viernes, 16 de mayo de 2025

El polaco: novela de J.M. Coetzee

Hay algo innatural en amar sin esperar que el amor sea retribuido (60).

¿Es el amor un estado de la mente, un estado del ser, un fenómeno, una moda que va quedando relegada, mientras la observamos, en el pasado, en los remotos reinos de la historia? (65)

 


El polaco (2022) es la más reciente novela del escritor sudafricano J. M. Coetzee (1940) quien, en 2006, se nacionalizó australiano residiendo en Adelaida (Australia).

Coetzee ganó el Premio Nobel de Literatura 2003.

Se trata de una novela corta conformada por seis capítulos que vienen numerados, como si fuese un texto súper estructurado.

He leído unas cuantas novelas de Coetzee y las palabras que emplearía para definir su literatura incluyen: inteligencia, sobriedad, sensibilidad, profundidad.

El polaco narra la historia del pianista polaco Witold Walczykiewicz quien ronda los setenta años y una mujer española, Beatriz, de cuarenta y tantos años (casada y con dos hijos) que se dedicaba a obras benéficas y formaba parte de un grupo que organizaba conciertos de música clásica en Barcelona (España).  

El pianista polaco es invitado para que ofrezca un concierto de piezas del gran pianista polaco Frédéric  Chopin (1810- París, 1849). Circunstancialmente le toca a Beatriz servirle de anfitriona.

Vale destacar que, Witold Walczykiewicz “es un pianista conocido como intérprete de Chopin, pero un intérprete controvertido: su Chopin no es nada romántico sino, por el contrario, austero, un Chopin heredero de Bach. En este sentido, es una rareza en el ambiente de los conciertos,…” (8)

El pianista es sensible, pero también algo seco. El inglés que emplea es bastante formal y lo hace lucir poco comunicativo. El pianista se enamora de Beatriz. Un amor que parece asemejarse al de Dante Alighieri (Italia, 1265- 1321) y su Beatrice.

Witold, después de haberse marchado de Barcelona, le escribe a Beatriz y le propone que deje a su esposo y que se vaya con él de vacaciones a Brasil.

Beatriz no parece sentirse atraída por el polaco. También tiene claro que no dejará a su esposo y a sus hijos pero algo le atrae de Witold, siente curiosidad, se siente halagada.

El polaco le dice a Beatriz “Solo puedo decir que desde que te conocí mi memoria está llena de ti, de la imagen de ti. Viajo desde una ciudad a otra ciudad a otra ciudad, ese es mi trabajo, pero tú estás siempre conmigo. Me proteges. Tengo paz en mi interior…. Ella le da paz. Ella le da alegría” (28/29).

Beatriz le habla del polaco a su esposo. Es franca, no le gusta mentir, por otra parte, tienen mucho tiempo que duermen en cuartos separados. Beatriz le comenta que lo invitará a pasar  unos días con ella en una casa perteneciente a la familia de su esposo. Allí ella y el polaco intiman varias noches hasta que Beatriz le dice que ya no más.

El polaco se regresa  a Polonia y no vuelve a ver a Beatriz pero le escribe y ella le responde con mucha formalidad.

Un día, Beatriz recibe una llamada de la hija del polaco quien le informa que su padre ha fallecido y que había dejado un paquete para ella en su casa en Varsovia.

A pesar de que Beatriz se siente incómoda por la situación, decide viajar a Varsovia y conoce el apartamento donde vivía Witold. Se sorprende porque se trataba de un sitio algo precario. Encuentra el paquete. Se trataba de ochenta y cuatro poemas que Witold había escrito sobre ella, sobre el escaso tiempo compartido, sobre su amor por ella, sobre su soledad.

Beatriz, curiosa, manda a traducir los poemas y ella escribe dos cartas hablándole de su impresión sobre los mismos. Pareciera que Beatriz está distante ante la situación pero, por otra parte, parece que no. Que algo la había unido a Witold.

En fin, El polaco nos habla de la vejez, del amor, de la soledad, de la lucha por el amor, de lo que pueda sembrar, de la valentía, del lenguaje, de lo que transmite o no un lenguaje traducido.

El polaco me hizo recordar la anterior novela de Coetzee que leí (reseñada en este blog) titulada Diario de un mal año (2007) que también tiene como protagonistas a un anciano escritor y a una mujer joven que vivía en pareja con un hombre casado.

Ambas, excelentes.


J. M. Coetzee

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 16 de mayo de 2025. 

miércoles, 14 de mayo de 2025

Los girasoles ciegos


                          El miedo explica casi todo (67)


Pensando en el título del texto, Los girasoles ciegos, me viene a la mente algo que siempre he escuchado: que los girasoles se mueven en el sentido en el que sale y se oculta el sol, es decir de este a oeste. El fenómeno se llama heliotropismo, sin embargo, Google precisa que son sólo los girasoles jóvenes los que lo hacen y que por la noche regresan a su posición inicial para anticipar el amanecer.  Así, los girasoles ciegos no seguirían la luz solar, no se moverían, estarían estáticos y, en ese sentido, podríamos elucubrar que serían menos vivaces, “menos pensantes”, “menos sensibles”…

Hace unos días terminé de leer el libro Los girasoles ciegos (2004), publicada por editorial Anagrama, del escritor español Alberto Méndez (1941-2004).

Alberto Méndez fue galardonado con el Premio Nacional de Narrativa de España (2005) en forma póstuma. Para algunos, se trató del más famoso autor desconocido de España. Al parecer, Los girasoles ciegos fue el único libro que publicó.

Me lo prestó una amiga, Amneris Tovar que me comentó que le había gustado mucho como también a su ya fallecido esposo José Moreno quien fue un lector voraz aparte de un avezado economista.

Amneris me dice que todo lo subrayado y el doblez hecho en la punta de muchas de las hojas de los relatos que componen Los girasoles ciegos los hizo José.

Por esto último, durante mi lectura me lo he imaginado leyendo con atención, subrayando tanto a lapicero como a lápiz, saboreando una prosa hermosa, sensible que rezuma tristeza y dolor.

Los relatos de Los girasoles ciegos están ambientados durante la Guerra Civil española y los primeros años de la postguerra poniendo en evidencia el dolor que la experiencia produjo en muchas personas.

El primer relato de Los girasoles ciegos se titula: Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejara de latir. En él se nos narra la historia de Carlos Alegría (nacido en 1912. Estudio Derecho) quien se había unido al ejército sublevado en 1936, siendo destinado a la intendencia cargo que desempeño con mucha eficiencia. Lo cierto es que horas previas al triunfo del ejército alzado, el capitán Alegría, con las manos en alto, se entregó al bando republicano  diciendo “¡Soy un rendido!” (13).

El motivo por el cual el capitán Alegría se rinde tiene que ver con que consideraba al ejército republicano muy débil, que era una guerra muy desigual y oprobiosa “Con el tiempo, llegó a la conclusión de que era un ejército civil, que es lo mismo que ser un ave subterránea o una alimaña angélica” (15).

Carlos Alegría, ya en un calabozo republicano, es hallado por su ejército, juzgado por traición y condenado a muerte ante un pelotón de fusilamiento, no obstante, de milagro quedó vivo y logra salir de la fosa común donde había sido lanzado con otros muertos. Poco a poco se va recuperando e intenta regresar a su hogar en la provincia de Burgos. Fue recapturado y preso de nuevo. En la cárcel donde estuvo su conducta fue aislada y taciturna. Prácticamente no se relacionaba con nadie hasta que un día logró desarmar a uno de los guardias y se suicida de un tiro en la mandíbula esto es mencionado en el tercer relato).

El segundo relato es Segunda derrota: 1940 o manuscrito encontrado en el olvido (relato que fue finalista del Premio Internacional de Cuentos Max Aub 2002). Aquí se cuenta el intento de huida hacia Francia –por su pensamiento político- de un joven de 17/18 años quien  lo hace acompañado de su novia Elena (17/18 años) que se hallaba en avanzado estado de embarazo y no quiso escuchar las razones de sus padres para que se quedara en su casa.

Elena fallece en el parto. Nace un niño varón con no muy buena salud. El joven está devastado. Entierra a Elena a la sombra de un árbol cercano.  El joven atiende a su hijo en unas condiciones muy precarias, tanto de comida como climáticas por  la zona donde estaban (hacia el norte de España).  Después de unos meses de supervivencia, el joven padre le pone nombre a su hijo (Rafael, como su padre). El joven (que a la postre sabremos que se llamaba Eulalio Ceballos Suárez) escribía poesía y deja un registro escrito de la experiencia. Al final mueren padre e hijo y encuentran sus cadáveres en una especie de nido y el escrito bajo una piedra.

Más adelante sabremos que este relato tiene un punto importante de contacto con Los girasoles ciegos (el último y cuarto relato) ya que Elena resulta ser la hija adolescente de Ricardo Mazo y Elena y hermana del niño Lorenzo.

La tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos, narra la vivencia de Juan Serna Sama (nacido en 1906. Trabajaba en un conservatorio y estudiaba tercer año de medicina). Se había unido al grupo republicano. Fue apresado. Vivió la dura experiencia que incluía los juicios sumarísimos y el traslado, en camiones, de  los sentenciados a muerte por fusilamiento.

La orden de fusilamiento de Juan se va retardando, en principio por razones que desconoce pero luego se da cuenta. Resulta que en uno de los interrogatorios, le preguntan si conoció a Miguel Eymar. En efecto, lo había conocido. Miguel Eymar era hijo del coronel Eymar que presidia el tribunal. Miguel Eymar había muerto. El coronel y su esposa quieren saber cómo había estado su hijo en la época que Juan lo conoce. Inicialmente, Juan decide mentirles y les dice que su hijo era bueno, honesto y valiente, prácticamente un héroe.

Los padres de Miguel quieren saber más de él y, así, Juan va ganando tiempo, el cual aprovecha  para escribirle a su hermano de 17 años. Le dice que aún sigue vivo y que cuando deje de recibir cartas suyas es que habrá sido fusilado. Le aconseja que estudie, que se prepare.

Cuando Juan cree haberle escrito  todo a su hermano y después de haber presenciado el suicidio del Capitán Alegría, del que se habla en el primer relato y con quien Juan compartió celda, decide decirle a los padres de Miguel  la verdad sobre su hijo: que este había sido un delincuente, un ladrón y un delator. Posterior a esto, Juan es fusilado.

El último relato, que le da título al texto es Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos, narra la persecución política a la que es sometido Ricardo Mazo, profesor de literatura, comunista activo, en especial en el área de la cultura.

Mazo estaba casado con Elena y tenían dos hijos, Elena (mencionada en el segundo relato) y Lorenzo de siete años.

En vista de la persecución, Ricardo vivía encerrado en un armario oculto dentro de su casa en la que vivía con Elena y Lorenzo. Salía cuando se podía y se escondía apenas sonaba el timbre de su casa.

Lorenzo iba a un colegio católico (aunque sus padres no eran creyentes) y era un niño inteligente, adelantado para su edad. Sin embargo, Lorenzo era un niño triste y entendía (o no entendía) el por qué no debía decir que su padre estaba vivo y mucho menos que estaba en su casa.

En el colegio había un diácono joven llamado hermano Salvador quien empieza a fijarse en Lorenzo, no sólo por su inteligencia. También observaba que el niño no cantaba el  Cara al sol  (el himno de la Falange Española de las JONS, compuesto en 1935 y que tras el fin de la Guerra Civil pasó a hacer uno de los himnos oficiales franquistas) como hacían sus compañeros y que era obligatorio. Lorenzo empieza a decir en casa que no quiere ir más al colegio, que el hermano Salvador lo acosa.

El hermano Salvador conoce a Elena. Queda impactado con ella y empieza a perseguirla, a asediarla, a investigarla. Le pregunta a Lorenzo por su padre y éste le dice que su padre está muerto. El hermano Salvador piensa que él será el hombre ideal para ella y le dice a Elena que el niño puede entrar al seminario donde recibirá una excelente educación. Nada más alejado del pensamiento de Elena.

Un día, posterior a que Elena había reportado a Lorenzo como enfermo por una amigdalitis y que sería operado, - lo que era, en realidad, la preparación para que Ricardo, Elena y Lorenzo pudieran huir fuera de España- el hermano Salvador se presenta en la casa de Elena. Ricardo, que se hallaba trabajando en unas traducciones, debe esconderse abruptamente. El hermano Salvador, va al cuarto de Lorenzo y le pregunta por su salud. El hermano Salvador trata de abusar de Elena y Ricardo sale del armario y lo evita. Salvador, sorprendido, pregunta que quién es ese hombre y llama a la policía. Ricardo salta por una de las ventanas de la casa como una forma de acabar con su vida y terminar con el sufrimiento que pensaba acarreaba a Elena y a Lorenzo. 

Este relato, como los otros, consta de momentos epistolares. En Los girasoles ciegos, Salvador escribe la parte de su historia hasta que se confiesa, creyendo que ello sería suficiente para seguir su vida como si nada.  

Vale destacar que este último relato fue llevado al cine en el año 2008 con gran éxito de taquilla. La película fue dirigida por el director, guionista y productor de cine español José Luis Cuerda (1947-2020). Los girasoles ciegos gano varios premios, entre ellos el Goya  al mejor guión adaptado.

 

Alberto Méndez


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 14 de mayo de 2025. 

martes, 6 de mayo de 2025

El loco de Dios en el fin del mundo

 



El loco de Dios en el fin del mundo (2025) es la novela más reciente del escritor español Javier Cercas (1962). La leo en versión digital.

Como lo señala el mismo Cercas al comienzo de la novela, se trata de un encargo literario que le fue formulado desde El Vaticano dentro del marco de un viaje a Mongolia que realizaría –en 2023-Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 1936-El Vaticano, 2025) mejor conocido como el papa Francisco quien ejerció el papado desde el 13 de marzo de 2013 hasta el 21 de abril de 2025 fecha en la que fallece a los ochenta y ocho años de edad.

(¡Qué en paz descanse el papa Francisco!).

Cercas plantea como condición para aceptar el encargo, la posibilidad de  conversar con el papa Francisco a solas unos minutos y aunque el papa no parece estar interesado en conversar con él, Cercas accede a escribir la novela. La experiencia implicaba conocer más de cerca el funcionamiento de El Vaticano, viajar a Mongolia, etc.

Javier Cercas expone que su deseo de hablar con el papa es porque quiere hacerle una pregunta dentro del siguiente contexto: su madre,  anciana, viuda y afectada por la enfermedad de Alzheimer es una ferviente católica y, como tal, cree en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Desde que quedó viuda, su madre – profundamente enamorada de su esposo- está segura de que lo verá en el Cielo cuando ella muera.

Cercas, ateo y anticlerical a pie juntillas quiere preguntarle a Francisco y llevarle la contestación a su madre. Cercas quiere la respuesta del Vicario de Cristo porque la suya ya la intuimos.

La novela es una especie de biografía, mezclada con crónica, ensayo, filosofía donde Cercas nos habla de la vida del papa desde su juventud, su sacerdocio (que se inició pocos meses antes de que cumpliera treinta y tres años), la especie de aislamiento al que es sometido por dos años en la provincia de Córdoba ante su conducta un tanto rebelde y con visos de autoritarismo (del que luego nos enteramos que significó una intensa lucha interior por ser, en esencia, un seguidor patente de Jesús); luego su ascenso dentro de la jerarquía eclesiástica hasta llegar a ser elegido papa, cargo al que, hasta donde sabemos, nunca había aspirado y que aceptó aclarando “Aunque soy un gran pecador” (37).

Previo a la escritura de  El loco de Dios en el fin del mundo y antes del viaje a Mongolia, Cercas, en un proceso de recopilación de información, conoce a varias personas cercanas y no tan cercanas (al papa) que le permiten ir teniendo una idea de quién es, en realidad, Francisco. Con todas y cada una de esas personas mantiene diálogos muy interesantes acerca del pensamiento del papa sobre temas diversos: la apertura de la Iglesia Católica (para católicos y no católicos), desde las iglesias centrales hacia las iglesias periféricas.  Vale destacar que “el concepto de periferia es capital en el pensamiento de Francisco…En un “discurso pronunciado…cuatro días antes de que lo eligieran papa, Francisco afirmó que la Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas  sino también las existenciales: las del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria. A esas dos periferias, la geográfica –los centros alejados de la metrópoli- y la religiosa –los lugares donde Dios es un Dios ausente…, Francisco añadiría aún una tercera: la periferia social, el lugar de los desheredados  de la tierra. Esa triple periferia es el núcleo de la Iglesia de Francisco” (15).

Otros tópicos incluyen: la labor esencial de los misioneros; el clericalismo, concepto donde puede estar la “razón” esencial para el abuso sexual por parte de sacerdotes (considerándose o considerados) en una situación de poder con respecto a los fieles, en ese sentido, el papa seria anticlerical, es decir, Francisco no estaba de acuerdo con que los sacerdotes se consideraran superiores a los fieles si no que debían integrarse con éstos; el tema de la resurrección de la carne y la vida eterna, -central en el cristianismo; sobre el celibato; sobre el tema de la comunión en personas divorciadas; aspectos políticos, entre ellos, el deseo del papa de acercarse a China y a Rusia; el tema del capitalismo, del comunismo, etc.

Otro aspecto interesante que toca Cercas tiene que ver con la postura de los medios de comunicación a la hora de publicar noticias sobre el papa, destacando más lo político que lo espiritual, incluso cuando se trata de discursos neta y profundamente espirituales.

Cabe destacar el concepto de sínodo. “Un sínodo es una asamblea de cristianos, habitualmente obispos, que se reúnen cuando tienen necesidad de reflexionar sobre un problema determinado de la vida de la Iglesia, o de la doctrina…es un tiempo de escucha recíproco, de discusión, de plegaria y de discernimiento en común para encontrar una solución común” (440). Los sínodos no son algo nuevo y sirven para que el papa tome decisiones.

Vale mencionar que durante el vuelo de ida a Mongolia en el avión papal, el papa accede a hablar con Cercas, quien aprovecha para hacer la pregunta que quería hacer. También para grabar un pequeño video que incluye la bendición del papa para la madre de Cercas.

La respuesta del papa a la pregunta de si su madre verá a su padre en el Cielo es “con total seguridad”.

Al final, Cercas plantea que Francisco es un hombre común, un creyente en el amor y la verdad de Dios pero que ese ser creyente y esa verdad de Dios debe patentizarse en los hechos, principalmente en la atención a los más humildes y necesitados.

Casi acabando de terminar de escribir El loco de Dios en el fin del mundo, muere la madre de Cercas. Él escribió a algunas de las personas que conoció en El Vaticano y les hace saber que su madre había fallecido. El papa Francisco lo llamó para darle el pésame.

El loco de Dios en el fin del mundo, aparte de lo planteado en él, como tal, pone en evidencia, una vez más, el excelente (e inteligente) narrador que es Javier Cercas. También, lo estupendo que le funciona ese estilo de partir de un hecho central, en este caso la pregunta que le quiere hacer a Francisco, y de allí ir desgranando múltiples aristas, como una especie de juego del sebucán (en Venezuela) donde se tejen y se entretejen cintas de colores, obteniendo una literatura de gran calibre.

 

Javier Cercas

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 6 de mayo de 2025.