Leí, en versión
digital, la novela El buen soldado, publicada en 1915, del escritor inglés Ford Madox
Ford (1873-Francia, 1939).
Recibí esta novela del
excelente chat, orientado en esencia a temas literarios y culturales en
general, llamado Lecturas para
reflexionar del que tengo el honor de ser parte desde hace unos meses. El
nombre del autor me sonaba, como quien dice y una visita rápida a Google
indicaba que El buen soldado fue
incluido, por la editorial estadounidense Modern Library (1917) en 1998 en el
puesto 30 dentro de las cien mejores novelas escritas en el siglo XX. Confieso
que de allí surgió mi impulso de leerla y también del hecho de que no había
leído nada del autor inglés.
El buen soldado
está narrada por Jhon, esposo de Florence, ambos norteamericanos que se habían
establecido en Francia y relata la relación que tuvieron con una pareja
inglesa, formada por Edward y Leonora Ashburnham con los que compartieron
durante casi diez años. En el capítulo I de la Primera Parte se lee:
“Esta es la historia
más triste que jamás he oído. Habíamos tratado a los Ashburnham durante nueve
temporadas en la ciudad de Nauheim con gran intimidad…, O, más bien, habíamos
mantenido con ellos unas relaciones tan flexibles y tan cómodas y sin embargo
tan íntimas como las de un guante de buena calidad con la mano que protege. Mi
mujer y yo conocíamos al capitán Ashburnham y a su señora todo lo bien que es
posible conocer a alguien, pero, por otra parte, no sabíamos nada en absoluto
acerca de ellos. Se trata, creo yo, de una situación que sólo es posible con
ingleses sobre quienes, incluso en el día de hoy, cuando me paro a dilucidar lo
que sé de esta triste historia, descubro que vivía en la más completa
ignorancia…” (2).
Ya este primer párrafo
nos adelanta que se trata de una historia triste y de la indecible dificultad
que implica conocer “lo más que se pueda” o “auténticamente” a un ser humano a
pesar de que se lleve tiempo tratándolo.
En Nauheim, donde las
dos parejas se conocieron había un balneario para personas enfermas del corazón
y, en vista de que Edward y Florence padecían del corazón, pasaban temporadas
allí para ser atendidos.
Sin duda, El buen soldado refleja destellos de los
primeros años del siglo XX en varios países como Francia, Inglaterra y los
EE.UU, justo antes de la Primera Guerra Mundial, en especial, del círculo de
personas de la clase alta, las llamadas “personas de bien”.
La historia que narra
Jhon pone en evidencia las influencias que lo económico y lo social ejercen
sobre los seres humanos pero también la época que como tal se vive, la educación
que se recibe o no, lo religioso (en la novela, el protestantismo y la religión
católica) pero además se trata de una novela profundamente psicológica. El buen soldado deja muy claro la
complejidad del ser humano.
Edward era capitán y
también abogado: era un hombre muy solidario hasta el extremo de que no le
importaba comprometer su propia estabilidad económica por el bien de otros.
También era muy sentimental y mujeriego. Leonora, era una mujer de carácter
fuerte, que no estaba dispuesta a dejar que su esposo despilfarrara el dinero
que poseían, tanto así, que logró que todos los bienes de la pareja pudieran
ser administrados legalmente sólo por ella. Amaba a su esposo pero sabía cómo
era él y le toleraba sus aventuras amorosas. Leonora era católica y para ella
el divorcio no era una opción y siempre mantuvo la esperanza de que su esposo
la amara aunque ello implicara incluso, no sólo aceptar si no hasta favorecer
que él tuviera aventuras con otras mujeres.
Florence, esposa de
Jhon, se suponía que era una mujer pura y que padecía del corazón (al igual que
Edward) y prácticamente Jhon pasó todos sus años de matrimonio siendo su
cuidador pero resulta que Florence le fue infiel al menos en dos ocasiones, con
un primo y con el mismo Edward, siendo Jhon el último en enterarse. Al final,
Florence se suicida.
Leonora y Edward traían
a una joven, llamada Nancy, a pasar vacaciones con ella. Nancy los quería
mucho, sin embargo, Edward termina enamorándose de Nancy y ella de él y Leonora
quería que Nancy se le entregara a Edward, convencida de que luego Edward se
olvidaría de la chica pero Leonora no convence a Nancy quien estaba tomada por
un intenso puritanismo, aunque íntimamente feliz de saber que Edward la amaba.
Al final Edward se suicida pero poco tiempo antes Nancy se había marchado con su padre a Italia
y luego a la India cayendo en un completo estado de enajenación.
Después de la muerte de
Florence, Jhon llegó a pensar en casarse con Nancy pero tuvo que regresar por
un corto período de tiempo a los EE. UU. y de vuelta se encuentra con toda esta
historia de amor entre Edward y Nancy que no pudo materializarse por muchos
factores que involucraban tanto a Edward, como a Nancy y a Leonora.
Después de un tiempo,
Jhon va a buscar a Nancy a la India donde se hallaba pero, como dije
anteriormente, Nancy había enloquecido,
Posterior a la muerte
de Edward, Leonora se casa con un vecino que la pretendía e incluso queda
embarazada, que era algo que deseaba.
Jhon, personaje y
narrador relata la historia como si estuviese hablándole a un oyente invisible
y de hecho así lo señala.
Siento que es difícil
reseñar esta novela, así que quiero dejar lo más claro posible mi opinión sobre
ella. Los seres humanos pueden ser extremadamente complejos influidos por
muchas variables tanto propias como externas. La personalidad de cada quien no
sólo puede determinar el destino individual si no que puede afectar, para bien
o para mal, el destino de otros.
Escrito y publicado por Libia Kancev.
Caracas, 25 de septiembre de 2023.
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