Hay múltiples formas de llegar a una novela: porque alguien te la recomiende, porque lees alguna crítica favorable, porque la novela ganó un premio, porque el autor ganó un premio, porque te la topes en una librería y llame tú atención, porque alguien te la obsequie, etc.
Supe de Matar a un ruiseñor por un artículo que
trataba de la aparición de clubes de lectura de libros prohibidos que han
surgido en EE.UU. posterior a conocerse la prohibición de los mismos. Busqué en
internet algunos de los libros que mencionaron que habían sido sujetos de
censura y me topé con Matar a un ruiseñor
(1960) de la escritora estadounidense Harper Lee (Alabama, 1926-2016), quien,
en 1961, gana el premio Pulitzer por dicha novela.
Leí Matar a un ruiseñor en una versión digital.
Cuenta con 209 páginas.
Esta novela está
ambientada en Alabama entre los años 1934/1935. Su tema central tiene que ver
con el odioso racismo que imperaba en EE. UU. Por supuesto que sabemos que el
racismo sigue siendo una realidad en dicho país aunque entendemos que ha habido
cambios en relación al tema.
Hay muchos elementos en
la novela que ponen en evidencia el racismo. La parte cumbre tiene que ver con
el juicio que se le hace a un hombre negro llamado Tom Robinson (casado y padre
de 3 hijos), acusado de haber violado a una muchacha blanca. En realidad, no
hubo ninguna prueba de que Robinson fuese culpable, solo bastó la palabra de la
muchacha y de su padre. Todo el jurado votó “culpable”. Robinson fue recluido
en la cárcel y aunque su abogado defensor (blanco) Atticus Finch le aseguró que
apelaría y que había muchas posibilidades de que quedara libre, Robinson
intenta huir de la cárcel resultando descubierto y murió a tiros.
El hecho de que el
abogado Finch defendiera a un hombre negro le trajo una serie de inconvenientes
que se extendieron hasta sus hijos.
Atticus Finch era, en
esencia, un hombre bueno. Vivía con sus dos hijos y tenían a una señora de
servicio que era negra llamada Calpurnia y que tenía no solo autoridad sobre
los niños si no que, simultáneamente, los quería muchísimo.
Otro punto importante es
el tema educativo, tanto a nivel de las escuelas del pueblo como la educación
en casa que les da Finch a sus hijos
Jeremy (Jem) y Jean Louise a quien llamaban Scout. Finch había enviudado cuando
Scout tenía dos años. Atticus les enseñó a leer desde temprana edad y siempre conversaba
con ellos de una manera franca.
Claro que Jem y Scout
iban a la escuela pero su mejor educación en cuanto a lectura y escritura pero
también en relación a su trato con otras personas, la importancia de la verdad,
el sentido del honor y de la justicia la aprendieron en su casa.
La narradora de Matar a un ruiseñor es Scout, niña
sensible e inteligente igual que su hermano Jem.
En relación al título
de esta novela y en ocasión de unos rifles de aire comprimido que Atticus les
había regalado a sus hijos por Navidad, Atticus les dice: “Preferiría que
disparaseis contra botes vacíos en el patio trasero, pero sé que perseguiréis a
los pájaros. Matad todos los arrendajos azules que queráis, si podéis darles,
pero recordad que matar a un ruiseñor es pecado… (Miss Maudie dice) los ruiseñores no se dedican a otra cosa que a
cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los
arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para
nuestro deleite. Por eso es pecado matar a un ruiseñor (pág. 68).
Matar
a un ruiseñor fue llevada al cine en 1962.
Vale destacar que Matar a un ruiseñor fue la única novela
escrita por Harper Lee. Al parecer Harper Lee era poco dada a conceder
entrevistas al igual que J. D. Salinger (EE. UU., 1919-2010) autor de El guardián entre el centeno (1951).
En la crónica, La
verdadera historia de Matar a un ruiseñor, publicada en El Mundo el 8 de
febrero de 2015 se dice que “es uno de los clásicos de la novela estadounidense
con unas ventas en todo el mundo superiores a los 40 millones de copias”.
Imagen de la película matar a un ruiseñor (1962)
Escrito y publicado por Libia Kancev
Caracas, 15 de mayo de 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario