martes, 25 de junio de 2024

Los maletines

 



Los maletines (2014) es la primera novela que leo del escritor venezolano Juan Carlos Méndez Guédez (1967). Méndez Guédez vive desde hace más de veinte años en España.

Desde hace un tiempo he querido leer novelas venezolanas producidas en lo que va del siglo XXI, no obstante, no  he tenido mayor ocasión de hallarlas. Apenas he leído La hija de la española (2019) de Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982), periodista  y escritora radicada en Madrid  y Volver a cuándo de la escritora María Elena Morán (Maracaibo, 1985) con la cual obtuvo el Premio Café Gijón de novela 2022. Morán se halla radicada en Brasil.

Leo Los maletines dentro del ámbito de un Club de Lectura (Literatura venezolana), creado en Madrid y del que una amiga periodista me hizo partícipe.

Los maletines está ambientada en Caracas, entre los años 1999 y 2014, período en el cual estuvo en la presidencia de la República Hugo Chávez Frías, dando en llamar a ese período el Proceso para hacer referencia a una “Revolución de corte socialista” de la que todavía estamos padeciendo los venezolanos y de la que no tenemos idea cuándo podremos salir de ella y recuperarnos.

Pienso que esta novela tiene dos protagonistas. Donizetti García, licenciado en Educación pero que trabajaba en una agencia de noticias, como periodista. Entra a ese puesto por un conocido afecto al gobierno de nombre Gonzalo Torres a quien llamaban Gonzalejo.

Por cierto, esto de que alguien trabaje en una profesión que no es la suya y de que entre a un trabajo porque tiene  “un contacto” se ha hecho súper común en el país. Creo que ahora Venezuela debe llamarse “Venezuela@contacto” ya que todo es un contacto.

Donizetti provenía de una familia disfuncional. Su madre los había abandonado a él y a su padre quien la adoraba con locura. El padre ya había fallecido.

Donizetti  había tenido un primer matrimonio: su ex esposa se llamaba Elizabeth y tenía un hijo llamado Jaime. El divorcio fue muy tormentoso ya que Elizabeth no le permitía ver a su hijo y luego, económicamente, lo exprimió y lo exprimía. Elizabeth tenía una pareja que se llamaba Jesse y que era un vividor, que no trabajaba y se la pasaba todo el día durmiendo.

Donizetti se había vuelto a casar con una joven de nombre Verónica quien tenía una hija de un primer matrimonio llamada Amanda. Este segundo matrimonio había sido para Donizetti mucho más positivo. No obstante, las responsabilidades económicas a las que Donizetti tenía que hacer frente hicieron que más temprano que tarde se dejara enredar en una situación de corrupción que implicaba viajar por diversos países de Europa para hacer entrega de unos maletines, por lo cual Donizetti recibía una buena cantidad de dinero. A medida que transcurre la novela, Donizetti se ve envuelto en una serie de situaciones muy peligrosas donde no sólo su vida si no la de su familia y amigos corría peligro.

Al poco tiempo de estar Donizetti inmerso en esta situación de corrupción se da cuenta que en la agencia donde trabaja, en los distintos departamentos que existen, la corrupción es generalizada. La novela permite pensar que la corrupción es algo que se ha hecho estructural: no sólo en la agencia, si no en el gobierno y en la misma sociedad venezolana.

Donizetti empieza a ser amenazado, a sufrir diversas agresiones y ello no constituye un estímulo para que desee salirse de la situación en la que está inmerso si no que, después de retomar contacto con un compañero de clases de la adolescencia llamado Manuel – y que para mí es el otro protagonista de Los maletines- decide(n) idear un plan para robar uno de los maletines e irse del país. Para esto, Donizetti se plantea sacar primero fuera de Venezuela a su ex esposa, a su hijo Jaime, a Verónica y a Amanda.

Manuel, como hemos mencionado antes, fue compañero de liceo de Donizetti. Manuel era gay y estaba recientemente separado de Félix con quien compartió diez años. Félix era casado y tenía hijos, sin embargo, de un momento a otro, le planteó a Manuel que quería “salir del clóset” y que se casaran. No obstante, Manuel se sentía satisfecho con la relación que tenían, así que terminaron separándose.

Manuel, quien era opositor al gobierno, había tenido un programa de radio nocturno pero la emisora fue una de las primeras que el gobierno había cerrado y ello lo obligó a regresar a trabajar en una zapatería que tenían sus padres en el centro de Caracas, la cual fue sujeta de expropiación, otra más de las que se dieron durante el gobierno de Chávez.

Manuel recuerda, con frecuencia, a una tía llamada Felipa (ya fallecida), quien era espiritista y devota de María Lionza y del Negro Primero. De alguna manera, parecía que Manuel había "heredado" las capacidades de su tía y también las aplicaba.

Manuel se constituye en un gran aliado de Donizetti y juntos arman el plan del robo de uno de los maletines que Donizetti transportaba, irse fuera del país e iniciar una nueva vida.

Los maletines nos relata una serie de vivencias, de aspectos sociopolíticos y culturales que cualquier venezolano medianamente informado puede identificar: la violencia en Caracas; el deterioro de los servicios públicos (luz, agua, el desabastecimiento de alimentos, etc.); el surgimiento de unos grupos denominados “colectivos”, afectos al gobierno pero que no podían ser controlados por el mismo; la llegada y penetración de personas de países como Cuba, Rusia y China; la presencia de los cubanos dentro de áreas muy sensibles para el país; la participación cada vez mayor de los militares dentro de la esfera de lo civil; el cierre de medios de comunicación; el tema de las expropiaciones; la migración y, sobre todo, el de una corrupción desenfrenada, que me atrevería a decir, no tiene parangón en la historia de Venezuela.

En Los maletines se relata la explosión de un vehículo, por una bomba, de un Dr. Garrido que era fiscal. Este hecho ocurrió en Los Chaguaramos. Sin duda se trata del asesinato del abogado y fiscal Danilo Anderson (Caracas, 1966-2004) quien fue asesinado en un acto terrorista que conmocionó al país cuando estaba encargado de las investigaciones de las personas que participaron en el golpe de Estado contra Chávez en 2002. También Anderson investigaba los sucesos de Puente Llaguno. Recuerdo que en ese asesinato, el gobierno de Chávez dejó ver que eran miembros de la oposición venezolana quienes estaban involucrados, sin embargo, en Los maletines se plantea que, al parecer, el Dr. Garrido (Danilo Anderson) estaba extorsionando a gente que no quería aparecer como investigada y que desde el gobierno le habían dicho que se “quedara quieto” pero que el Dr. Garrido no hizo caso. Así que su asesinato, para algunos, fue ordenado desde el más alto nivel del gobierno de Hugo Chávez.

En Los maletines también se hace referencia a los rumores primero y luego a la confirmación de la enfermedad del extinto presidente Hugo Chávez F.

Los maletines no es una novela que genera sorpresa en el sentido de lo narrado pero hay un hecho que creo que es importante destacar y es el final donde se constata el éxito de otro acto de corrupción más, ya que Donizetti y Manuel logran quedarse si bien no con un maletín lleno de dólares, sí con uno lleno de prendas de oro mal habidas. Creo que es un punto que debe llevarnos a la reflexión, el robo de un robo. ¿Es que acaso podemos asumir el final como un  triunfo? A su vez, no logro evitar preguntarme, si ese final no podría ser considerado, por muchos venezolanos, como lo justo. Algo así como si otros roban, ¿por qué no yo?

Mientras leía Los maletines, recordé, en varias ocasiones, la novela No dejaré mis sueños atrás (2021) de Santiago Arconada, un activista social, sindicalista y militante de la izquierda. Esta novela constituyó para mí una especie de repaso de la historia más reciente del país, como lo ha sido Los maletines.

Varios nombres de escritores son mencionados el Los maletines: Kafka, Julio Ramón Ribeyro, Carpentier, Thomas Pynchon, Valente, Gerbasi, Celan, Rilke, Shakespeare, Jerzy Pilch, Cortázar, Modiano, Graham Greene. También piezas de música clásica. Me pregunto si reflejan las preferencias literarias y musicales de Juan Carlos Méndez Guédez.

Los maletines es una novela bien escrita, bien contada que, sin duda, pasará a formar parte de la memoria sociopolítica de nuestro país desde el lado de la literatura.

Quiero agregar algo que me causó sorpresa y que leí en un artículo de Prodavinci publicado el 10 de agosto de 2023. Los maletines (2014) apenas fue presentada en Venezuela en julio de 2023 en la librería Sopa de Letras (Editorial Curiara). Es decir, ¡nueve años después de haber sido escrita! ¿Cuáles han podido haber sido las razones para esta tardanza?.

Por cierto, en esa presentación, Alberto Barrera Tyzska "destacó de este título sus múltiples posibilidades de lectura pues se trata de una novela negra, una novela de aventuras y, a la vez, una novela realista que describe la situación de Venezuela...Agrega Barrera T....que uno de los grandes aciertos de esta obra son sus protagonistas: Donizetti, un antihéroe, un pillo a quien le tomamos cariño porque es un hombre que trata de sobrevivir para mantener a sus hijos..."


Juan Carlos Méndez Guédez


Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 25 de junio de 2024.

 

 

jueves, 13 de junio de 2024

Diario de un mal año

 



Diario de un mal año (2007) es una novela del escritor sudafricano (actualmente radicado y nacionalizado australiano), J.M. Coetzee (1940) quien, en 2003, ganó el Premio Nobel de Literatura.

Me he referido a Diario de un mal año como una novela pero no sólo es una novela sino que incluye una serie de ensayos cortos sobre temas generales, tales como la creación del Estado, la cultura, el cuerpo, la política en EE.UU y en Australia, sobre el terrorismo,  sobre Bahía de Guantánamo, sobre el único australiano que estaba encarcelado allí y la posición genuflexa del gobierno australiano  con respecto a EE. UU., la compasión, la pedofilia, la música y muchos otros. El protagonista de Diario de un mal año llamaba Opiniones contundentes a estos ensayos.

Los ensayos son producto de una solicitud que le hacen a él -un afamado escritor, de edad avanzada- y a otros 5 escritores más, para ser publicados por una editorial alemana.

El anciano, quien vivía solo, conoce un día, mientras se hallaba en la lavandería que tenía el edificio en el que habitaba, a una hermosa joven llamada Anya, quien vivía con un hombre casado llamado Alan.  El escritor, identificado como señor C, vivía en la planta baja mientras que la joven en el piso 25. Sin duda, el señor C se siente atraído por la joven y un día le propone que le sirva de mecanógrafa para pasar lo que va grabando en un dictáfono y poder enviarlo a la editorial (aunque ese servicio de transcripción lo prestaba la editorial). Así que también se trataba, pienso yo, de que el señor C paliara un poco su soledad.

Anya acepta y, aunque no tenía mayor interés por la literatura, va sintiendo curiosidad y atracción por lo que el señor C relata y empieza a hacerle comentarios  sobre lo que pensaba de ellos, considerando al señor C como un hombre poco moderno pero también sensible, por la posición que adopta en sus cortos pero profundos escritos.

El anciano novelista se había descuidado mucho en relación a su vestimenta y su apartamento se hallaba en un estado lamentable. Poco a poco, Anya le va tomando cariño y le va dando algunas sugerencias de cómo mantener su casa y hasta piensa en la posibilidad de limpiarla ella misma.

Aparte de los ensayos, el autor va desarrollando, en forma paralela, una novela sobre su relación con Anya y Alan.

Por otra parte, Anya le comentaba a Alan lo que pensaba el  señor C y Alan, quien trabajaba en un grupo financiero, que era un hombre muy astuto y que si bien quería a Anya (no por nada había abandonado a su esposa), también estaba alerta ante la posibilidad de segundas intenciones del señor C con Anya. Pero Alan va a más, llega a instalar un programa secreto en la computadora del señor C para vigilarlo, no sólo en lo que Anya iba mecanografiando, si no en los textos más íntimos que el señor C escribía llegando incluso a revisar sus correos electrónicos, sus estados de cuenta, fijándose que el dinero del señor C no obtenía las ganancias que podía. Alan le llega a plantear a Anya que podían hacer transacciones con ese  dinero, obtener un importante beneficio y reingresar a la cuenta del señor C  los intereses que venía recibiendo. Anya se opone rotundamente.

Cuando el texto del señor C está terminado, invita a Anya y a Alan a su casa para celebrar. Alan se emborracha y se pone bastante impertinente con el señor C. Anya quiere que se vayan pero Alan, quien actúa como un hombre despechado, dice una serie de inconveniencias que llevan a que Anya decida dejarlo y también marcharse de la ciudad. Ello entristece al señor C pero, por otra parte siente que Anya se ha convertido en una mujer más libre, más autónoma. Ya estando lejos, Anya le escribe al señor C para saber de él y también le escribe a una vecina para pedirle que le comunique si el señor C presenta algún problema de salud pues, de ser así, ella quisiera estar cerca.  

Entre el señor C y Anya se establece una auténtica amistad.

No pude leer de corrido Diario de un mal año. Muchas de las reflexiones del señor C, me dejaban pensando, bien sea porque constituían una postura nueva para mí o porque me resultara sorprenderte que el autor pudiera pensar de determinara manera.  Durante su lectura cavilaba que era un libro incómodo y me hizo reflexionar si era que me hallaba en un momento personal en el que quería leer novelas interesantes pero no textos que me interrogaran. Pero, ahora que lo pienso, todas las novelas de Coetzee que he leído me han interrogado, tal vez, ésta más por la parte ensayística que abarca. Lo cierto es que terminé de leerlo pero es una forma de decir porque lo veo y creo que debería volver a leerlo ya que tengo la sospecha que Diario de un mal año tiene mucho más que decirme.

 

J.M. Coetzee

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 13 de junio de 2024.

jueves, 6 de junio de 2024

El dueño del secreto

 



"Nadie tan aficionado a secretos como aquel que no hace intención de guardarlos…”


El dueño del secreto (1994) es una novela corta del escritor español Antonio Muñoz Molina. La leo en una edición de Seix Barral (2022).

El dueño del secreto se desarrolla en Madrid en 1974 cuando aún España se encontraba bajo la tutela del dictador Francisco Franco (1892-1975).

El protagonista es un joven de 18 años, procedente del interior del país, que había venido a estudiar en la universidad lo que vendría a ser Comunicación Social. Venía apertrechado con una máquina de escribir portátil que era su mayor bien. Consiguió alojamiento en una humilde pensión y su situación económica era bastante precaria. En su pueblo había dejado a sus padres, a su novia y a un amigo que trabajaba como mecánico llamado Ramón Tovar. Ramón, a quien llamaban Ramonazo o Tovaric (por su preferencia hacia el comunismo), le había dicho que, apenas pudiera se reuniría con él en Madrid, que seguirían siendo amigos y que compartirían todo.

El joven protagonista no se muestra muy emocionado por la carrera que había escogido y se sentía bastante perdido en Madrid. Un día, se encuentra con un compañero de la universidad a quien le había salido un trabajo más ventajoso y le ofrece tomar uno que él tenía y que era como mecanógrafo para un abogado llamado Ataúlfo Ramiro Retamar.

Al poco tiempo, Ramonazo llega a Madrid y se presenta en la pensión donde vivía el joven. Ramón era un tipo extrovertido y, en forma rápida, se adecúa a Madrid y consigue empleo.  Profesaba el comunismo e, incluso, se consigue una novia maoísta.

El joven se comunica con la casa de Ataúlfo para ofrecerle sus servicios y más temprano que tarde comienza a trabajar para él, escribiendo documentos. La relación con Ataúlfo lo lleva a vivir experiencias que no se hubiera imaginado como, por ejemplo, trasladarse en taxis, comer en restaurantes de lujo y conocer a una serie de personas. Ataúlfo, que era un hombre corpulento, gran bebedor, fumador y mujeriego, tenía sus singularidades. Una de ellas era que  de pronto le decía al joven que lo necesitaba con urgencia y resulta que Ataúlfo no aparecía, situaciones a las que el joven se va acostumbrando.

Para la época en que se narra El dueño del secreto, se produce una manifestación de los estudiantes universitarios  en la que el joven participa aunque reconoce que es una persona bastante cobarde. Incluso, queda acorralado en un grupo  y, cuando estaban a punto de ser agredidos por la Guardia,  el joven se orina en los pantalones. Alguien lo saca de esa manifestación casi de milagro.  El motivo de la protesta era la muerte, por garrote vil, de un joven anarquista catalán acusado de haber matado a un policía. Se llamaba Salvador Puig Antich y “…a un confuso delincuente húngaro o polaco que se llamaba Heinz Chez.” (64).

Por cierto, leo en Google, que el juicio que se le hizo a Salvador Puig Antich (Barcelona, 1948-1974) se consideró lleno de irregularidades y que, el 2 de marzo de 2024, cuando se cumplieron 50 años de la muerte del joven, se realizaron una serie de actos públicos conmemorando su fallecimiento. Incluso se ha intentado, infructuosamente, reabrir su caso.

En relación al término garrote vil, tenemos que se trata de una máquina utilizada para aplicar la pena capital. Tiene su origen en la República romana. En España estuvo vigente legalmente desde 1920 hasta la abolición de la pena de muerte aprobada en la Constitución de 1978. También se empleó en los territorios coloniales de España como Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

En lo que leo del funcionamiento del garrote vil, sin duda, la muerte de la persona a la que se le aplica debe ser horrorosa.

Después de este pequeño desvío, tenemos que, un día, Ataúlfo le confiesa al joven que él es el Secretario General de la Federación Anarquista Ibérica y le pregunta que ¿si puede guardar un secreto? El joven responde que sí y Ataúlfo le dice que están planeando una conspiración para derrocar a Franco y lo invita a participar en la misma.

El joven, por un lado, se siente orgulloso de su accionar (obstinado de la dictadura) pero, por otra parte, tiene miedo de lo que pudiera pasarle. Pero el miedo mayor es el que siente porque se sabe incapaz de guardar un secreto y más uno como el que le confía Ataúlfo. De hecho se lo comenta a Ramonazo, quien lo revela a un hombre que trabajaba en un bar. Lo cierto es que la conspiración es descubierta y tanto el joven como Ramonazo huyen de Madrid.

El joven siente angustia y preocupación por no haber guardado el secreto.

El joven regresa a su pueblo lo que le permite a su padre reafirmar que él no sirve para estudiar (el padre quiere que trabaje en el campo como él). El joven retoma su noviazgo aunque el padre de su novia no lo quiere para nada.  La novia queda embarazada  y los jóvenes se ven forzados a casarse. Tienen dos hijos, el mayor de los cuales, en su adolescencia, se aleja de la familia sin causa precisa. El joven sigue en contacto con Ramonazo y de Ataúlfo se había enterado, años después, que había muerto.

El dueño del secreto se trata de una novela muy bien contada. Me ha servido para conocer hechos históricos que desconocía y, algo me dice que contiene elementos autobiográficos importantes de su autor.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 6 de junio de 2024.