jueves, 2 de octubre de 2025

Lolita




Desde hace muchos años he oído hablar de la novela Lolita (publicada en París en 1955) del escritor, traductor, entomólogo y profesor ruso, nacionalizado estadounidense y suizo, Vladimir Nabókov (Rusia, 1899-Suiza, 1977).

En 1919, la familia Nabókov se exiló en Reino Unido por temor a los bolcheviques. En 1922, Vladimir se trasladó a Alemania donde su padre fue asesinado. En 1940 salió de Francia hacia los Estados Unidos. Un hermano (Serguei) murió en 1945 (Alemania) por homosexual.

Tengo la novela en mi casa, un ejemplar viejo. También sé que han hecho versiones de películas basada en  esta novela pero nada me inspiraba a leerla ni a verlas. Algo sabía o mejor dicho, me imaginaba, del tema principal y no sé si era por eso mi desinterés por leerla o, prejuicios, simplemente prejuicios que todos tenemos en mayor o menor grado aunque muchas veces no seamos conscientes de ellos.

Siempre he escuchado que Lolita es una gran novela. Hace como un mes, en una corta entrevista a la escritora española Rosa Montero (Madrid, 1951) recomendaba tres libros, entre ellos, Lolita y, de pronto, Lolita fue enviada al chat Lectura y reflexiones y me dije, ¿por qué no leerla? Y me respondí ¡voy a leerla!

La leo en una versión digital (no sabía en qué parte de mi casa tenía mi ejemplar. Poseo una gran cantidad de libros situados en diversas zonas de mi apartamento).

Por momentos, me ha costado leer Lolita. Es una novela con múltiples detalles. Tiene muchas frases en francés (me detengo a buscar la traducción) y creo que sigo prejuiciada pero continuo porque está muy bien escrita y tiene elementos psicológicos que me parecen muy interesantes sobre las emociones humanas y el tema de la pederastia.

La novela está inicialmente ambientada en París y está narrada en primera persona y se desarrolla desde finales de la década de los 30 hasta inicios de los cincuenta.

Un hombre, Jean-Jacques Humbert (de aproximadamente 40 años), ligado al área de la literatura francesa, comienza hablando de Lolita y de su interés y atracción sexual por las niñas de entre 9 a 14 años.

También relata Humbert sobre el matrimonio que tuvo con una mujer llamada Valeria y que lleva a cabo como mecanismo para hallar contención de su apetencia por las niñas. En el matrimonio a Humbert le va regular hasta que él decide que se marchen a EE. UU. Para su sorpresa, Valeria muestra poco interés, hasta que  le confiesa que tiene un amante, un ex coronel ruso que trabajaba como taxista. Para el momento de la confesión, el hombre estaba cerca de ellos y los acompaña hasta su casa para que Valeria recoja sus cosas y se vayan.

La reacción de Humbert es algo cómica. Se molesta pero también parece aliviado y se marcha a EE.UU. Allí se entera que Valeria (que había viajado con su amante a Pasadena (California) había muerto al dar a luz (1945) y que tanto ella como el ruso habían participado en un experimento antropológico algo raro. Quiso saber sus resultados pero nunca los halló.

Como dije antes, Humbert estaba dedicado al área de la literatura pero también sabemos que estuvo varias veces recluido en sanatorios para enfermos mentales donde se daba gusto engañando a los psiquiatras. La razón exacta de esas hospitalizaciones no me queda clara.

Después de su último internamiento, Humbert viaja a la campiña en Nueva Inglaterra con la finalidad de pasar un verano estudioso. Después de algunas vicisitudes, llega como huésped a la casa de la señora Charlotte Haze que es donde conoce a Dolores Haze (hija) de 12 años de edad. Desde un primer momento, la niña le pareció encantadora y queda prendado de ella trayéndole recuerdos de su primera experiencia amorosa con una niña siendo el también un niño.

Dolores (Lolita) era una niña desenfadada, asistía a la escuela y sus notas eran malas.

Humbert empieza a escribir un diario por no más de veinte días (con una letra difícil de entender), donde cuenta lo que la niña le inspira y sus avances sobre ella. Un día, se le presenta a Humbert la primera ocasión de estar a solas con Dolores luego que su madre cancelara una prometida visita a un lago cercano. Charlotte va a misa y Dolores se niega a acompañarla en represalia.

Charlotte parecía estar interesada en Humbert y sospechaba acerca del interés que él podría tener en su hija, incluso, Charlotte buscaba trabajo en la ciudad pero había cuadrado que la hija de una vieja conocida, la señora Phalen, se quedara con Dolores durante su ausencia pero la señora Phalen se enferma. Sin duda, Charlotte estaba pendiente de no dejar a Dolores sola con Humbert. El día que fue a misa, llamó a su hija para que se reunieran a almorzar con una amiga interrumpiendo el corto tiempo que Humbert y Lolita estuvieron solos. Humbert la mira y le hace algunas caricias, en apariencia, azarosas. Humbert parecía estar claro que quería disfrutar con la niña pero sin causarle ningún daño.

Luego, Charlotte manda a Dolores a un campamento por tres semanas con la hija de una amiga y, de regreso, se quedaría con ellas hasta el inicio del año escolar. Esto desanima a Humbert.

Charlotte le dice a Humbert que le dijo a Lolita que él estaba de acuerdo con que ella se fuera al campamento  y esto la molestó mucho. El día que Lolita se iba, Humbert la veía por la ventana de su habitación y acabada de montarse en el auto, bajó de pronto, subió corriendo a la habitación de Humbert, le dijo traidor pero le dio un beso.

Vale destacar que Charlotte y Dolores discutían con frecuencia. Charlotte le dice a Humbert lo siguiente “Ella se ve como una estrella; yo la veo como una chica sana, fuerte y decididamente común. Supongo que esa es la raíz de nuestras dificultades” (58).

Antes de que Charlotte se fuera a llevar a Dolores, le dejó una carta a Humbert con su criada (Louise) donde le confesaba su amor y le pedía que vivieran juntos y que si no quería que se fuera de la casa antes de que ella estuviera de regreso.

Por supuesto que a Humbert no le atraía Charlotte pero pensó en la conveniencia de casarse con ella y ser el padrastro oficial de Lolita y así poder tenerla cerca.  Finalmente, Charlotte y Humbert se casaron, se llevaban bien pero, cuando tenían intimidad, Humbert se imaginaba que Charlotte era Lolita.

El otro plan de Charlotte era enviar a Lolita a un internado. Esa idea no le gusta nada a Humbert y le pasa por la mente asesinar a Charlotte.

En varios momentos de la narración nos damos cuenta que Humbert está siendo juzgado. No sabemos si por abuso hacia Lolita o porque finalmente asesina a Charlotte.

Un día, Charlotte le dice a Humbert que irían de vacaciones a Inglaterra pero Humbert despliega toda una táctica para negarse. Tiempo después, Charlotte descubre que Humbert tenía un cajón secreto y, al abrirlo se encuentra escritos donde Humbert habla sobre su deseo y atracción hacia Lolita y lo poco que Charlotte representaba para él. Charlotte queda devastada, se pone a escribir unas cartas  y le dice a Humbert que se vaya de su casa de inmediato. Él trato de tranquilizarla pero, cuando Charlotte fue a llevar las cartas al buzón es atropellada por un auto y muere instantáneamente.

Humbert no pudo dar a tiempo con Lolita para avisarle de la muerte de su madre y asistiera al entierro. Pensó que se quedaría con la niña y se irían a Nueva York. Decide ir a buscarla al campamento donde estaba, no sin antes comprarle ropa, perfumes, sombreros, revistas. Miles de pensamientos libidinosos le pasaban por la mente acerca de lo que haría con Lolita. Aún así pensaba “Estoy tan cansado de ser cínico” (94).

Lo cierto es que Humbert buscó a Lolita en el campamento y se fueron a un hotel. Lolita pregunta por su madre y Humbert primero le dice que su mamá va a ser sometida a una operación muy seria para, más adelante, decirle que su madre falleció y que ella se quedará con él. En un momento, Humbert le da un hipnótico para poder “estar con ella” pero no fue efectivo. Humbert y Lolita inician un periplo por diversas ciudades de EE. UU. El comportamiento de la niña era atrevido y muchas veces sensual. Humbert la complace en todo lo que ella quiere.

Vale destacar que a Humbert le preocupaba lo que la gente pudiera pensar de su relación con Lolita (aunque la presentase como su hija) e incluso que la niña pudiera decir lo que pasaba entre ellos.

Hay momentos que Humbert siente que los están persiguiendo. Un día, Lolita se fuga de una clínica en que la habían recluido por un cuadro febril. Se fuga con un hombre.

Humbert, decepcionado, comienza a buscarla, casi por un período de 2 o 3 años. En el ínterin conoce a una joven llamada Rita que tenía muchos problemas personales.

Un día y, para  gran sorpresa suya, le llega a una carta de Lolita donde ésta, como si nada, le pide dinero, le dice que está embarazada y que se mudará con su pareja a Alaska. Lolita no le envía su dirección pero Humbert no tarda en encontrarla teniendo la idea de asesinar al marido de Lolita.

Lo cierto es que Lolita lo recibe en su casa y le presenta a Dick quien le dice que Lolita es una buena muchacha y que está seguro que será una buena madre.

Humbert le pide a Lolita que se vaya con él pero ella se niega rotundamente. Entristecido y aún viendo lo que Lolita ha cambiado, en especial, en su físico, Humbert le da a Lolita el dinero de la renta de la casa de su madre y le dice que un abogado se pondrá en contacto con ella y que la situación financiera de los bienes que había dejado su madre era muy buena. Lolita está feliz.

Humbert desiste de la idea de matar al marido de Lolita y se va. Resulta que Lolita también le cuenta que había tenido relaciones con un profesor de teatro de la escuela donde estudiaba, llamado Clare Quilty (al parecer, el hombre la había seducido) y que Humbert conocía. Humbert decide vengarse.

Las escenas descritas después de que Humbert llega a la casa de Quilty están escritas de una forma casi tragicómica. Imaginé que estaba en un teatro. Humbert encuentra a Quilty después de haber penetrado en su casa y haber cerrado y escondido las llaves de varios espacios. Cuando ve a Quilty, este pretende hacerse como el desentendido pero Humbert le reclama lo sucedido pero el hombre alega que él era impotente. Intenta disuadir a Humbert de que baje la pistola con que lo apunta, al final, Humbert lo mata. Entiendo que ese es el motivo de que Humbert esté preso y sometido a juicio.

Aunque la narración de Lolita por momentos se me hace algo confusa pienso que hay una maestría en esa narración. ¿Es Humbert un pederasta?, ¿hasta dónde llega el accionar de Humbert con Lolita? Me hago esta pregunta aunque para nada desconozco que una mirada, una caricia, un determinado tipo de abrazo puede constituir por si solo un abuso. Surgen otras preguntas, ¿qué tan inocente era Lolita?, ¿habrá Lolita perdido su inocencia con el señor Quilty?, ¿pudo Lolita seducir, de alguna manera, a Humbert, aprovecharse de él para que le hiciera múltiples regalos? Creo entender que, Humbert seguía amando a Lolita aunque tuviera ya diecisiete años y estuviera embarazada.

En la parte final de la novela y como en una especie de epílogo, Nabókov cuenta cosas interesantes, entre ellas, las dificultades que tuvo para que le publicaran la novela, tanto que, inicialmente pensó que fuera anónima, luego decide firmarla. Pasó por cuatro editoriales que la rechazaron por motivos que tal vez para la época fuesen de peso y que hoy seguramente consideraríamos irrelevantes.

Nabókov también habla de la novela pornográfica, mencionando algunas características de la misma y así destaca que Lolita no es una novela pornográfica. Nabókov también señala que lo que le pareció más injusto ante las críticas que recibió era que se dijera que era una novela  antinorteamericana. De hecho, la novela se publicó en EE. UU en 1958, tres años después que en París.

Leyendo un artículo titulado Malinterpretación y censura de Lolita, el caso Sur. 1959 (2020), encuentro que la novela “fue difundida internacionalmente con rapidez debido al escándalo. A pesar de que no todos la han leído, el cliché en torno a su tema fue central para su difusión, nutridas por lecturas de todo tipo, desde una historia de amor hasta una novela inmoral”.

Para mí, sin duda, Lolita no es una novela pornográfica ni inmoral. Pienso que se trata de una historia de amor con mucha singularidad: amor de Humbert hacia Lolita. Ella lo quería como un adulto que podía complacerla en las cosas que quería pero ella decide (¿¡será la palabra correcta!? ¿Lolita fue seducida por Quilty quien fuera su profesor o por Humbert?), de alguna manera, la vida que desea tener.

Reconozco que lo que escribo en el párrafo anterior puede ser muy simplista y hasta inadecuado pero creo que la novela tiene mucho material para analizar.

Por el prólogo de Lolita, escrito por John Ray Jr., nos enteramos que Humbert muere de una trombosis coronaria, en la prisión, el 16 de noviembre de 1952, pocos días antes de que se iniciara su proceso penal por el asesinato de Clare Quilty. También que Lolita había fallecido al dar a luz un hijo varón muerto en el mismo año.

Excelente novela de Nabókov.

 

Vladimir Nabókov


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 2 de octubre de 2025.

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

Misterio en la Torre Eiffel

 

A Alexandra Kancev in memoriam

 


En el umbral de la inconsciencia, se acordó de la frase que pronunciara aquel cura tras la muerte de su hijo –La vida en la tierra no es sino un preludio. Está escrito en la Biblia y la Biblia es el libro de Dios (20).

 

La muerte es al mismo tiempo tan grande como una montaña y tan pequeña como un cabello (55).


Hace ya más de dos meses falleció mi sobrina Alexandra. Fue por un cuadro abrupto (un tromboembolismo pulmonar masivo), inesperado, imprevisible. Solo tenía veintisiete años. Su muerte ha afectado terriblemente a sus padres, a sus hermanos y a toda la familia.

En lo personal y aunque no pasábamos de un abrazo con un “bendición tía” y un ¡Dios te bendiga Alexandra!,  la recuerdo, pienso en ella. También pienso en los sin sentidos de la vida.

J, mi cuñada, me dice con el dolor en la voz que, tal vez, Alexandra vino a este mundo con una misión que ya terminó. También se lo he escuchado decir a mi hermana M. Me pregunto si será una misión mayor que va por otros derroteros…

Me enteré que a Alexandra le gustaba leer, lo que, de alguna manera, nos unía. Así, quise leer algún libro que tuviera en la biblioteca de su cuarto. Entre muchos en inglés y francés, me topé con Misterio en la Torre Eiffel (intrigas y asesinatos en París durante la Exposición Universal de 1889). Fue el catorce de septiembre.

Misterio en la Torre Eiffel es una novela de suspenso, policial, donde el protagonista es un periodista y librero llamado Víctor Legris (35 años), dueño, en conjunto con el hombre que prácticamente lo crió Kenji Mori (asiático), de una librería en París especializada en libros raros y de segunda mano.

La novela se recrea dentro del marco de la Exposición Universal de 1899 en París y tiene como eje de celebración la Torre Eiffel, empezada a construir en enero de 1887 y terminada en marzo de 1899 a cargo del ingeniero civil francés Gustave Eiffel (1832-1923). La torre se construyó para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa (1789-1799).

Lo cierto es que empiezan a sucederse una serie de muertes por unas supuestas picaduras de abejas.  Siete personas fallecieron en total. Un periódico que había sido recientemente fundado llamado Passe-partout y cuyos integrantes eran pocos pero todos muy capaces, se dedica a escribir sobre dichas muertes en forma un tanto amarillista, obteniendo muchas ganancias.

Víctor Legris es invitado a trabajar en el Passe-partout como cronista literario pero se toma su tiempo para responder sin aceptar abiertamente. Dentro de los integrantes del periódico estaba una joven pintora, originaria de Rusia, de 22 años, pelirroja, llamada Tasha Kherson, contratada como  ilustradora y caricaturista. Víctor Legris se siente atraído de inmediato por la joven y emprende su conquista.

Víctor Legris siente curiosidad por las muertes y en una labor detectivesca empieza a investigar por su cuenta, pensando que su querido tutor Kenji y Tasha podían tener algo que ver ya que lograba ubicarlos en algunos lugares donde se habían producido las muertes. No obstante,  dichos pensamientos lo llenaban de incredulidad y dolor.

Víctor descubre que se trata de asesinatos realizados con la inyección de curare y al final se descubre que el autor de los crímenes es el dueño del Passe-partout, el periodista Marius Bonnet, quien era un hombre muy ambicioso y se había endeudado con un fuerte préstamo del que le estaban exigiendo su devolución inmediata. Una de las personas muertas había sido un coleccionista quien fue el que le prestó el dinero a Bonnet y de cuya vivienda también obtuvo un tarro con curare.

La novela está llena de intertextualidades con la mención de múltiples escritores franceses y de otras nacionalidades. Entre ellos podemos mencionar a Julio Verne (1828-1905); Alexander Pushkin (1799-1837); Honoré de Balzac (1799-1850); Gustave Flaubert (1821-1880); Guy de Maupassant (1850-1893); Anatole France (1844-1924); Joris- Karl Hyusman  (1848-1907); Charles Baudelaire (1821-1867); Jonathan Swift (1887-1745) y muchos otros.

También se hace mención a personas pertenecientes a otros ámbitos de la cultura como, por ejemplo, de pintores que, aunque no tuvieron en un inicio mayor éxito, después se hicieron muy famosos.

Hay un escritor al que quiero hacer especial mención y que me era desconocido por completo, se trata de Émile Gaboriau (1832-1873), escritor y periodista francés , precursor de la novela policiaca y novela negra en Francia. Según información de Google, en su obra se combinan aspectos fantásticos con las influencias de Balzac y del escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849). Gaboriau también fue el creador del detective Monsieur Lecoq, uno de los primeros detectives profesionales en la literatura. Por otra parte, se considera que Gaboriau fue una figura influyente para detectives posteriores como Sherlock Holmes creado por el escritor y médico inglés Arthur Conan Doyle (1859-1930).

En el Misterio en la Torre Eiffel se hace referencia a diversos avances tecnológicos de la época  como la cámara Kodak (del norteamericano George Eastman, 1837-1932), la linotipia, creada por el alemán Ottmar Mergenthaler  (1854- EE. UU, 1899) y otros.

Misterio en la Torre Eiffel (2003), publicada por la editorial Swing exhibe como autor(a) a Claude Izner. Al buscar datos biográficos sobre el mismo, me encuentro con que Claude Izner es el seudónimo de Liliane Korb (1940) y Laurence Lefévre (1951), autoras de las novelas policiacas “Víctor Legris”.

Misterio en la Torre Eiffel, buena e interesante novela. Me hizo sentido encontrarla en la biblioteca de Alexandra.

 


Claude Izner


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 22 de septiembre de 2025.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Noche negra: novela de Pilar Quintana

 



Se trata de la más reciente novela de la escritora colombiana Pilar Quintana (Cali, 1972) quien, en 2021, ganó el premio Alfaguara con Los Abismos (2021) reseñada en este blog.

Fue publicada en agosto de este año. La leo en una versión digital.

Noche negra está ambientada en la región selvática de Cali, perteneciente al Departamento del Valle del Cauca  (al suroeste de Colombia), siendo la selva y el mar protagonistas indispensables.

Rosa, una mujer caleña, graduada en Trabajo Social, asociada de una agencia de mercadeo, decide irse a vivir a la selva con un irlandés llamado Gene, a quien tenía unos meses conociendo y con quien pensó que podía tener una buena relación de pareja.

La novela narra trozos esenciales de la vida de Rosa en la ciudad. Era hija ilegítima de un médico blanco para el que su mamá trabajaba desde hacía más de treinta años.

El trato de Rosa con su padre siempre fue distante, hasta el día que se graduó. El médico se sentía orgulloso ya que ella fue la única de sus hijas que logró hacerse universitaria.

Rosa vivió con su abuela –mujer de carácter fuerte y racista-, con su madre y con una joven llamada Emperatriz a la que contrataron para cuidar a su abuela que, al final de su vida, padeció de demencia senil. Su madre también padeció la enfermedad y ese era un tema, el de la locura, que preocupaba mucho a Rosa.

Menciono lo del racismo de la abuela porque ellas eran negras, excepto Rosa que era considerada “blanca”. Es el racismo dentro de la misma raza negra donde el menos negro se siente superior ante el más negro.

Rosa describe su etapa en la universidad. Allí había tenido una relación con un estudiante llamado Fermín (de quien se enamora). Se trataba de un revolucionario que tenía un estilo de vida cónsono con sus ideales. Fermín termina desaparecido (¿o muerto?) por los militares después de una revuelta en la universidad. Rosa nunca supo qué pasó a ciencia cierta con él pero lo recordaba con nostalgia.

Rosa compra un lote de terreno en la selva junto a Gene. La novela, narrada en cuatro días, inicia con la partida de Gene a un país vecino con la finalidad de sacar su visa de residente. Promete enviarle un mensaje a Rosa el miércoles en la tienda de Don José.

En esos cuatro días que se narra Noche Negra, marcados por la ida de Gene hasta el supuesto mensaje que le enviaría a Rosa el miércoles, ella narra su tesón por mantener la cabaña a la que aún le faltaba las puertas y tapaba con unos plásticos negros.

Los hombres más cercanos a la casa de Rosa eran Don Israel quien cuidaba una casa cercana y les enseñó, a ella y a Gene, aspectos básicos para sobrevivir en la selva. Don Israel les regaló tres pollitos: dos hembras y un macho a los que Rosa les puso nombre. El macho, ya gallo, se llamaba León y se pierde. Rosa lo busca con afán, con ansia pero no logra encontrarlo.

También está Nato, quien se encargaba de cortarles los árboles necesarios para lo cual contaba con una moto sierra. Nato quería comprarles un trapichero que consideraba de excelente calidad pero Rosa se negaba a venderlo.

Otros eran Rodrigo y el ingeniero. Este último le hacía algunas bromas libidinosas que preocupaban (no sin razón) a Rosa.

Rosa pasa sola por muchísimas vivencias: matar a una tarántula, intentar hacerlo con un murciélago que se colgaba del techo de su casa, lidiar con culebras, con jejenes que la atacaban sin piedad. Se la pasaba apertrechada con un machete y un cuchillo de cocina, no sólo por los peligros de la selva si no por el temor, casi paranoico, que desarrolla hacia los hombres más cercanos, agudizado por la ausencia de Gene.

Rosa pensaba que podía ser sujeto de violación por parte de los hombres, en especial, del ingeniero y de Nato.

Aparte de los evidentes peligros de la selva y el sentirse mirada y observada continuamente, también siente angustia ante la posibilidad real de que Gene no regrese. Pensaba que era posible que se hubiese ido con otra mujer.

Ese miércoles también coincidía con la noche más negra por efectos del cambio de luna. Era Luna nueva que es la fase de la Luna que no es visible porque su cara iluminada no está orientada hacia la Tierra. Esto crea un cielo más negro y oscuro. Ese día fue más negro aún porque Gene no llamó ni le dejó ningún mensaje. Se había quedado sola y abandonada en la selva, con sus peligros reales y sus pensamientos angustiosos y hasta obsesivos.

Así, el título de la novela tiene que ver con una situación humana particular y con una situación geográfica o astronómica.

Noche negra está narrada en forma  trepidante y es muy coherente. Por momentos, una piensa que está allí (da miedo), que está viviendo lo que vive y padece Rosa.

Muy buena novela de Pilar Quintana. También la considero susceptible de variados puntos de interpretación.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 27 de agosto de 2025.

 

martes, 12 de agosto de 2025

Adiós Miss Venezuela

“La gente que conozco, incluyéndome, tiene un círculo de amigos, unos buenos, algunos regulares y otros malos. De cada uno tomas lo mejor y sigues adelante, no les pides lo que no tienen y no les das lo que no tienen capacidad para recibir” (255).

 



Adiós Miss Venezuela (2016) es una novela del escritor y abogado venezolano Francisco Suniaga (Isla de Margarita, 1954).

Leo un ejemplar de una segunda edición (2017) publicada por ediciones Dahbar que me prestó mi cuñada Julie González de Kancev. Éste, me dijo, sí me lo tienes que devolver porque me lo regaló Carlos y el otro ejemplar que tengo está autografiado por Suniaga.

La novela está ambientada en Caracas y la Isla de Margarita en el año 2017.

Relata el suicidio de una ex miss Venezuela, María Genoveva Herrera Becher  (MGHB) de cincuenta y cinco años de edad, conocida como Beba,  quien tenía diez años separada de su esposo y se había ido a vivir a Margarita.

María Genoveva estaba muy interesada en el arte y la cultura y pensaba estimularla en Margarita, para lo cual creó un proyecto llamado Quattrocento, buscando apoyo de empresarios, que permitiría mejorar la formación de los artistas margariteños pero el proyecto no dio los frutos que ella esperaba.

Beba era no sólo hermosa, sino inteligente y amable. Llegó a tener algunos amantes hasta que le viene a la mente la idea del suicidio, el cual llevó a cabo en la playa La Restinga, en una zona que desde que la conoció le pareció hermosa. Dejó una nota escueta, sin destinatario preciso donde hablaba del suicidio y su deseo de que nadie se culpase por el mismo.

María Genoveva su suicidó de un tiro en el corazón. Los objetos que llevaba consigo fueron robados y la policía judicial margariteña,  a cargo del  coronel  Salvador Sanabria, lo investigó como un homicidio pero su esposo Alfonzo Pérez Castillo encontró su nota pero no le aclaró nada a la policía y dejó que la investigación siguiera su curso.

En parte, el hecho de que Alfonzo Pérez Castillo no hablase del suicidio se debía al estigma que el mismo aún tiene. En una rueda de prensa que el Jefe de la policía ofrece, un periodista le preguntó si habían considerado la hipótesis del suicidio y el Comisario respondió “Insinuar eso es faltarle el respeto a la memoria de la víctima y a su familia. Eso está absolutamente descartado” (40).

Vale destacar que el padre de Beba había muerto años atrás, fallecimiento que la afectó mucho ya que lo amaba y admiraba sobremanera, mientras que su madre, Odilia, vivió más tiempo y luego vivió afectada por una demencia senil hasta su muerte. Odilia se casó al poco tiempo de la muerte de su esposo y se fue a vivir a París. Era una mujer obsesionada con la idea de hacer teatro aunque no poseía mayores cualidades.  La relación con su hija Beba fue complicada. Fue por su madre que Beba llegó a participar en el Miss Venezuela que, a la postre, ganó.

Como dijimos antes, Beba estaba casada con Alfonzo Pérez Castillo, dueño de la empresa de seguros más importante del país, llamada Seguros Populares. Él era mucho mayor que ella y al parecer, ella siempre lo vio  como una figura paterna y no como a un esposo. Tuvieron un hijo llamado Alfonzo Eduardo que se había dedicado al arte y vivía en Alemania. Beba visitaba a su hijo con cierta frecuencia y estaba satisfecha del hombre en el que se había convertido, bastante independiente y seguro de sí mismo.

Cuando se suicida Beba, casi un mes después estaba programado el concurso del Miss Venezuela de ese año en Margarita. El Miss Venezuela tenía tiempo viniéndose a menos y se había decidido realizar allí como forma de sacarlo a flote pero no fue sencillo con todos los problemas que aquejaban a la isla, no muy distintos a los del resto del país.

Por cierto, un grupo de mujeres, afectas al gobierno y bajo la premisa de que se trataba de un acto meramente capitalista, amenazaron con sabotear el concurso y al final, como veremos, lo hacen.

El director del concurso, desde hacía años, era Oscar Llabrés, conocido como el Rey de la Belleza. Llabrés había nacido en Cuba y desde adolescente su madre lo había mandado a Venezuela como una forma de protegerlo ya que, desde niño, había dado muestras de homosexualidad. Era un hombre que tenía una especie de don para convertir en bello todo lo que tocaba. Fue él quien planteó que el concurso se celebrara en Margarita.

Cuando Llabrés supo de la muerte de Beba se sintió muy afectado pues eran buenos amigos. Así, planteó hacerle un homenaje durante el evento, dándola a conocer como la Miss Venezuela Eterna.

No obstante, el conocido concurso estaba sufriendo grandes transformaciones y el cargo de Llabrés iba a cambiar. Inicialmente se sintió muy perturbado y pensó en oponerse pero luego lo aceptó. El pasaría a ser, por cinco años, una especie de embajador del certamen, ayudando a su globalización. 

De pronto entra en escena, el abogado margariteño, José Alberto Benitez quien es llamado a Caracas por el bufete de abogados WPM, a través de su director, el Dr. Álvaro Sosa para que se encargara de un trabajo. Benitez había sido, políticamente hablando, un hombre de izquierda y hacía años había trabajado en el bufete antes mencionado y compañero de estudios de Sosa.

La situación económica de Benitez  era precaria ya que la mayoría de sus casos eran de gente de clase media y pobre pero el caso para el que lo llama Sosa prometía una jugosa suma de dinero que serviría para solventar algunas deudas que tenía junto con su esposa Elvira en la Asunción, donde vivían.

Lo cierto es que el viudo de Beba, Alfonzo Pérez Castillo había encargado al bufete la investigación de la muerte de Beba aunque sabía perfectamente que se había tratado de un suicidio.

Pérez Alfonzo le pidió a Benitez que hablara con dos personas como parte de su averiguación: una era con la señora María Mercedes MacGregor Paúl  que había sido Miss Venezuela en 1965 (Pérez Castillo le dijo a Benitez, que esta mujer conocía los intríngulis del  Miss Venezuela y que se había relacionado con Beba) y con Oscar Llabrés que se encontraba en Margarita.

Benitez fue recibido por María Mercedes en el Country Club. Desde que la vio le pareció una mujer muy hermosa, empática y bella a pesar de los años. María Mercedes le contó que cuando estaba en el Miss Venezuela había intentado suicidarse. Que para la época estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y que se había hecho novia de un joven que estudiaba Administración. Que el amor entre ellos fue intenso y que incluso ella le había entregado su virginidad pero que el joven resultó ser muy celoso con lo de la participación de ella en el concurso que finalmente ganó. Así, el joven le propuso que se suicidaran juntos. Ambos estuvieron de acuerdo. Habían planeado que la primera en morir sería ella (con un rifle) pero el disparo no la mató, ni le produjo una lesión muy grave. El joven, al verla herida, desistió de la idea y la llevó a una clínica de emergencia. María Mercedes se había salvado y siempre interpretó la conducta de su novio como un acto de valentía pero ya escasamente volvieron a verse. No obstante, María Mercedes le aseguró a Benitez que entre ellos, había quedado  un trato amable y cariñoso. Lo del intento del suicidio fue un secreto a voces en la Caracas de la época.

Luego María Mercedes se había casado y tenido hijos pero insistía en contarle a Benitez que su primer novio fue el gran amor de su vida.

Cuando el abogado Benitez regresó a Margarita, habló con Oscar Llabrés, con una pareja que había tenido Beba, había podido visitar su apartamento, ir al sitio donde ella se había quitado la vida (lleno de flores producto del homenaje del Miss Venezuela). Realmente no había encontrado nada que le sirviera de explicación al suicidio de Beba.

Benitez tenía un amigo psiquiatra (que tenía también su pasado de izquierda), llamado Pedro Boadas, con quien establece interesantes conversaciones sobre el suicidio y también sobre la decadencia del país.

Benitez  se entera que un pescador, llamado Toribio Jiménez, de cerca de treinta años, había sido detenido por el homicidio de Beba. Pidió hablar con él.

El hombre le contó que había presenciado el suicidio de Beba. Que él se hallaba pescando cerca y que la había visto llevarse la pistola primero a la sien y luego al pecho. Le contó que había corrido para ver si llegaba a impedir que se matara pero no pudo. Agregó que la mujer le había apretado una mano antes de su último suspiro. Reconoció haberse llevado sus efectos personales, tales como su yesquero, la pistola y su bolso. Que llegó a vender la pistola a un delincuente y en un allanamiento que le hicieron a éste, se la decomisaron y que el hombre lo delató.

Llabrés había invitado a Benitez  a la gala del Miss Venezuela. Poco antes de la misma recibió el mensaje que Alfonzo Pérez Castillo estaba en Margarita, aunque habían quedado que él le mandaría los resultados de su investigación a través del bufete de Sosa pero que deseaba hablar con él.  

Los dos hombres se vieron en el apartamento de Beba que estaban desocupando.

Durante la conversación nos damos cuenta que Pérez Castillo sabía perfectamente que Beba estaba deprimida y que ese había sido el motivo de su suicidio. Resulta que estaba más interesado en saber lo que Benitez había conversado con María Mercedes MacGregor P. Benitez le narró lo de la historia de su suicidio fallido y sobre el gran amor de su vida. Para sorpresa de Benitez, lo que no le había dicho la mujer era que ese novio había sido el propio Pérez Castillo y que este llevaba una culpa inmensa desde lo ocurrido y que nunca había dejado de amarla.

En la gala del Miss Venezuela que se desarrollaba de manera bastante exitosa, de pronto irrumpieron un grupo de mujeres (como habíamos mencionado antes), que llevaron a sus propias participantes y destruyeron buena parte del escenario, del vestido de las mises y otros, haciendo que al final no se nombrara una miss Venezuela como parte del concurso.

Adiós Miss Venezuela es una muy buena novela que toma el tema del concurso como base para hablar del suicidio y de la situación crítica que vive nuestro querido país.

 


Francisco Suniaga


Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 12 de agosto de 2025.

viernes, 1 de agosto de 2025

La ciudad vencida

“La familia, por penuria  o exceso, por presencia o ausencia, nos define” (116).

Hace unos días terminé de leer la novela La ciudad vencida (2014) publicada por la editorial Libros del fuego, de la periodista y escritora venezolana (y colombiana) Yeniter Poleo.

La ciudad vencida es su primera novela y llegó a mis manos de manera azarosa. Me la prestó (¿o fue un obsequio?), mi cuñada Julie, esposa de mi hermano menor, Carlos.

Digo azarosa porque la muerte, aunque inevitable, es un acto impredecible al igual que lo es el nacimiento.

Julie y Carlos me convidaron a su casa en Bello Monte para compartir la comida favorita de Alexandra, pizza y pepsi cola. Alexandra, su hija menor (mi sobrina) tristemente fallecida el 7 de julio del año en curso.

El fallecimiento de Alexandra (alias La Gorda, Alexa) los ha sumido –nos ha sumido a todos- en un vacío insondable que ninguna explicación médica puede aliviar.

Pocas veces vi a Alexandra, nuestros contactos no pasaban de un “¡Hola!, ¡bendición tía! Y un ¡Dios te bendiga!, seguido de un abrazo y un beso en el cachete.

La última vez que recuerdo haberla visto  fue en la fiesta del bautizo de una primita, Andrea Isabella, hija de mi prima Lorena, celebrada en Caraballeda (La Guaira) hace más de un año.

De ese día, surge y resurge en mi pensamiento la imagen de su rostro de perfil, con una semi sonrisa plagada de ternura y candidez. Así quiero recordarla.

Como tatuaje indeleble

Tu suave perfil se ha plasmado en mi memoria.

Una semi sonrisa

en un rostro tierno y cálido.



Alexandra con Luka Emiliano

 

En el ínterin de esas terribles horas previas al fallecimiento de Alexandra, ya con un diagnostico tan brutal como irreversible y estando en el piso seis de la Clínica El Ávila, mi hermano Nené recordaba el nacimiento de Alexandra en la ciudad de Maracay.

¡Cuéntame, hermano!, le dije.

Relató que Carlos estaba en un estado lejano del país por causas profesionales y lo llamó para pedirle  el favor a él (estaba en Caracas)  que fuese a buscar a Julie quien estaba en Maturín con A, C e I para ir con ella y los chamos a Maracay donde tenía previsto dar a luz en la clínica La Floresta, donde trabajaba su médico tratante.

Cuenta Nené que llegaron a Maracay el 28 de septiembre. El 29 Nené llevó a Julie para revisión con su médico. Todavía no había llegado el momento de que Alexandra se asomara a la vida, podían pasar unos días más… Pero esa misma noche, Julie sintió dolores de parto y fue ingresada a la clínica. En el transcurso de la mañana del 30 de septiembre de 1997 nació Alexandra María.

Nené resaltó que una enfermera, con Alexa en brazos, preguntó por el papá y que él respondió: el papá no está pero yo soy su tío y se la mostraron a él y se la llevaron al retén.

La lectura de La ciudad vencida, el tener el libro en mis manos, y aunque tal vez Alexandra nunca lo leyó, me hace sentir cercana su presencia, porque ella, de alguna manera, estuvo físicamente cerca de él.

La ciudad vencida ha resultado, dentro de las circunstancias, una grata sorpresa. Su calidad literaria es innegable. No dejo de preguntarme por qué no había leído nada de Yeniter Poleo, ni siquiera la había escuchado nombrar.

La novela está ambientada en Caracas entre 1988 y 1992, donde resaltan dos lamentables hechos históricos ocurridos en nuestro país en las dos últimas décadas del siglo XX, cuyas causas, impacto y consecuencias  no han sido, a mi entender, interpretadas en toda su extensión.

El primero fue el llamado Caracazo ocurrido el 28 de febrero de 1989, que tuvo como telón de fondo unas duras medidas económicas tomadas por el extinto presidente Carlos Andrés Pérez  (Rubio, 1922 – Miami, 2010) en su segundo mandato (1989-1993).

El Caracazo fue un estallido social caracterizado por disturbios, saqueos, destrucción de locales comerciales, etc. Aparte de la policía, las fuerzas armadas fueron llamadas para el  “control” del orden público lo que originó un considerable número de heridos y fallecidos provenientes–en particular- de los barrios pobres de la capital- que colapsaron hospitales y la morgue de Bello Monte.

Muchas personas fueron enterradas en fosas comunes sin haber sido siquiera identificadas. Las cifras oficiales fueron de 276 fallecidos pero reportes extraoficiales mencionan más de tres mil.

El otro hecho que narra La ciudad vencida, aunque en menor medida, fue el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, liderado por el teniente coronel Hugo Chávez Frías (Barinas, 1954- Caracas, 2013) también contra el gobierno de Pérez.

Los militares, alzados en armas, fueron apresados pero después de un tiempo relativamente corto, fueron indultados en el segundo gobierno del Dr. Rafael Caldera (Yaracuy, 1916 – Caracas, 2009). Aunque el golpe fue fallido, sirvió para catapultar a Chávez F. llevándolo a la presidencia de la República en las elecciones democráticas de 1998 y, en ese sentido, también  llevó a nuestro país a lo que es hoy en día. Una Venezuela hundida en la más deplorable corrupción, miseria, con ausencia del Estado de Derecho, hundimiento de los servicios públicos, una migración brutal, etc.

Los personajes centrales de La ciudad vencida son el cronista Bernardo Guanipa (Bernard Guaní), un hombre ya cincuentón, muy cuidadoso y formal en el vestir y amante de la música de Felipe Pirela, Tito Rodríguez y otros.  Guaní era el encargado de la sección Sociedad o Fiesta del diario La Verdad.

Bernard, al trabajar en esa sección, había tenido la oportunidad de conocer a muchas personas de la “alta” sociedad caraqueña y también de la farándula. Había hecho amistades, muchas de ellas auténticas.

Por otro lado, estaba la pasante asignada a la sección de Guaní, llamada Cariú.

Cabe destacar que a Bernard no le duraban las pasantes ya que se trataba de una persona muy exigente  y algo áspera  pero Cariú se lo fue ganando poco a poco aunque discrepaba de la superficialidad de los actos sociales a los que debía acudir y reseñar.

Cariú tenía 18 años, estudiaba Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) por medio de una beca. Vivía en Antímano y provenía de una familia pobre formada por su mamá quien trabajaba en una oficina ubicada en las Torres de El Silencio o Torres del Centro Simón Bolívar. Era la mayor de tres hermanos: Carla (15) y Urbano (10).

Sin embargo, Cariú era una joven entusiasta, carismática, trabajadora y con muchas ganas de salir adelante y lograr mejorar su nivel de vida y el de su familia.  

Como hemos dicho, la relación entre Bernard y Cariú, inicialmente tensa, fue mejorando por la tenacidad de la muchacha y el reconocimiento que de ella Bernard va haciendo hasta convertirse en una relación de afecto y amistad.

A tanto llegó la amistad que Cariú le regaló un perrito al que Bernard llamó Marcial y al que tomó cariño a pesar de que Marcial le hacía “la vida –y su apartamento- de cuadritos” y Bernard le obsequió a Cariú un pasaje para que pudiera viajar al exterior y hacer un curso de inglés.

Durante los eventos del Caracazo, Cariú desaparece en el marco de una cobertura sobre denuncias del nefasto accionar de los militares en la barriada de Petare. 

Cariú logró hacer la entrevista pero la agarró el toque de queda. En la novela se describe su encuentro con un soldado que vivía cerca de su casa y que estaba enamorado (encaprichado) de ella, no obstante, Cariú nunca le había prestado atención.  Lo narrado allí, el odio destilado por el soldado, nos hace pensar que posiblemente la asesinó por  venganza, por un profundo rencor.

Bernard busca a Cariú por hospitales, en la morgue, en el cementerio General del Sur, quedando atrapado bajo una gran tristeza y desolación. Un día se topa con Carla (¡creyó que era Cariú!) para enterarse que la familia de Cariú había hecho lo propio y que tampoco la habían hallado.

A raíz de ese encuentro, deciden realizar una protesta tanto escrita en el periódico (por supuesto que con el desconocimiento del jefe de Bernard) y con familiares de desaparecidos durante el Caracazo.  

La novela de Poleo hace una descripción bien acogedora sobre la Caracas de la década del sesenta aproximadamente y en adelante. Inevitablemente se contrasta dicha época con la degradación de la ciudad hacia finales del siglo XX. Constituye un recorrido por sus aspectos culturales en el área del teatro, de la televisión, de la música, de espacios icónicos de nuestra capital. Esta narración constituye una especie de redondeo que le da un mayor valor literario a La ciudad vencida y que moviliza recuerdos y emociones, sobre todo para los caraqueños nacidos en las décadas del cincuenta y sesenta.

Bien vale la pena leerla.

P.D.: termino esta reseña y sigo recordando a Alexandra…

 

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 1 de agosto de 2025.


viernes, 13 de junio de 2025

Imposible decir adiós

 



Imposible decir adiós (2021) es la novela más reciente de la escritora surcoreana Han Kang (1970), premio Nobel de literatura 2024.

La novela consta de tres partes: que, a su vez, están subdivididas en capítulos: Los pájaros (seis capítulos); La noche (seis capítulos) y La llama.

Esta novela está ambientada en Seúl y la isla de Jeju (que es la isla más grande de Corea del Sur, situada en el estrecho de Corea).

La narradora es Gyeongha quien trabajaba como periodista y escritora. La mujer había tenido pérdidas (que presumimos familiares: ¿divorcio, alejamiento de su hija?) que la sumen en un profundo estado depresivo. Deja su trabajo y decide alquilar un pequeño apartamento en las afueras de Seúl y dedicarse a escribir. Estaba tan deprimida que decide escribir un testamento donde apuntaba todo lo que se debía hacer con sus bienes aunque no logra ponerle un  destinatario. Escribía el testamento, lo rompía, lo volvía a escribir y así.

Narra que meses después que le fuese publicado un libro (2014) sobre la masacre de Gwangju (ciudad ubicada al suroeste de Corea del Sur) comienza a tener el siguiente sueño que se le hace reiterativo:

"Caía una nieve rala. La llanura en la que me encontraba lindaba con una colina, sobre cuya ladera había plantados miles de troncos negros. Gruesos como durmientes de ferrocarril, todos tenían alturas distintas, como personas de diferentes edades. Sin embargo, no eran rectos como durmientes, sino ligeramente ladeados y curvos, como miles de hombres, mujeres y niños escuálidos andando cabizbajos bajo la nieve ¿Será un cementerio? ¿Esos maderos son lápidas? -me preguntaba.

Yo iba y venía entre los troncos negros, sobre cuyas superficies cortadas se acumulaba la nieve como cristales de sal, al igual que entre los túmulos que se alzaban detrás. De pronto, me detenía al sentir el agua debajo de mis zapatillas. Qué extraño, pensaba. Un rato después el agua me llegaba al empeine. Me daba la vuelta y no podía creer lo que veía. La línea que se divisaba al final de la llanura no era el horizonte, como había supuesto, sino el mar. Era la pleamar y la marea estaba subiendo. ¿Por qué los habrán enterrado en un lugar como este?, me preguntaba en voz alta. El mar crecía a ojos vistas. ¿Así era como subía y bajaba la marea todos los días? ¿Y si se habían llevado los huesos de más abajo, dejando los túmulos vacíos? No había tiempo. Las tumbas anegadas ya no tenían remedio, pero había que trasladar cuanto antes los restos enterrados más arriba. Tenía que ser ahora mismo, antes que siguiera subiendo el mar. Pero ¿cómo? Yo estaba sola y no tenía siquiera una pala. ¡Eran tantas tumbas! Sin saber qué hacer, corría entre los troncos negros, abriéndome paso a través del agua que me llegaba a las rodillas",

Se despertaba…Gyeongha pensaba que su sueño tenía que ver con el  libro que había escrito.

Aparte de esa pesadilla y de otras que padecía con anterioridad, ella sufría de intensas migrañas acompañadas con dolores abdominales, episodios de vómitos, tenía poco apetito y trastornos del sueño.

Un día, Gyeongha recibe un mensaje de texto de una amiga (Inseon) quien le pregunta si puede ir a verla a un hospital en Seúl. Tenían más de veinte años de amistad.

Inseon era fotógrafa, había realizado varios documentales y luego se había dedicado a trabajar la carpintería en un taller que había construido en su casa materna en Jeju. Inseon se había ido a Jeju para cuidar a su madre quien se hallaba enferma y se había quedado a vivir allá después de su fallecimiento, situación que Gyeongha nunca había entendido.

Gyeongha había visitado la casa de Inseon en Jeju, había conocido a su madre y a un par de cotorritas blancas que Inseon tenía y a quienes adoraba, llamados Ami y Ama. Ami ya había muerto.

Hacía un par de años, Gyeongha había hablado con Inseon sobre la  posibilidad de hacer un documental sobre el sueño descrito anteriormente pensando que con ello podría desaparecer, conjurarlo. Inseon se muestra dispuesta (y le dice que pueden hacerlo en Jeju, que había condiciones para conseguir los troncos de árboles y que las nevadas en Jeju tendían a ser intensas puesto que vivía en una zona montañosa) pero, por una u otra razón, el proyecto fue quedando rezagado hasta que Gyeongha le dice a Inseon que lo olviden pero, Inseon insiste e incluso había empezado a recolectar troncos de árboles por su cuenta. Gyeongha había dado por hecho que el proyecto estaba cancelado.

Lo cierto es que Gyeongha decide irse inmediatamente a Seúl para saber qué había ocurrido con su amiga. Resulta que Inseon había tenido un accidente con su sierra eléctrica y se había cortado el dedo índice y el medio de su mano derecha.

Un vecino la había encontrado casi por azar, desvanecida y, la llevó a un hospital en Jeju desde donde la refirieron a uno  en Seúl para operarla y reimplantarle sus dedos.

Después de la operación, cada tres minutos y por un lapso de tres semanas, debían pincharle con unas agujas dichos dedos para que el injerto fuese exitoso (se trataba de una experiencia muy dolorosa).

Gyeongha e Inseon hablan sobre lo sucedido. Inseon le pide que vaya a Jeju para ponerle agua y comida a Ama pues, si no, moriría. Aunque el tiempo era pésimo (lluvias intensas y nieve), Gyeongha accedió ir a Jeju.

Realmente la narración que hace Gyeongha sobre su travesía para llegar a la casa de Inseon es terrible. Había intensas lluvias, vientos y caía nieve pero llega (la zona estaba muy oscura). Entra al taller de Inseon y encuentra mucha sangre, evidencia de lo ocurrido pero ve algo que llama mucho su atención: muchos troncos de árboles, es decir, que Inseon estaba trabajando para el documental del que habían hablado a pesar de que Gyeongha le habían dicho que descartaran la idea y el accidente lo había sufrido en esa tarea.  

Antes de llegar a Jeju, Gyeongha evoca algunos relatos que Inseon le había hecho cuando trabajaban juntas en Seúl, en especial, uno que le había relatado su madre en un tiempo de nevada.

Inseon le dice “Me contó que cuando era pequeña los policías y los soldados mataron a toda la gente de su pueblo, pero que ella, que estaba en sexto grado de primaria, y su hermana mayor, que tenía dieciséis años, se salvaron porque habían ido a hacer un recado a la casa de un tío segundo. Volvieron al pueblo al día siguiente, tras enterarse de lo ocurrido, y estuvieron deambulando toda la tarde por el patio de la escuela buscando los cuerpos de sus padres, del hermano mayor y de la hermanita pequeña de siete años. Los cadáveres estaban amontonados y enmarañados entre sí, y durante la noche había caído una fina capa de nieve sobre sus rostros. Como no se les podía reconocer, mi tía (la hermana de la madre de Inseon) les limpiaba la nieve de la cara con un pañuelo porque no se atrevía a hacerlo con la mano. Luego le dijo a mi madre: ‘Yo me encargo de quitarles la nieve; tú mírales bien la cara’. Seguramente quiso evitar que su hermanita tocara los cadáveres, pero al oír aquello a mi madre le entró tanto miedo que se aferró a la manga del abrigo de su hermana y caminó con los ojos fuertemente cerrados. Únicamente los abría, obligada, cuando mi tía le decía que mirara bien para ver si reconocía la cara. Mi madre me contó que aquel día aprendió, de una vez y para siempre, que cuando alguien se muere y su cuerpo se enfría la nieve se acumula sobre sus mejillas y la sangre se escarcha…(continúa Inseon) Hasta entonces, yo no había sabido nada. Nunca le había dado importancia al hecho de no haber llegado a conocer a mis abuelos maternos…”

(Transcribo este relato porque es central en la novela. La experiencia de asesinatos, de torturas y el impacto nunca aminorado de los familiares que quedan vivos).

Gyeongha encuentra a Ama muerta – lo cual le resultó doloroso- y decide enterrarla donde Inseon había enterrado a Ami – meses atrás- y luego se queda dormida en su cama.

A la mañana siguiente, Gyeongha ve a Ama en su jaula (piensa si ¿estará soñando o si soñó antes?) pero le pone agua y comida. 

De pronto, ve a Inseon (no parece tener ninguna herida en su mano. ¿Es una alucinación?) y aquí se inicia una larga conversación donde Inseon habla de su madre (que siempre pareció débil), recuerda la historia familiar que vivió. Habla de su padre…

La(s) matanza(s) que la madre de Inseon le contó habían ocurrido en Jeju (hacia setenta años). Inseon agrega que su madre había recopilado, durante años, información sobre muchos asesinatos, llevados a cabo, por fuerzas militares o supuestas fuerzas revolucionarias (dentro del contexto de luchas por el poder político). Los cadáveres habían sido encontrados en fosas comunes. Por otro lado, su madre había formado parte de asociaciones de familiares de las víctimas pidiendo encontrar los restos y exigir justicia. 

Inseon también había recabado mucha información, por ello, el proyecto que le había planteado Gyeongha se hizo vital para ella y sabía que también lo sería para su madre. Imaginamos que para Inseon sería como una forma de honrar a su madre.

Agreguemos aquí que el padre de Inseon (ya fallecido) parecía haber sido víctima del trauma de haber visto torturas y matanzas de hombres, mujeres y niños y cada cierto tiempo, se metía con Inseon en una cueva y le tomaba la mano con fuerza y tenacidad. Parecía una reacción de estrés postraumático. Inseon había filmado un documental sobre él contando esto.

Por lo que entendemos, el sueño de Gyeongha no era producto del libro que ella había escrito sobre la masacre de Gwangju que, efectivamente ocurrió en 1980 y en la que, según cifras oficiales murieron 166 personas, aunque las organizaciones de activistas de derechos humanos señalan que hubo más de 2000 personas fallecidas (Google).

El sueño que se le escenifica parece corresponder, más bien, a las muertes ocurridas en Jeju en 1948 (cuando se divide Corea del Norte -administrada por la Unión Soviética y Corea del Sur –dirigida por Estados Unidos- concatenada con la guerra de Corea (1950-1953) y que ha sido contada de diversa manera según quien lo haga.

Vale destacar que la parte de la novela donde Gyeongha encuentra a Ama muerta o viva (¿?) y, luego cuando ve a Inseon (cuando se supone que todavía estaba hospitalizada en Seúl) y se ponen a conversar, es como una pincelada de fantasía. No sabemos qué es real pero nos preguntamos si es importante saberlo porque la narración subsiguiente nos exponía una historia que era necesaria conocer. 

La narración de Imposible decir adiós oscila entre el presente y el pasado y viceversa. Como hemos visto discurre con muchos momentos de irrealidad, sueños, etcétera.

Imposible decir adiós es una novela teñida de tristeza, que muestra la fuerza de la amistad, las injusticias cometidas por motivaciones políticas, la importancia de la memoria, los daños irreparables que sufren los familiares y amigos de las víctimas. 

En una entrevista realizada a Han Kang publicada el 14 de diciembre de 2024 en el portal La Tercera, le preguntan que cuál de sus novelas era la ideal para comenzar a leerla y ella respondió que Imposible decir adiós. No obstante y como lectora, creo que hasta ahora, la mejor novela para empezar a conocer a esta interesantísima autora es La vegetariana.  

Muy buena novela de Han Kang.

 

Escrito y publicado por Libia Kancev D.

Caracas, 13 de junio de 2025.