viernes, 13 de mayo de 2011

¡Se me ha pérdido mi clave!














"La noche, la infancia, las tinieblas, las tinieblas, las tinieblas, el terror y la sangre, sangre, carne y sangre, los sueños, abismos, abismos insondables, soledad, soledad, soledad tocamos pero estamos a distancias inconmensurables, tocamos pero estamos sólos."

Tomado de Sobre Héroes y Tumbas de Ernesto Sábato.



Vivimos en una época donde la palabra clave (lat. clavis) está en la palestra de la cotidianidad. Una clave de acceso, en términos informáticos, es un código para utilizar un programa, una computadora, etc. Está la clave de las tarjetas de débito, la de la banca electrónica, la clave telefónica, la clave para entrar en nuestra sesión de la computadora, la clave para acceder a nuestros correos electrónicos, la clave para entrar a alguna de las redes sociales que frecuentamos como Facebook.

Por otra parte, están las claves de seguridad de nuestros teléfonos celulares, también la clave de los teléfonos de CANTV cuando decidimos bloquear el uso del cero para evitar que se hagan llamadas a celulares o llamadas internacionales y pare usted de contar. Todo ello con el agregado de que dichas claves deben ser secretas, la recomendación de cambiarlas cada cierto tiempo, no olvidarlas, recordar no anotarlas en ningún papel, conservarla en nuestra memoria, estar atentos a que cuando la estemos usando nadie la vea, si no corremos varios riesgos: que nos clonen la tarjeta y nos dejen "sin medio"; ir al banco para hacer el reclamo correspondiente (cruzar los dedos para que nos devuelvan el dinero); el bloqueo de la tarjeta, la pesadilla de ir al banco, volver a tomar un numerito, esperar sentados (en el mejor de los casos) o de pie a que nos llamen para solucionar el problema, introducir una clave nueva que debe ser cambiada al estar activa la tarjeta. Por cierto, ésto de la espera en un banco para mí es crucial porque se hace casi imposible leer. A cada rato suena el aviso del número de turno: hay que estar pendiente de eso y concentrarse en la lectura se hace muy difícil. Una auténtica tortura.

Todas estas claves son numéricas y algunas de ellas deben ser combinadas con letras. Tanta importancia tiene que cuando la creas, hasta la computadora "te dice" qué nivel de seguridad tiene tú clave. ¡Ah!, se me olvidaba que también están las claves especiales.

Todo éste preámbulo para decirles que se me ha perdido mi clave. Una super especialísima por lo que de vital tiene. Me refiero a la clave que nos conduce a tener una vida más vivible, más humana, más estable y, por qué no, una vida feliz aún considerando la relatividad de tal palabra. El tiempo de su extravío no es muy lejano, las razones de la pérdida no me resultan nada obvias. He pensado, he reflexionado, he analizado y nada que ver. Mucho les agradecería a las personas que por algún motivo leen este blog, tengan la gentileza de darme alguna idea, alguna pista, alguna sugerencia y/o recomendación de cómo recuperarla. La relevancia de que regrese conmigo es palmaria.

Caracas, 13 de mayo de 2.011

4 comentarios:

  1. la clave que perdistes, no es asi, como lo sientes, busca y veras que la sigues teniendo. esas claves no desaparecen, a veces nuestras ceguera temporal no permite que veamos esas claves y solo tu decides cuando recuperarla, por que solo tu eres la administradora de la misma. excelente tu escrito¡

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  2. ¿Sabes?, empecé buscando dentro de mí, ya he revuelto todo. No obstante, creo que tendré que reiniciar la búsqueda con calma y serenidad. Tiendo o, definitivamente soy muy impaciente. Agradezco tú respuesta. Un saludo, Libia.

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  3. Querida hermana quiero que sepas que la clave está en ti y que se que mas temprano que tarde la recuperarás eres una mujer inteligente, culta, valiosa, madre abnegada con esos 3 hijos que Dios te ha dado, solo tienes que tener Fe y darle valor al que te da valor, eres una mujer muy culta, un gran médico y todo está en ti, se que llegará te quiero mucho y que Dios te bendiga siempre....

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  4. Hola Mi Hermana: agradezco tú comentario. Los que me han hecho hasta ahora (no todos comentados por esta vía) van por el mismo camino y sí, parece que ese es el camino. Gracias nuevamente, Libia.

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