El sábado 15 de enero del año en curso, como a las 9: 30 am, Nury, Zulay y yo emprendimos una caminata hacia la Biblioteca Nacional. Ellas querían averiguar sobre unas clases de yoga que dictaban por esa zona. Así, mataban 2 pájaros de un solo tiro: caminar y buscar la información antes señalada.
La mañana estaba
soleada.
Para mí era la primera
vez que me unía a una caminata distinta a la de mi querido parque de Los
Caobos.
Empezamos a caminar.
Había más gente en la calle de lo que hubiera esperado pero, de inmediato
recordé que era quincena, que la gente había salido a gastar sus churupos.
Caminábamos y
caminábamos. Yo las seguía. Cruzamos a cierta altura de la Av. Urdaneta hacia
la calle que da al Banco del Tesoro. De pronto vimos una casa de estilo
colonial y nos paramos a ver. Salió un señor quien nos dijo que esa era La casa de las primeras letras Simón
Rodríguez y, muy amablemente, nos invitó a pasar. Se trató de un espacio
muy agradable, con un pequeño jardín interno donde vimos figuras de una pelea
de gallos, unas guacamayas y un águila harpía. Nos enteramos que dichas figuras
eran hechas con placas de radiografías.
Vimos otros espacios y
pinturas. Frases resaltadas en las paredes, pedazos de piezas de arcilla…
Buscando en Google me
entero que La casa de las primeras letras
Simón Rodríguez está situada entre
las esquinas Veroes a Jesuitas, que sus orígenes prácticamente coinciden con el
de la fundación de nuestra ciudad capital y que es conocida por haber sido la
sede de la primera escuela de Caracas donde Simón Rodríguez (1769- Perú, 1850)
dio clases a niños y niñas, entre ellos al que sería El Libertador Simón
Bolívar (1783- Colombia, 1830).
La
casa de las primeras letras Simón Rodríguez es patrimonio
histórico y arquitectónico de la ciudad y constituye, en la actualidad, un
lugar de esparcimiento, de lectura y de artes escénicas.
Hablamos que era un lugar para visitar de nuevo. Que
podíamos venir a tomarnos un café. Sí, también tiene una cafetería…
Salimos de La casa de las primeras letras Simón
Rodríguez y seguimos…caminando. Como a cuadra y media o dos cuadras vimos,
a mano izquierda, una pequeña plaza que lucía, en su centro, una estatua. Nos
acercamos para saber de quién se trataba. Era del Mariscal Juan Crisóstomo
Falcón (1820 – Martinica, 1870) quien fue presidente del país entre 1863 y
1868. Lideró a los federalistas durante la Guerra Federal.
Resulta interesante saber que la plaza mencionada es la Plaza de Las Mercedes (ubicada en la esquina de Tienda Honda), que la estatua de Falcón es de bronce y que fue construida por Jean Jules Frere en 1881. Al parecer y según Google, la estatua de Falcón es un homenaje personal que le hace Antonio Guzmán Blanco “…a su jefe en aquellos empeños revolucionarios”. Por cierto, la espada que luce Falcón está rota y no como la vemos en la siguiente imagen.
Decidimos seguir
bordeando el Panteón y ver, en toda su extensión lo que había detrás. En uno de los laterales de esa estructura, en
la parte superior había una llama encendida, llamada la llama eterna. La
estructura resultó ser el Mausoleo del Libertador, cuya idea de creación fue
del extinto presidente Hugo Chávez F. y fue inaugurado el 14 de mayo de 2013.
La construcción del
Mausoleo del Libertador estuvo signada por muchas controversias. La compañía
contratada para su construcción era del ministro Francisco Sesto, quien,
además, fue el encargado de gestionar la obra desde el gobierno. Por otra
parte, el costo de la obra resultó muy superior al que inicialmente se había
proyectado.
El Mausoleo y el
Panteón Nacional están unidos por un pasillo. Según entiendo, los restos de El
Libertador están en el Mausoleo.
(En relación a los
restos de Simón Bolívar, me entró curiosidad de saber cuándo habían llegado a
Caracas, procedentes de Santa Marta, Colombia. Vale destacar que, a la muerte
de Bolívar, su cuerpo fue sometido a una autopsia y embalsamado. También que
fue enterrado en dos féretros: uno en donde reposaba su cuerpo y otro donde lo
hacía su corazón.
El 15 de diciembre de
1842, el féretro que contenía su cuerpo (el corazón se quedó en Colombia, como
símbolo de la amistad entre Colombia y Venezuela) llegó a la Guaira en donde estuvo
unas horas en la Iglesia Parroquial de La Guaira, luego fue llevado a la
Iglesia de la Santísima Trinidad (16/12/ 1842) y el 17/12/1842 estuvo en la
Iglesia de San Francisco, de donde fue trasladado a La Catedral de Caracas
(23/12/1842). Treinta y cuatro años
después, los restos del Libertador fueron llevados al Panteón Nacional).
Después de esta
digresión...Bordeamos el Mausoleo, rodeado de una extensa plaza y vimos una
construcción, estéticamente no muy agraciada, llamada: La Rosa Roja de Paita (como se refirió el poeta Pablo Neruda a la
ecuatoriana Manuela Sáenz), también llamada Flor
de Manuela Sáenz del arquitecto Doménico Silvestro.
Quiero recordar que el
Panteón Nacional (inaugurado el 28 de octubre de 1875 bajo el gobierno de
Antonio Guzmán Blanco, 1829- París, 1899) es donde se conservan los restos de
personajes destacados de la historia de Venezuela. Antes de construirse el
Panteón Nacional, en ese espacio existía la Iglesia de la Santísima Trinidad,
destruida en 1812 por el terremoto que afectó a Caracas ese año.
Hacia la parte lateral
del Panteón, visualizamos una construcción de ladrillos, rectangular, de
aspecto colonial. Tuvimos la duda de si se trataba de El Cuartel San Carlos,
donde recordaba que estuvo preso Hugo Chávez F. posterior a su fallido intento
de Estado en 1992 contra Carlos Andrés Pérez (segundo mandato).
Efectivamente resultó
ser El Cuartel San Carlos (nos lo confirmó un transeúnte). Zulay mencionó que
allí habían estado presos Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez y Guillermo García
Ponce, de donde se habían fugado construyendo un túnel.
Buscando en Google me
consigo que la información aportada por Zulay ocurrió en febrero de 1967 y que
en El Cuartel estuvieron presos muchos izquierdistas durante la época de las
guerrillas.
El Cuartel San Carlos
fue construido entre 1787-1792 para evitar posibles incursiones inglesas a la
ciudad ya que esa zona era la entrada natural a Caracas desde el Mar Caribe. En
1839, el general Carlos Soublette ordena su restauración. En 1986 es declarado
Monumento Histórico Nacional.
Vale destacar que, para
el momento de la travesía que realizamos, tanto el Panteón Nacional, como el
Mausoleo del Libertador, como El Cuartel
San Carlos estaban cerrados al público.
Antes de emprender el
camino de regreso, buscamos una casita en donde supuestamente había vivido el
Dr. José Gregorio Hernández. Al parecer no estaba ubicada por allí, también
pasamos por la Iglesia de la Trinidad.
En fin, se trató de una
caminata turística y fue muy agradable y pedagógica, tanto así que motivó este
escrito.
Escrito y publicado por Libia Kancev
Caracas,
28 de enero de 2022.