lunes, 15 de mayo de 2023

Matar a un ruiseñor

 

Hay múltiples formas de llegar a una novela: porque alguien te la recomiende, porque lees alguna crítica favorable, porque la novela ganó un premio, porque el autor ganó un premio,  porque te la topes en una librería y llame tú atención, porque alguien te la obsequie, etc.

Supe de Matar a un ruiseñor por un artículo que trataba de la aparición de clubes de lectura de libros prohibidos que han surgido en EE.UU. posterior a conocerse la prohibición de los mismos. Busqué en internet algunos de los libros que mencionaron que habían sido sujetos de censura y me topé con Matar a un ruiseñor (1960) de la escritora estadounidense Harper Lee (Alabama, 1926-2016), quien, en 1961, gana el premio Pulitzer por dicha novela.

Leí Matar a un ruiseñor en una versión digital. Cuenta con 209 páginas.

Esta novela está ambientada en Alabama entre los años 1934/1935. Su tema central tiene que ver con el odioso racismo que imperaba en EE. UU. Por supuesto que sabemos que el racismo sigue siendo una realidad en dicho país aunque entendemos que ha habido cambios en relación al tema.

Hay muchos elementos en la novela que ponen en evidencia el racismo. La parte cumbre tiene que ver con el juicio que se le hace a un hombre negro llamado Tom Robinson (casado y padre de 3 hijos), acusado de haber violado a una muchacha blanca. En realidad, no hubo ninguna prueba de que Robinson fuese culpable, solo bastó la palabra de la muchacha y de su padre. Todo el jurado votó “culpable”. Robinson fue recluido en la cárcel y aunque su abogado defensor (blanco) Atticus Finch le aseguró que apelaría y que había muchas posibilidades de que quedara libre, Robinson intenta huir de la cárcel resultando descubierto y murió a tiros.

El hecho de que el abogado Finch defendiera a un hombre negro le trajo una serie de inconvenientes que se extendieron hasta sus hijos.

Atticus Finch era, en esencia, un hombre bueno. Vivía con sus dos hijos y tenían a una señora de servicio que era negra llamada Calpurnia y que tenía no solo autoridad sobre los niños si no que, simultáneamente, los quería muchísimo.

Otro punto importante es el tema educativo, tanto a nivel de las escuelas del pueblo como la educación en casa que les da  Finch a sus hijos Jeremy (Jem) y Jean Louise a quien llamaban Scout. Finch había enviudado cuando Scout tenía dos años. Atticus les enseñó a leer desde temprana edad y siempre conversaba con ellos de una manera franca.

Claro que Jem y Scout iban a la escuela pero su mejor educación en cuanto a lectura y escritura pero también en relación a su trato con otras personas, la importancia de la verdad, el sentido del honor y de la justicia la aprendieron en su casa.

La narradora de Matar a un ruiseñor es Scout, niña sensible e inteligente igual que su hermano Jem.

En relación al título de esta novela y en ocasión de unos rifles de aire comprimido que Atticus les había regalado a sus hijos por Navidad, Atticus les dice: “Preferiría que disparaseis contra botes vacíos en el patio trasero, pero sé que perseguiréis a los pájaros. Matad todos los arrendajos azules que queráis, si podéis darles, pero recordad que matar a un ruiseñor es pecado… (Miss Maudie dice) los ruiseñores no se dedican a otra cosa que a cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar a un ruiseñor (pág. 68).

Matar a un ruiseñor fue llevada al cine en 1962.

Vale destacar que Matar a un ruiseñor fue la única novela escrita por Harper Lee. Al parecer Harper Lee era poco dada a conceder entrevistas al igual que J. D. Salinger (EE. UU., 1919-2010) autor de El guardián entre el centeno (1951).

En la crónica,  La verdadera historia de Matar a un ruiseñor, publicada en El Mundo el 8 de febrero de 2015 se dice que “es uno de los clásicos de la novela estadounidense con unas ventas en todo el mundo superiores a los 40 millones de copias”.


Imagen de la película matar a un ruiseñor (1962)



Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 15 de mayo de 2023.

 

 

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