“…hay infortunios que tardan eternidades en amortizarse” (313).
La novela Independencia (2021) del escritor
español Javier Cercas, es la continuación de Terra Alta (2019), ganadora del Premio Planeta de ese año. Hay una
tercera novela que viene a continuación llamada El
castillo de Barbazul (2022) que espero leer pronto.
Terra
Alta,
según algunos entendidos, constituye la primera incursión de Cercas en el
género policial y, como afirmé en mi reseña de dicha novela, considero que he
leído mejores novelas de este autor. Aún así, no tengo la menor duda de que
Cercas es un muy buen narrador.
En las primeras páginas de Independencia se narra unas escenas
donde Melchor rescata a unas jóvenes nigerianas víctimas del trato de personas
y que son obligadas a prostituirse. Se nombra a un tal Eugenio Fernández (Papá
Moon). Estas primeras páginas no tienen relación aparente con el resto de la
novela y creo que la tendrán con la tercera parte de Terra Alta.
En Independencia sigue siendo Melchor Marín el gran protagonista. El
policía, instalado en Terra Alta con su hija Cosette sigue siéndolo y
conectado, cada vez más, con la lectura de novelas. También estudia para
bibliotecario (como lo fue su esposa Olga la cual fue asesinada) con la
esperanza de trabajar en ello en algún momento de su vida.
Melchor es requerido para
trabajar en Barcelona debido a que la alcaldesa de esta ciudad (Virginia
Oliver) está siendo extorsionada con la amenaza de divulgar un video sexual de
ella. La trama decanta la existencia de personajes ligados a familias muy
adineradas de Barcelona, tales como Daniel Casas, Enric Vidal y Leopoldo
Rosell. Junto a ellos, también resalta el personaje de Ricky Ramírez quien no
pertenecía a la misma clase social de ellos pero que quería pertenecer.
Casas, Vidal y Rosell se
conocen de toda la vida, mientras que Ramírez los conoce desde la adolescencia.
Estudian en un prestigioso colegio. Pero, el comportamiento que tenían los tres
primeros era muy reprochable y Ramírez jugaba un papel servil en su afán por
pertenecer a ese grupo. Los jóvenes
drogaban y violaban a chicas y Ramírez los grababa. Luego, el padre de Ramírez,
que era sindicalista y diputado cae en una mala situación que lo lleva a la
cárcel y su hijo también sufre las consecuencias de lo que le ocurre al padre y
debe dejar el colegio. Sus “amigos” se desentienden de él y eso resulta ser
algo, al igual que la situación de su padre que lo afecta terriblemente.
Recordemos que en Terra Alta sabemos que la madre de Marín
había sido asesinada brutalmente. Ella trabajaba como prostituta. Se llamaba
Rosario Marín. Este crimen nunca fue resuelto y fue motivo esencial para que Melchor
se hiciera policía.
La investigación policial,
donde Melchor tiene una actuación crucial, permite desentrañar los delitos
cometidos por Casas, Vidal, Rosell y, en mayor o menor grado, por Ramírez.
Estos fueron, en especial los dos primeros, los que estaban extorsionando a la
alcaldesa que, por cierto, había sido una de las jóvenes violadas por Casas,
Vidal y Rosell en su juventud y que, por intríngulis de la vida, se había
casado (y divorciado) con Daniel Casas.
La motivación para la
extorción a la alcaldesa parece ser por motivos políticos pero pueden haber
otros más personales.
Otro descubrimiento
fundamental para la vida de Melchor fue el hecho de que fueron los hombres
antes nombrados los que mataron a su madre.
Al final, Melchor mata a
Casas, Vidal, Rosell y a dos personas más que no quedan identificadas,
convocándolos en un sitio y provocando un incendio.
En Independencia también ocurre el fallecimiento (por cáncer) del
abogado Domingo Vivales quien fue una especie de padre para Melchor (el cual
llegó a sospechar que Vivales era su padre). Al final, Melchor regresa con
Cosette a Terra Alta y pareciera que va a iniciar una relación amorosa con Rosa
Adell (que también aparece en Terra Alta) pues era la hija de los Adell,
quienes fueron asesinados. Dicho asesinato fue planeado por el esposo de Rosa
quien se encontraba preso.
En Independencia se tocan también temas como el poder, el dinero.
Igualmente sobre la política en España.
Hacia el final de la novela,
Melchor dice algo relacionado con el acto de leer y de las novelas que me gusto
mucho y por ello lo cito aquí:
Así
que, para terminar, os contaré otra cosa que he aprendido leyendo novelas. Lo
que he aprendido es que las novelas no sirven para nada. Ni siquiera cuentan
las cosas como son, sino como hubieran podido ser, o como nos gustarían que
fueran. Por eso nos salvan la vida…Bueno, eso es todo lo que os quería decir:
que las novelas no sirven para nada, excepto para salvar vidas. (Pág.
388).
Escrito
y publicado por Libia Kancev
Caracas,
11 de octubre de 2022.