Lo primero que leí de Sábato,
quien era físico y que decide dejar la ciencia para dedicarse a la literatura
(también fue pintor) fue lo que vendría a ser un cuento largo o una novela
corta, El Túnel (1948) siendo una
adolescente. No recuerdo de qué trataba pero sí que me pareció una novela que
exhibe un importante manejo de lo psicológico y que me gustó mucho. Ahora mismo
la tengo en digital, cortesía del profesor Antonio Paiva, creador del excelente
chat Lectura y reflexiones. Espero
poder leerla pronto.
Encontré Sobre héroes y tumbas en mi biblioteca,
no tenía mi nombre pero sí algunas anotaciones de mi puño y letra lo que
indicaba que había comenzado su lectura, así que decidí recomenzarla hace como
un mes.
Vale destacar que Sobre héroes y tumbas parece partir de
un suceso acaecido en Buenos Aires, el 28 de junio de 1955 y publicado en el
diario La Razón y que es narrado en la Noticia preliminar de la novela:
se trata de la tragedia donde se cuenta la muerte de un hombre a tiros
(Fernando Vidal), a manos de su hija (Alejandra Vidal Olmos) y el incendio que
ella provoca (se constata que la habitación estaba cerrada por dentro) donde
ella muere calcinada. Otros miembros de la familia salen ilesos de la casa.
El estilo narrativo de esta
novela se basa en conversaciones entre personajes muy importantes con mezclas
de acciones pasadas y presentes.
Está ambientada, en esencia,
en Buenos Aires y relata la vida de un joven adolescente, Martín Castillo, de
17 años que tenía una vida melancólica y ocasionales pensamientos suicidas. Su madre era una mujer desvergonzada que nunca
se cansó de decirle que hizo múltiples intentos por abortarlo ya que no quería
que su cuerpo se desfigurara y su padre un pintor frustrado, con el que nunca
llegó a tener una relación abierta ni cercana, lo que fue doloroso para ambos.
El padre de Martín muere de tuberculosis. Martín abandona su casa y vive en las
calles o donde consiga algún alojamiento.
Muchas veces llega a
fantasear con la idea de irse al sur de Argentina.
Dos años antes (1953) de los
hechos descritos en la Nota preliminar, Martín conoce a una joven, un
año mayor que él, llamada Alejandra Vidal Olmos, descendiente de una familia de
abolengo pero que se había arruinado (al menos la parte de la que ella provenía
más directamente). La familia tenía
miembros que habían luchado en las batallas independentistas de Argentina y de
otros países de Suramérica. Martín se
enamora de Alejandra y ello determinó buena parte de su vida.
Alejandra era hija de
Fernando Vidal Olmos y de Georgina Olmos, los cuales eran primos carnales.
Georgina era hija de
Patricio Olmos y de Elena Laffite. Aparte de Georgina, el matrimonio Olmos –Latiffe
había tenido a un hijo que consideraban loco y que tocaba el clarinete y a
quien llamaban el Bebe. Patricio Olmos tenía una hermana llamada Ana María
Olmos que se casa con un hombre de apellido Vidal y tienen a Fernando
Desde adolescentes, Fernando
ejerce una relación de dominación – bastante patológica-sobre sus primos y, a
pesar de ello, Georgina se enamora de él y queda embarazada de Alejandra.
No obstante, Fernando se
casó con otra joven y Georgina abandonó el hogar materno después de haber
tenido a Alejandra por causas que no están muy claras. Alejandra, por otra
parte, cuando habla de su madre dice que murió cuando ella era una niña.
Uno de los narradores de Sobre héroes y tumbas, un hombre llamado
Bruno, conoce a Georgina y a Fernando desde la adolescencia y se enamora de
Georgina y se da clara cuenta del poder
tenebroso que Fernando ejerce
sobre Georgina y que intenta ejercer sobre él mismo y se aleja de ellos aunque su amor por
Georgina dura para siempre.
Bruno también conoce a
Martín y conversan en diferentes etapas de la novela.
Alejandra estaba enferma, sufría de alucinaciones, de convulsiones y de crisis de ausencia y
tomaba medicamentos. Al parecer, había heredado
todo lo anterior y su rudo comportamiento de su padre, al que, por otra
parte, también odiaba. Detestaba a su madre pero, más aún a su padre quien,
definitivamente, parecía padecer de paranoia, liderando acciones muy negativas
y destruyendo la vida de varias personas a su alrededor.
Sobre
héroes y tumbas tiene
cuatro partes, tituladas: I.- El dragón y la princesa; II.- Los rostros
invisibles: III.- Informe sobre ciegos y IV.- Un Dios desconocido.
El Informe sobre ciegos es
escrito por Fernando Vidal y allí se expone su obsesión por el tema de los
ciegos, afirmando que forman parte de una secta maléfica, muchas veces ayudados
por personas videntes que lo hacen pensando que están haciendo un acto de
caridad. El mismo Vidal tiene alucinaciones sobre que a él le sacarán los ojos
como él lo hacía con animales en su infancia.
La relación entre Martín y
Alejandra no llega a consolidarse, en buena medida, por la enfermedad de
Alejandra de la cual Martín se da cuenta pero su amor por ella lo supera.
Al final, Alejandra mata a
tiros a su padre en una habitación de la casona destartalada donde ella vivía con
algunos miembros de su familia y le prende fuego a la habitación donde estaban y
ella muere calcinada. En esa habitación encuentran el Informe sobre ciegos
que, como hemos dicho fue escrito por Fernando Vidal y que, en apariencia,
había terminado de escribir el día de su muerte.
Sobre héroes y tumbas es una novela que contiene una fuerte carga filosófica y existencial que ameritaría un estudio más profundo y detallado y que, sin duda, la convierten en una de las mejores novelas latinoamericanas del siglo XX.
Sábato decanta en esta
novela posiciones políticas como el comunismo, el anarquismo, lo que es el ser
argentino y su naturaleza, nos habla de la condición humana en general, de la
vida, de la muerte, de la esperanza, la desesperanza, la locura, la tristeza…todos
aspectos que, probablemente, jugaron una parte importante en su vida personal.
Después de la muerte de
Alejandra, Martín decide viajar hacia el sur, a la Patagonia argentina que
siempre había sido un deseo presente en él.
Gran novela de Ernesto
Sábato.
Escrito y publicado por Libia Kancev.
Caracas, 18 de abril de
2024.