martes, 12 de agosto de 2025

Adiós Miss Venezuela

“La gente que conozco, incluyéndome, tiene un círculo de amigos, unos buenos, algunos regulares y otros malos. De cada uno tomas lo mejor y sigues adelante, no les pides lo que no tienen y no les das lo que no tienen capacidad para recibir” (255).

 



Adiós Miss Venezuela (2016) es una novela del escritor y abogado venezolano Francisco Suniaga (Isla de Margarita, 1954).

Leo un ejemplar de una segunda edición (2017) publicada por ediciones Dahbar que me prestó mi cuñada Julie González de Kancev. Éste, me dijo, sí me lo tienes que devolver porque me lo regaló Carlos y el otro ejemplar que tengo está autografiado por Suniaga.

La novela está ambientada en Caracas y la Isla de Margarita en el año 2017.

Relata el suicidio de una ex miss Venezuela, María Genoveva Herrera Becher  (MGHB) de cincuenta y cinco años de edad, conocida como Beba,  quien tenía diez años separada de su esposo y se había ido a vivir a Margarita.

María Genoveva estaba muy interesada en el arte y la cultura y pensaba estimularla en Margarita, para lo cual creó un proyecto llamado Quattrocento, buscando apoyo de empresarios, que permitiría mejorar la formación de los artistas margariteños pero el proyecto no dio los frutos que ella esperaba.

Beba era no sólo hermosa, sino inteligente y amable. Llegó a tener algunos amantes hasta que le viene a la mente la idea del suicidio, el cual llevó a cabo en la playa La Restinga, en una zona que desde que la conoció le pareció hermosa. Dejó una nota escueta, sin destinatario preciso donde hablaba del suicidio y su deseo de que nadie se culpase por el mismo.

María Genoveva su suicidó de un tiro en el corazón. Los objetos que llevaba consigo fueron robados y la policía judicial margariteña,  a cargo del  coronel  Salvador Sanabria, lo investigó como un homicidio pero su esposo Alfonzo Pérez Castillo encontró su nota pero no le aclaró nada a la policía y dejó que la investigación siguiera su curso.

En parte, el hecho de que Alfonzo Pérez Castillo no hablase del suicidio se debía al estigma que el mismo aún tiene. En una rueda de prensa que el Jefe de la policía ofrece, un periodista le preguntó si habían considerado la hipótesis del suicidio y el Comisario respondió “Insinuar eso es faltarle el respeto a la memoria de la víctima y a su familia. Eso está absolutamente descartado” (40).

Vale destacar que el padre de Beba había muerto años atrás, fallecimiento que la afectó mucho ya que lo amaba y admiraba sobremanera, mientras que su madre, Odilia, vivió más tiempo y luego vivió afectada por una demencia senil hasta su muerte. Odilia se casó al poco tiempo de la muerte de su esposo y se fue a vivir a París. Era una mujer obsesionada con la idea de hacer teatro aunque no poseía mayores cualidades.  La relación con su hija Beba fue complicada. Fue por su madre que Beba llegó a participar en el Miss Venezuela que, a la postre, ganó.

Como dijimos antes, Beba estaba casada con Alfonzo Pérez Castillo, dueño de la empresa de seguros más importante del país, llamada Seguros Populares. Él era mucho mayor que ella y al parecer, ella siempre lo vio  como una figura paterna y no como a un esposo. Tuvieron un hijo llamado Alfonzo Eduardo que se había dedicado al arte y vivía en Alemania. Beba visitaba a su hijo con cierta frecuencia y estaba satisfecha del hombre en el que se había convertido, bastante independiente y seguro de sí mismo.

Cuando se suicida Beba, casi un mes después estaba programado el concurso del Miss Venezuela de ese año en Margarita. El Miss Venezuela tenía tiempo viniéndose a menos y se había decidido realizar allí como forma de sacarlo a flote pero no fue sencillo con todos los problemas que aquejaban a la isla, no muy distintos a los del resto del país.

Por cierto, un grupo de mujeres, afectas al gobierno y bajo la premisa de que se trataba de un acto meramente capitalista, amenazaron con sabotear el concurso y al final, como veremos, lo hacen.

El director del concurso, desde hacía años, era Oscar Llabrés, conocido como el Rey de la Belleza. Llabrés había nacido en Cuba y desde adolescente su madre lo había mandado a Venezuela como una forma de protegerlo ya que, desde niño, había dado muestras de homosexualidad. Era un hombre que tenía una especie de don para convertir en bello todo lo que tocaba. Fue él quien planteó que el concurso se celebrara en Margarita.

Cuando Llabrés supo de la muerte de Beba se sintió muy afectado pues eran buenos amigos. Así, planteó hacerle un homenaje durante el evento, dándola a conocer como la Miss Venezuela Eterna.

No obstante, el conocido concurso estaba sufriendo grandes transformaciones y el cargo de Llabrés iba a cambiar. Inicialmente se sintió muy perturbado y pensó en oponerse pero luego lo aceptó. El pasaría a ser, por cinco años, una especie de embajador del certamen, ayudando a su globalización. 

De pronto entra en escena, el abogado margariteño, José Alberto Benitez quien es llamado a Caracas por el bufete de abogados WPM, a través de su director, el Dr. Álvaro Sosa para que se encargara de un trabajo. Benitez había sido, políticamente hablando, un hombre de izquierda y hacía años había trabajado en el bufete antes mencionado y compañero de estudios de Sosa.

La situación económica de Benitez  era precaria ya que la mayoría de sus casos eran de gente de clase media y pobre pero el caso para el que lo llama Sosa prometía una jugosa suma de dinero que serviría para solventar algunas deudas que tenía junto con su esposa Elvira en la Asunción, donde vivían.

Lo cierto es que el viudo de Beba, Alfonzo Pérez Castillo había encargado al bufete la investigación de la muerte de Beba aunque sabía perfectamente que se había tratado de un suicidio.

Pérez Alfonzo le pidió a Benitez que hablara con dos personas como parte de su averiguación: una era con la señora María Mercedes MacGregor Paúl  que había sido Miss Venezuela en 1965 (Pérez Castillo le dijo a Benitez, que esta mujer conocía los intríngulis del  Miss Venezuela y que se había relacionado con Beba) y con Oscar Llabrés que se encontraba en Margarita.

Benitez fue recibido por María Mercedes en el Country Club. Desde que la vio le pareció una mujer muy hermosa, empática y bella a pesar de los años. María Mercedes le contó que cuando estaba en el Miss Venezuela había intentado suicidarse. Que para la época estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y que se había hecho novia de un joven que estudiaba Administración. Que el amor entre ellos fue intenso y que incluso ella le había entregado su virginidad pero que el joven resultó ser muy celoso con lo de la participación de ella en el concurso que finalmente ganó. Así, el joven le propuso que se suicidaran juntos. Ambos estuvieron de acuerdo. Habían planeado que la primera en morir sería ella (con un rifle) pero el disparo no la mató, ni le produjo una lesión muy grave. El joven, al verla herida, desistió de la idea y la llevó a una clínica de emergencia. María Mercedes se había salvado y siempre interpretó la conducta de su novio como un acto de valentía pero ya escasamente volvieron a verse. No obstante, María Mercedes le aseguró a Benitez que entre ellos, había quedado  un trato amable y cariñoso. Lo del intento del suicidio fue un secreto a voces en la Caracas de la época.

Luego María Mercedes se había casado y tenido hijos pero insistía en contarle a Benitez que su primer novio fue el gran amor de su vida.

Cuando el abogado Benitez regresó a Margarita, habló con Oscar Llabrés, con una pareja que había tenido Beba, había podido visitar su apartamento, ir al sitio donde ella se había quitado la vida (lleno de flores producto del homenaje del Miss Venezuela). Realmente no había encontrado nada que le sirviera de explicación al suicidio de Beba.

Benitez tenía un amigo psiquiatra (que tenía también su pasado de izquierda), llamado Pedro Boadas, con quien establece interesantes conversaciones sobre el suicidio y también sobre la decadencia del país.

Benitez  se entera que un pescador, llamado Toribio Jiménez, de cerca de treinta años, había sido detenido por el homicidio de Beba. Pidió hablar con él.

El hombre le contó que había presenciado el suicidio de Beba. Que él se hallaba pescando cerca y que la había visto llevarse la pistola primero a la sien y luego al pecho. Le contó que había corrido para ver si llegaba a impedir que se matara pero no pudo. Agregó que la mujer le había apretado una mano antes de su último suspiro. Reconoció haberse llevado sus efectos personales, tales como su yesquero, la pistola y su bolso. Que llegó a vender la pistola a un delincuente y en un allanamiento que le hicieron a éste, se la decomisaron y que el hombre lo delató.

Llabrés había invitado a Benitez  a la gala del Miss Venezuela. Poco antes de la misma recibió el mensaje que Alfonzo Pérez Castillo estaba en Margarita, aunque habían quedado que él le mandaría los resultados de su investigación a través del bufete de Sosa pero que deseaba hablar con él.  

Los dos hombres se vieron en el apartamento de Beba que estaban desocupando.

Durante la conversación nos damos cuenta que Pérez Castillo sabía perfectamente que Beba estaba deprimida y que ese había sido el motivo de su suicidio. Resulta que estaba más interesado en saber lo que Benitez había conversado con María Mercedes MacGregor P. Benitez le narró lo de la historia de su suicidio fallido y sobre el gran amor de su vida. Para sorpresa de Benitez, lo que no le había dicho la mujer era que ese novio había sido el propio Pérez Castillo y que este llevaba una culpa inmensa desde lo ocurrido y que nunca había dejado de amarla.

En la gala del Miss Venezuela que se desarrollaba de manera bastante exitosa, de pronto irrumpieron un grupo de mujeres (como habíamos mencionado antes), que llevaron a sus propias participantes y destruyeron buena parte del escenario, del vestido de las mises y otros, haciendo que al final no se nombrara una miss Venezuela como parte del concurso.

Adiós Miss Venezuela es una muy buena novela que toma el tema del concurso como base para hablar del suicidio y de la situación crítica que vive nuestro querido país.

 


Francisco Suniaga


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 12 de agosto de 2025.

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