jueves, 18 de abril de 2024

Sobre héroes y tumbas




Sobre héroes y tumbas (1961) es la segunda novela del escritor argentino Ernesto Sábato (1911-2011). Leo esta novela en una edición bastante destartalada de Editorial Sudamericana, publicada en 1975.

Lo primero que leí de Sábato, quien era físico y que decide dejar la ciencia para dedicarse a la literatura (también fue pintor) fue lo que vendría a ser un cuento largo o una novela corta, El Túnel (1948) siendo una adolescente. No recuerdo de qué trataba pero sí que me pareció una novela que exhibe un importante manejo de lo psicológico y que me gustó mucho. Ahora mismo la tengo en digital, cortesía del profesor Antonio Paiva, creador del excelente chat Lectura y reflexiones. Espero poder leerla pronto.

Encontré Sobre héroes y tumbas en mi biblioteca, no tenía mi nombre pero sí algunas anotaciones de mi puño y letra lo que indicaba que había comenzado su lectura, así que decidí recomenzarla hace como un mes.

Vale destacar que Sobre héroes y tumbas parece partir de un suceso acaecido en Buenos Aires, el 28 de junio de 1955 y publicado en el diario La Razón y que es narrado en la Noticia preliminar de la novela: se trata de la tragedia donde se cuenta la muerte de un hombre a tiros (Fernando Vidal), a manos de su hija (Alejandra Vidal Olmos) y el incendio que ella provoca (se constata que la habitación estaba cerrada por dentro) donde ella muere calcinada. Otros miembros de la familia salen ilesos de la casa.

El estilo narrativo de esta novela se basa en conversaciones entre personajes muy importantes con mezclas de acciones pasadas y presentes.

Está ambientada, en esencia, en Buenos Aires y relata la vida de un joven adolescente, Martín Castillo, de 17 años que tenía una vida melancólica y ocasionales pensamientos suicidas.  Su madre era una mujer desvergonzada que nunca se cansó de decirle que hizo múltiples intentos por abortarlo ya que no quería que su cuerpo se desfigurara y su padre un pintor frustrado, con el que nunca llegó a tener una relación abierta ni cercana, lo que fue doloroso para ambos. El padre de Martín muere de tuberculosis. Martín abandona su casa y vive en las calles o donde consiga algún alojamiento.

Muchas veces llega a fantasear con la idea de irse al sur de Argentina.

Dos años antes (1953) de los hechos descritos en la Nota preliminar, Martín conoce a una joven, un año mayor que él, llamada Alejandra Vidal Olmos, descendiente de una familia de abolengo pero que se había arruinado (al menos la parte de la que ella provenía más directamente). La familia tenía miembros que habían luchado en las batallas independentistas de Argentina y de otros países de Suramérica.  Martín se enamora de Alejandra y ello determinó buena parte de su vida.

Alejandra era hija de Fernando Vidal Olmos y de Georgina Olmos, los cuales eran primos carnales.

Georgina era hija de Patricio Olmos y de Elena Laffite. Aparte de Georgina, el matrimonio Olmos –Latiffe había tenido a un hijo que consideraban loco y que tocaba el clarinete y a quien llamaban el Bebe. Patricio Olmos tenía una hermana llamada Ana María Olmos que se casa con un hombre de apellido Vidal y tienen a Fernando

Desde adolescentes, Fernando ejerce una relación de dominación – bastante patológica-sobre sus primos y, a pesar de ello, Georgina se enamora de él y queda embarazada de Alejandra.

No obstante, Fernando se casó con otra joven y Georgina abandonó el hogar materno después de haber tenido a Alejandra por causas que no están muy claras. Alejandra, por otra parte, cuando habla de su madre dice que murió cuando ella era una niña.

Uno de los narradores de Sobre héroes y tumbas, un hombre llamado Bruno, conoce a Georgina y a Fernando desde la adolescencia y se enamora de Georgina y se da clara cuenta del poder  tenebroso que Fernando ejerce sobre Georgina y que intenta ejercer sobre él mismo  y se aleja de ellos aunque su amor por Georgina dura para siempre.

Bruno también conoce a Martín y conversan en diferentes etapas de la novela.

Alejandra estaba enferma, sufría de alucinaciones, de convulsiones y de crisis de ausencia y tomaba medicamentos. Al parecer, había heredado  todo lo anterior y su rudo comportamiento de su padre, al que, por otra parte, también odiaba. Detestaba a su madre pero, más aún a su padre quien, definitivamente, parecía padecer de paranoia, liderando acciones muy negativas y destruyendo la vida de varias personas a su alrededor.

Sobre héroes y tumbas  tiene cuatro partes, tituladas: I.- El dragón y la princesa; II.- Los rostros invisibles: III.- Informe sobre ciegos y IV.- Un Dios desconocido.

El Informe sobre ciegos es escrito por Fernando Vidal y allí se expone su obsesión por el tema de los ciegos, afirmando que forman parte de una secta maléfica, muchas veces ayudados por personas videntes que lo hacen pensando que están haciendo un acto de caridad. El mismo Vidal tiene alucinaciones sobre que a él le sacarán los ojos como él lo hacía con animales en su infancia.

La relación entre Martín y Alejandra no llega a consolidarse, en buena medida, por la enfermedad de Alejandra de la cual Martín se da cuenta pero su amor por ella lo supera.

Al final, Alejandra mata a tiros a su padre en una habitación de la  casona destartalada donde ella vivía con algunos miembros de su familia y le prende fuego a la habitación donde estaban y ella muere calcinada. En esa habitación encuentran el Informe sobre ciegos que, como hemos dicho fue escrito por Fernando Vidal y que, en apariencia, había terminado de escribir el día de su muerte.

Sobre héroes y tumbas es una novela que contiene una fuerte carga filosófica y existencial que ameritaría un estudio más profundo y detallado y que, sin duda, la convierten en una de las mejores novelas latinoamericanas del siglo XX.

Sábato decanta en esta novela posiciones políticas como el comunismo, el anarquismo, lo que es el ser argentino y su naturaleza, nos habla de la condición humana en general, de la vida, de la muerte, de la esperanza, la desesperanza, la locura, la tristeza…todos aspectos que, probablemente, jugaron una parte importante en su vida personal.

Después de la muerte de Alejandra, Martín decide viajar hacia el sur, a la Patagonia argentina que siempre había sido un deseo presente en él.

Gran novela de Ernesto Sábato.

 

Ernesto Sábato


Escrito y publicado por Libia Kancev.

Caracas, 18 de abril de 2024.

martes, 9 de abril de 2024

Hombres puros

“…ser lúcido significa poder mirarse de frente, sea cual sea su rostro. Ya sea feo, incluso desfigurado, hasta cubierto de llagas y de pus, incluso gangrenado, hay que mirarlo”. (134)

 



Hombres puros (2024) es una novela del escritor senegalés, radicado en Francia, Mohamed Mbougar Sarr (Dakar, 1990).

La novela está ambientada en Senegal y trata sobre la intolerancia y hasta la prohibición –si ello es posible- de la homosexualidad en ese país africano, situado en el occidente de África y que hasta 1960 fue colonia francesa.

Vale destacar que el 95% de la población senegalesa es musulmana y que la homosexualidad está considerada como una desviación. Según información obtenida de Google, la ley castiga los llamados “actos contra natura con una persona del mismo sexo” con una pena de entre 1 y 5 años desde 1965, además con una fianza de 100.000 y 1.500.000 francos. La aplicación de estas leyes comenzó a intensificarse hacia finales de la década de 1990 y comienzos de la década del 2000.

Hombres puros narra la vida de un joven profesor senegalés, que había estudiado en Francia y que había regresado a su país para dar clases de letras en una universidad en Dakar, llamado Ndéne Gueye. Ndéne, aparte de dar clases, tenía una vida sexual intensa con una joven llamada Rama. Un día, ella le muestra un video, que se había hecho viral, en el que se muestra cómo una turba de gente había desenterrado el cadáver de un joven asesinado bajo la premisa de que era homosexual y que no tenía derecho a estar enterrado en ese sitio. El cadáver fue arrastrado por las calles. El video deja a Gueye perturbado, en especial cuando su amante y, una amante de ésta, una joven abogada (hija de un senegalés -ex diplomático- y madre norteamericana  -psicoanalista-) llamada Angela Green-Diop le hacen ver lo hipócrita y lo inhumano que es el trato hacia los homosexuales en Senegal. Aparte de ese hecho  en sí, Rama y Angela, también tienen una posición abierta sobre el tema, al final, cuál es el problema de la bisexualidad, de la homosexualidad, por ejemplo.

Gueye nunca se había planteado el tema. Había sido criado como musulmán,  su madre había muerto cuando él estaba en Francia y su padre, un musulmán practicante, se había casado con una gran amiga de su madre y tenía dos hermanastros. Sin embargo, su estancia en Francia parecía que lo había vuelto más tolerante hacia la homosexualidad y le había generado cierto desapego por ciertas costumbres musulmanas.  Hacía tiempo que había dejado de ir a los rezos musulmanes. Pero el video rondaba por su mente y eso hace que quiera conocer sobre la vida del joven muerto.

Gueye logra ir a la casa del joven asesinado: se entera que se llamaba Amadou, que estaba a punto de terminar sus estudios universitarios, que era un buen hijo y que su madre estaba, literalmente, devastada. La madre logró rescatar el cadáver y enterrarlo frente a su casa, en una zona de tierra donde había un árbol plantado. La madre le dice a Gueye que ignoraba si su hijo había sido o no homosexual. Gueye visita varias veces a la madre de Amadou y reza frente a la tumba de éste. La gente empezó a llamar a la casa de la madre de Amadou la “casa maldita”.

Aparte de lo anterior, Gueye se entera que en la Facultad donde daba clases se había prohibido enseñar a poetas, escritores que fuesen homosexuales y él estaba enseñando la poesía del gran poeta francés  Paul Verlaine (1844-1896). A Gueye le parece que esa prohibición era estúpida pero sus propios estudiantes lo cuestionan y Gueye es expulsado de la universidad (si quería permanecer debía pedir disculpas por escrito a sus estudiantes y al decano, cosa que él no estaba dispuesto a hacer).  

En la Facultad de Letras había un profesor muy querido y admirado para Gueye, el Sr. Coly. El Sr. Coly le había advertido de que se cuidara sobre lo de la enseñanza de poetas homosexuales aunque el Sr. Coly estaba en absoluto desacuerdo con esa prohibición.

Lo cierto es que fue corriéndose el rumor que Gueye era homosexual y su padre lo conmina a acatar órdenes o si no ya no podría regresar más a su casa. Por supuesto, el padre le dice eso transido de dolor. Gueye se va y decide tomarse unos días fuera de Dakar con su amante Rama.

Antes de irse de viaje, Gueye va  a casa del Sr. Coly quien lo había invitado para conversar con él. El Sr. Coly estaba casado y tenía hijos pero ese día  estaría solo en su casa. El señor Coly le dice a Gueye que  piensa que el problema central con la homosexualidad es que le parece que los homosexuales deberían tener un comportamiento más privado. De pronto, llega un hombre a la casa del Sr. Coly que Gueye reconoce pues había estado en un rezo donde él había asistido a petición de su padre y que fungió como el transmisor del Imán de turno quien murió pocos después.  

Gueye y Rama pasan unos días tranquilos. Gueye se había llevado su cámara fotográfica para retomar su hobby de tomar fotos y así hace muchas, no sólo del paisaje marítimo sino también de los pescadores. Más temprano que tarde, Rama le hace ver que hay un hombre joven que aparece persistentemente en las fotos que Gueye toma, que tiene una mirada profunda y que mira directamente a la cámara.  Gueye  no se había dado cuenta de esto pero al Rama mostrarle las fotos, él siente que su sexualidad está en entredicho y lucha contra el deseo que, sin duda, despertó ese hombre en él. No obstante, decide marcharse con Rama antes de concluir los días que habían acordado vacacionar.

De regreso a Dakar, Gueye se entera que su querido profesor de letras,  el profesor Coly, había sido sorprendido besándose en la universidad con su amante. Se trataba del hombre que había visto en su casa el día que fue a visitarlo y que también vio en la mezquita, actuando como intérprete del Imán de turno. Tanto el profesor Coly, como su amante, habían sido brutalmente golpeados, el amante murió y el profesor  Coly, perdió un ojo y sufrió un traumatismo craneal severo que le había producido pérdida de la memoria.  Gueye va a verlo. El médico que atendió al profesor Coly le dice a Gueye que no deje de visitarlo, que ningún familiar había ido a verlo y que esa actitud no era inusual cuando se trataba del ataque a un homosexual pues las familias simplemente trataban de distanciarse de esa situación. 

La visita de Gueye al hospital y la experiencia de haber visto al profesor Coly  en ese estado deja a Gueye sumergido en un profundo abatimiento. Siente una mezcla de tristeza, dolor y frustración por lo ocurrido a su amigo y  en Hombres puros se narra lo siguiente: “El pasillo. Estoy a punto de salir. ¿Soy uno de ellos? Sí…No…Poco importa: el rumor dijo y decidió, decretó que sí. Así que lo seré. Debo serlo. Si los de ahí fueran necesitan que sea uno para vivir mejor, lo seré, interpretaré a la perfección mi papel y así todos estaremos contentos. Ellos de vivir y yo de morir. Tal vez solo después de mi muerte se den cuenta del regalo que les hice…Algunos de mis verdugos, una vez calmada su ira, hablarán bien de mí, sin riesgos, ya que el buen maricón es el maricón muerto…Aquí todo el mundo está dispuesto a matar por ser apóstoles del Bien…” (141).

El párrafo citado nos hace pensar que Gueye parece querer sacrificarse hasta tanta intolerancia.

Hombres puros es una novela que nos muestra una realidad terrible sobre la homosexualidad y la intolerancia de muchas personas al respecto.

Hombres puros es una novela bien escrita y que, con seguridad, puede despertar un debate necesario sobre el tema si no dentro de la misma Senegal en otros países donde el rechazo de la homosexualidad no sea tan severo y pueda generar un debate más humano.

 

Mohamed Mbougar Sarr 


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 9 de abril de 2024. 

martes, 2 de abril de 2024

Lugar soleado: cuento de Yasunari Kawabata






“Interesante cuento sobre la mirada…"
María Antonieta Izaguirre

Lugar soleado es un cuento corto del Premio Nobel de Literatura japonés (1968) Yasunari Kawabata (1899-1972). El cuento fue escrito en 1923 y publicado en 1971.

Lugar soleado trata sobre un hombre joven (24 años) que conoce a una muchacha frente a una posada a orillas del mar y de inmediato “Fue el comienzo del amor”.

Se narra la incomodidad de la muchacha ante la mirada directa a sus ojos que el joven le dirige. Él lo nota ya  que ella se tapa la cara con un brazo y se dice que la ha disgustado ante su costumbre de mirar a las personas que tiene cerca directamente a los ojos. El joven le pide disculpas a la muchacha.

De pronto, el joven fija su vista hacia un área luminosa del océano y reflexiona sobre el hábito que tiene. Se le despiertan una serie de recuerdos de su infancia y nos enteramos que quedó huérfano a temprana edad y que vivió con su abuelo en el campo durante diez años antes de ser adoptado.

El abuelo, que era ciego, acostumbraba a sentarse frente a un fogón y sólo miraba hacia el este y hacia el sur, nunca hacia el norte. Cuando el niño (ahora adulto) se dio cuenta de eso, se sentaba frente al abuelo y lo veía fijamente pero el abuelo nunca miraba al norte. El joven concluye que de allí le quedó esa costumbre de mirar a la gente a la cara, es decir que fue un hábito adquirido en la infancia. Dice en el cuento que el joven se había dado cuenta de que “no era un vestigio de servilismo” (creo que aquí hay un error, en el sentido de que pudiéramos pensar que era la joven la que tenía ese vestigio de servilismo, no el joven, el no se había criado con ese hábito si no con uno contrario). Esta reminiscencia y la explicación desencadenada por una experiencia actual, llenó al joven de satisfacción “Ya podía tranquilizarme en mi autocompasión por esta costumbre”.

La joven le dice al joven “Me voy acostumbrando (a su mirada), aunque todavía me intimida un poco”. Y el joven pensó que “nuestra relación (el de la joven y él) había adquirido otra intimidad”.

De este cuento podemos pensar varias cosas:

El cómo despierta un recuerdo, el aspecto cultural de un país, en este caso, la costumbre o no de mirar directamente a los ojos de las personas; las huellas que nos deja la vida infantil, el surgimiento del amor instantáneo.

Es mucho lo que se puede aprender de la literatura.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 2 de abril de 2024.

 

 

 

lunes, 1 de abril de 2024

El ruido de las cosas al caer

“La experiencia, eso que llamamos experiencia, no es el inventario de nuestros dolores, sino la simpatía aprendida hacia los dolores ajenos.” (52)

“…también los idealistas aciertan de vez en cuando.” (50)

 


El ruido de las cosas al caer (2011) es una novela del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973), con la cual ganó el Premio Alfaguara de novela 2011.

El ruido de las cosas al caer es una novela apretada, digo apretada en el sentido de que en ella se tocan temas de importancia en una extensión relativamente corta.

La novela está formada por seis capítulos titulados:

I.- Una sola sombra larga; II.- Nunca será uno de mis muertos; III.- La mirada de los ausentes; IV.- Somos todos escapados; V.- ¿What’s there to live for? y VI.- Arriba, arriba, arriba.

Antonio Yammara (26 años) es un joven abogado que da clases en una universidad de Bogotá. Conoce en un billar a un hombre llamado Ricardo Laverde (48 años) del cual se entera, por otras bocas, que acababa de salir de la cárcel. Antonio y Ricardo establecen una relación, en apariencia superficial pero al final vemos que la misma tuvo, sobre todo para Antonio, un fuerte impacto.

En una conversación que tienen los hombres, hacia finales de 1995, Ricardo le dice a Antonio que su esposa está por llegar a Bogotá y luego que requiere una grabadora pues necesita escuchar un casete. Por ello van a la Casa de Poesía José Asunción Silva, que Antonio visitaba con frecuencia y les prestan una grabadora. Ricardo, quien le dijo a Antonio que era piloto, piloto retirado,  la escucha y sale del lugar bañado en lágrimas sin esperar a Antonio el cual lo sigue. Al poco tiempo y ya casi dándole alcance a Ricardo, este sufre un atentado donde resulta muerto y Antonio gravemente herido.

Pasaron meses para que Antonio se recuperara de la experiencia, en verdad, habían pasado años y no lo había logrado. Había sufrido una lesión en una pierna y desarrollado algunas fobias e incluso impotencia por lo cual estaba bajo tratamiento psiquiátrico. Antes del atentado, Antonio se había enterado que una estudiante –llamada Aura Rodríguez- con la que tenía una relación amorosa, estaba embarazada y, a partir del embarazo, deciden vivir juntos.

Antonio y Aura tienen una niña a la que le ponen el nombre de Leticia. La niña pasa a ser un consuelo importante para Antonio.

En 2009 Antonio escucha, en la televisión, la noticia de que habían matado a un hipopótamo que pertenecía a la Hacienda Nápoles, adquirida por Pablo Escobar en 1979 y que formaba parte de una gran cantidad de animales que Escobar había comprado. Esa noticia resulta como un desencadenante para que Antonio quiera profundizar sobre la historia de vida de Ricardo Laverde ya que, en las primeras veces que se encontraron,  Ricardo también escuchó la noticia de la muerte del hipopótamo y comentó que ellos (los animales) no tenían la culpa, en este caso, de la actuación del tristemente famoso capo colombiano que fue muerto en 1993.

Antonio pensó que conocer más acerca de la vida de Ricardo Laverde podía tener un efecto terapéutico en él y ayudarlo a superar la vivencia traumática que había vivido.

Un día, Antonio va a la casa donde vivía, en una habitación alquilada, Ricardo Laverde y allí obtiene mucha información. Se entera que la dueña de la vivienda, llamada Consuelo Sandoval, de 60 años, tiene el casete que llevaba Ricardo con él el día de su asesinato. Antonio lo escucha. Se trataba de una grabación de la caja negra de un avión de American Airlines, específicamente del vuelo 965, procedente de Miami que se estrelló contra la montaña El Diluvio poco antes de hacer escala en Cali el 21 de diciembre de 1995. Allí venía Elena Fritts, norteamericana, esposa de Ricardo Laverde. Elena regresaba para reencontrarse con su esposo después de 20 años de separación. La escucha de la grabación es muy ruda para Antonio.

El accidente aeronáutico descrito sucedió en la vida real.

Tiempo después de la visita de Antonio a la casa donde vivía Ricardo, recibe un mensaje telefónico de una mujer llamada Maya Fritts (Maya Laverde), quien resulta ser la hija de Ricardo Laverde y Elena Fritts. Maya lo invita a ir a su casa, situada como a 4 horas de Bogotá, en La Dorada “la ciudad que marca la mitad del camino entre Bogotá y Medellín…” (55). Maya le dice “Quiero que venga a hablarme de mi padre, a contarme todo lo que sepa.” (54).

Antes de que Antonio vaya a La Dorada, se narra una escena entre Antonio y Aura. Ella compró un consolador en vista del problema de impotencia que él estaba presentando. Antonio reacciona mal y, días después, viaja a La Dorada respondiendo a la invitación de Maya Fritts y sin darle mayores explicaciones a Aura sobre su viaje.

Antonio y Maya, quien era productora de miel, se encuentran y él pasa un par de días en casa de ella. Antonio tarda en avisarle a Aura dónde está y eso genera un roce entre ellos, sobre todo, por parte de Aura.

Maya se entera de lo poco que Antonio sabía de Ricardo y ella le cuenta sobre Ricardo, su madre Elena y sobre ella misma.

Maya le comenta a Antonio que su madre, de joven,  había ido a Colombia para entrenarse en los llamados Cuerpos de Paz que se suponen hacían un trabajo social en Colombia. En una casa que ofrecía habitaciones de alquiler y donde llega Elena, conoce a Ricardo, pues la casa era de sus padres. Casi de inmediato Ricardo y Elena empiezan a tener una relación y posteriormente se casan. Ella es destinada a La Dorada.

Así, Antonio se entera que Ricardo, quien efectivamente era piloto, había incursionado en el negocio del tráfico de marihuana y luego en el de cocaína, lo que le permitió ganar muchísimo dinero, sin embargo, resulta detenido en un viaje a Miami y es condenado a 20 años de cárcel. En un principio, Elena no sabía de las actividades de Ricardo. Se entera posteriormente y, aunque estaba preocupada, no parecía tener plena consciencia de las implicaciones tan serias que ello podría tener para su esposo y para su vida familiar en general.

Maya tenía consigo el casete de la caja negra del avión y ella y Antonio lo escuchan muchas veces juntos.

Maya le cuenta lo que recuerda de su padre de niña. Del gran amor que vivieron sus padres. Le dice que su madre solo le contó lo de su padre, su encarcelamiento por tráfico de drogas, poco antes de tomar el avión que la iba a regresar a Colombia donde se mata.

El marco de El ruido de las cosas al caer incluye la forma de ser de los colombianos, el grave problema del tráfico de marihuana y de cocaína, la guerrilla, los asesinatos con balas, bombas, etc., también relacionados con la política. En la novela se resalta cómo ha  impactado todo lo anterior a la generación de colombianos nacida en los años 70 y 80 del siglo pasado.

Cuando Antonio regresa a su apartamento en Bogotá, se encuentra con que Aura se ha ido con Leticia. Presumimos que vuelven a estar juntos ya que se querían.

El título de la novela, El ruido de las cosas al caer, parece relacionarse, con el ruido de las cosas al caer de un avión que se va a estrellar y el ruido del impacto del avión per se.

 

Juan Gabriel Vásquez

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 1 de abril de 2024.