martes, 2 de abril de 2024

Lugar soleado: cuento de Yasunari Kawabata






“Interesante cuento sobre la mirada…"
María Antonieta Izaguirre

Lugar soleado es un cuento corto del Premio Nobel de Literatura japonés (1968) Yasunari Kawabata (1899-1972). El cuento fue escrito en 1923 y publicado en 1971.

Lugar soleado trata sobre un hombre joven (24 años) que conoce a una muchacha frente a una posada a orillas del mar y de inmediato “Fue el comienzo del amor”.

Se narra la incomodidad de la muchacha ante la mirada directa a sus ojos que el joven le dirige. Él lo nota ya  que ella se tapa la cara con un brazo y se dice que la ha disgustado ante su costumbre de mirar a las personas que tiene cerca directamente a los ojos. El joven le pide disculpas a la muchacha.

De pronto, el joven fija su vista hacia un área luminosa del océano y reflexiona sobre el hábito que tiene. Se le despiertan una serie de recuerdos de su infancia y nos enteramos que quedó huérfano a temprana edad y que vivió con su abuelo en el campo durante diez años antes de ser adoptado.

El abuelo, que era ciego, acostumbraba a sentarse frente a un fogón y sólo miraba hacia el este y hacia el sur, nunca hacia el norte. Cuando el niño (ahora adulto) se dio cuenta de eso, se sentaba frente al abuelo y lo veía fijamente pero el abuelo nunca miraba al norte. El joven concluye que de allí le quedó esa costumbre de mirar a la gente a la cara, es decir que fue un hábito adquirido en la infancia. Dice en el cuento que el joven se había dado cuenta de que “no era un vestigio de servilismo” (creo que aquí hay un error, en el sentido de que pudiéramos pensar que era la joven la que tenía ese vestigio de servilismo, no el joven, el no se había criado con ese hábito si no con uno contrario). Esta reminiscencia y la explicación desencadenada por una experiencia actual, llenó al joven de satisfacción “Ya podía tranquilizarme en mi autocompasión por esta costumbre”.

La joven le dice al joven “Me voy acostumbrando (a su mirada), aunque todavía me intimida un poco”. Y el joven pensó que “nuestra relación (el de la joven y él) había adquirido otra intimidad”.

De este cuento podemos pensar varias cosas:

El cómo despierta un recuerdo, el aspecto cultural de un país, en este caso, la costumbre o no de mirar directamente a los ojos de las personas; las huellas que nos deja la vida infantil, el surgimiento del amor instantáneo.

Es mucho lo que se puede aprender de la literatura.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 2 de abril de 2024.

 

 

 

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