lunes, 22 de septiembre de 2025

Misterio en la Torre Eiffel

 

A Alexandra Kancev in memoriam

 


En el umbral de la inconsciencia, se acordó de la frase que pronunciara aquel cura tras la muerte de su hijo –La vida en la tierra no es sino un preludio. Está escrito en la Biblia y la Biblia es el libro de Dios (20).

 

La muerte es al mismo tiempo tan grande como una montaña y tan pequeña como un cabello (55).

 

Hace ya más de dos meses falleció mi sobrina Alexandra. Fue por un cuadro abrupto (un tromboembolismo pulmonar masivo), inesperado, imprevisible. Solo tenía veintisiete años. Su muerte ha afectado terriblemente a sus padres, a sus hermanos y a toda la familia. En lo personal y aunque nuestra relación no pasaba de un abrazo con un “bendición tía” y un ¡Dios te bendiga Alexandra!,  la recuerdo, pienso en ella. También pienso en los sin sentidos de la vida.

J, mi cuñada, me dice que tal vez Alexandra vino a este mundo con una misión que ya terminó. También me lo ha comentado mi hermana M. Me pregunto si será una misión mayor que va por otros derroteros…

Me enteré que a Alexandra le gustaba leer, lo que, de alguna manera, nos unía. Así, quise leer algún libro que tuviera en la biblioteca de su cuarto. Entre muchos en inglés y francés, me topé con Misterio en la Torre Eiffel (intrigas y asesinatos en París durante la Exposición Universal de 1889). Fue el catorce de septiembre.

Misterio en la Torre Eiffel es una novela de suspenso, policial, donde el protagonista es un periodista y librero llamado Víctor Legris (35 años), dueño, en conjunto con el hombre (asiático) que prácticamente lo crió Kenji Mori, de una librería en París especializada en libros raros y de segunda mano.

La novela se recrea dentro del marco de la Exposición Universal de 1899 en París y que tiene como eje de celebración la Torre Eiffel, empezada a construir en enero de 1887 y terminada en marzo de 1899 a cargo del ingeniero civil francés Gustave Eiffel (1832-1923). La Torre se construyó para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa (1789-1799).

Lo cierto es que empiezan a sucederse una serie de muertes por unas supuestas picaduras de abejas.  Siete personas fallecieron en total. Un periódico que había sido recientemente fundado llamado Passe-partout y cuyos integrantes eran pocos pero todos muy capaces, se dedica a escribir sobre dichas muertes en forma amarillista, obteniendo muchas ganancias.

Víctor Legris es invitado a trabajar en el Passe-partout como cronista literario pero se toma su tiempo para responder sin aceptar abiertamente. Dentro de los integrantes del periódico estaba una joven pintora, originaria de Rusia, de 22 años, pelirroja, llamada Tasha Kherson, contratada como  ilustradora y caricaturista. Víctor Legris se siente atraído de inmediato por la joven y emprende su conquista.

Víctor Legris siente curiosidad por las muertes y en una labor detectivesca empieza a investigar por su cuenta, pensando que su querido tutor Kenji y Tasha podían tener algo que ver ya que lograba ubicarlos en algunos lugares donde se habían producido las muertes. No obstante,  dichos pensamientos lo llenaban de incredulidad y dolor.

Víctor descubre que se trata de asesinatos realizados con la inyección de curare y al final se descubre que el autor de los crímenes es el dueño del Passe-partout, el periodista Marius Bonnet, quien era un hombre muy ambicioso y se había endeudado con un fuerte préstamo del que le estaban exigiendo su devolución inmediata. Una de las personas muertas había sido un coleccionista quien fue el que le prestó el dinero a Bonnet y de cuya vivienda también obtuvo con tarro con curare.

La novela está llena de intertextualidades con la mención de múltiples escritores franceses y de otras nacionalidades. Entre ellos podemos mencionar a Julio Verne (1828-1905); Alexander Pushkin (1799-1837); Honoré de Balzac (1799-1850), Gustave Flaubert (1821-1880), Guy de Maupassant (1850-1893); Anatole France (1844-1924); Joris- Karl Hyusman  (1848-1907); Charles Baudelaire (1821-1867); Jonathan Swift (1887-1745) y muchos otros. También se hace mención a personas, por ejemplo, pintores que, aunque no tuvieron en un inicio mayor éxito, después se hicieron muy famosos.

Hay un escritor al que quiero hacer especial mención y que me era desconocido por completo, se trata de Émile Gaboriau (1832-1873), escritor y periodista francés , precursor de la novela policiaca y novela negra en Francia. Según información de Google, en su obra se combinan aspectos fantásticos con las influencias de Balzac y del escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849). Gaboriau también fue el creador del detective Monsieur Lecoq, uno de los primeros detectives profesionales en la literatura. Por otra parte, se considera que Gaboriau fue una figura influyente para detectives posteriores como Sherlock Holmes creado por el escritor y médico inglés Arthur Conan Doyle (1859-1930).

En el Misterio en la Torre Eiffel se hace referencia a diversos avances tecnológicos de la época  como la cámara Kodak (del norteamericano George Eastman, 1837-1932), la linotipia, creada por el alemán Ottmar Mergenthaler  (1854- EE. UU, 1899) y otros.

Misterio en la Torre Eiffel (2003), publicada por la editorial Swing exhibe como autor(a) a Claude Izner. Al buscar datos biográficos sobre el mismo, me encuentro con que Claude Izner es el seudónimo de Liliane Korb (1940) y Laurence Lefévre (1951), autoras de las novelas policiacas “Víctor Legris”.

Misterio en la Torre Eiffel, buena e interesante novela.

 

Claude Izner



Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 22 de septiembre de 2025.