El nombre de Manuel Puig (Argentina, 1932- México
1990) ha rondado en mi cabeza durante mucho tiempo. Sabía que se trataba de un
escritor argentino, que había escrito novelas tales como Boquitas pintadas (1969) y El
beso de la mujer araña (1976) las cuales tengo en mi biblioteca. Ignoro por
qué no las he leído. También he tenido en mente que la única novela brasileña televisada
que he visto (hace años), protagonizada por la fabulosa Sonia Braga (1950) y
llamada Dancin’ Days (1978- 1979)
tenía algo que ver con Puig pero, al parecer, no es así.
A finales de diciembre
de 2022, buscando qué leer, me topé con Cae la noche tropical (1988),
escrita por Puig y editada por Seix Barral/Biblioteca Breve. Resulta ser la
última novela de Puig, la cual fue llevada al teatro en 2018 en forma muy
exitosa.
Para mi sorpresa, la
novela tenía mi nombre y un mes y un año lo que indicaba que la había leído.
Acostumbro a ponerle mi nombre y fecha de culminación de lectura a una novela
sólo cuando ya lo he hecho. Pero no recordaba haber leído ésta y decidí
hacerlo.
Cae
la noche tropical es una novela ambientada en Río de
Janeiro y tiene como principales protagonistas a dos hermanas ya ancianas. Luci
(que vivía en Río) y Nidia (que vive en Buenos Aires). Nidia había ido a pasar
unos días con su hermana posterior al fallecimiento de su hija Emilsen a los 48
años de edad.
La novela relata el
compartir cotidiano de estas hermanas repleto de recuerdos y actualidades.
Luci tenía una vecina
psicóloga llamada Silvia con la que había establecido casi una relación de
amistad. Silvia, de mediana edad, soltera, tenía un hijo que vivía en México al
cual visitaba durante las vacaciones. Pasaba sus consultas en una habitación de
su apartamento. Las conversaciones entre Luci y Silvia casi siempre giraban
alrededor de un hombre que Silvia había conocido en una clínica donde estuvo
hospitalizada y el hombre (José Ferreira) visitaba a su esposa gravemente
enferma, la cual fallece.
Tiempo después, Silvia
encuentra al hombre y -para ella- su mirada y su voz le resultan muy particulares y atractivas. La
relación que se establece entre ellos viene a ser un tanto extraña o, más bien,
refleja el interés de Silvia por él y no viceversa. José se aleja y Silvia
queda en una especie de eterna espera, aunque también ella mantiene otras
relaciones íntimas esporádicas.
Luci viene a ser para
Silvia como su psicóloga. Con frecuencia, las conversaciones entre Luci y su hermana
Nidia tratan sobre Silvia, en una suerte de alegre chismorreo que distrae la
vida de las hermanas. Nidia resulta ser muy aguda en sus opiniones sobre lo que
Luci le cuenta y, al final, vemos que resultan ser muy acertadas.
Luci tenía a su hijo
Ignacio (Ñato) viviendo y trabajando en
Suiza. Está en una empresa en la que lo quieren dejar fijo, lo cual sucede.
Cuando ello es seguro, Ñato le pide a su mamá que se vaya a vivir con él. Luci
viaja para conocer el ambiente y tomar una decisión pero, en la primera carta
que le escribe a Nidia, le deja saber que no le gusta la ciudad y que el frío
es muy intenso. Así, comienza un intenso intercambio epistolar entre las
hermanas. Nidia le escribe diciendo que hay un portero nuevo en el edificio, un
joven que le cae bien y al que contrata para que la acompañe a caminar por las
tardes, luego para que la ayude a hacer las compras. Nidia le cuenta a su hermana
que le da lástima el joven pues, tiene a su esposa viviendo en el norte de
Brasil (en una zona muy pobre) y que también no tiene un sitio adecuado donde
dormir. El joven también le habla de una adolescente de 14 años que trabaja
como niñera en un edificio vecino pero que en el mismo tampoco hay condiciones
para dormir adecuadamente. Nidia habla con la patrona de la joven para
plantearle que la muchacha podría dormir en casa de Luci y así le hace compañía
a ella, lo que la patrona acepta gustosa.
Nidia también le
escribe a Luci para plantearle alquilar o comprarle el apartamento de Río. No
obstante, quien empieza a responder las cartas de Nidia es su sobrino Ñato pues
resulta que Luci había fallecido tras complicaciones de un fuerte resfriado.
Ñato no se atreve a decirle a su tía, ni por carta, ni por teléfono, que su
madre ha muerto y, durante un tiempo le escribe a su tía pidiéndole que regrese
a Buenos Aires. Los hijos de Nidia también insisten para que regrese.
Pero Nidia estaba
resuelta a quedarse en Río. El clima le resultaba excelente ya que sufría de
artrosis. Por otra parte, era obvio que se trataba de una mujer independiente y
que contaba con cierta solvencia económica. Lo único que hace que Nidia regrese
a Buenos Aires fue que la joven adolescente desaparece con el joven portero
robándose cosas de la casa de Luci y dinero a Nidia.
Nidia y Silvia
establecen contacto por cartas, llevándosela muy bien.
La novela Cae la noche tropical me impacta pues
muestra la gran capacidad de Puig para exponer la importancia de la
cotidianidad y de la solidaridad particularmente durante la vejez.
Sin duda, hay muchos
otros elementos que se pueden ver y analizar en Cae la noche tropical, tales como: el tema de la ayuda a los pobres
y la ingratitud, el hecho de que un psicólogo, un psiquiatra, también necesiten
hablar de su vida con otra persona, el tema de la ancianidad y la relación con
los hijos.
Por el momento concluyo
que se trata de una novela encantadora
que, por instantes, me hizo reír.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 10 de enero de 2023.
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