Diario de un mal año (2007) es una novela del escritor sudafricano (actualmente radicado y nacionalizado australiano), J.M. Coetzee (1940) quien, en 2003, ganó el Premio Nobel de Literatura.
Me he referido a Diario de un mal año como una novela
pero no sólo es una novela sino que incluye una serie de ensayos cortos sobre
temas generales, tales como la creación del Estado, la cultura, el cuerpo, la
política en EE.UU y en Australia, sobre el terrorismo, sobre Bahía de Guantánamo, sobre el único
australiano que estaba encarcelado allí y la posición genuflexa del gobierno
australiano con respecto a EE. UU., la
compasión, la pedofilia, la música y muchos otros. El protagonista de Diario de un mal año llamaba Opiniones
contundentes a estos ensayos.
Los ensayos son
producto de una solicitud que le hacen a él -un afamado escritor, de edad
avanzada- y a otros 5 escritores más, para ser publicados por una editorial
alemana.
El anciano, quien vivía
solo, conoce un día, mientras se hallaba en la lavandería que tenía el edificio
en el que habitaba, a una hermosa joven llamada Anya, quien vivía con un hombre
casado llamado Alan. El escritor,
identificado como señor C, vivía en la planta baja mientras que la joven en el
piso 25. Sin duda, el señor C se siente atraído por la joven y un día le
propone que le sirva de mecanógrafa para pasar lo que va grabando en un
dictáfono y poder enviarlo a la editorial (aunque ese servicio de transcripción
lo prestaba la editorial). Así que también se trataba, pienso yo, de que el
señor C paliara un poco su soledad.
Anya acepta y, aunque
no tenía mayor interés por la literatura, va sintiendo curiosidad y atracción
por lo que el señor C relata y empieza a hacerle comentarios sobre lo que pensaba de ellos, considerando al
señor C como un hombre poco moderno pero también sensible, por la posición que
adopta en sus cortos pero profundos escritos.
El anciano novelista se
había descuidado mucho en relación a su vestimenta y su apartamento se hallaba
en un estado lamentable. Poco a poco, Anya le va tomando cariño y le va dando
algunas sugerencias de cómo mantener su casa y hasta piensa en la posibilidad
de limpiarla ella misma.
Aparte de los ensayos,
el autor va desarrollando, en forma paralela, una novela sobre su relación con
Anya y Alan.
Por otra parte, Anya le
comentaba a Alan lo que pensaba el señor
C y Alan, quien trabajaba en un grupo financiero, que era un hombre muy astuto
y que si bien quería a Anya (no por nada había abandonado a su esposa), también
estaba alerta ante la posibilidad de segundas intenciones del señor C con Anya.
Pero Alan va a más, llega a instalar un programa secreto en la computadora del
señor C para vigilarlo, no sólo en lo que Anya iba mecanografiando, si no en
los textos más íntimos que el señor C escribía llegando incluso a revisar sus
correos electrónicos, sus estados de cuenta, fijándose que el dinero del señor
C no obtenía las ganancias que podía. Alan le llega a plantear a Anya que podían
hacer transacciones con ese dinero,
obtener un importante beneficio y reingresar a la cuenta del señor C los intereses que venía recibiendo. Anya se opone
rotundamente.
Cuando el texto del
señor C está terminado, invita a Anya y a Alan a su casa para celebrar. Alan se
emborracha y se pone bastante impertinente con el señor C. Anya quiere que se
vayan pero Alan, quien actúa como un hombre despechado, dice una serie de
inconveniencias que llevan a que Anya decida dejarlo y también marcharse de la
ciudad. Ello entristece al señor C pero, por otra parte siente que Anya se ha
convertido en una mujer más libre, más autónoma. Ya estando lejos, Anya le
escribe al señor C para saber de él y también le escribe a una vecina para
pedirle que le comunique si el señor C presenta algún problema de salud pues,
de ser así, ella quisiera estar cerca.
Entre el señor C y Anya
se establece una auténtica amistad.
No pude leer de corrido
Diario de un mal año. Muchas de las
reflexiones del señor C, me dejaban pensando, bien sea porque constituían una
postura nueva para mí o porque me resultara sorprenderte que el autor pudiera
pensar de determinara manera. Durante su
lectura cavilaba que era un libro incómodo y me hizo reflexionar si era que me
hallaba en un momento personal en el que quería leer novelas interesantes pero
no textos que me interrogaran. Pero, ahora que lo pienso, todas las novelas de
Coetzee que he leído me han interrogado, tal vez, ésta más por la parte
ensayística que abarca. Lo cierto es que terminé de leerlo pero es una forma de
decir porque lo veo y creo que debería volver a leerlo ya que tengo la sospecha
que Diario de un mal año tiene mucho
más que decirme.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas,
13 de junio de 2024.
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