María Callas y Pier Paolo Pasolini en el rodaje de Medea, 1970. |
Después de una rápida revisión en Internet y de percatarme que los dos siguientes textos no están (al menos no los hallé) allí, tuve la idea de publicarlos aquí pues produjeron un efecto (entre otros) en mí que todavía hoy no logro precisar: tal vez se trata de motivaciones estéticas, la de un poema escrito por Pier Paolo Pasolini (dedicado a Callas) y la de una carta, escrita por María Callas (dirigida a Pasolini).
VERBA
(1970)
Esta sombra caída sobre ti, a la que escucho
hablarte
a ti injustamente,
¡hace
ya cuánto permanecía en sus lugares! Ahora
él
(1) la ha obligado a engrandecerse – como
en los meses
en
que las noches descienden semejantes a los temporales
y a
través de los lugares de la vida, que son pocos
Te
escogió a ti, infalible e indiferente (para nosotros que juzgamos
como
niños); y sobre ti ha caído;
el
efecto es que has readquirido tu lejanía
y
el equilibrio se ha restablecido, el equilibrio fatal;
y
así, de nuevo en su puesto cada uno -
¿Por
qué produce tanta humillación saber aquello que es tan simple?
Fuiste
puesta en juego por aquel Conocedor
que
concede largas pausas; pero siempre al final de nuevo llama
a nuestros
deberes; que no son otra cosa
que
saber que él está.
Te
ha maniobrado como a una de las tantas criaturas; y tú, creyéndote
libre,
te arrojaste con ímpetu de otros siglos,
Con
mudo ímpetu, con el paso de un marinero al encuentro del mar –
aún
orgullosa de ser “una muchacha de ciudad”
y llena
de la moral antigua
soberbia
de generaciones y regiones
Con
tanto sentido del ridículo aprendido (o confirmado) en el gran mundo
te
arrojaste ingenuamente, como un impávido payaso
a su
deber, endemoniado por la vocación:
no
has hecho nada a medias
tus
sentimientos eran verdaderos, grandes sentimientos: era el momento
en
que él nos deja libres
completamente
libres
¡No
se trata de Dios! (Nota de Pasolini).
Carta a Pier Paolo Pasolini (Julio, 1972)
Recibí
el libro luego tu querida carta. Me siento triste por ti – pero contenta de que
te has confiado conmigo. Querido amigo –me siento triste que no puedo estar
cerca en estos momentos difíciles para ti – como lo has estado tú
frecuentemente conmigo.
Sabes
bien que en el fondo aún cuando te causo dolor con esta predicucha pequeña – la
realidad es aquella que debes afrontar pero no puedes porque no quieres.
Lo
lograrás – lo logré yo – mujer con tanta sensibilidad – con todo he entendido
que solo en nosotros podemos basarnos. Si ay de mí – no me tomes el pelo - es
triste también y sobre todo para mí decirlo – en los otros uno no se puede
confiar por mucho tiempo. Es ley de la naturaleza que ocurriría así. Si te
acuerdas en Grado (2) en el automóvil se hablaba y con Ninetto de amor
qué sé yo. Dentro de mí – mis antenas tú dices – me lo decían cuando Ninetto
decía que no se enamoraría nunca – sabía que decía cosas que era demasiado
joven para entender. Y tú en el fondo, hombre tan inteligente, lo debías saber,
en su lugar te aferrabas también tú a un sueño hecho por ti solo… Te saludo
como siempre muy queridamente,
Tú
María
(2): Grado: Municipio italiano
Publicado por Libia Kancev
Caracas, 28 de diciembre de 2014.
Texto citado:
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