jueves, 21 de noviembre de 2024

El fin de la tristeza

“La mayoría de las cosas que suceden en la vida no tienen una causa clara ni un origen coherente. La lógica sólo es una ficción” (10).

“Uno puede vivir sin la realidad” (14).

“En este país es muy difícil encontrar una verdad” (15).

“La amistad es una oreja” (118).

 


Acabo de terminar de leer la novela El fin de la tristeza (2024) publicada por Random House, cuyo autor es el escritor venezolano Alberto Barrera Tyszka (1960).

Esta novela me la prestó mi hija María Victoria quien la compró en una librería de Madrid, en octubre pasado. Casualmente, ese día estaban bautizando El fin de la tristeza. Barrea T. le escribió una dedicatoria. La letra de Barrera es singular. Para mí es la de un ser que tiene gran cantidad de  conflictos  internos (como muchos) y, por otro lado, de alguien batallador. 

Cuando uno llega a la última palabra de El fin de la…, realmente no llegamos al fin, puesto que, de inmediato,  se abre un abanico de posibilidades para entender esta novela y abordarla desde diferentes perspectivas.

Gabriel Medina es un joven geógrafo que trabaja en una oficina llamada El Archivo situada en el centro de Caracas. Se trata de un hombre tímido, introvertido, obsesivo y con claros rasgos paranoicos. Gabriel vive solo en un apartamento y sus padres viven fuera de Caracas y los visita los sábados. Gabriel asiste con regularidad a terapia con una psicóloga de nombre Elena Villalba.

Un día, habiendo decidido cambiar la ruta por la que siempre se dirige a su trabajo después de salir del Metro de Capitolio, ve a lo lejos a una mujer que lo atrae. Tienen contacto visual pero pasan de largo. Gabriel se detiene frente a una tienda donde venden televisores para ver a la mujer mientras se aleja. Sorpresivamente ve en la pantalla de un televisor a su “psiquiatra”, esposada, acompañada por dos personas que lucen como policías. Leyendo los labios de la locutora, logra dilucidar que la llaman Doctora Suicidio. Gabriel no entiende qué ocurre.

Llega a su trabajo con las imágenes en su mente: la de la desconocida y la de Elena Villalba. A los pocos días, van a su trabajo dos policías que lo interrogan sobre la Doctora Suicidio y Gabriel se muestra parco, en realidad, no sabe qué decir ni qué pensar. En la oficina todos se enteran y empiezan a fijarse en él, algo que era inusual.

Después de lo anterior, El fin de la tristeza nos narra una serie de suicidios: el de Luis Felipe Ayala, un ingeniero de cincuenta y tantos años que aprovecha que su esposa está en Canadá donde había ido para visitar a uno de sus hijos, y se da un tiro en la cabeza; el de una mujer –Raquel Sayago- de setenta y dos años, casada y con una hija (Cecilia) quien se encierra en uno de los cuartos de su casa y destapa una bombona de  gas dentro del mismo y la hallan muerta; el de Sofía Aranguren, una joven estudiante del primer semestre de odontología, de 19 años, quien se suicida lanzándose desde un viaducto de la Cota Mil. Luego sabremos que hay muchas más personas que se han suicidado. El denominador común de estos suicidios es que todos eran pacientes de Elena Villalba, psicóloga que trabajaba en un grupo de atención psicológica gratuita y/o de bajo costo. Varios familiares de personas que se han suicidado ponen la denuncia en la Fiscalía General de la República.  Un influencer llamado Roco-Yo le pone a la psicóloga el nombre amarillista de Doctora Suicidio y con este caso también pretende obtener fama, popularidad y dinero.  

Gabriel desde hacía tiempo se había retirado de las redes sociales pero, a raíz del caso de la Dra., empieza a conectarse para obtener información sobre lo que realmente estaba pasando. Exhibe  conductas paranoicas pensando que la policía lo está persiguiendo lo que, a posteriori, parece ser cierto.

Gabriel recuerda sus consultas, lo difícil que le resultaba hablar en ellas y las pocas frases que le decía Elena, entre ellas,  “¿Pero qué es lo peor que puede pasar?,  otra es, “¿por qué le das tanto poder a los demás?”

Gabriel  piensa y re piensa  en la mujer que ha visto cerca de su trabajo. La ve varias veces más hasta que un día decide abordarla e invitarla a tomar algo. La mujer se llama Inés. No ha sido nada sencillo. Gabriel se pone rojo (algo que le ocurre desde que tiene consciencia de sí mismo, se le aguan los ojos, aprieta la mandíbula, le sudan las orejas, las manos se le ponen rojas). El primer encuentro termina en un desastre por las reacciones emocionales de Gabriel, lo que desconcierta a Inés.

Me detengo aquí para contar un hecho de su infancia: Gabriel, como ya he señalado, era muy tímido, le costaba hablar con las personas y más con desconocidos. Las lágrimas llenaban sus ojos y el rubor no tenía ninguna consideración. Un día su padre, quien lo consideraba un niño débil le enseñó qué hacer para que eso se le pasara. Lo golpeó en la mandíbula, con ello aprendió a contraerla con frecuencia, le dijo que cada vez que estuviera a punto de llorar, parpadeara hasta que se le pasara. Gabriel adoptó estos actos como parte de su vida.

Un día, Gabriel recibe una llamada de una mujer desconocida quien le dice que Elena Villalba le pide que vaya a verla a la cárcel. Se sintió confuso pero al final va. Elena le dice que la secretaria del consultorio, Gisela Montes,  tiene la memoria de la cámara con que ella grababa las sesiones de terapia y que la está chantajeando. Elena le pide a Gabriel que la recupere.

Queda claro que Elena Villalba grababa sus sesiones, cosa que no es habitual. Lo único que puede justificarlo es que el o los pacientes lo autoricen.

El por qué y el para qué Elena Villalba grababa las sesiones es algo que no queda claro. ¿Estará Gabriel en esas grabaciones?, se interroga.

En una circunstancia no muy clara, una persona que se había comunicado telefónicamente con Gabriel, lo cita para entregarle la memoria de la cámara.

Después de la visita a Elena, Gabriel se siente más perseguido y en las redes aparece su nombre y su foto. El programa de Roco-Yo deja ver que Gabriel o estaría en peligro o que era cómplice de Elena.

Cada día Gabriel se siente peor. Un día intenta volver a ver a Inés después del primer encuentro que termina mal como hemos mencionado. Ella le responde y decide recibirlo en su casa. Gabriel le cuenta a Inés todo lo que le está ocurriendo y ven las grabaciones. Inés luce impactada. Ese día pasan la noche juntos y ella le da un teléfono suyo para que se comuniquen por allí.

Gabriel intenta contactar al abogado de Elena, para hablar de las grabaciones pero no las llevaba consigo, las había dejado en una bolsa de sardinas que su papá había comprado y que, por lo tanto, estaba en el refrigerador de la casa de sus padres. Gabriel aborda al abogado y éste le pregunta si ya tiene la memoria. Gabriel le dice que sí pero que no con él. En eso llega la policía y se llevan con violencia a Gabriel. Lo golpean en la patrulla.

En un atasco, los policías se bajan del auto para ver si logran pasar y Gabriel huye. Cuando los policías se dan cuenta, lo persiguen pero Gabriel escapa. Se mete en una iglesia donde pasa la noche, no sin antes poner a cargar su teléfono  y el que le dio Inés.

Al día siguiente y aún dentro de la iglesia, Gabriel  toma sus teléfonos. Le extraña no tener ningún mensaje, le extraña que su madre no lo haya llamado. Se pone a revisar las redes sociales y encuentra una noticia en la cual se menciona que Elena Villalba ha confesado y se ha declarado culpable. También encuentra una entrevista que le hace Roco-Yo a Elena “-  (Elena) Yo nunca le pedí directamente a ninguno de mis pacientes que atentara contra su vida… (Roco-Yo)  -Pero la información oficial señala que usted ha reconocido su responsabilidad en esas muertes… (Elena) –Así es…_Quizás yo pude impedir alguna de esas muertes… (Roco –Yo) –Hablemos ahora de Gabriel Medina…(Elena) –Él es todavía muy dependiente de la terapia…Gabriel Medina vivió una experiencia traumática hace unos años. Sus padres murieron. Los dos juntos- Él los encontró…” (196-198).

Gabriel no puede creer lo que acaba de escuchar, lo que ha dicho Elena Villalba. No es posible que sus padres estén muertos, no es posible que se haya inventado muchas cosas. Entonces, decide buscar a Inés en la calle donde la conoció y, en efecto, la ve salir de su trabajo acompañada de dos personas. Se le acerca, le habla. Inés lo mira confundida

“-Inés…Y comienzo a pestañear rápidamente. Ella no responde. Sólo me observa, desorientada, indecisa. Un silencio inquietante se desliza entre ambos. Inés duda. Y entonces la abrazo. Con fuerza, intensamente. Y no me importa lo que ocurre alrededor. No me importa nada. Me aferro a ella como si sólo así pudiera, por fin, acabar con la tristeza” (206).

Así finaliza El fin de la tristeza. A uno le queda la sensación de que Inés no reconoce a Gabriel lo que implicaría que Gabriel sufre un trastorno mental severo que colinda o está dentro del campo de la psicosis que es el término médico de la locura. Pero podemos extraer otra idea de esa escena: Gabriel abraza a Inés como si ella es su tabla de salvación. El amor como único elemento de salvación de la vida humana.

El fin de la tristeza muestra matices de la situación social y económica que se vive en Venezuela en años recientes, la persecución policial fuera de cualquier estado de derecho. El tema de las redes sociales que ha llevado a una ausencia de límites, de separación de lo que es público y de lo que es privado (¿Por qué la vida privada de la gente está desnuda y expuesta en las redes? (118). El tema de la salud mental es central en esta novela de Barrea T.

No sé bien qué pensar de El fin de la tristeza: está bien escrita, sin embargo, hay párrafos que me dejan pensando, siento que hay algo en ella que no logro aprehender.

 

Alberto Barrera Tyszka



Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 21 de noviembre de 2024.

 

  

viernes, 1 de noviembre de 2024

SIMPATÍA


Hace un par de días terminé de leer la novela Simpatía (2021), publicada por la editorial Alfaguara y cuyo autor es el escritor venezolano Rodrigo Blanco Calderón (Caracas, 1981).

Simpatía llegó a mis manos a través de mi hija mayor María Victoria quien estuvo unos días de vacaciones por Francia y España. La novela me la envió mi hermana Ivanka a quien le agradezco mucho.

De Blanco Calderón sólo había leído relatos cortos recogidos en varios textos. Todos me resultaron atractivos. Simpatía es su segunda novela y me gustaría leer la primera titulada The Night (2016), con la que obtuvo el Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa en su tercera edición. Espero conseguirla y leerla en algún momento.

Como sabrán, en Venezuela y desde hace algunos años, se ha hecho muy cuesta arriba ir a una librería para adquirir una novela así como así. Tres factores lo explican: el costo, el hecho de que no puedan encontrarse y que han desaparecido muchas librerías.  

Después de este preámbulo quiero referirme al “hueso” de Simpatía.

Mientras la leía, por mi mente pasó en varias ocasiones la palabra “laberíntica”. “Ésta es una novela laberíntica”.

Rodrigo Blanco nos relata diversas circunstancias. Pienso que las centrales (una realidad que permite hacer metáforas) giran en torno al abandono de los perros, bien sea por residentes en el país que no tienen cómo mantenerlos y también por parte de gente que emigra y no se los pueden llevar con ellos.

La otra es la situación económica y social del país que ha llegado a comprometer (y sigue comprometiendo) una necesidad básica como es la alimentación para no hablar del área de la salud, de la educación, del pésimo funcionamiento de los servicios públicos. El tema del abuso policial y el de la corrupción no se quedan atrás. En fin, una dura realidad que literalmente tortura a la mayoría de los venezolanos.

Ulises Kan, un adulto joven que dicta talleres de apreciación cinematográfica en un centro cultural de Caracas y cuya historia de vida tiene como antecedente particular el hecho de haber sido abandonado al nacer y adoptado a los 8 años de edad por una pareja procedente de Ciudad Guayana  (los Khan) que no había podido tener hijos, no obstante, al hacerse efectiva la adopción, la señora Khan queda embarazada y, de alguna manera, Ulises pasó a ser como un objeto que se ha adquirido de más.  Así, la relación de Ulises con su familia adoptiva (que ya se hallaba fuera del país) no tuvo mayor consolidación afectiva.

Ulises estaba recién separado de su esposa Paulina quien le había pedido el divorcio. Antes de ese hecho, Ulises le había dicho a Paulina que quería conocer a su suegro (para esa fecha tampoco conocía al hermano gemelo de Paulina llamado Paul). Ni Paulina ni su hermano tenían relación con su padre por graves desavenencias entre ellos, así como las tuvieron con su madre Altagracia, ya fallecida (en un probable suicidio).

Lo cierto es que Ulises va a conocer a su suegro (todavía) que era el general  retirado Martín Ayala.  Martín participó en la contención de la intentona golpista de Hugo Chávez  (Barinas, 1954- Caracas, 2013) en 1992 contra Carlos Andrés Pérez (Edo. Táchira, 1922- EE. UU, 2010).  En 1999 pasó a retiro. Al parecer, Martín y Chávez mantuvieron una relación de respeto.

Martín vivía en una casa situada en el Este de Caracas llamada Los Argonautas.  Estaba afectado por un enfisema pulmonar. Casi de inmediato, entre Martín (que también había sido adoptado) y Ulises se establece una excelente relación (casi de padre e hijo y viceversa).

Martín Ayala se había convertido en amante de los perros. Tenía tres y había establecido las bases para crear una fundación llamada Simpatía por el Perro, que funcionaría en su propia casa después de su muerte y que estaría destinada al cuido de caninos y su puesta en adopción.

Una vez separado Ulises de Paulina, este inicia una relación con una joven llamada Nadine que, al parecer, era bailarina y había estado un tiempo en Argentina. Ulises la había conocido en uno de sus talleres. Así que se reencuentran  y comienzan una relación apasionada. Ulises hace que Martín y Nadine se conozcan.

El general Martín Ayala fallece y en el velorio, Ulises se encuentra con el abogado Edgar Aponte quien le notifica que Martín le había dejado el apartamento donde Ulises había vivido con Paulina pero, hay una condición, Ulises debería encargarse de poner en marcha, en un período de 4 meses, la fundación protectora de los perros, en conjunto con una pareja: Jesús, entrenador de perros y Mariela, veterinaria, con quien Martín había establecido contacto mucho antes de fallecer. La herencia de Martín incluso establecía que después de 5 años de funcionamiento de la fundación, Jesús y Mariela pasarían a ser los dueños legítimos de Los Argonautas.

Ulises también se encuentra con Paulina quien le dice que impugnará el testamento de su padre.

Ulises se da a la tarea de activar la fundación y se traslada a Los Argonautas con Jesús y Mariela. En la casa también habitaban la señora de servicio Carmen y el señor que le hacía compañía a Martín, Facundo Segovia (un español -87 - que había emigrado a Venezuela hacía muchos años siguiendo a su hermano mayor, Francisco, que trabajaba – y vivía- en el Hotel Humboldt desde que fue construido e inaugurado en 1956 bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (Venezuela, 1914 – España, 2001).

Martín había dejado dispuesto las remodelaciones que se debían hacer en la casa. Y lo pendiente, Ulises se lo hacía saber a Aponte pero, más temprano que tarde, Aponte muestra su verdadero rostro de hombre corrupto dispuesto a extorsionar a Ulises quien se da cuenta a tiempo y logra grabar a Aponte en su intento de chantajearlo. Más adelante nos enteramos que Paulina y Edgar se conocían desde hacía años y que se confabulan en contra de Ulises.

El trato entre Ulises y Nadine iba bien hasta que la joven empieza a ausentarse y Ulises no logra contactarse con ella. De pronto, Nadine aparecía de madrugada en Los Argonautas, se ubicaba en el jardín y parecía bailar con los perros de Martín.

Un día, Ulises logra conectarse con el número de Nadine pero, quien lo atiende es la señora Kando, la abuela de Nadine quien le dice varias cosas, entre ellas: que Nadine se llama María Elena, que no es bailarina, que no había estado en Buenos Aires si no en la Isla de Margarita, que había pasado unos meses en la India, que era profesora de yoga, que está casada con un buen hombre (aunque atormentado) y que tiene una hija de 3 años que ella cuida. Agrega que la mamá de María Elena se había ido hacía años a Francia y que prácticamente la había abandonado. La señora Kando añade que María Elena tiene una conducta algo errática y que se relaciona con diversos hombres.

Un día, Nadine y Ulises se vuelven a encontrar  en Los Argonautas. Nadine se obsesiona con las novelas de la escritora australiana Elizabeth von Arnim (fallecida en EE. UU en 1941) que era amante de los perros y de los jardines y que había tenido una vida conflictiva con su esposo e hijos. Martín le había hablado de esta escritora a Ulises.

Después de la muerte de Martín, Facundo le da una caja a Ulises y le dice que se la lleve a su apartamento. Aparte de las novelas por las que se obsesiona Nadine, en la caja hay una traducción que había hecho Altagracia de las mismas y que Nadine considera como una autobiografía de Altagracia. También, la caja contenía un relato sobre El Libertador Simón Bolívar (Caracas, 1783-Colombia, 1830) acerca de su historia con su perro, de raza mucuchíes, llamado Nevado.

Ulises nunca llega a comentarle a Nadine lo que la abuela Kando le había dicho sobre ella. Nadine tenía un comportamiento extraño que parecía ir del sonambulismo a algún trastorno mental importante. El final de Nadine es trágico ya que, en una crisis de celos su esposo la mata a ella, a la hija de ambos y se suicida.

Un día, aparece frente a Los Argonautas un perro grandísimo que parecía perdido o abandonado. Al instante, Ulises y el perro hacen “contacto”. Ulises dice “Este perro es un regalo enviado por Dios” (173). Se trataba de un perro de la raza alemana Leonberger y que llevaba una cadena donde aparecía el nombre de Iros. Ulises decide llevárselo a su apartamento dejando claro que sólo lo devolvería si el dueño tenía pruebas de que fuera suyo.

Ulises se lleva a Iros a su apartamento y el perro, de alguna manera, le cambia la vida. Ulises se siente feliz con Iros.   

Ulises logra sacar adelante todos los preparativos para inaugurar la fundación en el tiempo estipulado en el testamento de Martín, que, por otra parte, lo haría dueño del apartamento donde vivía y para ello tuvo que comunicarse con el Dr. Ariel Aponte, (también adoptado) que había sido muy amigo de Martín y padre del Dr. Edgar Aponte (que era hijo adoptivo de Ariel). Ariel había dejado a cargo del manejo del testamento de Martín a Edgar  como una especie de prueba y saber el estado de su conducta ética y moral ya que tenía serias dudas sobre su comportamiento, confirmando que era un corrupto.

Ya casi al término de la novela, Ulises se encuentra con Paul (su ex cuñado), al que reconoce por ser idéntico a Paulina. Paul le dice que había venido a ver por última vez el apartamento donde había vivido con sus padres y hermana ya que se regresaba para Holanda donde tenía años viviendo y no pensaba regresar más al país. Lo cierto es que Ulises y Paul pasan el resto del día juntos, viendo películas y comiendo cualquier cosa. Paul le cuenta a Ulises una serie de situaciones en su familia que Ulises desconocía, algunas de las cuales pone en duda. Una de  ellas, el hecho de que Paul le relata que él había sido responsable de la muerte de Nevadito, perro que Martín le había regalado  a Altagracia.

Altagracia adoraba al perro. Un día encuentran muerto a Nevadito aparentemente envenenado y Altagracia casi enloquece. Paul le relata que él había puesto un hueso de chuleta de cerdo en su comida y que Nevadito había muerto ahogado con el mismo. Esa versión no era la que conocía Ulises sino la de que Martín lo había envenenado ya que tenía celos del perro.

Ulises lleva a Paul al aeropuerto y al regresar al apartamento encuentra a Iros en mal estado, llama a Jesús y a Mariela quienes no logran salvarlo. Resulta que Iros había sido envenenado por Edgar Aponte, el cual huye hacia Estados Unidos acusado de corrupción y finalmente  se “suicida”. Ulises decide vender el apartamento ya que piensa que es de mala suerte e irse del país.  Se lo vende al Dr. Ariel Aponte y se va para Holanda  donde pide asilo político. Después de unos días, Ulises va a la dirección que Paul le había dado para que lo contactara en caso de que quisiera ir a Holanda y se sienta en un pequeño restaurante frente al lugar donde vivía Paul…

Simpatía termina de una forma abierta, diría que demasiado abierta.

Simpatía es una novela que me ha gustado, que amerita una lectura atenta ya que hay relatos centrales dentro de los cuales hay relatos “menos” centrales pero que cada uno de estos podría dar origen a relatos con vida podría.  Ahora creo saber por qué, mientras leía la novela, surgía en mi pensamiento la palabra “laberíntica”.

Podríamos afirmar que Simpatía pertenece al grupo de novelas que se  ha dado en llamar “de la diáspora”, literatura de la diáspora, no obstante, lo hace pero desde un punto de vista singular, partiendo del abandono de los perros, esos animales, esas mascotas habitualmente muy queridas por sus dueños.

De pronto, esta novela de Blanco Calderón me hace pensar que los que han emigrado de Venezuela no han casi 8 millones. Todos somos emigrantes porque esta Venezuela no es la que conocíamos.

 

Rodrigo Blanco Calderón


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 1 de noviembre de 2024.

 
















miércoles, 18 de septiembre de 2024

El invierno en Lisboa





El invierno en Lisboa (1987) es la segunda novela del escritor español Antonio Muñoz Molina (Jaén, 1956). La leo en una edición de Seix Barral.

Como todas las novelas que he leído de este autor, esta también me la prestó Amneris Tovar a quien conocí, casi por casualidad, hace como 5 años y con la cual me une el amor por la literatura.  

Así, he leído Tus pasos en la escalera (2019), Volver a dónde (2021), No te veré morir (2023), La noche de los tiempos (2009), El dueño del secreto (1993) y El invierno en Lisboa de la cual les comento ahora.

Cuando Amneris me prestó esta novela, me dijo “esta novela no me gustó nada”. No obstante, me dispuse a leerla con la mente bien abierta y paso a paso.

El invierno en Lisboa es una novela extraña. Extraña significa que su trama no resulta muy clara, hay una mezcla de tiempos  (presente y pasado) entre la mayoría de los protagonistas.

Esta novela se desarrolla entre San Sebastián, ciudad ubicada al noreste de España (costera), Madrid y Lisboa.

El trasfondo de El invierno en Lisboa es la oscura historia de amor (o no) entre un pianista llamado Santiago Biralbo y una mujer llamada Lucrecia quien, al momento de conocer a Santiago, era pareja de un norteamericano llamado Bruce Malcom dedicado al reportaje sobre obras de arte y a la venta ilícita de estas mismas.

La atracción entre Santiago y Lucrecia es muy íntima y muy inmediata pero, al poco tiempo de conocerse, Lucrecia y Bruce se marchan a Berlín no sólo por asuntos de negocios de él sino parece que Bruce siente la necesidad urgente de alejar a Lucrecia de Santiago. Entendemos que Bruce se percata de lo que le sucede a su mujer con este pianista.

Santiago y Lucrecia pasan tres años sin verse y comunicándose por cartas hasta  que a Santiago no le llegan más cartas. Todos los amigos de Santiago, el narrador, el dueño del bar Lady Bird (Floro Bloom), Billy Swann, que era un trompetista negro que tenía un grupo musical del que formaba parte Santiago (e incluso habían grabado juntos), se dan cuenta que lo que Santiago siente por Lucrecia es algo que le traza un destino que no luce nada favorable. Santiago  a duras penas trata de recomponer su vida dando a Lucrecia por perdida.

Pero, por otra parte, Lucrecia estaba viviendo una vida infernal con Malcom quien la amenazaba constantemente con una pistola. En la trama también aparecen unos personajes siniestros, amigos y socios de Malcom, llamados Toussaints Morton y su rubia secretaria Dafne.

Llega un momento que Lucrecia logra huir de Berlín y Morton y Dafne la buscan pero no dan con ella. También buscan a Santiago pensando que están juntos pero no era así. Cuando Santiago y Lucrecia se reencuentran, en secreto, deciden  huir hacia Lisboa, pero Santiago no continúa pensando que las cosas entre ellos no eran iguales. Aunque el amor sigue.

Lo cierto es que Lucrecia se va sola a Lisboa. No obstante, Mortom sigue persiguiendo a Biralbo. Biralbo se entera que Lucrecia se había apoderado de un cuadro del pintor francés Paul Cézanne (1839 – 1906)  pintado en 1906., llamado La montaña Sainte-Victorie.

Lucrecia se hace con un plano donde quedaba claro dónde estaba el cuadro (en Lisboa). Se lo robó a Bruce quien, a su vez, se lo había robado a un hombre llamado El Portugués que fue asesinado por Bruce y Mortom intentando hacer que confesara dónde estaba el cuadro. Ese asesinato es presenciado por Lucrecia. Después de eso es que Lucrecia decide huir, hallar el cuadro y venderlo asegurando su futuro económico.

Cuando ya Biralbo piensa que más nunca volvería a ver a Lucrecia, viaja a Lisboa después de recibir un llamado de uno de los músicos de Swann, quien se hallaba muy enfermo. Biralbo va y encuentra a su amigo muy desmejorado. Biralbo se topa en un tren de Lisboa con Bruce y Bruce, aunque lo que quiere es matar a Biralbo, le interesa primero que le diga dónde está Lucrecia y dónde está el cuadro antes mencionado.  Pero Biralbo se entera de lo del cuadro porque se lo dice Bruce. Biralbo y Bruce pelean y Bruce cae a los raíles del tren y muere. Para Biralbo es evidente que Lucrecia sigue en Lisboa y logra dar con ella, no para vivir juntos sino para decirle que huya, que Morton la hallará y la matará.

Biralbo es buscado por la policía ante el hallazgo del cuerpo de Bruce y debe huir de Lisboa. Para ello, Lucrecia lo pone en contacto con un falsificador de documentos quien le hace un pasaporte con un rostro cambiado al igual que con el nombre falso de  Giacomo Dolphin. Santiago acepta esa ayuda de Lucrecia pero no sin exigirle que ella se valla de Lisboa inmediatamente.

Santiago regresa a Madrid, sigue tocando y más nunca supo nada de Lucrecia aunque él pensaba que si lo buscaba por su verdadero nombre ella nunca lo encontraría.

Aunque sigo pensando que se trata de una novela extraña, puedo afirmar que tiene muchas frases sencillas pero con un franco carácter literario.

La edición que leo de El invierno en Lisboa incluye un epílogo de Muñoz Molina del año 2014. El autor hace una reflexión sobre esta novela y señala que no se reconoce en ella. También comenta que la novela fue escrita sin mayor expectativas editoriales, no obstante, la novela si lo tuvo en su momento.

 

 

Escrito y publicado por Libia Kancev.

Caracas, 18 de septiembre de 2024.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Doña Inés contra el olvido

 



Yo tengo la razón que me da el pasado y tú la que te da el futuro; ya verás que el tiempo nos cubrirá a los dos completamente, pero yo los seguiré buscando porque tengo la voluntad de que permanezcamos en la memoria (36).

María Teresa Torres

Todavía tenemos grillos morales y podemos decir que los grillos morales de hoy, que impiden el desarrollo total del país, serían: la corrupción, la irresponsabilidad y la negligencia que es la primera enfermedad nacional y quizás el peor de los grillos.

Óscar Yanes

 

Novela de la escritora venezolana Ana Teresa Torres (1945). Leo esta versión en una 1 edición de Monte Ávila Editores. La novela consta de 239 páginas.

Tiene tres partes, cada una con varios capítulos.

Doña Inés contra el olvido es una novela histórica  (¿o una historia novelada?) que va desde la época de la colonia (cerca de los inicios de la independencia) hasta bien entrado el siglo XX en nuestro país.

La narradora, Doña Inés Villegas y Solórzano es una mujer que ya falleció - el 23 de abril de 1781 a los 87 años de edad- pero es su memoria la que queda viva y que Ana Teresa Torres pone en movimiento en esta excelente novela.

Inés Villegas estaba casada con un primo llamado Alejandro Martínez de Villegas con quien tuvo 10 hijos en 15 partos, quedando vivos: Nicolás, Alejandro, Mariana, Manuela, Antonio, Isabel, Félix, Teresa, José Ramón y Francisca. Los demás habían muerto.

Ana Teresa Torres se sirve de buena parte de la historia venezolana (del período mencionado) para relatarnos los trajines de una familia mantuana y dueña de tierras donde resalta Doña Inés en su lucha por mantener las posesiones que heredó de su padre. Doña Inés se niega a olvidar (importante en un país donde se considera que muchos tenemos memoria corta). Durante buena parte de la narración, Doña Inés busca los escritos, los memoriales, etc.  que sirven de constancia de todos los hechos que afirma en sus recuerdos.

La lucha de Doña Inés es contra Juan del Rosario Villegas, negro e hijo natural de su esposo con una de las esclavas que trabajaba en su casa. En una ocasión, Alejandro le había dicho a Juan que le daría unas tierras como herencia en el valle de Curiepe pero Doña Inés no estaba dispuesta a aceptar eso, aparte que Juan del Rosario asume una actitud prepotente y desconsiderada hacia Doña Inés quien había contribuido a su crianza.

Son muchos los hechos que se narran en Doña Inés contra el olvido como, por ejemplo, la emigración a Oriente (desde Caracas) liderada por Bolívar (Caracas, 1783 – Colombia, 1830) huyendo de la entrada a Caracas, el 7 de julio de 1814, del comandante realista José Tomás Boves (España, 1782- Urica, 1814). Por cierto que, Doña Inés era prima de Simón Bolívar que, para la fecha, ostentaba el título de coronel. En ese episodio histórico emigraron más de 20 mil personas junto a Bolívar y sus tropas. Muchos murieron en el camino.

En esa huída va Isabel Madriz, viuda de uno de los nietos (Francisco) de Doña Inés (hijo de su hijo, valga la redundancia, Nicolás). Isabel va en una carreta con sus tres hijos: dos varones e Isabel, que estaba muy pequeña (2 años).

Isabel iba acompañada por la esclava Daría quien le había dado pecho a la niña desde su nacimiento. Lo cierto es que tanto Isabel como sus dos hijos varones mueren y Daría se lanza de la carreta con la niña yéndose para Barlovento. La niña permanece con Daría hasta los 12 años (para la fecha, Daría tenía ya 3 hijos) pero ella decide que ya debía devolver  a Isabel a su casa. Daría busca al sacerdote que bautizó a la niña apenas nació para que de fe de que es hija de Isabel  Madriz y bisnieta de Doña Inés. Isabel entra en un convento hasta que se casa con José Manuel Blanco quien la ayuda a demostrar que es la dueña legítima de las tierras que eran de su familia. Isabel le pide a Daría que se vaya con ella y Daría lo hace llevándose a su hija hembra. En esta parte también se relata el terremoto en Caracas (1812), que fue interpretado por los negros como castigo de Dios por la rebelión hacia Fernando VII.

Hay otra historia muy interesante y es la de Julián Cayetano quien fue caporal de Francisco, nieto de Inés. Julián Cayetano tenía su pareja, Juana Solórzano (hermana de Daría)  y tuvo un hijo llamado Andrés. Francisco también le había prometido una parcela de tierra a Julián y esta le es concedida por Isabel quien también les da su libertad a Juana y al niño Andrés.   

Andrés Cayetano tiene un hijo llamado Manuel. Manuel tiene un hijo llamado Domingo (Dominguito) quien, al final, fue criado por su abuelo Andrés en vista de que Manuel mata a su mujer (Gregoria Luna) al encontrarla con un amante y huye del pueblo, abandonando a su hijo.

Así que Dominguito es criado por su abuelo Andrés quien le enseña sus primeras letras.

El personaje de Domingo Sánchez Luna ocupa varias páginas de la novela ya que el joven, al morir su abuelo, comienza a portarse mal, robando en las casas vecinas y sus alrededores.  En una de esas vivencias, está a punto de ser matado por los soldados que acompañaron a Cipriano Castro (Capacho, 1858- Puerto Rico, 1924) en su entrada a Caracas en 1899. Castro ordena que no lo maten porque le parece que se trata de un muchacho valioso. Domingo Sánchez L. es incorporado a los soldados de Castro.

Domingo Sánchez Luna regresa de la batalla de Tocuyito (1899) donde se destacó, convertido en capitán, sin embargo, más temprano que tarde, se da cuenta que no tendrá mayor futuro en el ejército y decide probar suerte en el área del comercio. A su vez, empieza a visitar varios burdeles, dentro de los que resalta, La Venus de San Juan, cuya dueña era una mujer llamada Lucía Chuecos (alias madama Ninon).

En La Venus de San Juan, madama Ninon tiene a una joven llamada Magdalena (entre 13 a 15 años) que había traído del campo y cuya relación con la madama no queda clara. Lo cierto es que la madama no quería que Magdalena se dedicara a la prostitución y estaba muy pendiente de ella. No obstante, Domingo Sánchez pone sus ojos sobre la muchacha (habíamos pensado que con buenas intenciones) pero resultó que Domingo Sánchez, a sabiendas que Cipriano Castro quería tener relaciones íntimas con una muchacha virgen, se la ofrece. Esa canallada la cometió Domingo Sánchez a cambio de los favores económicos de Castro.

Domingo empieza a prosperar en los negocios y, ante la traición de Juan Vicente Gómez (Táchira, 1857- Aragua, 1935) a Castro, Domingo se acerca a Gómez y logra “enchufarse”, como diríamos hoy en día, tanto así que Gómez lo nombra ministro, posición que aprovecha Domingo para enriquecerse hasta que llega el día que Domingo Sánchez piensa en la necesidad de casarse y formar una familia. En una ocasión, conoce a Belén (viuda joven) quien era familia de Doña Inés por parte de su padre  y que había tenido a Belén y a María Cristina en un segundo matrimonio después de haber quedado viudo.

Belén y Domingo Sánchez Luna se casan.

Belén tenía su propia historia. Era una joven desenvuelta, dada a la lectura, jovial. Como mencionamos antes, había quedado viuda de un joven llamado Miguel quien había luchado contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, que duró desde 1908 hasta el año de su muerte en 1935.

Miguel había participado en la invasión frustrada llamada Falke (ocurrida en Cumaná en 1929). Resulta herido y es ayudado por un joven (que se dirigía desde Barcelona a Cumaná), de origen español, judío, que había migrado a Venezuela buscando una nueva vida  ejerciendo su oficio de platero. El hombre se llamaba León Bendelac. Entre Miguel y León se establece una amistad  y, después que Miguel se recupera le dice a León que iría a Caracas y luego rumbo a París para evitar ser encarcelado después de la intentona y le dice a León que se expanda hacia Caracas y no hacia oriente y le da una recomendación escrita, dirigida a sus padres, para que ayuden a León a establecerse en la capital.

Efectivamente, León se va a Caracas y busca a los padres de Miguel (enterándose que éste había fallecido de tuberculosis en París, cosa que lamenta). Los padres de Miguel lo recomiendan con un joyero de apellido Salbic que también era judío. El señor Salbic identifica, de inmediato, las capacidades de León, sin dejar de pensar que León podría casarse con su hija Dora que aún estaba soltera. León y Dora se casan y tienen hijos. La joyería pasó a llamarse de Salbic a Salbic y Bendelac.

Un día, Belén va a la joyería Salbic y conoce a León. Desde un primer momento, quedan prendados uno del otro y se enteran que Belén había sido la esposa de Miguel y Belén se entera que era él, el hombre que había salvado a Miguel. A pesar de la clara atracción entre Belén y León, éste se debate en el aspecto moral de la situación pues no quería engañar a su esposa. Por otra parte, Belén ya estaba casada con Domingo Sánchez Luna. Pero se habían enamorado y comienzan una relación de amantes aunque siempre estuvo claro que Belén tenía una cabeza más fría.

Tiempo después, Domingo Sánchez L. tiene deseos de ir a París con Belén y toda la familia de ella, incluyendo a su madre, a su hermana y su cuñado (Luis Villaverde)  y sus cuatro sobrinos. A quienes Belén adoraba. Belén nunca tuvo hijos. Así, llegó el día en que Belén va a decirle a León que se va de viaje (y que regresaría). Esto es algo que León no soporta y al final termina abandonando a su esposa e hijos sin decir una palabra y yéndose a vivir hacia el oriente del país.

Belén y Domingo pasan varios años en París y, al regresar, Domingo llega enfermo y al poco tiempo muere en Caracas.

Belén se dedica a compartir con sus 4 sobrinos, siendo el preferido Francisco. En una ocasión, Belén va a la joyería  Salbic y se entera que León  se había marchado y que su familia no había vuelto a saber de él. Tiempo después, la joyería es asaltada (ya casi arruinada, por el avance modernista de Caracas), y el señor Salbic es asesinado en ese asalto.

Pasan los años. El cuñado de Belén muere. Sus sobrinos crecen. Las hembras se casan con gente de muy buena posición económica y Francisco estudia ingeniería y trabaja en una compañía y vive de un salario. Francisco está casado con Silvia. Un día, Belén llama a su sobrino Francisco y le dice que quiere dejarle su casa cuando ella muera y su parte de las tierras que le corresponde. Francisco no tiene mayor interés en ello, pero su tía insiste y le pide que vaya a hablar con un abogado/historiador llamado Don Heliodoro, quien, por su gran gusto de la historia, se había hecho con muchos documentos de múltiples propiedades de la época de la Colonia. Don Heliodoro (quien había sido amigo de Domingo Sánchez Luna y de Belén) le da a Francisco los documentos que prueban la propiedad de las tierras de su familia.

Por otro lado, se cuenta la historia de Ernestino Tovar, un curandero del pueblo, entendido en el tratamiento de las picaduras de culebras. Ernestino también fue el fundador local del partido Acción Democrática.

Ernestino conoce a una niña/ joven llamada Vicenta y trata de enamorarla pero ella prefiere a un tal Palafino con quien tiene una hija llamada Ignacia. Vicenta deja a su hija para ir a trabajar como sirvienta en la casa de Belén y de vez en cuando la va a visitar. Ignacia tiene un hijo a quien llama José Tomás. Ernestino es nombrado su padrino y se preocupa porque el joven estudie.

Al poco tiempo, Ignacia es picada por una culebra y Ernestino hace lo imposible por salvarla  pero no lo logra, así, Vicenta regresa a Barlovento para criar a su nieto. Lo manda a estudiar con los sacerdotes jesuitas a Barcelona donde se gradúa de bachiller. Vicenta desea que su nieto siga estudiando pero este ingresa en el campo de la política y es nombrado concejal.

José Tomás se entera que las tierras que habían sido expropiadas a Doña Inés por Joaquín Crespo (Aragua, 1841 – Cojedes, 1898) para la construcción de un tren (que resultó algo fallido) estaban siendo usurpadas y que legalmente eran propiedad del municipio.

Así, Francisco Villaverde y José Tomás entran en contacto por la lucha de las tierras, donde Francisco aspiraba a llevar a cabo la construcción de un complejo turístico pero estaban interpuestas la parte expropiada a Doña Inés y que ahora, legalmente, eran del municipio. Es la relación que Vicenta había tenido con Belén y el ofrecimiento que le hace Francisco a José Tomás de hacerlo accionista menor de la compañía lo que les lleva a llegar a un acuerdo. Por supuesto, José Tomás tenía claro que la construcción significaría empleo  y beneficios para la gente del pueblo.

Doña Inés contra el olvido pone en evidencia, de alguna manera, por qué Venezuela es como es. Es decir, nos muestra antecedentes sociales, culturales, políticos, religiosos, los juegos del poder, de dominación, el racismo, etc., que nos permiten explicarnos qué somos hoy en día.

El mensaje  esencial de Doña Inés contra el olvido, si es que podemos señalar que las novelas y/o cualquier otra manifestación literaria contiene mensajes, es que hay que atesorar la memoria. Que el olvido es como negar el pasado lo que implicaría avanzar por un futuro a tientas.

Doña Inés contra el olvido está considerada un clásico de la narrativa venezolana contemporánea y recibió el Premio de Novela de la I Bienal de Literatura Mariano Picón Salas (1991) y el premio Pegasus de Literatura a la mejor novela venezolana de la década (1998), considerándola “…como una suerte de historia fabulada de la nación, que hace de la obra una pieza de la novela histórica, siendo por ello una contribución al imaginario nacional”.

Doña Inés contra el olvido ha sido traducida a varios idiomas.

 

Ana Teresa Torres


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 16 de septiembre de 2024.

 

 

 

 

lunes, 19 de agosto de 2024

La luna se ha puesto




Una verdad a la que no se da crédito nos hiere mucho más que una mentira.

 –Ese es el gran misterio que ha intrigado a los gobernantes de todo el mundo; cómo se entera la gente…Según dicen, a los invasores les preocupa ahora la forma en que las noticias eluden la censura, la forma en que la verdad se filtra. Es un gran misterio (73).

John Steinbeck

 

La luna se ha puesto (1942) es una novela del Premio Nobel de Literatura, 1962, el escritor estadounidense John Steinbeck (1902-1968). La leí hace unos años. La releí hace unos dos meses y acabo de terminar otra relectura.

Creo que lo que ha generado en mí esta lectura y relecturas de La luna se ha puesto tiene que ver con que esta novela me ha generado una serie de reflexiones muy claras sobre los conceptos de libertad, el de líder (sin que ese concepto signifique, para nada, una superioridad sobre las personas a las que se lidera). También lo que significa la importancia de la unión de un pueblo, un conjunto de personas, en fin, de cualquier grupo humano.

La novela nos narra la invasión de un pequeño pueblo por parte de un ejército extranjero que tiene como fin obtener el carbón de la mina que tiene ese pueblo para ser enviado a su país de origen.

Un miembro del país al que pertenece el ejército invasor tenía tiempo viviendo en el pueblo y se había ganado la simpatía de todos. Se llamaba George Corell. Nunca nadie había sospechado que pudiera ser un espía. Cuando se supo que había preparado la invasión al pueblo, el cariño que sentían hacia él se convirtió en absoluto desprecio y su vida corrió varias veces peligro.

Lo cierto es que el intendente Orden –máxima autoridad del pueblo- se comportó como un ciudadano más teniendo una actitud clara y sin dobleces.

Otro personaje es el Dr. Winter, médico del pueblo y muy amigo del intendente. Se entendían a la perfección y demostraron tener una amistad inquebrantable.

Por parte del grupo invasor, destaca el coronel Lanser, auténtico soldado pero que tenía su propia visión sobre la guerra y, en su fuero interno, llegó a admirar la postura del intendente. Pero estaba claro que tenía un deber que cumplir.

No se menciona de qué país vienen los invasores, sólo sabemos que no eran ingleses, ni rusos, ni norteamericanos, ni franceses, ni belgas, etc., pero sí sabemos que venían de un país que quería instaurar un Nuevo Orden Mundial.

El coronel Lanser debe lidiar con los soldados que tiene a su mando, los cuales van sintiéndose decepcionados a medida que pasaba el tiempo debido a que el pueblo, al unísono, los rechaza de diversas maneras, haciéndolos sentir despreciados. Es decir, la invasión, el poder de las armas, los intereses personales, etc., no hicieron que los pobladores (ni el intendente) se sintieran ni intimidados ni mucho menos dominados. Eran un pueblo libre y seguirían siéndolo aunque fuese en su pensamiento.

Dos de los soldados fueron asesinados, el capitán Bentick y el teniente Tonder. Uno de los pobladores, llamado Alex Morden, fue fusilado por la muerte del capitán Bentick y el teniente Tonder fue asesinado por la viuda de Alex, llamada Molly, cuando el teniente pretendió seducirla. Molly no pudo controlar su furia y su rencor (no pareciera que alguien del pueblo se halla enterado de lo que hizo Molly y si se enteraron nadie estaba dispuesto a denunciarla ante los invasores).

En un momento de la novela, el pueblo comienza a recibir ayuda de los ingleses, quienes le envían pequeñas bombas en paracaídas. Esta ayuda pudo ser posible ya que un par de hermanos que habían logrado escapar del pueblo, solicitaron dicha ayuda por petición del intendente.

Al final, el coronel Lanser, viéndose impelido a dominar al pueblo para que cumpliera con sus exigencias (y dejaran las bombas en su lugar y no las hicieran explotar) habla con Orden y le pide que mande a los pobladores que colaboren pero Orden le dice que no puede hacer eso, que su pueblo es libre. “El intendente habló con orgullo:…No puedo elegir entre la vida y la muerte, coronel, pero puedo elegir cómo morir. Si les digo que no luchen, lo sentirán, pero lucharán. Si les digo que luchen, se alegrarán, y yo, que no soy un hombre muy valiente, les haré un poco más valientes” (171).

En vista de la negativa del intendente, Lanser le dice que lo fusilará y Orden, aunque tiene miedo, acepta su destino.

Sin duda, La luna se ha puesto, muestra claros visos de idealismo, aún así, pienso que puede servir de guía, de aliciente, para los seres humanos cuando se proponen fines conjuntos, en especial, el de luchar y mantener su libertad, su soberanía. 

Excelente novela de Steinbeck.

 

John Steinbeck



Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 19 de agosto de 2024. 

martes, 6 de agosto de 2024

El Palacio de los Sueños

 


No llegué a la literatura desde la libertad, sino a la libertad desde la literatura.

Ismaíl Kadaré

 

El Palacio de los Sueños (1981) es una novela del escritor albanés Ismaíl Kadaré (1936-2024). Me llega por vía digital y la leo, en esencia, porque nunca había leído ninguna novela de algún escritor de Albania.

Me entero, por Google, que Kadaré recibió el Premio Princesa de Asturias 2009.

También por Google leo que Albania es un pequeño país ubicado en el sureste de la península balcánica europea, con costas en los mares Adriático y Jónico. Su capital es Tirana.

El Palacio de los Sueños consta de 7 capítulos. El personaje principal es un joven de 28 años llamado Mark Alem, hijo único, quien vivía con su madre, procedente de una poderosa familia de Albania, los Qyprilli y su vieja nodriza Loke.

La novela comienza con una entrevista de trabajo que tenía Mark Alem, en un ministerio llamado Tabir Saray o Palacio de los Sueños. Iba recomendado por un familiar.

El Tabir Saray era una de las instituciones más importantes de un Estado Imperial que suponemos es Albania y que tenía como función básica el estudio del dormir y de los sueños. Con mucha anterioridad, se llamaba Yildiz Saray y su fin era el estudio de las estrellas.

Lo cierto es que Mark llega al Palacio pero, desde el primer momento se encuentra con un lugar  que parece un laberinto, lleno de un profundo misterio y que lo hace sentir como perdido. Cuando se encuentra con quien iba a atenderlo, Mark le entrega la carta de recomendación. La persona la recibe pero la quema de inmediato ante los ojos sorprendidos de Mark. El hombre le dice que allí no admiten recomendaciones ya que ello va en contra de la esencia misma del Palacio. No obstante, Mark es contratado de inmediato y comienza a trabajar en lo que se llama Departamento de Selección  (le dicen que empezará allí porque “eres uno de nuestros escogidos”). Realmente comienza a trabajar en la llamada Sala de Lentejas donde se lleva a cabo la primera criba de los sueños después de haber pasado una primera purga en los servicios de las secciones provinciales (es decir, en el interior del país). Todos debían contar sus sueños, escribirlos y si no sabían había personas encargadas de hacerlo por ellos. Si en Selección detectaban algún sueño que podía parecerle importante a quien lo revisaba, lo pasaba al Departamento de Interpretación, sino lo pasaban al Archivo. Todos los sueños eran archivados.

Hasta aquí podemos darnos cuenta que el objetivo del Palacio de los Sueños era el de ejercer un control absoluto sobre toda la población, haciéndose dueño de hasta los propios sueños de la población. Parece algo totalmente surrealista.

Como sabemos y, según el planteamiento del Psicoanálisis, los sueños son una manifestación (entre otras) de la existencia del inconsciente donde se encuentran experiencias, traumas, recuerdos, etc., que resultan reprimidos por  distintos mecanismos psicológicos.

Según Sigmund Freud (Chequia, 1856- Londres, 1939), considerado el padre del Psicoanálisis, todos soñamos aunque no recordemos. Muchas veces, evocamos los sueños en forma fragmentaria  y lo vemos como algo sin mayor sentido.

Hace más de un siglo, Freud escribió un texto llamado La interpretación de los sueños (1900) donde describe el proceso de los mismos (partiendo del estudio de sus propios sueños) y su forma de interpretarlos que, por cierto, es solo potestad de quien los sueña.

En todo caso, pretender conocer los sueños de las personas y que vayan pasando por distintas instancias para ser seleccionados e interpretados y que sean llevados al encargado de un gobierno, por ejemplo, y en base a ello tomar medidas ante la idea de que, por ejemplo, alguno pueda significar que se planee una agresión hacia ese gobierno, no puede ser calificado más que como una auténtica locura, una manifestación demencial de dominación absoluta del ser humano guiada por una ansia desmesurada de poder y control brutal.

En este sentido, la novela de Kadaré sería una muestra clara de lo que sería una distopía, definida, según la RAE, como una “Representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”. En El Palacio de los sueños ya esa sociedad existe.

El termino distopía o antiutopía es antónimo de la palabra utopía.

Se narra en la novela que los sueños eran sometidos a una clasificación: 1.- Sueños de inspiración privada que no tienen vinculación alguna con el Estado; 2.- Los inspirados por el hambre, el empacho, el frío o el calor, las enfermedades, etc., es decir, los ligados a la carne del hombre; 3.- Los sueños inventados.

Lo cierto es que, en poco tiempo, Mark se ve sumergido en un mundo que le parece irreal e incomprensible y se ve absorbido en un trabajo y en un ambiente que nunca imaginó posible pero aprende pronto sobre cómo ir leyendo sueños  e ir diferenciando los que deben pasar a Interpretación y los que no. Progresivamente, Mark va enterándose de cosas del Tabir Saray, como que hay un Tabir secreto que se ocupa del tratamiento de los sueños que la gente no envía por sí misma sino que el Estado debe procurarse por sus propios medios y métodos. También se entera de que existen los llamados Sueños Maestros o Supra Sueños, los cuales son elegidos después de un profundo análisis y que tienen que ver con algún evento muy bueno o muy malo para el Estado y que son llevados al Soberano o al Sultán, como señalábamos antes.

Un día, estando en su labor, Mark Alem se topa con un sueño que inicialmente le pareció intrascendente y que dice así: “Un terreno abandonado al pie de un puente; una especie de solar de ésos donde se arrojan las basuras. Entre los desperdicios, el polvo, los pedazos de lavabos rotos, un pequeño instrumento musical, de aspecto insólito, que sonaba por sí solo en medio del desamparo, y un toro que, enfurecido al parecer por el sonido del instrumento, bramaba a los pies del puente”. En un principio no le dio mayor importancia pero lo retoma y cuando va a pasarlo a los sueños considerados sin valor, lo vuelve a leer. Se fija que había sido soñado por un vendedor de verduras en la capital. Todo ello le produjo molestia y sorpresa a Mark y, a pesar de ello, decide pasarlo a Interpretación. 

Este sueño resulta, a la postre, escogido como Sueño Maestro y produce una acción muy dura sobre la familia Qyprilli, situación que Mark jamás se imaginó.

La madre de Mark Alem, tenía tres hermanos varones: uno de ellos era Visir lo que le confería gran poder, otro era gobernador en una provincia y el menor, llamado Kurk no tenía cargos, era un hombre muy instruido y muy amigo del hijo del embajador de Austria en Albania. Un día, en una reunión familiar, Kurk le informó a su familia que iba a traer a unos rapsodas albaneses para que cantaran una epopeya familiar y legendaria, en albanés, lo cual era una especie de acontecimiento ya que siempre la cantaban rapsodas eslavos en un idioma que ellos no entendían.

Mark Alem va ascendiendo rápidamente en el Tabir, situación que el mismo no se explicaba. Fue pasado al Departamento de Interpretación, considerado el centro neurálgico del Tabir. En una ocasión, su tío, el Visir lo invita a su casa y le habla de una forma enigmática sobre cosas del Tabir Saray y de los sueños, dejándole saber que debía estar atento. Muy tarde es que Mark entiende lo que su tío había querido decirle.

Cuando se da la reunión familiar y con un grupo de amigos, en la cual se esperaba la presentación de los rapsodas albaneses, resulta que soldados del Estado irrumpen en la casa y matan a los rapsodas albaneses y detienen al hijo del embajador de Austria y a Kurk que, a la postre, es asesinado.

Como mencioné antes, el sueño que Mark pasó a Interpretación fue considerado un Supra sueño. El mismo se interpretó como una especie de golpe de estado que sería llevado a cabo por miembros de la familia Qyprilli. Ese sueño fue llevado al Soberano o Sultán. Añadimos que la escucha de la epopeya que siempre habían cantado los rapsodas eslavos y que ahora iba a ser cantado por albaneses y que podría ser entendido por todos, sería parte de ese golpe de estado. Todo ello lleva a la irrupción en la casa de los Qyprilli y la muerte de Kurt como un mensaje a los Qyprilli para que desistieran de cualquier acción contra el Estado.

Al final, se narra un día de regreso a su casa de Mark y su reflexión sobre lo ocurrido. También sobre su pensar en su futura boda que ya había sido programada por su familia.

Ruda novela la de Ismaíl Kadaré que pone en evidencia las situaciones más dramáticas que puede hacer el hombre por el poder.

Después de leer El Palacio de los Sueños, me pregunté sobre dónde se había publicado y el contexto histórico que habría podido darle origen.

Me consigo con que la novela fue publicada en Tirana en 1976. Dicen que Kadaré burló a los censores de la dictadura albanesa dividiendo la novela en dos partes y ambientándola en el Imperio Otomano (que se menciona en la novela), que ello no fue obstáculo para que los lectores se dieran cuenta de que el ambiente recordaba a la ciudad de Tirana durante la dictadura de Enver Hoxha (1908-1985) quien fue un político, militar y dictador albanés. Hoxha dirigió la República Popular Socialista de Albania desde 1944 hasta su muerte en 1985. Participó en la liberación de Albania en 1944, primero de Italia (1939) y después de Alemania en 1943.

El mandato de Hoxha, de 41 años, se dividió en dos etapas: la primera, 1944-1976, caracterizada por alianzas temporales con potencias socialistas y una segunda etapa (1976-1985) marcada por el aislacionismo, el antirrevisionismo y del seguimiento ortodoxo del marxismo leninismo. De su gobierno se ha destacado la defensa férrea del estalinismo, la eliminación de todo tipo de oposición, tanto externa como interna, a través de métodos que incluían la pena de muerte. Todo ello incluyó el establecimiento de una policía secreta para la represión política de la población y, en sus últimos años, el aislamiento internacional en el que Albania quedo sumida.

En fin, qué más se puede decir.

Bravo por Ismaíl Kadaré por El Palacio de los Sueños.

Les dejó el link donde está el discurso pronunciado por Kadaré al recibir el Premio Princesa de Asturias y que me parece vale la pena leer: https://www.fpa.es/es/premios-princesa-de-asturias/premiados/2009-ismail-kadare.html?texto=discurso&especifica=0

 



Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 6 de agosto de 2024.