A Alexandra Kancev in memoriam
En el umbral de la
inconsciencia, se acordó de la frase que pronunciara aquel cura tras la muerte
de su hijo –La vida en la tierra no es sino un preludio. Está escrito en la
Biblia y la Biblia es el libro de Dios (20).
La muerte es al mismo
tiempo tan grande como una montaña y tan pequeña como un cabello (55).
Hace ya más de dos meses falleció mi sobrina Alexandra. Fue por un cuadro abrupto (un tromboembolismo pulmonar masivo), inesperado, imprevisible. Solo tenía veintisiete años. Su muerte ha afectado terriblemente a sus padres, a sus hermanos y a toda la familia. En lo personal y aunque nuestra relación no pasaba de un abrazo con un “bendición tía” y un ¡Dios te bendiga Alexandra!, la recuerdo, pienso en ella. También pienso en los sin sentidos de la vida.
J, mi cuñada, me dice
que tal vez Alexandra vino a este mundo con una misión que ya terminó. También
me lo ha comentado mi hermana M. Me pregunto si será una misión mayor que va por otros derroteros…
Me enteré que a
Alexandra le gustaba leer, lo que, de alguna manera, nos unía. Así, quise leer
algún libro que tuviera en la biblioteca de su cuarto. Entre muchos en inglés y
francés, me topé con Misterio en la Torre
Eiffel (intrigas y asesinatos en París durante la Exposición Universal de
1889). Fue el catorce de septiembre.
Misterio
en la Torre Eiffel es una novela de suspenso, policial,
donde el protagonista es un periodista y librero llamado Víctor Legris (35
años), dueño, en conjunto con el hombre (asiático) que prácticamente lo crió
Kenji Mori, de una librería en París especializada en libros raros y de segunda
mano.
La novela se recrea
dentro del marco de la Exposición Universal de 1899 en París y que tiene como
eje de celebración la Torre Eiffel, empezada a construir en enero de 1887 y
terminada en marzo de 1899 a cargo del ingeniero civil francés Gustave Eiffel
(1832-1923). La Torre se construyó para conmemorar el centenario de la
Revolución Francesa (1789-1799).
Lo cierto es que
empiezan a sucederse una serie de muertes por unas supuestas picaduras de
abejas. Siete personas fallecieron en
total. Un periódico que había sido recientemente fundado llamado Passe-partout y
cuyos integrantes eran pocos pero todos muy capaces, se dedica a escribir sobre
dichas muertes en forma amarillista, obteniendo muchas ganancias.
Víctor Legris es
invitado a trabajar en el Passe-partout como cronista literario pero se toma su
tiempo para responder sin aceptar abiertamente. Dentro de los integrantes del
periódico estaba una joven pintora, originaria de Rusia, de 22 años, pelirroja,
llamada Tasha Kherson, contratada como
ilustradora y caricaturista. Víctor Legris se siente atraído de
inmediato por la joven y emprende su conquista.
Víctor Legris siente curiosidad por las muertes y en una labor detectivesca empieza a investigar por su cuenta, pensando que su querido tutor Kenji y Tasha podían tener algo que ver ya que lograba ubicarlos en algunos lugares donde se habían producido las muertes. No obstante, dichos pensamientos lo llenaban de incredulidad y dolor.
Víctor descubre que se trata de asesinatos realizados con la inyección de curare y al final se descubre que el autor de los crímenes es el dueño del Passe-partout, el periodista Marius Bonnet, quien era un hombre muy ambicioso y se había endeudado con un fuerte préstamo del que le estaban exigiendo su devolución inmediata. Una de las personas muertas había sido un coleccionista quien fue el que le prestó el dinero a Bonnet y de cuya vivienda también obtuvo con tarro con curare.
La novela está llena de
intertextualidades con la mención de múltiples escritores franceses y de otras
nacionalidades. Entre ellos podemos mencionar a Julio Verne (1828-1905);
Alexander Pushkin (1799-1837); Honoré de Balzac (1799-1850), Gustave Flaubert
(1821-1880), Guy de Maupassant (1850-1893); Anatole France (1844-1924); Joris-
Karl Hyusman (1848-1907); Charles Baudelaire
(1821-1867); Jonathan Swift (1887-1745) y muchos otros. También se hace mención
a personas, por ejemplo, pintores que, aunque no tuvieron en un inicio mayor
éxito, después se hicieron muy famosos.
Hay un escritor al que
quiero hacer especial mención y que me era desconocido por completo, se trata
de Émile Gaboriau (1832-1873), escritor y periodista francés , precursor de la
novela policiaca y novela negra en Francia. Según información de Google, en su
obra se combinan aspectos fantásticos con las influencias de Balzac y del
escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849). Gaboriau también fue el
creador del detective Monsieur Lecoq, uno de los primeros detectives
profesionales en la literatura. Por otra parte, se considera que Gaboriau fue
una figura influyente para detectives posteriores como Sherlock Holmes creado
por el escritor y médico inglés Arthur Conan Doyle (1859-1930).
En el Misterio en la Torre Eiffel se hace referencia a diversos
avances tecnológicos de la época como la
cámara Kodak (del norteamericano George Eastman, 1837-1932), la linotipia,
creada por el alemán Ottmar Mergenthaler (1854- EE. UU, 1899) y otros.
Misterio
en la Torre Eiffel (2003), publicada por la editorial
Swing exhibe como autor(a) a Claude Izner. Al buscar datos biográficos sobre el
mismo, me encuentro con que Claude Izner es el seudónimo de Liliane Korb (1940)
y Laurence Lefévre (1951), autoras de las novelas policiacas “Víctor Legris”.
Misterio
en la Torre Eiffel, buena e interesante novela.
Escrito y publicado por Libia Kancev D.
Caracas, 22 de septiembre de 2025.
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