Una
verdad a la que no se da crédito nos hiere mucho más que una mentira.
–Ese
es el gran misterio que ha intrigado a los gobernantes de todo el mundo; cómo
se entera la gente…Según dicen, a los invasores les preocupa ahora la forma en
que las noticias eluden la censura, la forma en que la verdad se filtra. Es un
gran misterio (73).
John
Steinbeck
La
luna se ha puesto (1942) es una novela del Premio
Nobel de Literatura, 1962, el escritor estadounidense John Steinbeck
(1902-1968). La leí hace unos años. La releí hace unos dos meses y acabo de
terminar otra relectura.
Creo
que lo que ha generado en mí esta lectura y relecturas de La luna se ha
puesto tiene que ver con que esta novela me ha generado una serie de
reflexiones muy claras sobre los conceptos de libertad, el de líder (sin
que ese concepto signifique, para nada, una superioridad sobre las personas a
las que se lidera). También lo que significa la importancia de la unión
de un pueblo, un conjunto de personas, en fin, de cualquier grupo humano.
La
novela nos narra la invasión de un pequeño pueblo por parte de un ejército extranjero
que tiene como fin obtener el carbón de la mina que tiene ese pueblo para ser
enviado a su país de origen.
Un
miembro del país al que pertenece el ejército invasor tenía tiempo viviendo en
el pueblo y se había ganado la simpatía de todos. Se llamaba George Corell.
Nunca nadie había sospechado que pudiera ser un espía. Cuando se supo que había
preparado la invasión al pueblo, el cariño que sentían hacia él se convirtió en
absoluto desprecio y su vida corrió varias veces peligro.
Lo
cierto es que el intendente Orden –máxima autoridad del pueblo- se comportó
como un ciudadano más teniendo una actitud clara y sin dobleces.
Otro
personaje es el Dr. Winter, médico del pueblo y muy amigo del intendente. Se
entendían a la perfección y demostraron tener una amistad inquebrantable.
Por
parte del grupo invasor, destaca el coronel Lanser, auténtico soldado pero que
tenía su propia visión sobre la guerra y, en su fuero interno, llegó a admirar
la postura del intendente. Pero estaba claro que tenía un deber que cumplir.
No
se menciona de qué país vienen los invasores, sólo sabemos que no eran
ingleses, ni rusos, ni norteamericanos, ni franceses, ni belgas, etc., pero sí
sabemos que venían de un país que quería instaurar un Nuevo Orden Mundial.
El
coronel Lanser debe lidiar con los soldados que tiene a su mando, los cuales
van sintiéndose decepcionados a medida que pasaba el tiempo debido a que el
pueblo, al unísono, los rechaza de diversas maneras, haciéndolos sentir
despreciados. Es decir, la invasión, el poder de las armas, los intereses
personales, etc., no hicieron que los pobladores (ni el intendente) se
sintieran ni intimidados ni mucho menos dominados. Eran un pueblo libre y
seguirían siéndolo aunque fuese en su pensamiento.
Dos
de los soldados fueron asesinados, el capitán Bentick y el teniente Tonder. Uno
de los pobladores, llamado Alex Morden, fue fusilado por la muerte del capitán
Bentick y el teniente Tonder fue asesinado por la viuda de Alex, llamada Molly,
cuando el teniente pretendió seducirla. Molly no pudo controlar su furia y su
rencor (no pareciera que alguien del pueblo se halla enterado de lo que hizo
Molly y si se enteraron nadie estaba dispuesto a denunciarla ante los
invasores).
En
un momento de la novela, el pueblo comienza a recibir ayuda de los ingleses,
quienes le envían pequeñas bombas en paracaídas. Esta ayuda pudo ser posible ya
que un par de hermanos que habían logrado escapar del pueblo, solicitaron dicha
ayuda por petición del intendente.
Al
final, el coronel Lanser, viéndose impelido a dominar al pueblo para que
cumpliera con sus exigencias (y dejaran las bombas en su lugar y no las
hicieran explotar) habla con Orden y le pide que mande a los pobladores que
colaboren pero Orden le dice que no puede hacer eso, que su pueblo es libre. “El
intendente habló con orgullo:…No puedo elegir entre la vida y la muerte,
coronel, pero puedo elegir cómo morir. Si les digo que no luchen, lo sentirán,
pero lucharán. Si les digo que luchen, se alegrarán, y yo, que no soy un hombre
muy valiente, les haré un poco más valientes” (171).
En
vista de la negativa del intendente, Lanser le dice que lo fusilará y Orden,
aunque tiene miedo, acepta su destino.
Sin
duda, La luna se ha puesto, muestra claros visos de idealismo,
aún así, pienso que puede servir de guía, de aliciente, para los seres humanos
cuando se proponen fines conjuntos, en especial, el de luchar y mantener su
libertad, su soberanía.
Excelente
novela de Steinbeck.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 19 de agosto de 2024.
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