sábado, 7 de junio de 2025

La vegetariana



La vegetariana (2007) es una novela de la más reciente premio Nobel de literatura (2024) Han Kang (Corea del Sur, 1970). La leo en digital. La traducción es de la coreana Sunme Yoon (1965) quien se crio en Argentina.

Se trata de una novela corta pero intensa formada por tres capítulos: La vegetariana, La mancha mongólica y Los árboles en llamas.

La vegetariana es una novela triste, melancólica, que narra la vida de una mujer joven llamada Yeonghye que un día decide que no comerá más carne, es decir, hacerse vegetariana.

El primer capítulo es narrado por el esposo de Yeonghye quien la consideraba una mujer simple, insustancial. Lo que sí nos resulta obvio -desde un principio- es que Yeonghye es una mujer llena de una profunda soledad.

El cambio al vegetarianismo de Yeonghye no parece ser una decisión pensada o reflexionada si no que ella argumenta que tiene unos sueños que le impiden comer carne, luego dice que se le aparecen unas caras. Se trata de unos sueños bastante pesados, macabros.

El esposo de Yeonghye, que tenía un trabajo administrativo y, que era un hombre bastante superficial intenta convencerla de que coma carne pero ella se niega rotundamente. Yeonghye también presenta trastornos del sueño, episodios de vómitos y comienza a perder peso. Otro aspecto es que se negaba a utilizar sostén y empieza a pasar momentos en que se queda con sus senos expuestos.

El esposo de Yeonghye le hace saber a la familia de ella lo que ocurre y, en una reunión familiar en donde estaban sus padres, su hermana mayor (con el esposo que se dedicaba al arte) y el hermano (con su esposa), el padre pretende obligarla a comer carne y la abofetea ante su negativa. Yeonghye reacciona agarrando un cuchillo de la mesa y se corta las venas de sus muñecas. 

El cuñado le aplica primeros auxilios, la carga sobre su espalda y apura al esposo de Yeonghye para llevarla al hospital más cercano. Allí la estabilizan y la iban a dar de alta pero ella se sale de la habitación y la encuentran en el patio del hospital, desnuda y con un pajarito apresado en una mano y al que le había dado un mordisco (¡no he podido evitar representarme esta escena como muestra palmaria del profundo malestar que aqueja a Yeonghye!). 

Yeonghye es hospitalizada unos meses por psiquiatría y más adelante sabremos que es diagnosticada con esquizofrenia con muy escasa respuesta al tratamiento medicamentoso. Al ser dada de alta, pasa un tiempo donde su hermana Inhuye (que siempre fue muy cercana a ella). Aunque está de alta, Yeonghye no está mejor, sigue negándose a comer carne pareciendo virar, incluso, al veganismo a lo que se va agregando un cuadro de franca anorexia). El esposo pide el divorcio sin mayores consideraciones.

Al poco tiempo, Yeonghye decide irse a vivir sola a un apartamento. Su hermana permanecía siempre pendiente de ella, mientras que sus padres y su hermano se alejaron.

Un día, Inhuye le pide a su esposo que vaya a ver a Yeonghye, que le lleve frutas y que hablé con ella. Aquí ya entramos en el segundo capítulo narrado por el cuñado. El hombre había estudiado arte. Económicamente era poco productivo. Se dedicaba a hacer videos cortos. Poco a poco, vamos sabiendo que el cuñado se sentía atraído por Yeonghye y que deseaba realizar con ella un proyecto de video que tenía tiempo en mente. El hombre también había convertido como una especie de fetiche una mancha mongólica que Yeonghye tenía en una de sus nalgas. Por cierto y en vista de que uno de los capítulos lleva el nombre de mancha mongólica, vale destacar que se trata de una melanocitosis dérmica y que es común, en especial, en personas de países asiáticos. No requiere ningún tipo de tratamiento. 

Así, el hombre quería filmar  los cuerpos de una pareja que serían pintados con flores, ramas, árboles, haciendo el amor. No sé trata de un video pornográfico ni mucho menos, si no un video de carácter estético.

El cuñado le propone a Yeonghye pintarla y ella accede sin ningún pudor. Para ella y, desde el punto de vista psicológico, era algo que le resultaba  natural  y placentero. La segunda parte del proyecto no pudo concretarse con un actor y el cuñado se da cuenta que si él también se pinta, Yeonghye accederá a hacer el amor con él y ser filmados. El cuñado graba la escena y después de un intenso desborde sexual, sobre todo de parte de él, se quedan dormidos.

Inhuye va al apartamento de su hermana y descubre a su esposo con Yeonghye y ve el video. Está sorprendida, está furiosa con su esposo porque no puede dejar de pensar que él se ha aprovechado de Yeonghye quien está gravemente enferma. Decide llamar a una ambulancia. Yeonghye es hospitalizada y el cuñado estuvo varios meses preso y se descartó que él tuviera algún trastorno mental. Inhuye y su esposo no vuelven a verse aunque tenían un hijo en común, Jiwi.

En realidad, la relación de Inhuye y su esposo venía mal desde hacía tiempo. Inhuye tenía dudas de que su esposo alguna vez la hubiera amado. Para él, ella era una mujer comprensiva, amable, tolerante, tal vez excesivamente tolerante , lo que, de alguna manera, le provocaba rechazo, por muy paradójico que pueda sonar.

El último capítulo lo narra Inhuye. Era una mujer trabajadora, independiente, era dueña de una tienda de cosméticos donde le iba muy bien. Siempre fue el sostén económico en su matrimonio. Excelente esposa, excelente ama de casa, excelente madre. 

Durante la segunda hospitalización de Yeonghye, es Inhuye quien paga los gastos, va a visitarla y habla con los médicos.

Un día la llaman para decirle que Yeonghye se había escapado y al poco tiempo le avisan que la habían hallado en un bosque cercano bajo una intensa lluvia.

Inhuye va al sanatorio a ver a su hermana. Le lleva frutas, jugos, etcétera, pero todo es infructuoso. El estado de Yeonghye es cada vez más lamentable, tanto así que el médico le dice que tendrán que llevarla a un hospital con terapia intensiva para hacerle un procedimiento que permitiese alimentarla y que iban a hacer un último intento de colocarle una sonda nasogástrica. En el ínterin, Inhuye reflexiona sobre su propia vida, sobre la infancia que tuvieron, sobre la violencia que padecieron a manos del padre que sobre todo la ejercía con Yeonghye, sobre la debilidad de su madre, sobre lo ocurrido con su ex esposo.

Al final, la novela queda en que Yeonghye está siendo trasladada en ambulancia a un hospital general por un cuadro de anorexia intratable y una hemorragia digestiva superior. Inhuye va con ella.

La vegetariana es una novela narrada por otros. Donde la voz de Yeonghye prácticamente no aparece. Sabemos de ella, como tal, por sus sueños que nos manifiestan su intenso y tortuoso dolor psíquico.

Realmente Yeonghye quería fundirse con lo vegetal, con los árboles, con la tierra. Un deseo vital incompatible con la vida.

Durante mi lectura de La vegetariana, por cierto, ganadora del premio Man Booker Internacional 2016 y mucho antes de leer escenas francamente patológicas y conocer el diagnóstico de esquizofrenia que le hacen a Yeonghye es imposible no pensar que padece de un cuadro psiquiátrico grave. El hacerse vegetariana y la forma cómo se manifiesta es la manera que "ella tomó" como expresión de su enfermedad. Quiero decir que se ha podido haber evidenciado por otras conductas. 

En una entrevista que le hacen a Han Kang (que aparece al final de la novela), ella comenta que en Corea la carne no es tan importante, puesto que se come básicamente arroz, tofu (comida de origen chino a base de semillas de soja, agua y solidificante)  y verduras, es decir, no sería nada llamativo dejar de comer carne -aunque en la novela se comenta que se estaba poniendo de moda hacerse vegetariano.

Sabemos que la esquizofrenia tiene un importante componente genético pero que también hay otros factores que influyen en su expresión clínica. Yeonghye no tuvo una buena infancia. Vivió experiencias violentas con su padre y con su madre (en diferentes sentidos). El "irse" hacia lo vegetal es como una forma de dejar de sentir, no padecer más.

Sin duda, La vegetariana es una novela que pone en escena magistralmente la vida de una mujer esquizofrénica dentro de un marco cultural particular. Digo magistral porque la narración logra transmitir la terrible irrealidad, el dolor que sufren estos pacientes y sus familiares. Un auténtico drama sobre el que todavía hay mucho tabú. 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 7 de junio de 2025.  
 
Han Kang



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