jueves, 13 de junio de 2024

Diario de un mal año

 



Diario de un mal año (2007) es una novela del escritor sudafricano (actualmente radicado y nacionalizado australiano), J.M. Coetzee (1940) quien, en 2003, ganó el Premio Nobel de Literatura.

Me he referido a Diario de un mal año como una novela pero no sólo es una novela sino que incluye una serie de ensayos cortos sobre temas generales, tales como la creación del Estado, la cultura, el cuerpo, la política en EE.UU y en Australia, sobre el terrorismo,  sobre Bahía de Guantánamo, sobre el único australiano que estaba encarcelado allí y la posición genuflexa del gobierno australiano  con respecto a EE. UU., la compasión, la pedofilia, la música y muchos otros. El protagonista de Diario de un mal año llamaba Opiniones contundentes a estos ensayos.

Los ensayos son producto de una solicitud que le hacen a él -un afamado escritor, de edad avanzada- y a otros 5 escritores más, para ser publicados por una editorial alemana.

El anciano, quien vivía solo, conoce un día, mientras se hallaba en la lavandería que tenía el edificio en el que habitaba, a una hermosa joven llamada Anya, quien vivía con un hombre casado llamado Alan.  El escritor, identificado como señor C, vivía en la planta baja mientras que la joven en el piso 25. Sin duda, el señor C se siente atraído por la joven y un día le propone que le sirva de mecanógrafa para pasar lo que va grabando en un dictáfono y poder enviarlo a la editorial (aunque ese servicio de transcripción lo prestaba la editorial). Así que también se trataba, pienso yo, de que el señor C paliara un poco su soledad.

Anya acepta y, aunque no tenía mayor interés por la literatura, va sintiendo curiosidad y atracción por lo que el señor C relata y empieza a hacerle comentarios  sobre lo que pensaba de ellos, considerando al señor C como un hombre poco moderno pero también sensible, por la posición que adopta en sus cortos pero profundos escritos.

El anciano novelista se había descuidado mucho en relación a su vestimenta y su apartamento se hallaba en un estado lamentable. Poco a poco, Anya le va tomando cariño y le va dando algunas sugerencias de cómo mantener su casa y hasta piensa en la posibilidad de limpiarla ella misma.

Aparte de los ensayos, el autor va desarrollando, en forma paralela, una novela sobre su relación con Anya y Alan.

Por otra parte, Anya le comentaba a Alan lo que pensaba el  señor C y Alan, quien trabajaba en un grupo financiero, que era un hombre muy astuto y que si bien quería a Anya (no por nada había abandonado a su esposa), también estaba alerta ante la posibilidad de segundas intenciones del señor C con Anya. Pero Alan va a más, llega a instalar un programa secreto en la computadora del señor C para vigilarlo, no sólo en lo que Anya iba mecanografiando, si no en los textos más íntimos que el señor C escribía llegando incluso a revisar sus correos electrónicos, sus estados de cuenta, fijándose que el dinero del señor C no obtenía las ganancias que podía. Alan le llega a plantear a Anya que podían hacer transacciones con ese  dinero, obtener un importante beneficio y reingresar a la cuenta del señor C  los intereses que venía recibiendo. Anya se opone rotundamente.

Cuando el texto del señor C está terminado, invita a Anya y a Alan a su casa para celebrar. Alan se emborracha y se pone bastante impertinente con el señor C. Anya quiere que se vayan pero Alan, quien actúa como un hombre despechado, dice una serie de inconveniencias que llevan a que Anya decida dejarlo y también marcharse de la ciudad. Ello entristece al señor C pero, por otra parte siente que Anya se ha convertido en una mujer más libre, más autónoma. Ya estando lejos, Anya le escribe al señor C para saber de él y también le escribe a una vecina para pedirle que le comunique si el señor C presenta algún problema de salud pues, de ser así, ella quisiera estar cerca.  

Entre el señor C y Anya se establece una auténtica amistad.

No pude leer de corrido Diario de un mal año. Muchas de las reflexiones del señor C, me dejaban pensando, bien sea porque constituían una postura nueva para mí o porque me resultara sorprenderte que el autor pudiera pensar de determinara manera.  Durante su lectura cavilaba que era un libro incómodo y me hizo reflexionar si era que me hallaba en un momento personal en el que quería leer novelas interesantes pero no textos que me interrogaran. Pero, ahora que lo pienso, todas las novelas de Coetzee que he leído me han interrogado, tal vez, ésta más por la parte ensayística que abarca. Lo cierto es que terminé de leerlo pero es una forma de decir porque lo veo y creo que debería volver a leerlo ya que tengo la sospecha que Diario de un mal año tiene mucho más que decirme.

 

J.M. Coetzee

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 13 de junio de 2024.

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