lunes, 4 de octubre de 2021

Dos textos de H. Murakami

                                                                                A Zulema Cendón, por su amistad, por su gentileza...


“Para recibir hay que ofrecer” (14)

“Aunque podamos ocultar los recuerdos no podemos borrar la historia” (91)

“El corazón humano es un pájaro nocturno. Espera algo en silencio y cuando llega el momento, alza el vuelo y se dirige en línea recta hacia ello” (119)

“Los corazones humanos no se unen solo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Esos son los cimientos de la verdadera armonía” (137)

Dos textos cortos del escritor japonés, Haruki  Murakami (1949) me llegan a mi teléfono. Me los envía una amiga que vive actualmente en Miami. Me causa alegría pues soy lectora de Murakami desde hace varios años y estos textos no los conocía.

A pesar de que no me atrae mucho la lectura en digital, el interés de leer a Murakami fue mayor, así que los leí.

El primer texto, una novela titulada Los años de peregrinación del chico sin color (2013) trata sobre la experiencia vivida por un joven que, en sus años de niñez y de adolescencia,  tenía cuatro amigos (2 varones y 2 hembras) y formaban una auténtica pandilla en el buen sentido del término. Aka, Ao, Shiro y Kuro. Todos habían nacido en Nagoya, la cuarta ciudad más grande de Japón.

Tsukuru Tazaki es el protagonista principal de la historia. Cuando los cinco amigos terminan lo que sería el bachillerato y llega el momento de escoger su vida universitaria, Aka, Ao, Shiro y Kuru deciden estudiar en Nagoya, mientras que Tsukuru es aceptado en una universidad en Tokio donde estudia para ser diseñador de trenes, lo cual, desde niño, constituía su gran pasión, no obstante, cada vez que tenía tiempo libre viajaba a Nagoya para compartir con sus amigos. Sin embargo, en uno de sus regresos, se encuentra con que ninguno de sus amigos le atiende el teléfono hasta que uno de ellos le dice que no quieren saber nada de él sin darle ninguna explicación. Tal situación lleva a Tsukuru a un estado depresivo que lo pone al borde del suicidio hasta que, poco a poco, se fue recuperando. Tsukuru se gradúa y empieza a trabajar en una empresa donde le iba bien, aún así tenía problemas para relacionarse con la gente, en especial mujeres y para establecer lazos de amistad.

Tsukuru, que a la sazón ya tenía 36 años, conoce a una mujer llamada Sara Kimoto que tenía 38 años y trabajaba como agente de viajes.  Ambos se sienten atraídos pero ella se percata que él tiene problemas para establecer relaciones consistentes. Tsukuru le relata la experiencia vivida con sus amigos hacía ya dieciséis años. Sara le aconseja que busque a sus amigos para que, por fin se entere del por qué lo habían apartado de sus vidas y que, seguramente, eso podría ayudarlo en su vida actual. Esto último me hace pensar un poco en la experiencia psicoanalítica, ese volver a los traumas del pasado para darle una re-significación en el presente y permita dejarlos atrás.

Así, Tsukuru inicia un periplo para buscar y hablar con Aka y Ao a quienes consigue en Nagoya. Por ellos se entera que la razón por la que se separaron de él fue porque Shiro les había contado que Tsukuru la había violado. Aka y Ao reconocen que más temprano que tarde no creyeron en la historia de Shiro pero que decidieron apoyarla como grupo. También le dicen que Shiro había sido asesinada hacía unos seis años, quedando su asesinato sin resolver.

Tsukuru también viaja a Helsinky en busca de Kuro (la cual estaba casada con un finlandés y tenía dos hijas). Kuro se sorprendió mucho de verlo pero conversa con él. Kuro le cuenta más, le dice que Shiro había quedado embarazada de la supuesta violación de la que decía haber sido víctima y que ella quería continuar con el embarazo pero que había tenido un aborto espontáneo. Tsukuru se entera de otras cosas más: Kuro le dice que ella tuvo que apoyar a Shiro y que apartarlo del grupo fue más duro para ella pues siempre había estado enamorada de él, que Shiro entró en una especie de anorexia nerviosa y que al final sucedió lo de su asesinato.

Al regresar a Tokio, Tsukuru se comunica con Sara. Quiere conversar de todo lo que se había enterado. También decirle que la ama y pedirle matrimonio. La novela concluye antes de que se dé el encuentro entre Tsukuru y Sara. Se trata de un final abierto donde no sabemos si Sara aceptará la propuesta de Tsukuru. Vale destacar que, antes de viajar a Finlandia, Tsukuru vio a Sara con un hombre mayor con el que se veía feliz. Tsukuru no sabe quién es ese hombre.

Los años de peregrinación del chico sin color narra otras historias entremezcladas que le dan mayor fuerza como, por ejemplo, la aparición de un joven llamado Haida Fumiaki que era estudiante de física. Llegó a compartir una relación de amistad con Tsuruku durante ocho meses, aún así, Haida desapareció de la vida de Tsuruku sin previo aviso.

Pienso que esta novela de Murakami no es precisamente su novela más lograda sino como una narración a la que empezó a darle buena forma pero sin haberla concluido. No obstante, se trata de una novela que vale la pena leer.

 


Hombres sin mujeres
(2014)

Este es el título del otro libro de Murakami que me fue enviado. No es una novela sino un conjunto de siete historias que, como su nombre lo dice, giran alrededor de este tema, hombres sin mujeres o que las han tenido y ya no. Los títulos incluyen:

Drive My Car: trata sobre un actor de teatro, cuya esposa, también actriz, había fallecido de cáncer de útero. Él sabía que, ella le había sido varias veces infiel, situación que nunca entendió pues consideraba que habían tenido un matrimonio feliz. El actor, llamado Kafuku, tuvo que contratar a una persona que le sirviera de chófer que resultó ser una joven de 24 años llamada Misaki. Mientras Misaki compartió con Kafuku éste le cuenta sobre las infidelidades de su esposa y que, incluso, llega a conocer y trabar amistad con uno de los amantes de ella del que luego se aleja abruptamente. Ante el no entender de Kafuku del por qué su mujer le había sido infiel, Misaki le dice que probablemente fue porque esos hombres no tenían nada que compartir con ella, aparte del sexo, algo así como que la infidelidad había sido corporal pero no ni espiritual ni emocional.

Yesterday: una historia extraña. Un joven, llamado Kitaru tenía una novia, prácticamente desde la infancia. Trabajaba como camarero y no tenía ningún interés en estudiar. Nunca había tenido relaciones sexuales con su novia pues sentía que era inapropiado. Kitaru le pide a un amigo (Tanimuri) que salga con su novia y luego le pide que le cuente cómo había sido su experiencia: de qué habían hablado, si se habían besado (lo que no había sucedido), etc. Al final, Kitaru desaparece de las vidas de ambos. 

Un órgano independiente: un escritor, de nombre Tanimura, conoce al Dr. Tokai, de 52 años, cirujano plástico, dueño de una clínica y soltero empedernido. El Dr. Tokai era mujeriego. Tenía relaciones (muy discretas) con mujeres tanto solteras como casadas y disfrutaba mucho, no sólo o no tanto del sexo si no, especialmente, del nivel intelectual que podía compartir con dichas mujeres. Tanimura y el Dr. Tokai iban al mismo gimnasio y a veces se reunían en un bar para conversar y tomar unos tragos.

Un día, el Dr. Tokai le cuenta a Tanimura que había conocido a una mujer dieciséis años menor que él, que era casada y tenía una hija y con la que ya estaba manteniendo una relación. Resulta que, el Dr. Tokai se había enamorado de la joven y le dice a Tanimura lo que sentía por ella con las siguientes palabras que bien podríamos considerar una definición del amor “Cuando su corazón se mueve, tira del mío. Como dos barcas atadas por una cuerda. Que no se puede cortar, pues no existe ningún cuchillo capaz de cortarla” (75).

Poco tiempo después de su última conversación, transcurre un período en el que Tanimura no sabe nada del Dr. Tokai. Extrañado, lo llama a su casa sin obtener respuesta hasta que un día, Tanimura recibe una llamada del secretario personal del Dr. Tokai quien le cuenta que el Dr. Tokai había fallecido y que tenía algo que entregarle. Se reúnen y el secretario le cuenta que, literalmente, el Dr. Tokai había muerto de inanición posterior a enterarse que la mujer de la que se había enamorado lo estaba engañando con otro hombre y que, incluso, había abandonado a su esposo y a su hija. El secretario le entrega a Tanimura una raqueta de tenis que el Dr. Tokai le dejó y le dice que el Dr. Tokai le pidió, antes de morir, que le dijera a Tanimura que no lo olvidara.

El relato contiene una reflexión (planteada por el Dr. Tokai) sobre que las mujeres tienen un “órgano independiente” que les permite mentir como si nada.

La escritura de este relato es una especie de homenaje de Tanimura al Dr. Tokai.

Sherezade: relata la historia de Tsujii Habara, de 35 años que, por razones que no se explican en el texto, vivía alejado del mundo exterior. Su único contacto era con una mujer (a quien llamaba Sherezade, de 35 años, enfermera, casada, con dos niños). Sherezade le traía comida y novelas. También hacían el amor. Lo más gratificante para Habara era que Sherezade le narraba excelentes historias, cuya veracidad o no resultaba irrelevante. Usualmente, después de tener relaciones, ella le contaba alguna historia que dejaba en el clímax narrativo y que concluía en encuentros subsiguientes. Habara llevaba un diario y anotaba algunos datos del relato escuchado. Habara temía que, en cualquier momento Sherezade no regresase mas: “Y cuando Sherezade se marchase, Habara ya no volvería a escuchar sus historias. El curso de sus relatos quedaría cercenado y muchas de las enigmáticas historias todavía no contadas, ignotas para él desaparecerían, sin llegar a ser narradas” (94).

Aparte de lo anterior, para Habara “…lo peor (sería)…no compartir esos momentos de intimidad con ellas (con las mujeres). Perder esos momentos especiales que invalidaban la realidad, aún estando integrados en ella: eso le ofrecían las mujeres” (95).

Kino: se trata de un hombre que se divorcia pues su mujer le había sido infiel (la halló en el acto, en su propia cama y con un compañero de trabajo de él). Su reacción ante esta experiencia es como profundamente racional (tanto que parece rayar en la insensibilidad). Kino deja su trabajo y decide montar un bar que resulta ser muy acogedor. Meses después de haber abierto el bar, Kino nota que empiezan a aparecer serpientes alrededor del bar. Un cliente que se había hecho asiduo del bar, de nombre Kamita, le dice que cierre el bar (sin mayores explicaciones) y que se vaya lejos por un tiempo. Kino lo hace. Esta historia es un tanto filosófica, sobre la concepción del dolor, del sufrimiento. Es como si Kino no hubiera sufrido un auténtico duelo ante el engaño de su esposa y tuviera que hacerlo.

Samsa enamorado: un hombre se despierta sintiéndose convertido en Gregorio Samsa (el gran personaje de La metamorfosis de Frank Kafka que amanece convertido en insecto). Está solo en una casa y sale de una habitación en la que parecía estar encerrado. Una joven jorobada que trabaja como cerrajera llega a su casa y él se siente atraído por ella. Él le pide a la joven que vuelvan a verse. La narración se desarrolla en Praga, al parecer había una invasión o se preparan para una guerra.

Hombres sin mujeres: trata de un hombre que llama a otro para decirle que su esposa se ha suicidado. Ese “otro” había mantenido, años atrás, una relación con la mujer fallecida. Es un texto un tanto complicado para su comprensión.

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 4 de octubre de 2021

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