miércoles, 5 de octubre de 2022

A los vecinos ni con el pétalo de una rosa

 


 “… la vejez no es nada fácil, ni para uno ni para quienes nos rodean” (118).

“-Tienes que darle a la gente un poco de confianza. Tienes que tener fe y no puedes pensar que todo el que te tropiezas, por una cosa o por otra, te va a meter en un problema. A veces vale la pena un poco de humanidad” (146).

“La muerte es así, te sobrecoge, te mantiene en silencio. Te crea una especie de caparazón en la que te metes y te relacionas con el exterior a través de una pequeña ventanilla que te sirve de protección” (186).

“Es una vaina ser pobre, siempre lo ha sido; tanto hasta que en la muerte se marca la diferencia” (218).

“Los vecinos no guardan secretos” (357).

“Cómo en todos los edificios, nunca sabes qué loco tienes al lado. Por eso mantengo mi teoría de que a los vecinos ni con el pétalo de una rosa” (364).


Termino de leer una novela negra, A los vecinos ni con el pétalo de una rosa (2014) de la periodista, dramaturga y escritora venezolana Inés Muñoz Aguirre. La adquirí en la más reciente Feria del Libro de Caracas, realizada en el Parque de Los Caobos, motivada por dos razones: primero porque mi hija M.V. tiene varias novelas de la colección Vértigo (Ediciones B) y sabía que esa no la tenía y, en segundo lugar, porque ya antes había leído una novela de Muñoz Aguirre que me gustó mucho.

La novela relata el crimen cometido, en su propio apartamento, ubicado en un viejo edificio en Chacao, contra una mujer ya mayor llamada Luisa Vivanco. Luisa vivía allí con su hija Ana Luisa Gil Vivanco, quien fue la que, supuestamente, halló el cadáver de su madre tirado en el piso, con un golpe mortal en la cabeza.

Es la Central de Investigaciones Criminalísticas (CIC) quien se encarga de las averiguaciones del crimen y de hallar al (o los) responsable(s). Para el momento del crimen, la detective Carolina Larotta es la que dirige la Central y había introducido una serie de cambios tecnológicos para el mejor funcionamiento de la actividad policial, además que exigía una actuación de absoluta transparencia de los policías y una relación con los medios de comunicación social bastante clara y directa. Su forma de manejar la Central no sólo le trajo la admiración y el respeto de algunas personas si no también diversos enemigos que no la querían en el cargo.

El detective Wilfrido Pérez, excelente y obsesivo, es designado para investigar el caso de la Sra. Vivanco. Pérez era tartamudo pero ello no constituía ninguna limitante para la realización de su trabajo.

Otro aspecto resaltante es la vida que se desarrolla en el edificio donde se cometió el crimen. La relación entre los vecinos, no sólo con la occisa si no entre ellos mismos, lo que pone en evidencia lo difícil y controvertido que son las relaciones humanas.

El proceso investigativo implicó múltiples interrogatorios a casi todos los habitantes del edificio, por supuesto que también a la hija de la asesinada. Tras seguir varias pistas, se llega a saber que la señora Vivanco había tenido un hijo de una relación extramarital y que dio en adopción apenas al nacer.  También que logró conocer a ese hijo a través de un programa televisivo que se especializaba en  reencontrar a miembros de familias que se habían separado. Otro elemento fue que el padre del hijo de Luisa Vivanco era un empresario para el que trabajaba Ana Luisa desde hacía varios años.

Ana Luisa se había enterado de la existencia de ese hermano hacía poco tiempo y no le agradaba la relación que se había establecido entre su madre y él. Y, otro elemento crucial, fue que el empresario había comprado el edificio donde vivían y lo había puesto a nombre de su madre.

Todo lo planteado en los dos párrafos anteriores más una serie de evidencias halladas, logran el esclarecimiento del caso y la detención del asesino que resultó ser la misma hija de la víctima, Ana Luisa Gil Vivanco.

La novela está escrita en una forma ágil y amena a pesar de que el hecho central es un asesinato y que también refleja hechos sociales como la difícil convivencia de los vecinos de un edificio y los intríngulis laborales y políticos del ámbito policial del país. Definitivamente, Inés Muñoz Aguirre es una narradora con solvencia.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev

Caracas, 5 de octubre de 2022.

 

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