"Comprende que no se llega al blanco apuntando, sino descuidadamente, mediante oscilaciones y rodeos, casi por casualidad” (185).
Un
amor
(2020) es una novela de la escritora y periodista española Sara Mesa (Madrid,
1976). Ha sido publicada por Editorial Anagrama y para enero de 2021 ya iba por
su sexta edición.
Trata sobre una mujer
llamada Natalia (Nat), la cual estaba en la treintena de su vida y era traductora
comercial de profesión. Nat renuncia a su empleo y decide irse a vivir a un
pueblo llamado La Escapa donde alquila una casa.
La casa se hallaba en muy malas
condiciones, cosa que ella no se había imaginado. Cuando hace contacto con el
casero, a todas luces un hombre vulgar, maleducado y soez, ella le comenta la
situación (muy sutilmente) y él le responde que le había rebajado bastante el
alquiler y que él arreglará lo dañado en algún momento (resulta evidente que al
casero poco le importa el estado de la casa). El hombre le lleva un perro que
ella le había solicitado. Ella le pone el nombre de Sieso. Se trataba de un
perro arisco.
Nat hace todo lo posible por
poner la casa en condiciones más habitables. También tiene que trabajar en la traducción de un texto
literario, de corte filosófico, para la que la habían contratado, siendo esa
traducción su primera experiencia en ese género y le estaba costando un mundo.
A uno de los primeros
vecinos que conoce es a Píter, un hombre amable y gentil. Él le advierte el
tipo de persona que es el casero y le dice que se deshaga del perro, que no
conseguirá nada de él, que ya tiene muchas
mañas producto del trato que el casero le
ha dado pero Nat no toma en cuenta la opinión de Píter.
Desde las primeras páginas
de Un amor nos damos cuenta que Nat
es una mujer insegura, solitaria pero a su vez necesitada de compañía. Se
muestra poco dada a defenderse de los abusos (como lo leemos en varias escenas
con el casero y en otras situaciones que vive más adelante). Sin duda, es una
mujer inteligente que muestra ciertos rasgos obsesivos sobre todo alrededor de
una necesidad de analizar, de desmenuzar el lenguaje de los otros con quienes
se comunica y el suyo propio.
Un día, Píter la invita a su
casa. Nat piensa que seguro comerán, beberán y terminarán haciendo el amor
(cosa que no estaba en sus planes y después percibimos que tampoco en los de
Piter). Nat le cuenta que había renunciado a su trabajo previo - como traductora
de textos comerciales - ya que había robado algo (no sabía por qué lo había
hecho, tampoco necesitaba lo robado, intentó devolverlo pero no tuvo ocasión de
hacerlo) que le pertenecía a la esposa de uno de sus jefes. Aunque la
confrontan, no la denuncian. Ella decide renunciar para no “deberle” nada a sus
jefes conociendo ellos el robo que había cometido.
Nat intenta domesticar a
Sieso, quería que se convirtiera en una compañía para ella. Lo lleva al
veterinario pero es poco lo que logra acercarlo a ella.
Otros vecinos que conoce es
una pareja que tiene 2 niños y van de descanso a la zona. Otra pareja mayor
(Roberta y Joaquín). Roberta sufría de demencia. Durante un tiempo, Nat trabaja
para ellos haciendo trabajo doméstico.
Ante la primera lluvia de su
estancia en La Escapa, Nat visualiza grandes goteras en el techo y otro vecino
con quien apenas había entablado relación y a quien apodaban El alemán (pero
que no era alemán) y que vendía verduras, le ofrece repararlas pero, a cambio
de algo. La forma en que este hombre le plantea su requerimiento a cambio de la
reparación de las goteras es de una singularidad especialísima:
Le
dice que lleva mucho tiempo solo. Mucho tiempo sin una mujer, precisa. Vivir en
La Escapa no facilita las cosas. Tampoco tener un carácter como el suyo,
aislado y taciturno –aunque él no utiliza esos adjetivos: él dice, solamente, un carácter como el mío- No es que se
encuentre mal. No está triste ni deprimido, no es eso. Se vale por sí mismo en
la vida. Siempre ha sido así. Pero es innegable que los hombres tienen ciertas
necesidades…-Puedo arreglarte el tejado a cambio de que me dejes entrar en ti
un rato –dice. (pág. 66-67).
Así se lo dijo. Nat reflexiona
sobre las palabras que el hombre le ha dicho. Las analiza, en especial, desde
el punto de vista del lenguaje y de su significación como tal. Ella le responde que no pero, al día siguiente
va a su casa y le permite que “entre en ella”.
El alemán, que resulta
llamarse Andreas, repara el techo de la casa de Nat, quedando perfectamente
bien. Al día siguiente, Nat, como
hipnotizada, sale de su casa y se dirige a la de Andreas y, desde ese día
comenzaron una intensa relación sexual. Resulta obvio que Nat se enamora, sin
embargo, no por ello deja de darse cuenta de la particular forma de ser de
Andreas, del hecho de que nunca le pedía que se quedara en su casa, que
vivieran juntos, de que no le hablara de su vida, etc.
Pero Nat se enamora, como
hemos dicho y todo el pueblo se entera de la relación que tenía con Andreas.
Cuando Píter lo sabe, también le advierte que el alemán no le convenía.
La relación entre Nat y
Andreas continúa y en las pocas conversaciones que tienen, él la cataloga como
una persona quejosa, que siempre está dándole vuelta a las cosas. Más temprano
que tarde, Andreas le pide que se vaya de su casa, que la relación está
terminada. Nat lo llama, lo espía, cree volverse loca.
Un día que Nat sale, al
regresar se encuentra con una gran agitación alrededor de su casa. Resulta que
Sieso había mordido a la niña de los vecinos causándole heridas en la cara y en
el cuello. La niña había intentado entrar a la casa y el perro la atacó. Los
vecinos le exigen que entregue al perro porque lo van a linchar pero Sieso
había huido. Horas después, Sieso regresa y ella lo acoge. Llama a Píter para
que lo busque y lo deje fuera del pueblo y así evitar que lo mataran pero llega
la policía y tiene que entregarlo.
Posterior a lo ocurrido con
Sieso, la pareja que atendía prescinde de sus servicios, que tal vez más
adelante…
En una ida del casero para
cobrar la renta, éste se burla de Nat, la trata de puta, la responsabiliza por
lo que había pasado con el perro al intentar domarlo. También hace un amago de
que va a violarla.
Nat va un día a la casa de
Andreas, se siente desamparada y desesperada. Lo espera durante horas pero él
la recibe con frialdad aunque afirma
saber todo lo que le ha ocurrido en los días más recientes, aún así, le reitera
que todo ha terminado entre ellos.
Nat resuelve mudarse a otro
pueblo e iniciar una nueva vida. En una ocasión, decide subir a un cerro
cercano, llamado El Glauco, al que había ido con Andreas y se dice “El
alemán, un hombre cualquiera, como cualquier otro. Y ella piensa, se había
empeñado en traducirlo, en llevarlo a su terreno. Qué absurda pretensión, se
dice. Si no fuera ridículo, sería hasta divertido” (183). Más
adelante agrega “Hace exactamente el mismo recorrido que
hicieron entonces, pero no para recuperar las mismas sensaciones, sino justo al
revés, para borrarlas y escribir otras nuevas sobre ellas” (185).
Al final, se va olvidando de Andreas y escribe
“Las
reliquias sentimentales…no merecen la eternidad” (184).
Pienso que la actitud de
Andreas para con Nat es la de un hombre simple, que no se enreda en análisis
que considera vanos. Que pide respetuosamente lo que necesita y si se lo
conceden, bien y si no, también. Mientras que Nat es una mujer más cerebral,
más dada a reflexiones sobre lo que ocurre o deja de ocurrir a su alrededor.
En la página final de Un amor, aún estando Nat en El Glauco,
se menciona que ella se da cuenta de que se ha sentado sobre una hilera de
hormigas y “Observa a las hormigas con atención. Le cuesta trabajo
conciliar la amplitud de las vistas desde la cima con ese universo tan
estrecho: lo grande y lo pequeño, todo junto, en el mismo plano mental” (185), y
entonces Nat recuerda el acto de cleptomanía que había realizado tiempo atrás y
parece encontrarle sentido.
Como lectora, pienso en lo
importante que es tener una visión a corto y a largo alcance de las cosas pero
no me queda claro el por qué del robo de Nat y, en principio lo considero un
acto de su personalidad dubitativa y en extremo frágil.
En la franja roja de esta
novela se señala que, según algunos medios, se trata del MEJOR LIBRO DEL AÑO
2020. No sé si podría catalogarla así pero sí creo que, con esta novela, Sara
Mesa exhibe muy buen manejo de lo psicológico
en sus personajes.
Escrito
y publicado por Libia Kancev
Caracas,
26 de septiembre de 2022.
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