jueves, 7 de diciembre de 2023

Pudor: una novela de Santiago Roncagliolo




“Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”

En Ana Karerina (1878) de León Tolstói (Rusia, 1828-1910)

 

Del escritor y periodista Santiago Roncagliolo (Perú, 1975) sólo había leído Abril rojo (2006) premio Alfaguara de novela de ese mismo año. Abril rojo  tiene como tema central al grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso y los conflictos que causa en ese país latinoamericano. Una buena novela.

Ojeando por mi biblioteca me encontré con otro título de Roncagliolo intitulado Pudor (2004) publicado también por editorial Alfaguara.

Pudor pareciese ser una novela muy básica, me refiero a que no pone en escena grandes temas pero sí lo que pudiera verse como la cotidianidad de una familia en la que cada uno de sus integrantes tiene su drama singular que pone en evidencia la crisis de una familia de clase media o media alta que bien pudiera ser la de muchas. Por supuesto, esa exposición de la cotidianidad familiar también puede resultar muy interesante.

Pudor es una novela de 187 páginas y sencilla de leer.

Los personajes incluyen a Alfredo Ramos y su esposa Lucy (en la medianía de la vida), a los hijos, Mariana, adolescente y a Sergio, un niño todavía. Con ellos vivían los padres de Alfredo o Lucy, no queda claro. Sobre la abuela no es mucho lo que sabemos porque apenas comenzar Pudor, la abuela está hospitalizada y muere de alguna enfermedad crónica más la misma vejez y queda su esposo a quienes llamaban Papapa. Otro personaje que tiene su rol  es el gato de los Ramos que no tiene nombre propio.

De Alfredo sabemos muy rápidamente que tiene una enfermedad maligna y que apenas le quedan 6 meses de vida. No haya con quien hablar del tema, ni siquiera con su propia esposa. Alfredo intenta hablar con su secretaria llamada Gloria pero ocurre un malentendido entre ellos que hace que Gloria llame a Lucy y le diga que se había acostado con Alfredo.

Lucy es ama de casa y, de alguna manera, se siente frustrada. Su matrimonio es insatisfactorio lo que la lleva a crear una fantasía en la que un hombre le escribe mensajes entre eróticos y obscenos y la cita en diversos lugares y ella dramatiza, recrea la situación.  La relación íntima entre ella y su esposo ha caído en una especie de apatía. Al final, en un enfrentamiento con Alfredo, delante de sus hijos, él le reclama su infidelidad  y la apremia para que le diga quién le escribe y ella confiesa que es ella misma.

Por otra parte, está Mariana quien le reprocha a su propio cuerpo su poco desarrollo y lo responsabiliza de todos los pesares que una adolescente puede tener a esa edad. Mariana “se quedaba en silencio con cara de mal humor y con los brazos cruzados. Aunque, pensándolo bien, Mariana siempre estaba así” (11).

Durante la novela, Mariana se desarrolla y tiene su primera relación sexual con un compañero del colegio a quien detesta.

Sergio es el hijo menor,  va a la escuela y se distrae con diversos muñecos tipo monstruos pero, algo más debe haber en Sergio quien empieza a ver fantasmas, el primero de ellos en la habitación del hospital donde estaba su abuela pre mortem. Tal vez, el encuentro con fantasmas puede verse como un síntoma de algo en la familia Ramos o dentro del mismo Sergio.

Papapa es el viudo de la abuela. Siente el vacío de su vida, aumentado por el fallecimiento de su mujer pero Papapa todavía tiene deseos de vivir, de experimentar, de amar o, tal vez, sólo desea paliar la soledad que puede sentir un anciano aunque viva rodeado de su familia. Papapa quiere ir a un asilo para estar cerca de una viuda que había conocido poco tiempo atrás llamada Doris y, después de algunos barullos, logra que lo ingresen en el asilo.

El gato de los Ramos hace lo que le da la gana aunque nunca ha salido de la casa. Se orina en los muebles de la sala, en la cama de Lucy y Alfredo, rasguña  y rompe cosas. Lucy lo lleva al veterinario para que lo castren. El gato forma un alboroto y se escapa del consultorio. Después se atreve a huir del apartamento estimulado por un olor que lo hipnotiza y que lo conduce hasta una gata a la que monta con mucha dificultad pero con gran disfrute. Aún así sale lastimado por otro gato y hasta por la misma gata.

No sabemos muy bien cómo, las cosas al final se encarrilan entre los Ramos. Alfredo le pide a Lucy que lo vuelvan a intentar, al menos por seis meses (que es el tiempo de vida que le dieron). Claro, hubo un episodio de sinceridad entre Alfredo y Lucy (cuando él le pregunta que con quién estaba saliendo) que tal vez sirvió como válvula de escape, de alivio en una familia donde las cosas iban mal y dónde hablar con sinceridad no era costumbre.

La preeminencia similar de los personajes en Pudor la convierten en una especie de novela coral.

Quiero mencionar algo sobre el título de esta novela. La palabra pudor, según la RAE, proviene del latín pudor, pudoris que significa vergüenza, recato, honestidad y moralidad. Esta palabra y no sé bien el por qué me parece bonita y que denota algo muy particular en el ser humano que lo manifiesta con independencia de las circunstancias que pueden generar este sentimiento o, ¿acaso el pudor es un valor?, ¿es algo que se aprende? No sé.

Ahora que lo pienso, titular esta novela Pudor puede significar que lo que sienten los personajes es mucho pudor o más bien hay en ellos una falta de pudor. No lo sé…

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 7 de diciembre de 2023.

 

 

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