Es allí donde Pearce y  Rehana  se conocen y se enamoran. Se hacen amantes y se van a vivir a Mombasa y, con el tiempo Pearce regresa a Inglaterra, dejando a Rehana embarazada. Ella más nunca vuelve a saber de él aunque Pearce deja por un tiempo pago el alquiler de la vivienda donde vivían e incluso dinero en una cuenta bancaria que ella nunca utiliza por desconocer cómo se hacía.

Podríamos decir, que los cuatro personajes anteriores constituyen como el punto de partida de la novela y luego Gurnah nos lleva a una época más actual, preindependentista  donde la vida del narrador (Rashid) y su familia es el centro hasta que Rashid se va a estudiar a Londres, lo cual, de alguna manera determinó su destino.

Al final, existe toda una concatenación de situaciones que tejen las tramas de esta novela que expone la crueldad del colonialismo y también las vivencias de Rashid desde que llega a Londres y donde prácticamente se queda viviendo la mayor parte de su vida. Dice Raschid “…mi primera lección en Londres fue aprender a convivir con el desprecio” (335).

Por cierto, hoy hablé con mi amiga Amneris (que anda por Madrid) y le comenté lo excelente de El desertor y esta cita de Gurnah acerca de la actitud despreciativa de los ingleses. Amneris me decía que no era que los ingleses fuesen despreciativos sino que, simplemente, te ignoraban y le dije: ¿“bueno, qué más desprecio que alguien te ignore?”

Después de esta digresión, continúo:

Podríamos sacar de El desertor una buena cantidad de citas que exponen lo duro de la experiencia colonialista, la posición de algunos conquistadores y de los conquistados y que nos llevan a reflexión.

(Frederich) “Aquí estamos, en 1899, ¿cómo ves el nuevo siglo? ¿Lo haremos mejor que nuestros decididos predecesores? ¿Acabaremos con los nativos y veremos este lugar convertido en una especie de América o asistiremos a la transformación de estos pobres diablos en súbditos civilizados y diligentes trabajadores? Adelante amigo mío, oigamos tú parecer.

 “- Creo que, con el tiempo, veremos de un modo menos heroico lo que hemos hecho en lugares como éste –aventuró Martin (Pearce)-. Y tendremos una opinión menos favorable de nosotros mismos. Andando el tiempo, llegaremos a avergonzarnos de algunas de nuestras acciones” (136/7).

”- África no es como la India –repuso Burton_. Sin embargo, incluso allí, lo que ha demostrado el Imperio es que las tradiciones autóctonas han quedado desfasadas. Han perdido toda su razón de ser. Lo mejor que pueden hacer los indios es dejar que las reemplacemos y tratar de imitar las nuestras…mientras que aquí no hay nada salvo animales en estado salvaje” (138).

“Esa fue otra de las lecciones que aprendí, junto con la noción de imperialismo. Sólo entonces comprendí que lo que en mi infancia pasaba por conocimiento del mundo se basaba en el arraigado conocimiento de nuestra propia inferioridad, que a su vez justificaba la soberanía europea” (336).

Quiero mencionar que, pensando en la intertextualidad de El desertor, Gurnah menciona a puros autores de habla inglesa, tales como, Oscar Wilde, Melville, Browning, Swinburne, Stevenson y Shelley. Creo que es un punto interesante a debatir. Algo así como que el colonizado reproduce al colonizador. Se trata de un tema que siempre ha llamado mi atención y que dejo pendiente.

Excelente novela de Gurnah.


 

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 19 de octubre de 2023.

 

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